Partida Rol por web

Espero que esta breve pausa en la acción me ayude a concentrarme. No me resigno e intento ayudar a las heridas aunque hasta el momento no he hecho más que hurgar en las heridas de mis compañeros.  En seguida me doy cuenta que Burnette tiene una herida espantosa que requiere atención inmediata. Luego me abocaré a la atención de Wimger y alguno de los fusileros.

A la orden...

James echó la rodilla al suelo. Entre tanto, para pasar los angustiosos segundos, procuró pensar en lo que antes había visto... Debería haber una salida por el techo también por aquí. Tengo que ver cuál es...

Señor, deberíamos sacar los periscopios. Con esta niebla no se ve nada.

Probó el suyo en varias posiciones, hasta estar satisfecho.

Tiene que haber una salida. ¿Dónde estará?

El artillero continuó de rodillas con la mochila bajo el arma montada intentando estabilizarla. No debía moverse mucho durante la batalla y tenía un poco de tiempo en el que comenzó a nivelar a base de piedras y cartuchos vacíos. No era lo ideal pero el mando no se había molestado en otorgar el arma con su base por lo que debía luchar en el suelo. Tras un buen rato el artillero sonrió, había logrado su propósito, el arma parecía estable. Aún así viendo que tenía tiempo volvió a repasar el arma, la munición y el soporte. Concentrado en su trabajo no comentó nada pues sabía que contaban con esa potencia de fuego para rechazar al grueso del enemigo. Más vale que funcionara a la perfección.

Entendido

Retrocedo un poco hasta donde me indica focker. vamos a formar un muerto defensivo contra el que chocarán los bichos. Nos van a triturar entre sus garras pero ya no queda más que hacer. Aguantaremos todo lo posible.

Estamos en nuestros últimos minutos de vida y sólo pensamos en si tendremos munición suficiente para matar

Señores-comienzo a decir mientras echo la rodilla a tierra-espero que a los de arriba no se les ocurra volver a usar el nombre de fox para ningun peloton si ninguno vuelve, ya que nadie sera digno de ustedes

Afianzo el arma apuntando al frente manteniendome serio. Estoy nervioso claro, pero en el aqui y ahora que se me ha presentado no caben miedos. Somos la Fox, el sargento mayor esta con notros...

Seremos una leyenda....

Dereck asiente ante las órdenes del sargento. Da un ligero paso al oeste y coloca su rodilla al suelo. Ahora, solo quedaba esperar a que los bichos comenzasen a llegar. 

Aaron, lo dices como si fueramos a morir todos aqui- dice al escuchar las palabras de su compañero- chicos, cuando acabemos con la reina y toda su progenie, os invito a todos a un trago..

El grupo estaba ya posicionado en la entrada al túnel norte; con las ultimas ordenes dadas por el sargento Focker, todo estaba prácticamente listo para que el infierno se desatase en la zona. Y es que pocas dudas había de que aquello sucedería; el teniente Speedy ya lo había anunciado antes tal como lo había hecho cuando descendieron del taladro.

Así, apenas un par de segundos después de que Bockman les anunciara que la Derringer estaba lista, un ligero temblor empezó a sentirse en el terreno para después escucharse el característico sonido que producían los bichos del imperio arácnido cuando avanzaban en marabunta. Para mayor preocupación, el sonido se escuchaba ya muy cerca e iba creciendo mas y mas a cada momento, pronto esos bichos estarían sobre de ellos.

La tensión aumentaba a cada momento, la reina a poca distancia parecía empezar a moverse, aunque su dirección era errática, quizá estuviera buscando algo, quizá estuviera buscándoles a ellos. Cierto era no obstante, que de nada servia preocuparse por ello, mientras mas prisa se dieran en su trabajo, mas pronto podrían acabar con todo eso.

Así, con Mkoll y la cabo vigilando a la reina y los alrededores, Wallace y Sonny se apresuraban a montar el letal explosivo, rogando por que la reina no les descubriese y que ningún bicho saliese de la nada para atacarles.

-Nos ofreces todo, pero no dices como lo harás- clamó aquel ser a través de pensamientos – como puedes darnos algo nosotros miemos conseguiremos a su debido tiempo? Como es que vas evitar la destrucción del planeta y que es lo que deseas a cambio?-

Ocupo la posición ordenada por el Sargento Mayor, rodilla en tierra.

Evalúo la situación de mis compañeros y agudizo mis sentidos para atisbar cualquier aproximación enemiga, mientras apunto a una amplia zona que tengo cubierta con mi fusil Morita.

El tiempo pasaba y la tensión era palpable en el ambiente. Demasiado. Pero no podían hacer otra cosa más que seguir allí mientras que preparaban las bombas. Aún así, Sonia odiaba estar ahí, aguardando a que pasara cualquier cosa horrible.

Y el hecho de ver a la Reina moverse, acercándose a ellos, lo hiciera convencida o no, no ayudaba.

- Tíos, joder, daros prisa.- les dijo por radio, preparándose para cualquier cosa.

Listo ya en mi posición, pongo una rodilla en el suelo para poder disparar y dejar la línea de tiro de los fusileros ligeros despejada, pero entonces veo hacia el lado y noto que en realidad igual nos llegarán disparos. Basta con que uno de ellos quiera seguir a su oponente hacia nosotros y se ponga un poco nervioso para que nos vuelen la nuca. Es por eso que reparto un cambio de indicaciones:

 - "Ligeros del sur, un paso al sur. Ligeros del norte, un paso al oeste."

Luego siento los temblores y entiendo que se nos viene encima todo el poder que el Imperio Arácnido tiene en este planeta, por lo que preparo mi rifle mientras hablo por el comunicador a mis hombres:

 - "Soldados del Escuadrón Fox y Gladiadores de Sirius. Hemos entrado en el mismísimo infierno helado que la galaxia tiene para ofrecernos como peor pesadilla y lo hemos hecho con valor. Hemos llegado donde ningún otro humano lo ha hecho, metiéndonos en la casa de los arácnidos con nuestras propias piernas y no dentro del estómago de un bicho. Hemos matado a sus efectivos, sus guardianes y hasta sus huevos, demostrando nuestra falta de respeto y desafío a la propia Reina. Es hora de seguirles mostrando cuando miserables son para nosotros."

Mantengo la mira firme y continúo hablando:

 - "Hemos perdido compañeros, gladiadores e infantes pesados, a lo largo de toda esta guerra. Este mismo día hemos visto caer a varios y el propio Sargento Evans yace en el suelo con bajas posibilidades de salir de acá. Si algún bicho piensa, creerá que eso nos desmotiva y nos infunde miedo, pero no son tan inteligentes como algunos creen. ¡Eso solo nos enardece y nos hace desear su muerte! Quizás caigamos este día, pero venderemos cara nuestra sangre, tan cara que toda su colonia la pagará si ha de ser así. Ahora les demostraremos, como ya lo hemos hecho antes, que se equivocaron cuando eligieron a sus enemigos, realmente se equivocaron."

Miro de reojo a mis compañeros, con el estandarte sobre mi espalda firme y mostrando el símbolo de nuestro orgullo y la fuerza sobre la que nos apoyamos para avanzar sin retroceder, sin ceder un palmo de terreno, pues son nuestros corazones los que luchan y ellos no pueden ser vencidos:

 - "Ahora voy a apuntar mi arma hacia esa cueva y me prepararé para cuando venga un enemigo. Entonces apretaré el gatillo sin temor a fallar, sin temor a morir, sin temor a nada. Dispararé como si no hubiese nada más que hacer en el mundo pues NOSOTROS NO TENEMOS NADA MÁS QUE HACER EN EL MUNDO! Luchamos en este día para que el resto no tenga que hacerlo, para que haya una humanidad allá afuera que tenga una vida que vivir y una paz de la que disfrutar. Somos el escudo de la humanidad y el puño de la Federación, somos pacificadores y conquistadores, somos el miedo en nuestros enemigos y la muerte que llega con justicia. Ahora dispararé para demostrarle quienes son y quienes somos. ¡Les mataré para demostrarles que SOMOS LA INFANTERÍA MÓVIL Y ELLOS SON SOLO BICHOS! ¿QUIÉN QUIERE HACER LO MISMO?"

Me preparo para disparar mientras murmuro para mí mismo:

 - "Vengan por su jodido insecticida."

El micrófono amplifica el susurro del sargento, y James lo coge al vuelo. Insecticida preparado, señor, Raid los mata bien muertos, dicen. Debo añadir que estoy un poco hasta los cojones de despedirme. A estas alturas ya deben saber que ha sido un honor compartir el viaje con ustedes ¿de acuerdo?

Señor, quizá no estaría mal que alguno de los ligeras echara un vistazo a esa chimenea que debería haber arriba. Es un buen punto de fuga si el taladro falla en recogernos. Debe estar hacia el noreste de donde me encuentro, noto rachas de viento en esa dirección. Dejar preparada una lizard no nos hará daño.

A estas alturas James ya era un vicioso declarado de la adrenalina. No era él. Ya había tenido en el entrenamiento vislumbres de aquello en lo que podía convertirle el combate. No por nada se daba a la bebida cuando no había nada violento que hacer. Era otro ser, que convivía con el apocado muchacho que salió del seminario jesuita para alistarse en el ejército. Un tipo malhablado, bastante cabrón, frío como el hielo. ¿Dónde se metía el otro, el curita, cuando el Cabrón estaba al mando?

En el cagadero del traje, pensó con alegre saña, creo que ya lo tengo lleno. Qué ligero se siente el intestino. Quédate ahí, curita. Papá tiene trabajo que hacer.

-Queda poco. 

Continúa trabajando en la carga mientras piensa en que lugar sería propicio implantar la siguiente. Dejando esa ahí se aseguran que nada salga de la cámara de la reina y que destruyan todo lo que hay dentro, pero ahora tienen que decidir donde colorar las otras.

Podrían hacer que el techo se viniese abajo en la cámara de los huevos y así acabar con todos ellos debido a la explosión y al consiguiente derrumbe, pero no parece hacer pilares que sostengan lo que hay encima de ellos y sería demasiado complicado colocar una carga en el techo... y no tienen tiempo.

El explorador siguió ojo avizor, procurando vigilar que nadie se les echara encima mientras Sonny y Billy terminaban de plantar aquella carga. No sabía cuanto tiempo les quedaba, pero esperaba que fuera poco. A título personal, estaba empezando a inquietarle que la reina se moviera. Éso, unido a lo grande y fea que era, no ayudaba a mantener la calma. Pero no les quedaban más cojones, y lo último que necesitaban allí abajo era otro estallido como el del fuerte.

"Así que cálmate, concéntrate y no la cagues..."

- No puedo evitar la destrucción del planeta. Pero tengo una nave espacial bajo mi control, no se si sabes lo que es eso. - pregunta el joven oficial - En cualquier caso te llevaré a otro planeta donde puedes empezar una nueva progenie. Desde ahí puedes expandirte a toda la galaxia excepto a un planeta que me quedaré para mi. Lo que quiero a cambio de tu ayuda es que cuando seas fuerte destruyas los planetas que te indicaré.

- No queda mucho tiempo para el bombardeo. Decídete rápido.

el equipo de demoliciones no ha dado ninguna señal...

Solo son unos segundos los que llevamos esperando, pero con la aceleracion que tenemos por la situacion parecen minutos. Minutos en los que no hemos recibido ningun aviso. No puedo evitar mirar al teniente.

Tenemos una mision y si Mckoll hubiera perdido la comunicacion en su incursion estaria claro pero ¿Y si los hemos perdido? El teniente iba a ser nuestro escudo psi y esta aqui con nosotros. Un escalofrio recorre mi espalda al pensar en que puede que hayamos fracasado.

El temblor se acerca, pero no estoy seguro de que nuestra posicion sirva para algo.

- Chicos... Sargento Mayor... no soy de muchos dicursos, pero sólo quería deciros que ésta ha sido mi primera misión con la FOX... y joder me alegro mucho de haber pedido el traslado - dijo, apuntando a la oscuridad con su lanzagranadas repleto - Ha sido todo un honor.

Como siempre, los discursos del sargento ayudaban en los momentos críticos a subir la moral a la tropa. Dereck, arrodillado sonríe ante las últimas palabras de Focker y James.

A ver gente, los únicos a los que deben despedir es a los insectos a los que vamos a machacar- dijo a sus compañeros.