Partida Rol por web

Bernal lanza un primer espadazo como probando el terreno a tu pierna derecha para después lanzar un demoledor  golpe al vientre. Bernal no es un gran espadachín, pero la furia ciega que le posee ha dado fuerza y precisión a sus golpes. Si no logras evitarlo estarás en graves problemas.

Teolfo intenta leer en los ojos de Bernal la trayectoria de los golpes. Y la adivina. Pero al retroceder se encuentra con un tope: Una maldita rama que para en seco su reculada, le deja expuesto a dos golpes de Bernal, el primero en la pierna, y el segundo, de vuelta, en el torso. 

Bernal golpea con saña y parece que tiene a Teolfo a su merced. Entónces ocurre algo inesperado. Una figura aparece de las sombras corriendo y golpea en la espalda de Bernal con la cabeza, Antes de que reaccione saca un garrote y le golpea en la cabeza. Bernal se echa sobre tí, a tirado la espada y está agonizando en tus brazos. Parece que por fín a recobrado la cordura-Perdóname Teolfo.....argh......he perdido el norte.....argh....tienes que ayudar a la muchacha....argh...Rodrigo y Ginés la matarán....se queda mirando a Teolfo fijamente, ensus ojos ya no hay nada, solo un vacio infinito. Bernal a muerto descalabrado por....

...¡Un hombre mitad cabra! Está hay mirandote fijamente, con el garrote ensangrentado en la mano. HAbla con una voz profunda-No temas, soy el padre del niño...violé a la muchacha y la dejé embarazada. En contra de lo que hacen muchas, que es abandonar el niño en el bosque, esta intentó criarlo. Intentó bautizarlo, pero casi lo mata. De modo que acudió a una bruja y se preparaba para exorcizar al niño de su presencia diabólica. Tuve que irme pues el hechizo me afectaba también a mí. Oí voces y no sentía presencia mágica, de modo que vine a ver que pasaba...-no termina la explicación, un cuerno de caza suena dos veces.¡ Rodrigo y Ginés han encontrado a la madre!-¡Sígueme conozco un atajo!

Teolfo no emite ningún sonido. Mira al sátiro, y se tapa los ojos con las palmas de la mano, se había palpado el tajo que Bernal le había dado en el pecho con ellas, la oscuridad se torna rojo sangre, el de sus manos manchadas. Las separa poco a poco, con cuidado, pero al mirar entre ellas el sátiro sigue allí. 

En silencio, temblando, y con una expresión bobalicona en su rostro manchado de su propia sangre, Teolfo sigue al sátiro.

El sátiro lleva a Teolfo por los viejos senderos del bosque hasta llegar a situarse a la espalda de Rodrigo y Ginés. LA mujer y el niño se han refugiado en unas peñas...si bajan serán acribillados a flechazos. Pero si alguien intenta subir, seguramente sea descalabrado por una piedra. -¿Qué hacemos?-te prgunta el sátiro.

- Mi nombre es Teolfo et non se mentir. Mas puedo decirles una verdad: Et que un sátiro ha ferido a su compañero et que necesita auxilio.  Si acompañáranme a socuerrerlo, vos, como queráis que os llaméis, critatura del averno, ayudaréis a vuestro fijo. Et si non cejaran en el asedio a la madre et el niñuelo, podríeis mostraros a lo lejos para que los omnes os siguieren, et yo em faría cargo de los dos de la peña. - 

Teolfo enseña sus manos manchadas de sangre al sátiro: No puede correr. Y empieza a sacar el arco y flechas con sigilo para que Rodrigo y Ginés no se aperciban, y así tenerlas listas. 

-¿Puedo acaso saber como os llaman?

Sea, me parece buen plan. Aguardaré entre los matorrales y veré que pasa. Si no se mueven me mostraré y los distraeré mientras socorréis a la mujer. ¿Mi nombre?¿acaso queréis poder sobre mi? -La criatura sonreía de forma socarrona, sin malicia. Un poco sorprendido porque le dieses tu nombre así como así. Después esperó entre los matorrales a que realizases tu argucia.

Te aproximaste a Ginés y a Rodrigo, en cuanto te vieron te hicieron la pregunta lógica-¿dónde está Bernal?-palabras secas y directas, a todas luces dejaban ver que no querían trato contigo. Te habían aceptado por Bernal, pero sin el eras menos que nada para ellos. La mujer seguía allí arriba, sin asomarse mucho no fuese a llevarse un flechazo y amenazando con una piedra en la mano y el bebé en la otra. Mientras Rodrigo hablaba contigo, Ginés no paraba de apuntar a la muchacha sin encontrar un buen angulo para acertarla.

- Bernal ha caído ferido en el bosque. Una bestia del averrno echóse encima nuestro et apenas pude fuir con vida. Al mirar atrás vi a Bernal en el suelo, mientras la criatura em perseguía.

Teolfo señala hacía el interior del bosque. 

-¡Non est tarde por auxiliarle!- 

Pero las arengas de Teolfo son balbuceantes y Teolfo ve como Ginés y Rodrigo intercambian miradas, y Ginés vuelve a mirar otra vez hacia la madre tensando la cuerda de su arco. 

¡Pues ve a socorrerle y que venga para acá! ¡maldita sea! ¡Esta bruja nos va a descalbrar! Dice Rodrigo cuando una piedra casi le da en la cabeza. Pero no se mueve del sitio.

El sátiro, viendo que no da resultado tu plan, pasa al plan alternativo. Aparece ante vosotros a cierta distancia y empieza a increparos.-¡Eh hideputas! ¡Ya he matado a uno de los vuestros, iré uno por uno matandoos a todos hasta que quede este bosque libre de escoria humana!

Rodrigo y Ginés se miran entre ellos y luego te lanzan una mirada, como entendiendo lo que ha pasado con su compañero. Rodrigo da un paso al frente y te dice-¡Tu, ven conmigo. Vámos a cazar a esa bestia!¡Ginés, vigila que la bruja no escape!-Ginés asiente y Rodrigo sale corriendo tras la bestia esperando que lo sigas.

En una encrucijada. ¿Ayudar a un sátiro a emboscar a Rodrigo? ¿salvar a su retoño infernal? ¿Qué va a hacer, atacar por la espalda a otro hombre junto con el demonio? ¿Condenar su alma? y, ¿todo para que en cualquier momento Ginés atraviese de un flechazo a la madre y el niño perezca igual?

Pero Teolfo flaquea en su fe cristiana. El bosque, del que ha vivido y tiene que vivir y que tiene su propia ley. Ya ha visto muchas cosas que se esconden de los hombres en los esquilmados bosques. Y aunque el fauno no es juez, si que es abogado, y le puede devolver favores...

Se trata de un niño, aunque sea de una bestia, se argumenta Teolfo a sí mismo.

Un último intento. 

- Ginés. Non puedo correr. Non alcanzaré jamás al demonio. Soy buen arquero et puedo vigilar desde aquí a la discípula de bruja.  Non escapará la maldita.- 

Teolfo enseña su herida en la pierna. 

Gines murmura un insulto, seguido de una maldicion, escupe a un lado y sigue mirando a la peña. Teolfo parte cojeando tras Rodrigo.

Empezaste a perseguir a Rodrigo, este al sátiro. Llegásteis a un claro, lo bastante alejado como para que Ginés no se enterase de lo que estába pasando. El fauno se quedó parado, miró a Rodrigo con cara de desafío y empezó a correr en su dirección-¡Mierda hay viene!-Dijo Rodrigo a la vez que preparaba su arco para atacar a la criatura. Tú estábas situado a su espalda. Si ibas a emboscarlo, este era el momento preciso, claro que siempre podías atacar a la criatura y unirte de nuevo a Ginés y Rodrigo en la cazeria de la madre y el niño.

Durante un segundo, que parecen días, Teolfo duda sobre lo que va a hacer. 

Pero en realidad Teolfo no tiene elección: Le debe la vida a la bestia del bosque. Pero la duda viene al darse cuenta de que va a condenar su alma. ¿Qué diría su mentor, agustino de Yuso, y sus únicos amigos, hombres de fe y peregrinos?

Teolfo monta una flecha en su arco, y tensa la cuerda, mientras se concentra...