Partida Rol por web

El Oddissey: Terror en la nieve

Bernie y Maurice: La Isla de Hielo y Fuego

Cargando editor
11/04/2011, 14:25
Director

Aquella misteriosa carta te brindaba un trabajo de investigación en la mismisíma capital Islandesa. Aunque no te gustó la idea de compartir trabajo con una mujer, finalmente firmaste el contrato. No podías rechazar aquella cifra de dinero.

Cargando editor
11/04/2011, 14:27
Director

En el momento en el que te dispones a levantarte de la cama para ir a las oficinas de la WCI cuanta antes, el teléfono de casa suena. Rápidamente te pasan los momentos de la noche anterior. La estupenda cena con Meredith, el momento en el que te bajaste del coche. Y ya por último, recuerdas como tus pasos salían del Geisha para conducirte hasta tu casa bajo la manta de estrellas que cubrían la noche.

Cargando editor
12/04/2011, 17:17
Maurice Stolker

Por suerte, la resaca no hizo demasiada mella en Maurice cuando se levantó. Aquellos margaritas no estaban muy cargados, cosa que agradeción de inmediato. Lo único que le faltaba era llegar con un resacón de tres pares a su nuevo empleo...eso no era nada profesional. Ahora estaba menos arrepentido de no haberse cepillado a su nueva jefa, pues tampoco hubiese sido nada profesional. Además aquella fulana del Geisha se había portado como una auténtica profesional, haciéndole pasar un rato fantástico. Era una experta en beso negro.

Cuando se dirigía al servicio a echar una buena meada el teléfono comenzó a sonar. Maurice se dirigió hacia el aparato, lo descolgó y dijo: - ¿Si? Digamé.

Cargando editor
12/04/2011, 20:29
Director

Cuando descuelgas el teléfono, al otro lado se escuchan unas misteriosas interferencias que te obliga a repetir de nuevo tus mismas palabras hasta que al final escuchas una voz que no reconoces.

-¿Sr. Stolker? Soy el cartero de la WCI. Se ríe entre dientes. Silverstone, Meredith Silvertsone tiene problemas de fiebre y no va a poder asistir a la oficina como había acordado con Vd. Bien, es inútil que le haga la pregunta de si está Vd. en su casa porque acaba de descolgar el teléfono. Pero sería tan amable de recibirme en su puerta dentro de unos... ¿cinco minutos? Tengo una carta que entregarle.-

Antes de finalizar la conversación, el hombre añade que se encuentra en la cábina de debajo de tu casa que en menos de cinco minutos se presentará ante la puerta. Tras ello corta la llamada.

Dirías que no han pasado ni cingo segundos, cuando de pronto, en el momento en el que dudabas entre ir a cambiarte o hacerte un café, escuchas el timbre de la puerta de casa. Al menos de que conozca el método de teletranportarse, ese cartero debe de ser muy rápido.

Cargando editor
12/04/2011, 22:11
Maurice Stolker

A Maurice se le vino a la cabeza la pesadilla del día anterior en cuanto oyó la puerta de nuevo. Se pellizco ligeramente el brazo para despertarse, pero lo único que consiguió fue un leve dolor. Gritó: - Un momento. Se fue a la habitación y se puso un pantalón. Le resultaba muy raro que aquel tipo fuera a su casa cuando Meredith le dijo que él tendría que ir a la oficina. No obstante se acercó a su puerta y con la cadena aun echada abrió una rendija para asomar la cabeza.

Cargando editor
14/04/2011, 19:37
Director

Aquella misteriosa carta te brindaba un trabajo de investigación en la mismisíma capital Islandesa. Firmaste el contrato tras una estupenda reunión. No podías rechazar aquella cifra de dinero. 

Cargando editor
14/04/2011, 19:42
Director

La mañana pasó volando mientras preparabas la maletas para viajar a la capital Islandesa. Cuando llegó el mediodía fuiste de nuevo el edifcio WCI para recoger el anticipo de los 1.000 dólares juntos a los billetes de avión con salida 17:37. La Srta. Meredith se mostró profesional, como si la noche anterior no hubiera pasado nada. El motivo de tu visita no era para hablar de aquello. Ya habría tiempo para eso.

Te informó de que en la zona de recogida de equipajes te esperaría un hombre joven, un tal Erik. También te recordó aquello de las fotos,  podría ser una interesante prima. Por último recalcó claramente que tu primera parada una vez pisaras la capital debería ser buscar las oficinas portuarias, aunque con total libertad de acomodarte primero antes de empezar con el trabajo. Tu compañero, el investigador, lllegaría unas horas más tarde al Hotel; tu nueva residencia.

Un taxi a cargo de la empresa te acercó al aeropuerto. Pasastés el control con normalidad, la documentación, la tarjeta de embarque estaban en regla y las maletas facturadas por la propia empresa te sirvió para tener un camino más tranquilo hacia el avión. Tras unas horas, no excisavemente largas, por las ventanillas ya se podía apreciar los maravillosos Montes de Reikabik. Toda la ciudad se encontraba bajo un hermosa manta de nieve pura.

Un frío glaciar te recibío nada más bajar del avión. Ya en la zona de desembarco y recogida de equipajes, encontrástes a un hombre portando un cartel con el nombre de Bernadette bajo las siglas WCI.

Imagen externa a Comunidad Umbría

Notas de juego

Cuidado, no marques a Maurice.

Pd: Espero que te haya gustado la primera escena.

Cargando editor
14/04/2011, 19:55
Cartero

Un hombre de tez oscura vestido con una gabardina algo mojada está plantado frente a la puerta. Su sombrero no pasa desapercibido, y echa un tufo a perfume barato. Tiende el brazo hacia delante con una carta entre sus manos.

-La carta Sr. Stolker-

La mirada del cartero se queda fija en tus ojos, esperando a que abras la puerta para coger la carta.

Notas de juego

Cuidado, no marques a Bernie.

Cargando editor
14/04/2011, 23:36
Maurice Stolker

A Maurice no le hacia falta abrirle a aquel tipo que le daba mala espina. ¿Por qué puñetas no me la pasa por aquí? - Pensó mientras lo miraba fijamente. Así que, aun pareciendo totalmente descortés, le dijo: - De acuerdo, pasamelá - Tras lo cual extendió la mano a través del espacio que dejaba el cerrojo.

Notas de juego

Sorry

Cargando editor
15/04/2011, 10:58
Bernie Gardner

Tras dormirme un par de horas en el avión, dedico el resto del viaje a mirar por la ventana y sacar distintas fotografías del mar visto desde el cielo. Cuando por fin divisamos la bonita isla nevada de Islandia, noto que el corazón me late con emoción. Es la misma sensación cada vez que estoy llegando a mi destino, una intensa curiosidad por saber qué me deparará la ciudad a la que llego, qué es lo que me encontraré allí. ¡No cambiaría este sentimiento por nada del mundo! No puedo evitar sonreír. Se nota que nací para viajar. Clic. Clic. Un par de fotos de la isla justo antes de que empecemos a descender. 

El aterrizaje ocurre sin problemas, y al bajar del avión noto la bofetada de frío únicamente en mi cara, ya que me he abrigado bien. En recogida de equipajes me encuentro con un hombre rubio y muy guapo que lleva un cartel con mi nombre. Tiene una cara increíblemente nórdica, pienso sonriéndole encantadoramente mientras me acerco a él y le hablo en un inglés lo más correcto posible.

- Buenas... - me quedo bloqueada por un segundo. La verdad es que se me ha olvidado completamente cambiar el reloj, así que me encuentro perdida y no sé qué hora es - Esto... Hola - le tiendo una mano para saludarle - Soy Bernadette Gardner, aunque llámeme Bernie, por favor. Usted debe ser Erik, ¿verdad? Muchas gracias por venir a busarme, es muy amable por su parte. ¡Dios! ¡Qué frío hace aquí!

Notas de juego

Claro que me ha gustado! Ha estado muy bien, en serio. Y algo me dice que ahora que comenzamos con los misterios, más todavía :D Tengo ganas de conocer a mi misterioso acompañante... xD

Cargando editor
15/04/2011, 12:57
Cartero

El hombre no se extraña ante tus palabras, un tanto desconfiadas y poco cortés. Cuando te entrega la carta cuela ambas manos en el interior de los bolsillos de la gabardina. Sus gestos son demasiado tranquilos. El hombre, que ya había hecho la intención de marcharse se mantiene con una amistosa sonrisa. Se retira el sombrero.

-Lamento las confusiones que haya podido causarle. Trabajo para la agencia de investigación privada Winnipeg Chemicals. Yo sólo me limito a cumplir ordenes. Satisfecho con su presentación, carraspea y concluye colocándose de nuevo el sombrero. Será mejor que me marche, cualquier duda siga las instrucciones de la carta.

Con un gesto de cabeza amable se despide. Que tenga un buen día. Y cómo siempre digo, quizá volvamos a vernos.-

Cargando editor
15/04/2011, 13:23
Erik

Es un joven de apenas 28 años, que a leguas vista da la imagen del típico islandés. Una cara tan común que sería imposible de encontrar entre una mulitud. Su pelo es de ese tono entre rubio y rojizo tan común en estas latitudes, los ojos azules, pequeños, como enternamente contráidos que le dan cierto aspecto de intelectual. El hombre no es demasiado alto, de complexión algo rolliza, y camina con un peculiar renqueo producto de tener una pierna ligermante más larga que la otra.

El joven habla con un inglés académico y un marcado acento.

-Hola. Soy Erik. Me encargaré de todos los trámites administrativos relacionados con sus visados para ahorrarles trabajo innecesario. Sigamé, le llevaré hasta su Hotel; Royal Weird. Te estrecha la mano, recoge una maleta que estaba apoyada y te indica el camino a seguir.

Subes a un coche negro, que te da la apariencia, de cualquier capó de la mafia, pero sin duda es agradable tener a un tipo como Erik que te guíe por la ciudad. A unos diez minutos del aeropuerto se encuentra el Roya Weird, un lujoso Hotel de cinco estrellas y algo aislado del resto de la ciudad.

http://img.viajescondestino.com/wp-content/uploads/2009/10/vincci.jpg

Erik detiene el coche tras subir una pequeña pendiente helada, dónde es un regalo para la vista ya que tanto el monte Akrafjall  y el Monte Esja se pueden apreciar completamente cubiertos por una manta de nieve. Baja del coche:

Muy bien. Estaré por la ciudad para lo que necesiten. Meredith me informó recordarles que debéis de visitar las oficinas portuarias cuanto antes, ok? No duden en llamarme a este teléfono*. Puedo conseguiros casi cualquier cosa por aquí. Habla pluralizando porque debe de saber los detalles de tu trabajo, y pronto tendrá que ir a recoger a tu misterioso acompañante. Por primera vez en todo el tiempo Erik muestra una apacible sonrisa. Te ayuda a sacar el equipaje y en seguida se vuelve al interior del coche dónde te da un último consejo, asomando la cabeza por la ventanilla.

Esta noche va a venir una tormenta. Será mejor que le digáis al conserje que no se olvide de poner la calefacción. Estaréis sólos en el Hotel.-  Suelta una risilla entre dientes, arranca el coche de forma agresiva y baja por la misma pendiente por la que subistes.

Notas de juego

* Teléfono: BR-1346

Cargando editor
15/04/2011, 14:44
Bernie Gardner

El hotel me causa una muy grata impresión. Es una preciosidad, y los carámbanos de hielo que cuelgan de los balcones aumentan ese aire tan invernal, de postal navideña. Ayudo a Erik a sacar las maletas del coche, ya que estoy acostumbrada a hacerlo cuando viajo sola, y después acepto su tarjeta y me la guardo en el bolsillo con una sonrisa.

- Muchas gracias. Llamaré en caso de que lo necesite. Meredith me dijo que mi compañero llegará unas horas más tarde al hotel, así que me instalaré y después iré a pasear por la ciudad.

Después de despedirnos, arranca el coche y se va; pero ese último comentario se queda flotando en el aire y me intriga muchísimo. ¿A qué se referirá con que estaremos solos en el hotel? ¿Es que en este lujoso y apacible hotel no hay más inquilinos que nosotros? La idea se me hace rara, ya que por lo general este tipo de sitios suelen estar llenos hasta arriba de ricachones y empresarios. Me encojo de hombros. Ya le preguntaré al conserje cuando entre.

Por el momento me dedico a observar embelesada el paisaje. La visión de los montes nevados me resulta fascinante, así que saco mi cámara y por espacio de un cuarto de hora me dedico a sacar fotografías desde los mejores ángulos. Cuando revele las fotos en Boston le haré una buena selección a Meredith, pienso distraídamente, concentrada en el trabajo. Una vez satisfecha mi vena fotógrafa, cargo con las maletas y entro en la recepción del hotel observándolo todo con curiosidad. Las dejo en el suelo y busco al recepcionista con la vista.

Cargando editor
16/04/2011, 20:02
Maurice Stolker

Maurice asintió desganado a la despedida del hombre. Ahora parecía muy educado pero hace un rato su comportamiento no es que fuera de lo más normal con lo que seguía pensando que había hecho bien no abriéndole la puerta. En cuanto lo hizo cerró las puertas en las narices del tipo y se sentó en su sofá. Cogió el abrecartas y lo utilizó en el sobre para, posteriormente, leer la nota que había en su interior.

Cargando editor
17/04/2011, 13:05
Director

El Hotel es como una fotaleza por fuera, con barrotes en las ventanas, murallas de piedra y tejado de pizarra. Dentro del patio amurallado puede verse un pequeño jardín y en el centro de este un edificio alto como una torre adosada en la parte posterior. En lo alto de la torre, cuadrada, y rematada con un puntiagudo tejado de pizarra, puede verse unas enormes letras que indican el nombre del edificio junto a una estrella de hierro de nueve puntas. Un pequeño detalle de adorno. En el patio se nota una inquietante soledad, como si en mucho tiempo no hubiera pisado nadie esa zona. Todo el jardín está cubierto por esa densa nieve que adueña el lugar.

El interior está muy bien amueblado teniendo en cuenta el mas mínimo detalle para ofrecer confort y un extremado lujo, a cada lado de la sala hay dos largas escaleras que suben a un piso superior. Justo enfrente dos largos sillones de valiosa madera oscura contienen finos cojines de seda, un hermoso escudo de armas en plata y oro resalta en la habitación sobre una calida y hogareña chimenea que contrasta por su sencillez con el lujo del resto de la estancia. Parece que es la zona de recepción.

Enseguida, el conserje, un señor mayor que se encontraba fregando el suelo ya te esperaba. Viste ropas simples; un mono vaquero, junto con una camiseta blanca por debajo, sin olvidar esas típicas botas negras hacen que completen todo su vestuario profesional. Te hace cruzar una puerta para dar lugar a la multitud de puertas que forman el largo pasillo del piso superior.

Imagen externa a Comunidad Umbría

Se detiene en una puerta que nada tiene que envidiar junto al resto de la decoración. Abre la puerta doble y da una habitación lujosa que desprende un olor agradable a frescor y a limpio. Hace una reverencia. -Os avisaré para la cena. Y trataré de arreglar la calefacción lo antes posible. Espero que se encuentren cómodos. Especialemente ustéd- Como buen caballero besa tu mano.

Con su inseparable escoba se retira por dónde has venido, dejándote el tiempo necesario para que puedas desprenderte del equipaje y acomodarte en el interior de tu (vuestra) nueva habitación.

Habitacion Hotel Kasbah Azalay; Marruecos

Notas de juego

La habitación también tiene una televisión moderna y un teléfono.

Cargando editor
17/04/2011, 13:09
Director

El interior de la carta contenía 1.000 dólares y el mismo mapa marítimo que te enseñó Meredith en la cena, por último indicaba que debías volver al edificio WCI para recibir los últimos detalles. La mañana pasó volando mientras preparabas las maletas para viajar a la capital Islandesa.

La Srta. Meredith, como bien te dijo el cartero, no se encontraba en su oficina, en su lugar había un hombre atractivo, de unos treinta años más o menos, -muy bien llevados- traje con corbata y los primeros botones de la camisa desabrochados. Les informó de que en la zona de recogida de equipajes les esperaría un hombre joven, un tal Erik. También informó de que si Bernadette Garner (tu nueva compañera) conseguía varias fotos de la ciudad podrían llevarse una interesante prima. Silvertsone era una gran coleccionista de todo tipo de sitios interesantes de diferentes lugares del mundo y le ofreció ese pequeño extra a tu compañera. Por último recalcó claramente -antes de marcharte- que vuestra primera parada una vez pisaráis la capital debería ser buscar las oficinas portuarias, aunque con total libertad de acomodaros primero antes de empezar con el trabajo claro.

Un taxi, a cargo de la empresa te acercó al aeropuerto. Pasastés el control con normalidad, la documentación, la tarjeta de embarque estaban en regla y las maletas facturadas por la propia empresa te sirvió para tener un camino más tranquilo hacia el avión. Tras unas horas, no excisavemente largas, por las ventanillas ya se podía apreciar los maravillosos Montes de Reikabik. Toda la ciudad se encontraba bajo un hermosa manta de nieve pura.

Un frío glaciar te recibío nada más bajar del avión. Ya en la zona de desembarco y recogida de equipajes encontrastes a un hombre portando un cartel con el nombre de Maurice Stolker bajo las siglas WCI.

Imagen externa a Comunidad Umbría

Notas de juego

Bernadette ya debe de estar esperándote en Islandia. Al menos eso es lo que te dice el hombre de la oficina.

Cargando editor
18/04/2011, 23:57
Maurice Stolker

Aviones, malditos cacharros - pensó Maurice cuando comenzó a estornudar en pleno vuelo. Pocas veces se había subido a uno pero siempre sucedía lo mismo: la jodida presión lo martirizaba. Empezaba a dolerele un poco la cabeza y después le seguía un mocoseo. Para aderezar el potaje se sumaban a la fiesta los estornudos y ya para acabar el picor de garganta. Era una especie de alergia que se hacía insufrible y, como era costumbre en él, se le había olvidado coger algún pañuelo más. Cierto es que se levantó varias veces al servicio a por papel, llegando a molestar a sus dos compañeros de viaje que se tenían que levantar para que pasara. Pero cuando tienes un grifo en la nariz nunca hay suficiente. De hecho tuvo que recurrir a las mangas de su imponente traje en alguna ocasión. Cuando llegó al aeropuerto se alivió el mal de alturas pero para compensar los oidos se le taponaron de mala manera, teniendo en el derecho un molesto pitido.

 

Fue al servicio y vio que tenía los ojos hinchados por lo que se los lavo con agua y se adecentó como pudo. Se encontró mejor esperando a las maletas, las cuales llegaron con algo de retraso. El frío le estaba ayudando a ponerse mejor tras el calor que había pasado en la cabina. Una vez recogidas se dio cuenta de que había un hombre que tenía un cartel en las manos con su nombre puesto. Se fue hacia él y le dijo: - Hola, soy Maurice Stolker.

Cargando editor
19/04/2011, 12:52
Erik

Es un joven de apenas 28 años, que a leguas vista da la imagen del típico islandés. Una cara tan común que sería imposible de encontrar entre una mulitud. Su pelo es de ese tono entre rubio y rojizo tan común en estas latitudes, los ojos azules, pequeños, como enternamente contráidos que le dan cierto aspecto de intelectual. El hombre no es demasiado alto, de complexión algo rolliza, y camina con un peculiar renqueo producto de tener una pierna ligermante más larga que la otra.

El joven habla con un inglés académico y un marcado acento.

-Hola. Soy Erik. Me encargaré de todos los trámites administrativos relacionados con sus visados para ahorrarles trabajo innecesario. Sigamé, le llevaré hasta su Hotel; Royal Weird. Te estrecha la mano, recoge una maleta que estaba apoyada y te indica el camino a seguir.

Subes a un coche negro, que te da la apariencia, de cualquier capó de la mafia, pero sin duda es agradable tener a un tipo como Erik que te guíe por la ciudad. A unos diez minutos del aeropuerto se encuentra el Roya Weird, un lujoso Hotel de cinco estrellas y algo aislado del resto de la ciudad.

http://img.viajescondestino.com/wp-content/uploads/2009/10/vincci.jpg

Erik detiene el coche tras subir una pequeña pendiente helada, dónde es un regalo para la vista ya que tanto el monte Akrafjall  y el Monte Esja se pueden apreciar completamente cubiertos por una manta de nieve. Baja del coche:

Muy bien. Estaré por la ciudad para lo que necesiten. Meredith me informó recordarles que debéis de visitar las oficinas portuarias cuanto antes, ok? No duden en llamarme a este teléfono*. Puedo conseguiros casi cualquier cosa por aquí. Habla pluralizando porque debe de saber los detalles de tu trabajo, y te indica que hace cosa de 30-40 minutos tu acompañante ya se ha alojado en el Hotel.

Por primera vez en todo el tiempo Erik muestra una apacible sonrisa. Te ayuda a sacar el equipaje y en seguida se vuelve al interior del coche dónde te da un último consejo, asomando la cabeza por la ventanilla. Esta noche va a venir una tormenta. Será mejor que le digáis al conserje que arregle la calefacción. Estaréis sólos en el Hotel.-  Suelta una risilla entre dientes, arranca el coche de forma agresiva y baja por la misma pendiente por la que subistes.

Cargando editor
19/04/2011, 18:44
Bernie Gardner

Voy observando los pasillos por los que el amable conserje me va guiando. La verdad es que todo tiene una pinta estupenda, eso es innegable. Tiene aspecto de ser un hotel señorial, y eso que en mi vida he visto gran cantidad de hoteles y albergues de todo tipo... Desde los lujosos a los más cutres del mundo.

- ¡Qué preciosidad de habitación! - comento con tono aprobatorio cuando me abre la puerta y puedo echar un vistazo dentro. Parece muy cálido y acogedor, ante lo que no puedo evitar una sonrisa de satisfacción. Pienso que tendré que darle las gracias a Meredith por la elección de nuestro alojamiento, ya que su mano y su gusto parecen estar detrás de ello.

Comienzo a entrar las maletas cuando el conserje comenta lo de la calefacción.

- Ah, cierto. Mi guía me comentó que debía decírselo, ya que se avecina una tormenta y hará frío. Soy bastante friolera, ¿sabe? - hago un poco de hincapié en ello, por si las moscas. El servicio será excelente seguramente; pero nunca está de más recordarle las cosas sutilmente. El hombre se despide gentilmente de mí, y cuando comienza a alejarse recuerdo algo.

- ¡Eh, perdone! - le llamo en voz alta y cuando se gira le dedico una de mis sonrisas encantadoras - Mi guía también comentó una cosa que me ha intrigado en extremo. Dijo que estaríamos solos en el hotel, mi compañero y yo... ¿A qué se refería?

Termino de colocar las maletas tras la puerta y me arreglo el pelo con las manos.

Notas de juego

PD. ¿Qué hora es más o menos en Islandia? xDDD

Cargando editor
20/04/2011, 00:30
Maurice Stolker
Sólo para el director

Aquel hotel le daba escalofríos a Maurice. No solo por el hielo que colgaba desde sus tejas sino porque le daba mala espina y no sabía porqué. Encima cuando el albino le dijo que iba a estar solos la cosa se acentuó. ¿Qué sentido tenía llevarlos a ese hotel? ¿Por qué no uno más cercano de la ciudad? El siempre había sido un hombre urbano, amaba la ciudad y el ruido de la noche. El silencio absoluto lo ponía muy nervioso y allí no se escuchaba ni una mosca. Encima aquel tipo le ponía nervioso...era casi albino y le recordó a un caso que tuvo en una ocasión que en la que ayudó a la policía cuyo asesino tenía esas características. Cuando le dijo lo de la calefacción y se rio a Stolker le dieron ganas de patearle su culo blanquecino.

Tras irse se quedó con las maletas en la mano pensando en que mierda de hotel de cinco estrellas debía ser ese para que no saliese ningún botones a hacer su puñetero trabajo. Subió la escalinata intentando no matarse con el hielo y entró en el hall de recepción con cara de pocos amigos...y aun le quedaba conocer a su compañera.