Partida Rol por web

 Railford, Lunar de Pharast, Noche

Os internáis entre las cabañas de piedra y veís claramente que el asentamiento difícilmente albergará más de medio centenar de almas. Aunque por el momento no hayan hecho acto de presencia el lugar está cláramente habitado. Incluso sale humo de lo alto de algunas de las viviendas.

Sin duda es un lugar de paso para viajeros , de aspecto humilde y algo sucio; las moscas campan a sus anchas por el lugar. Se respira un fuerte olor a cebada y otros cereales destilados, seguro  procedente del edificio que se alza  al final de la desordenada hilera de construcciones.

Os encontráis en medio del poblado , preguntándoos cuando demonios aparecerá alguien cuando,súbitamente, algunas de las ventanas de cuatro o cinco chozas se abren  mostrando a hombres de aspecto común y mediana edad que comienzan a gritaros mientras os lanzan una lluvia de  botellas, piedras y otros objetos desde el interior...

-! Fuera de aquí !-os chillan algunos-

-! No queremos nada del Emperador !-se desgañitan otros.

Señores, que no venimos de parte de Ningún emperador!!! grito con toda la potencia que pueda.

¿Pero que haceis locos? ¿Así se recibe a unos viajeros? Ya no hay modales...- mientras corro para escabullirme de la lluvia de objetos magullado.

Valeros, visiblemente cabreado, se lanza a la carrera contra la puerta de la casa desde la que le han arrojado el objeto, intentando echarla abajo y gritando con fuerza:

¡Salid si os atrevéis, malditos cobardes! ¡No os mataré, pero vais a probar mis puños!

Valeros!!!, ¡no les hagas Daño, que solo se defienden!

El zapatazo de Valeros a la endeble puerta no consigue echarla abajo, pese a que se tambalea en sus goznes. Es una madera débil y otra embestida similar acababará seguro con su resistencia.

Dentro de la vivienda se oyen gritos de mujer desconsolados.

-¡¡ Marcháos !!- suplica una voz femenina-¡¡ Dejádnos en paz !!

Valeros, quizá al oír el sonido de la voz de una mujer, se calma un poco, y deja de embestir la puerta.

No queremos haceros daño. De hecho, estamos aquí para ayudaros. Pero, por favor, ¡parad de arrojarnos cosas!

No tenemos nada que ver con esos matones! Venimos buscando al hijo de Iodon Railford para hablar con él de asuntos que le atañen. No queremos haceros daño!

Pese a que no sonáis en absoluto convincentes,  la lluvia de objetos se detiene poco a poco.

Por unos instantes no se escucha ningún ruido y se masca la tensión. De pronto, la puerta de una de las cabañas más alejadas se abre y por ella aparecen tres hombres con paso firme. Los tres son de mediana edad de aspecto fuerte y decidido. No parecen campesinos, aunque solo el del medio viste armadura de cuero tachonado. Los otros dos tienen el rostro enrojecido por el enfado y sujetan con fuerza grandes garrotes en sus manos.

El que parece el líder, un hombre de pelo largo  entrecano y rostro curtido se adelanta un par de pasos mientras mantiene su mano apoyada en el mango de su espada envainada.

Marcell sonrió a los hombres al tiempo que lentamente llevaba su mano hasta el pomo de su espada, imitando al hombre que se les acercaba. Esperó a que su lider hablase.

La lluvia comienza a arreciar cuando el hombre se adelanta con aspecto decidido y mirando a Valeros dice:

-Amigo, por vuestro bien sería mejor que dejáseis esa puerta en paz.-se vuelve léntamente hacia el resto de vosotros- No queremos problemas.

-No tenéis aspecto de ser parte de la cuadrilla de mercenarios  que sirven a Grald, pero las apariencias suelen engañar. Será mejor que os expliquéis sobre vuestra presencia en Railford....y que vuestra explicación sea convincente o intentaremos mejorar nuestra puntería en lo sucesivo- Esboza una sonrisa cuando vuelve a mirar a Valeros, que aún se duele del golpe bajo.

Cojo mi ballesta y salgo de detrás de la carreta para apoyar, aunque sea psicológicamente a Marcell y que los tipos me vean, aún no la he cargado pero la llevo como si tal.

Te llama la atención un colgante de metal en forma de águila que porta el hombre que habla al cuello colgando de una cadena. No parece de gran valor, pero te llama la atención.

Os conocéis lo suficiente como para saber que Marcell, el explorador es el que tiene más labia y don de gentes de entre los del grupo. Seguido, sorprendentemente por Valeros, el guerrero.

Efectivamente, ni siquiera conocemos a ese tal Grald. Venimos buscando al hijo de Iodon Railford. Somos miembros de los pathfinders, y nos gustaría tratar algo con él. No os deseamos ningun problema