Partida Rol por web

En uno de los movimientos de la criatura puedes apreciar, como en su cuello, marcado a fuego sobre su piel ( casi con total probabilidad cuando aún estaba vivo) un símbolo: una elipse con un rombo en el interior. No lo habías visto nunca y pensando en deidades o así tampoco te suena a ninguna.

Sus ropajes están ajados y no llevan ninguna especie de emblema. La carne de sus muñecas está abierta, supones que de los tirones que está dando a los grilletes, pero no sangra y las uñas de sus pies, son muy largas.

Suspiro al oír las palabras de Parlan.

Si es algún tipo de cuerpo reanimado, lo mejor que podemos hacer por el y por los suyos es terminar con su triste existencia. Termina con el si te ves con fuerzas para ello. Sera un acto misericordioso.

Escuchas tras de ti lo que parecen unas piedras al rodar justo tras terminar tus palabras al bardo. Te giras y ves a un enorme animal plantado justo detrás de ti. Te recuerda a un tigre, pero esto es más ancho y lo que queda de su pelaje es marrón, ya que tiene muchas zonas sin pelo y en algunas, puedes ver hasta agujeros que dejan al descubierto sus huesos. El morro, en su parte superior, ha perdido la carne que tenía y puedes ver sus enormes colmillos a parte del maxilar de lo que seguramente algún día fue un animal.

A la izquierda detrás de él, puedes ver un agujero en la pared, por el que se podría entrar a gatas, que es, con total seguridad de donde han caído al suelo las piedras que has escuchado al salir la criatura.

Lo que quiera que sea eso, te mira mientras escuchas un mitad rugido-mitad lamento que retumba por toda la cueva.

Tras las palabras del minotauro, miras unos instantes hacia él para ver como se gira y mira detrás suyo. Acto seguido, escuchas una mezcla entre rugico y lamento que proviene de la parte de arriba, que retumba por toda la cueva.

 Cuando el bardo está a punto de dar el eterno reposo a la criatura que tiene delante escucha un rugido/lamento proviniente de arriba.

 - Karnak, cuidado!

Suelto la cuerda y saco el hacha, preparado para golpear a la bestia que salio de la pared.

Ataco a la bestia, pero en mi precipitación fallo por mucho y estoy a punto de hacerme daño a mi mismo.

Coges tu hacha y la levantas para ir a golpear a la criatura, pero al bajarla se te resbala de las manos y cae al suelo. El enorme " felino " parece relamerse unos instantes, y da un salto hacia ti, dándote un garrazo que atraviesa tu armadura.

Ves como el minotauro levanta su hacha y se aleja unos pasos del agujero. Luego escuchas el sonido de su hacha caer al suelo que retumba por toda la cuerva, y un golpe, como algo que se rasga.

 Hay, hay, hay... por todos los dioses. Parlan mira como está la cuerda, sigue tensa? Corre hacia el abujero e intenta trepar por la cuerda.

Te encaminas hacia la pared donde estaba la cuerda, pero ahora que te fijas, el minotauro la ha soltado, dejándola caer hacia el agujero en el que estás.

 Parlan s emantiene a la escucha de lo que puede ser el combate que se está desarrollando encima del tarimado de madera, mientras toma la cuerda.

Tratas de que la criatura no te mande al suelo, pero el impulso que ha tomado te crea demasiada desventaja y caes sin poder evitarlo mientras la criatura te vuelve a proporcionar un mordisco en el hombro derecho que te hacer retorcerte de dolor.

Escuchas un golpe en la parte de arriba, supones que el minotauro sigue en su pelea, pero no ves nada de lo que está ocurriendo.

A pesar de que estás atento de lo que sucede con el minotauro y no eres capaz de alcanzar a ver, por tu derecha, el lugar por donde estaba el pasillo ahí abajo, escuchas una especie de sonido, como un ronroneo, pero que te pone la piel de gallina. Cuando miras hacie esa zona, ves tan sólo unos ojos rojos al fondo, que te miran.