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El Ocaso de los Magos

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02/10/2019, 03:23
Textos de Shinie


 

Prólogo

Desde pequeño siempre tuve curiosidad por aquellos hombres de túnicas de colores, con dibujos de extraños símbolos, poderes increíbles, inimaginables para un hombre corriente. Desde los estudiosos arquitectos, alquimistas y médicos, hasta los magos de combate y justicia, de alguna forma que no alcanzaba a comprender, hacían milagros, cosas que no debían ser posibles y, sin embargo, lo eran. Aunque en ese entonces mi mente estaba plagada de dudas, el tiempo y el aprendizaje han sabido solventar la mayor parte de estas, al igual que han sabido solventar la de muchos otros magos a lo largo de los siglos.

(...)

Espero, estimado aprendiz, que lo que a mí me tomó años comprender sobre la magia pueda serte inculcado en un lapso menor de tiempo con este tomo, que hubiese deseado tener en mis manos en mis épocas de aprendizaje.
Sin más dilación...

 

Capítulo 1: Enlistamiento, compromisos y responsabilidades de un mago

Llegado el verano, a mis tempranos 17 años de edad, decidí enlistarme en las evaluaciones abiertas del Gran Torreón. Aunque no tenía idea qué sería lo que evaluarían, oí que con un poco suerte cualquiera podía ingresar a la escuela de magia (idea que más tarde descubriría no podría estar más errada). Si tenía una oportunidad, tan solo una en mil millones, lo intentaría. Así lo hice y afortunadamente y por poco perdiendo mi vida en el intento, lo logré.

(...)

Ahora bien, ¿cómo se eligen a los aprendices y por qué no cualquiera, muy pocos de hecho, son seleccionados para ser aprendices de mago una vez han pasado la prueba?

En primer lugar cabe mencionar que la mayor parte de los magos sólo puede despertar la magia de dos no-magos en toda su vida, cada uno separado por una diferencia de al menos 10 años, por lo cual cuando se le libera el don de la magia a alguien, se busca que tenga buenas aptitudes mágicas para no desperdiciar los limitados despertares, como se le llama coloquialmente a este acto.

El proceso de selección es relativamente simple. Hay ciertos hechizos (magia genérica, que veremos a detalle más adelante) que todos los magos pueden aprender. Uno de ellos es el de detectar el potencial mágico de una persona no-maga. Esto significa que al tener contacto físico con dicha persona no-maga (a las cuales llamaremos normales) se puede ver la esencia de su alma y vislumbrar tanto el tipo de magia que posee o poseería -que exceptuando contadas excepciones a lo largo de la historia siempre es un único tipo- como una aproximación a dónde, potencialmente, sería capaz de llegar como mago.

En base a eso se eligen a los aprendices, quienes harán de protectores del pueblo y del imperio en cuanto se conviertan en magos de forma oficial a cambio del gran don que se les ha otorgado, con su respectiva remuneración, por supuesto. También deberán prestar sus despertares a la escuela en la cual aprendieron a controlar su magia, y acudir a toda prisa si cualquier clase de guerra o rebelión estallase en alguna provincia.

 

Capítulo 2: ¿Qué es la magia?

Muchas veces a mí han acudido civiles o aprendices novicios, preguntándome un tanto confundidos y contrariados, que si bien al decir la palabra "magia" lo primero en lo que piensan es en la imagen de un poderoso hombre torciendo la realidad a su voluntad, creando milagros como bolas de fuego o espadas voladoras, no saben con exactitud qué es.

La realidad es que su definición teórica es, a grandes rasgos, simple. La magia es la materialización de una intención, un pensamiento, un deseo, un objeto y/o un efecto de la mente del mago en el mundo. Él moldea algo en su mente y lo reproduce en la realidad, aunque hay unos cuántos detalles que no podemos dejar escapar, de los cuales sabremos en el próximo capítulo.

En líneas generales hay dos clases de magia. La magia genérica, que consta de una gran variedad de hechizos bien definidos y por lo general poco o nulamente remodelables que cualquier estudiante con el libro adecuado o ayuda de un profesor puede aprender. Estos van desde escudos y barreras de diversos tipos, telequinesis y telepatía básica, algunos hechizos ofensivos, defensivos y sanadores muy básicos, entre muchos otros un poco menos populares como los despertares, evaluación de potenciamiento, (...)

Por otro lado se encuentra la magia propia. Siempre muy superior a la genérica en etapas avanzadas, es única en cada mago e imposible de reproducir con exactitud, ni si quiera por magos usuarios del mismo tipo de magia o  por los aclamados magos de élite. Esta magia es muy flexible y maleable, dependiendo totalmente del mago decidir qué forma darle. A diferencia de la magia genérica, no siempre se tienen hechizos específicos ya que un mago tiene la libertad de llevar a la realidad lo que quiera siempre y cuando esté dentro de su elemento. Esto también lo veremos más adelante.

La principal desventaja que posee la magia propia con respecto a la genérica en etapas intermedias del desarrollo de un aprendiz es la peligrosidad que representa su uso descontrolado con respecto a la magia genérica, siendo una gran amenaza tanto para la integridad del aprendiz como para quienes lo rodean.

El mayor exponente de este peligro fue Keregar Mordem, un estudiante que tuvo un despertar y poco tiempo después fue, de forma irresponsable y sin sellar su magia previamente, expulsado de su escuela. Años después, durante un ataque a su ciudad y en una situación desesperada, intentó usar su magia explosiva casi de forma instintiva, destruyendo todo y a todos en la gran ciudad de Trelonbür, más conocida a día de hoy como las Ruinas de Trelonbür (...)

 

Capítulo 3: Tipos de magia

A continuación se procede a mencionar los tipos más comunes de magia en magos, aunque cabe destacar que siempre hay variantes entre mago y mago, a veces menores, otras veces mayores.

  • Tipo fuego
  • Tipo agua
  • Tipo sanación
  • Tipo luz
    (...)

 

Capítulo 4: Cómo hacer magia. Detalles a tener en cuenta

Nota: No se recomienda practicar magia sin supervisión de un mago responsable sin haber estudiado diversos tomos con anterioridad, ni en situaciones de estrés o emociones fuertes.

Siempre hay que tener los debidos cuidados a la hora de practicar las artes mágicas. Si bien es cierto que luego de un tiempo las personas se suelen acostumbrar a usarla en su día a día y se convierte en una extensión de su ser, no se debe olvidar que es un gran poder y por lo tanto, como se suele decir, «A mayor poder, mayor responsabilidad».

Como se mencionó anteriormente, el primer paso a la hora de hacer magia es mentalizar la magia a ser creada, para lo cual deberemos de tener en cuenta ciertos aspectos.

En primer lugar, si intentas crear magia que no se relaciona de ninguna manera con tu tipo de magia, fracasarás de forma estrepitosa. Los intensos dolores de cabeza no se harán esperar, llegando a desmayos o en algunas circunstancias males peores dependiendo de cuán alejado del ámbito mágico en el que te manejas esté esa magia que estás intentando hacer, o en otras palabras, qué tan lejano es el tipo de magia que intentas hacer del que posees.

En segundo lugar, no hay nunca que perder de vista el hecho de que la magia es un esfuerzo mental y, como todo esfuerzo, fatiga. Si usas magia demasiado poderosa sin estar entrenado, es posible que pierdas la consciencia luego de hacerlo o que no concretes siquiera dicha magia antes de que tu visión comience a nublarse. Con entrenamiento esto mejora, pero sigue siendo algo que no se puede hacer constantemente sin cansarse. Además, mantener magia en el mundo (como puede ser una barrera estática o una "invocación") también causa dicha fatiga, aunque en todos los casos siempre la invocación inicial es lo que más cuesta.

Por último pero no menos importante está el alma, que al principio, al meditar, podrás sentirla allí, en alguna parte dentro de ti. Mientras más medites más consciente serás de su presencia, fortaleciéndola y permitiéndote evolucionar como mago. El tema es muy extenso como para abordarlo en este tomo, además que hay mucho que no se sabe a ciencia cierta, pero le dedicaremos un ligero capítulo más adelante.

Ciertos tipos de magia personal requerirán ciertos objetos o se verán potenciadas enormemente por los mismos, como por ejemplo la magia de invocación, la magia de sangre, la magia potenciadora, entre otras.

(...)

Hay quienes gustan de imaginarse la magia desde un punto de vista más físico (...) lo cual es muy interesante. A diferencia de la materia como la conocemos, la llamada materia mágica es totalmente inestable, y por más que tiene las mismas características y propiedades que la convencional, su existencia se ve totalmente ligada al mago que la creó. En cuanto el mago en cuestión deja de gastar energía haciendo que permanezca allí, desaparece.

 

Capítulo 5: El alma despierta

Por lejos una de las mayores interrogantes en lo que a magia refiere es el alma. El alma es una parte innata a cada ser vivo, es algo con lo que se nace y es parte de todos, magos y normales. La sustancial diferencia con respecto al alma es que un normal no se entera de la presencia de esta y se ve a sí mismo y a su alma como una única entidad. Un mago en cambio está "dividido" y su alma pasa a ser algo que si bien es parte de él está algo separada debido al despertar. En dicho hechizo y ritual se separa el alma de la persona con el fin de que la persona pueda acceder de forma casi consciente a esta, lo cual –aunque no sabemos por qué exactamente- permitirá usar magia.

De todos modos es un tema muy difícil de explicar y entender mediante la oralidad o escritura, la vivencia es la forma más simple de entenderlo.

(...)

Puede verse al alma como una extensión independiente de tu ser, sin personalidad definida y totalmente vacía. En determinados casos, existirán lo que he definido cuestionamientos singulares, pero no te encontrarás con uno hasta dentro de muchos años o tal vez nunca lo harás, así que su explicación no tiene lugar en este tomo.

(…)