Partida Rol por web

Puta instrucción.

Al menos servía para mantenerse en forma después de estar tanto tiempo sin misiones. No sabes qué cojones le pasará al Líder, pero hace mucho que no mueve al Ejercito. Ni una misión que llevarse a la boca.

Pero eso iba a cambiar.

Han desplazado a tu sección a un lugar cerca de Naranja-12, al Norte de la Nación. Habéis construido unos barracones improvisados y han incrementado los entrenamientos y la instrucción. Eso siempre ha querido decir que se va a entrar en acción en breve.

Estáis acabando de correr con la ropa de gimnasia, recitando como siempre canciones en honor al Lider.

- No os oigo adorar al Líder.- Se queja.- ¡Más alto coño!

El Teniente Blistov estaba al mando de la Compañía B3 y seguramente fue él que eligió a la primera sección, la tuya, para esta posible misión. No sabías si esa era una buena noticia o una mala, ya que el Teniente era tan buen soldado en el campo de batalla como un cabrón fuera de él. Y encima no te tenía aprecio precisamente; tus formas de luchar no eran bien vistas por los altos mandos y Blistov no era capaz de meterte en vereda.

-¡Salve! -grité, con cierta ironía. Estaba hasta los cojones del absurdo adoramiento al líder como si fuese un Dios.

Sentía el sudor corriendo por mi frente de tanto correr. Este entrenamiento no tenía sentido para mí. Ya estaba probado en el campo de batalla y todo el mundo sabía de mi eficacia fuera de lo común, ¿por qué tenía que seguir entrenando con el resto de inútiles? Algún día serían soldados de verdad, pero desde luego no lo eran aún. No hasta que conocieran de verdad los horrores que el hombre puede cometer.

- ¡Descansen!- Grita a la sección.- Retírense a sus barracones. Quiero a los jefes de pelotón en media hora en el centro de mando.

Gira y se marcha tranquilamente.

Tras ir a tu barracón a cambiarte y descansar un poco; el sargento Nikolai, jefe de tu pelotón, aparece ligeramente sonriente.

- ¡Pelotón! Acercáos por favor.

Nikolai era un soldado respetado por todos. Es serio pero agradable, da la cara por sus chicos, es eficiente en el campo de batalla y además su lealtad al Líder es indiscutible. Te cae bien dentro de lo que en general te caen las personas; sin duda podía haberte tocado un jefe de pelotón peor, asi que en parte te alegras de que sea Nikolai.

- Ya me han dado las instrucciones. La misión comenzará mañana por la noche. Levantaremos el campamento y marcharemos a siete kilometros al Norte de Blanco-43, donde nos recogerán unas barcazas de transporte. En unos horas desembarcaremos en El Yermo, entre las colonias de Puerto Helado y NewOslo; avanzaremos hacia el interior y tomaremos contacto con un agente del Departamento Gris, que nos guiará hasta una base rebelde.

Todas esta explicación está acompañada de indicaciones sobre un pequeño mapa de la zona.

- Aqui se encuentra un campamento de esos cabrones de Federación Libre. Hay que destruirlo todo. Al parecer es un almacén de armas y munición. No podemos permitir que esos sucios terroristas perturben la paz del Líder. ¿Estáis conmigo?

-Suena bien. 

Me acerqué un poco a él aprovechando que no nos había hecho formar para hablarnos. 

-Sin cuartel, supongo, ¿no, sargento? -dije, mirando a mis compañeros. Levanté el puño en señal de victoria y tras un grito de ¡SÍ! empezaron a charlar entre ellos. Me acerqué aún más y bajé bastante el tono de voz, hasta hacerla casi un susurro- Sabe que es mi especialidad, sargento. Lo he hecho anteriormente. El año pasado, por si no lo recuerda. No me importa lo que dijese el consejo sobre cuántos muertos innecesarios hubos. Eran daños colaterales. Es una operación que yo habría recibido en solitario hace un tiempo si esos hipócritas moralistas no me estuviesen frenando. ¿Para qué cojones necesitamos mandar a todo el pelotón? 

- El Líder no quiere rehenes.

Nikolai espera que con esa frase haya quedado claro. No es muy partidario de tus dotes, pero es consciente de que tus habilidades han sacado al pelotón de más de un apuro.

- Irá toda la sección, pero sólo nuestro pelotón entrará en las instalaciones enemigas. Cuando lleguemos al objetivo, te daré los explosivos para que lo destruyas todo, ¿de acuerdo?

-De acuerdo...

Acepté a regañadientes. ¿Qué remedio tenía? Otra falta disciplinaría y estaría fuera del ejército. Al menos la operación se prometía interesante, y Nikolai me dejaría divertirme un poco.

La sección siguió el plan previsto y tras desmontar la base se dirigió en los vehículos hasta el punto de embarque. Tras unas horas de viaje y unos minutos para descansar, comenzáis a preparar el equipo prácticamente en la playa.

Un pelotón de apoyo está preparando los botes que os acercarán a los buques de transporte, mientras el tuyo prepara sus armas concienzudamente sabiendo de antemano que será la punta de lanza del ataque.

- Toma.- Dice el sargento mientras se acerca.- Aquí tienes los explosivos y el pulsador remoto.

Son varios paquetes de explosivo plástico individuales con su dispositivo a distancia. Listos para colocar, activar y hacer detonar una vez se esté a unos cuantos metros prudenciales. No hay excesiva potencia, pero si hay munición en la base rebelde, se puede formar una buena explosión.

-Ah... C4, mi pequeño fetiche -dije, cogiendo los paquetes y aspirando el explosivo como fuese un puro habano. Los guardé en mi mochila y me aseguré de que el resto de mi equipo estaba preparado. Llevaba mi puñal en la bota, como siempre (ya sé que era antirreglamentario, pero bueno...), mi cuchillo de supervivencia del ejército en su funda sujeta a mi cintura, y la escopeta colgada correctamente a la espalda. Estaba listo.

- ¡Vamos! ¡Adelante!

El Teniente da la orden de embarcar y poco a poco los botes neumáticos os van subiendo a las barcazas de transporte. Una vez subido todo el material y todos los hombres, las dos lanchas comienzan a surcar el mar en dirección Norte.

Los barcos son dos viejas reliquias del pasado, que el ejército tiene a bien mantenerlas en activo aún. Por supuesto que el Líder no va a malgastar el dinero en una cosa nueva mientras tiene otra que realiza la misma función.

Tras varias horas, ya se puede observar la costa de El Yermo. El Teniente se acerca a uno de los pilotos de la barca y habla con él. Después vuelve con vosotros.

- El mar está tranquilo. Nos podrán acercar hasta casi la misma playa. ¡Preparaos para el desembarco!

Las dos barcas se acercan todo lo que pueden a la playa y frenan.

- ¡Ahora! ¡Vamos!

Toda la sección se lanza por la borda de forma ordenada. El agua sólo os cubre hasta la cintura y en pocos metros ya pisáis la arena de la cala. Hace una temperatura bastante baja y al estar mojados el frío llega hasta tus huesos. Pero para esto os han entrenado. Y pronto hará peor, ya que el sol es rojizo en el atardecer que aparece en el Oeste.

- Primer pelotón, al frente. Segundo y tercero, a los flancos. ¡Vamos!

Los soldados comienzan a moverse.

Me moví al frente con el resto del primer pelotón. El agua dificultaba nuestro avance, haciendo que avanzásemos con lentitud   armas en mano. Mantenía mi vieja SPAS-12 bien alta para que no se mojase mientras luchaba contra las pequeñas olas que me golpeaban la cintura. Hacía frío y estaba calado hasta los huesos, pero los C4 que llevaba en la espalda y la adrenalina me daban calor por dentro. El día prometía diversión y posiblemente acción a raudales, al menos.

Tras otear el horizonte y asegurar la playa; el Teniente da orden de avanzar hacia el interior de El Yermo. Recorréis la distancia que os separa hasta un bosque cercano y os introducís de lleno en él al abrigo de la noche.

El tercer pelotón se queda en la retaguardia, cerca de la playa donde os recogerán tras la misión. El segundo pelotón va por delante, mientras el primero se mueve unos metros detras de él.

Lleváis un par de horas andando en el silencioso bosque. El frío ahora es bastante fuerte, pero las prendas de abrigo hacen bien su función.

- Vigilad por los flancos muchachos. Debemos estar cerca del contacto.

Continué caminando sin romper la formación, cerca de Nikolai. Dentro de lo que cabe, era de los pocos "peces gordos" que realmente merecían estar donde estaban y tenían mi respeto. 

-Todo va según lo planeado, ¿verdad, sargento? El contacto nos llevará a la base y allí me cubrís mientras hago mi magia...

- Sí, de momento seguimos con el plan inici...

De repente el sargento se agacha y hace un gesto con la mano para que todos estén alerta. Parece como si hubiera escuchado algo.

Me lancé inmediatamente al suelo al ver la reacción del sargento. La experiencia en el ejército te entrena los reflejos para lanzarte cuerpo a tierra en décimas de segundo cuando tu instinto te lo dice.

-¿Qué pasa, sargento? ¿Enemigos? ¿Dónde? -mi voz era apenas un susurro.

Una vez en el suelo oteáis la espesura del bosque, pero antes de poder notar nada, una especie de tos suena a vuestra espalda. Os giráis rápidamente y un hombre vestido con ropa de campaña negra está a tres metros de vosotros dos.

Durante una décima de segundo te quedas paralizado, sorprendido por el sigilo del desconocido. ¿Cómo ha podido acercarse tanto sin que os hayáis dado cuenta? Pero te recuperas y le apuntas con tu arma; pero antes de que puedas decir nada, Nikolai se adelanta.

- ¿Eres zeta quince?

- Es zeta trece, sargento. Aunque supongo que usted ya lo sabía.

El hombre y Nikolai se sonríen. Te das cuenta de que tu sargento le ha hecho una prueba para comprobar si es el enlace del Departamento Gris que os tiene que llevar hasta la base de Federación Libre. Parece un hombre de rasgos de El Imperio, en buena forma física y equipado con ropas militares negras y una pistola en el muslo.

- ¿Me pueden acercar a su superior? Aunque con el ruido que hace no me costaría encontrarle...

Observé a nuestro enlace con curiosidad. Parecía un hombre curtido en mil batallas y que sabía lo que hacía. Me llamó la atención ver al viejo Nikolai mostrarse tan amistoso con él. Debían de conocerse desde hace tiempo.

Bajé mi arma. Mi reacción natural hubiese sido ofrecerle mi mano para estrecharla, pero el puto protocolo militar me lo impedía. De este modo, asentí a su pregunta y esperé a la reacción del sargento.

El primer pelotón se reune con el segundo, al mando del teniente Blistov. Éste se presenta al enlace del Departamento Gris y charlan durante un rato; te fijas en que el espía al servicio del Líder señala y explica al teniente lo que se supone que debe hacer, parece haber cogido las riendas de la operación.

Después deja a Bilstov y se acerca a Nikolai. Éste se señala y zeta trece se acerca a ti. Te separa un poco del grupo principal y mientras andáis por el bosque en dirección al objetivo, en cierta forma como si fuera un paseo, inicia una conversación.

- Parece que eres el encargado de hacer volar por los aires la instalación.- Dice mientras te ofrece un cigarro.- Me han comentado que dominas el tema, ¿es cierto?