Partida Rol por web

El Oddissey: Terror en la nieve

Christine y Alan: La Isla de Hielo y Fuego

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15/07/2011, 14:12
Christine Turner

-No te prreocupes, no me alejarré- le dije a Alan mientras salíamos del hotel. Hacía un frío que helaría hasta el mismo infierno, si es que existía. Al menos todas las capas de ropa que me había puesto para salir ahí fuera estaban haciendo algo de efecto, aunque sabía que no podría durar mucho en un lugar como ese. Además, el sonido de los animale salvajes acercándose al lugar no hacía más que ponerme nerviosa. Recordé entonces la historia del chico que había sido atacado por los coyotes y reprmí un grito.

-Quizá lo mejorr sea llamarr a la policía, Alan- Me movía con dificultad por la gruesa capa de nieve que se había formado. La gente del lugar estaría acostumbrada, pero yo era una chica de ciudad y estas cosas no terminaban de gustarme. Me acerqué con cuidado hasta el uniforme que había en el suelo, lo que hizo que me asustara aún más. Esscúchame bien, un parr de minutos y volvemos, ja?

Seguí avanzando hasta ver esa pequeña puerta de madera, que me llamaba la atención. Quizá la niña se había resguardado en el lugar, no lo sabía. No veía ninguna huella, pero quizá la propia nieve que caía las iría borrando. Poco a poco, fui acercándome hacia el lugar, con algo de miedo- Quizá esté ahí dentro- dije mientras avanzaba, sin esperar a Alan. ¿Pequeña? ¿estás por aquí? ¿hay alguien? pregunté mientras llegaba hasta el lugar.

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15/07/2011, 18:06
Director

Alan, un tanto extrañado, incrédulo de lo que veía, se acercó hasta el lugar donde descansaba el uniforme. Se agachó y lo rozó con sus dedos. Sin saber por qué no se atrevió a levantarlo, un temor casi reverencial le invadió.

El lugar estaba vacío, no había rastros de la muchacha que ya debería estar casi congelada. A lo lejos, lo único que se oía era el aullido de coyotes. ¿Coyotes tan cerca de la civilización? No, debía de ser el silencio reinante, la calma que se respiraba allí propaga más de lo debido los sonidos del bosque. La niña no estaba. Sin embargo, la ropa y el osito demostraban que era real, que no lo habiáis imaginado.

Los difíciles pasos sobre la nieve te llevaron hasta aquella vieja puerta de madera, alejándote unos metros de Alan. Al fondo, una única luz brillaba en el umbral de las escaleras que bajaban al sótano, a la sala de la caldera. La escasa luz te alertó de una nueva puerta medio atascada. Empujaste la puerta sin esfuerzo y encontraste una sala iluminada por la penumbra, caliente, vibrante. Los tubos de metal que recorrían el suelo y trepaban hacia el techo aparecían relucientes como recién bruñidos y hasta la última de las herramientas estaba colocada en su sitio.

El frío colaba cada vez más. Si no querías ser dueña de una pulmonía era mejor volver y buscar al conserje para organizar una búsqueda. Allí no había nada más que maquinaria y un montón de desperdicios en cada una de las esquinas. Éstos estaban ocultos bajo telas cubiertas en polvo. El baho, incesante avisaba a Chris cada vez más del frío, justo en ese instante fué cuando sentiste como se cerraba la puerta de golpe tras tus los talones.

De pronto, una respiración agitada y paranormal se escuchaba cada vez más fuerte. Dirigiste la vista hacia el sonido, sin distinguir nada entre la penumbra del fondo. Sentiste unas ansias fuertes de salir corriendo de allí, de huir. Pero por otro lado también sentías curiosidad por saber quién era el dueño de aquella respiración... La puerta de salida quedaba a tus espaldas... más cerca que aquel espeluznante chirrido, eso estaba claro, y no era nada mala idea intentar salir de allí.

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24/07/2011, 17:08
Christine Turner

Entré en el lugar, sin saber si Alan me estaba siguiendo o si se había quedado fuera. La verdad es que estaba congelada y lo que más se me apetecía era volver a la habitación y olvidarme del asunto, pensar que había sido una mala pasada de nuestra imaginación, de estar en un lugar nuevo y escalofriante, pero no era así: el uniforme de la cría nos hacía ver que allí debía haber alguien, o que había pasado al menos por allí. También podía ser una trampa, una especie de prueba que estaban haciendo a Alan para ver su calidad como investigador, pero lo cierto es que era terrorífico y de muy mal gusto hacer a una niña pasear por el frío de la noche.

Miré la estancia: era mucho más calida que el exterior del hotel, pero tampoco me daba buena espina. ¿Qué podría darmelo en un lugar como este? Miré a un lado y a otro, pero no atrás: No parecía ahber rastro alguno de la nia, ni de otro ser humano. El pequeño habitáculo estaba bastante ordenado, con cada herramienta perfectamente colocada en su lugar. Decidí que lo mejor sería darme la vuelta: quizá Alan estuviera preocupado porque no sabía dónde me había metido, y eso no le gustaría. En ese momento escuché la puerta cerrarse:

-Alan, ¿erres tú?- pregunté con algo de miedo en el cuerpo. Di un par de pasos hacia atrás, pero manteniendo la mirada fija en el frente, sin girarme. Fue entonces cuando el sonido de una respiración entrecortada comenzó a inundar el lugar, haciéndome estremecer. Alan, carriño, esto no tiene grracia- sabía que no era Alan, porque el sonido provenía del lugar contrario.

Se me presentaban dos opciones: avanzar o huir. Sé que Alan me habría dicho que huyera, que esto no pintaba bien, pero yo no dejaba de desear conocer el final de la historia y empecé a avanzar por la estancia. ¿Quién... quién hay ahí?- mis pies se movían con sigilo, pero con algo de inquietud. Cerré las palmas de las manos, haciendo que estas fueran puños, dispuesta a defenderme de cualquiera que apareciera sin previo aviso.

Notas de juego

Siento tardar tanto, pero como ya te dije estoy con el portatil porque mi PC ha muerto. Mañana lo llevaré a reparar, que con esta puta crisis una no tiene ni para pagar una reparación xDDD Siento estar tardando tanto, de verdad, pero parece que todo juega en mi contra >_<

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26/07/2011, 18:56
Director

Durante unos segundos te habías dedicado a intentar distinguir de dónde venía el extraño rugido, pero el sitio no te tranquilizaba para nada: por tu mente de inmediato pasó la visión de un cadáver, o alguna otra criatura fantasmágorica incorporándose de una de esas mugrientas esquinas. El terror te invadía, esa sensación que se te pegaba a la piel. Notaste que empezabas a sudar más y más a pesar del frío, y no conseguías reaccionar. Por una parte querías salir fuera de aquel sitio espantoso, pero por otra no podías moverte, necesitabas saber qué era aquella respiración.

Las manos te temblaban. Tenías miedo, mucho miedo...

Aunque no lo hiciste, fué como si hubieras contado mentalmente hasta tres y comenzaste a cerrar las manos para formar un puño que te servían como ayudantes. Sin previo aviso fuiste atacada por una especie de roedor alado que te sacudió la cabeza sin consecuencias graves. El animal -del tamaño similar al de un águila-, con un extraño rugido escapó por un orificio del techo.

Aquello liberó cierta tensión, y seguiste avanzando hasta el panel de las herramientas pues te llamaron la atención nuevos sonidos simliares. Los famélicos y hambrientos roedores pululaban por doquier, reunidos a montones cerca de los cadáveres de criaturas que habían conseguido dominar, saliendo de sus madrigueras como insectos, con esos rojos ojos brillantes y saltones, pero al parecer sólo bastaba azotarlas con el brazo para desperdigarlas. No te importó qué caminara a tu alrededor cuando viste una pila de periódicos viejos con titulares similares:

- " El Conserje del Royal Weird asesina a su famila en su propio hotel "

- " ¿Jack el destripador ha vuelto? Se rumorea ciertas desapariciones y canibalismo de huéspedes en el Royal Weird "

- " Un Hotel maldito deja " pálidos " a un pareja que disfrutaban de sus vacaciones en Reikabik "

Misteriosamente en ningún titular se dejaba ver al asesino o culpable de aquellos delitos, cómo si alguien los hubiera recortado a propósito.

De nuevo te invadió el pánico. Unas agresivas sacudidas de la puerta te indicaron que alguien desde el otro lado quería entrar con excesivo entusiamo. ¿Sería Alan? Alan no solían llamar a la puerta de aquella forma.

Notas de juego

Venga, no pasa nada corazón. Seguimos dandole caña.

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26/07/2011, 20:11
Christine Turner

Estar ahí dentro pondría la piel de gallina a cualquier loco que decidiera entrar en busca de refugio. Y, sin embargo, ahí me encontraba yo, calada hasta los huesos y con una sensación de inseguridad que me invadía con cada paso que daba. Realmente no me imaginaba nuestro viaje de esta manera, si, investigando sí, pero no sintiendo una presencia paranormal en el hotel, que nos acompañaba. Bueno, mejor dicho, parecía que nosotros íbamos siguiéndola.

Intentaba hacer el menor ruido posible, como si no quisiera que me descubrieran allí. A decir verdad, es que no quería que nadie me descubriera, salvo Alan. ¿Qué explicación le daría al conserje? ¿que una pequeña niña se había caido y la buscábamos en la nieve como idiotas? Lo mejor era llamar a la policiía y que esta se encargara. No era nuestro trabajo hacer de niñeras y menos de alguien a quien no encontrábamos.

Me encontraba tensa en el lugar, intentando encontrar a alguien de quien ya dudaba su existencia humana: seguramente sería un animal indefenso que había sido herido, o yo que sabía. La extraña luz del lugar hacía que todo pareciera aún más tétrico de lo que alguien se podría figurar; todo parecía alargarse y crecer hasta el techo, adoptando un carácter tenebroso.  De pronto, noté algo pasar sobre mi cabeza y solté un grito ahogado: se trataba de un animal, que , al parecer, parecía haberse asustado más que yo. No pude evitar reirme, porque estaba demasiado tensa y mi imaginación me jugaba malas pasadas.  Me toqué el pelo unos instantes, para evitar que estuviera despeinado, y seguí avanzando, con mis puños dispuestos como armas.

Seguí avanzando por el lugar hasta dar con unos viejos periódicos. Me acerqué a mirarlos, por curiosidad, pero a decir verdad después de leer las noticias preferiría no haberlo hecho. Se me puso la piel totalmente blanca y noté un escalofrío por la espalda. Estaba segura de que Alan no sabía eso y yo debía de contárselo. Iba a coger los periódicos cuando escuché cómo llamaban a la puerta con fuerza, como si prácticamente agrediera sobre esta. Miré a un lado y a otro e intenté esconderme, pero si no veía ningún escondite adecuado me alejaría un poco de los periódicos y me quedaría esperando, como si no ocurriera nada. Esperaba que fuera Alan quien aporreaba la puerta, asustado.

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28/07/2011, 19:17
Director

El pánico que sentiste al leer los titulares te hizo abrir los ojos, casi desorbitados. Había que sumarle el juego de sombras que se creaban en las paredes y el incesante y agresivo movimiento de la puerta sin descanso. Y todo aquello junto podía resultar demasiado espantoso para cualquier persona que tuviera un mínimo de convivencia.

Las sombras no dejaban de formar siluetas de sombras visibles por la leve claridad que se colaba por los resquicios de la puerta. Te llenaba de pavor. A veces, intuias unos cuernos, negros como el azabache, más oscuros que la propia negrura. Una mirada brillante clavada en ti. Una sonrisa malévola. Unos colmillos rasgados. Unas afiladas uñas mugrientas en las que terminaban sus largos dedos...

Todo quedó difuminado por un repentino y reinante silencio. Miraste a tu alrededor de forma jadeante mientras buscabas con la mirada algún sitio en el que ocultarte. Pudiste ocultarte tras aquella vieja caldera, pero la casucha era tan estrecha que fuese quién fuese la persona que dejó de azotar la puerta no tardaría en descubrirte en poco tiempo. Así que cerraste los ojos al mismo tiempo que los puños y, el sonido de unos viejos goznes te avisaron de que alguien estaba entrando. Te preparaste para lo peor.

La silueta de un hombre no se dejaba entrever claramente. No fué hasta que la escasa luz que vacilaba a sus anchas iluminó el rostro del hombre cuando empezaste a sentirte más segura, con ganas de llorar sobre brazos de tu chico para descargar el frustrante momento vivido; era Alan, que sujetaba el oso de peluche con una de sus manos.

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28/07/2011, 19:45
Alan

Observé la nieve alrededor. Se encontraba impoluta, sin haber sido horadada por ninguna huella. Bajé la vista hacia mis manos. Mis dedos comenzaronn a mostrarse muy pálidos, faltos de irrigación. Comenzaba a sentir los efectos del frío severo del lugar.

El largo recorrido hasta allí desde que salimos de aquella sala de baile me impulsaba a seguir descubriendo qué misterios encerraba el lugar. Pero esta vez escuché a mi razón. Mi cuerpo no resistiría semejante exposición al frío. Era hora de volver y pedir ayuda de verdad, quizá Christine tenía razón y lo mejor era llamar a la polícia. Nosotros sólos no podríamos hacer mucho más. Resignado pero resuelto avancé hacia la casucha y comencé a aligerar mis pasos. ¿Dónde estaba mi chica? Joder, con temor barrí la puerta que daba a la caldera, asustado de que le hubiera pasado algo.

Chris estaba en el interior, paralizada, atemorizada. Suspiré con alivio al verla.

La tensión empezó a remitir llevándose la adrenalina que me había mantenido alerta hasta el momento. Una peligrosa modorra fruto del cansancio empezó a apoderarse de mi, haciendo que en algún momento me sorprendiera a mi mismo dando una cabezada. Chris no debió de tardar en notar mi pálidez, el frío me había vencido.

Caí al suelo, sin fuerzas, moribundo... El peluche abandonado aún seguía en mis manos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

En cuanto te acerques, notarás que Alan se encuentra muy pálido, con escarcha sobre la perilla... y su cuerpo lo notas que puede estar a una temperatura mucho más baja de lo normal, tiritando.

-Siempre podrás recordarle este momento como que tú tuviste más aguante que él... ;D

¡1 besito guapísima!-

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28/07/2011, 21:42
Christine Turner

La baja iluminación del lugar, así como las noticias de las que acababa de enterarme, hacían parecer que esa caseta, abandonada casi en medio de la nada- como este maldito hotel- se convertiría en mi tumba. Quizá estaba teniendo alucinaciones y no había leido lo que me había parecido leer. Me obligué a mi misma a recordar los titulares y a darme cuenta de que era cierto; lo que estaba viviendo era real.

Las sombras no dejaban de acecharme, esperando a que me despistara en cualquier momento para atacarme. Mi mente, cansada y exhausta a causa del frío, sufría alucinaciones que no era capaz de distinguir de la realidad. Todos esos colmillos, esas figuras oscuras que pretendían acabar conmigo, cada vez se encontraban más y más cerca, esperando un error mío. No podía permitírselo; ni por mí, ni por Alan. Así que miraba a todos lados, con desconfianza, sin saber bien qué hacer.

Casi me dio un infarto cuando vi que la puerta terminaba de abrirse. Por un instante pensé en coger una herramienta y atacar al primero que apareciera por la puerta, pero... ¿y si era alguna especie de ente? No, no, no podía ser. Negué con la cabeza.  ¿Qué ente ni qué diablos, Chris? Es el viento, o quizá Alan. E incluso podría ser el conserje, buscándonos. Pero entonces quizá sabría que he leido las noticias y me habría metido en problemas...

Notaba que mis puños se cerraban con fuerza, llegando a clavarme las uñas decoradas al estilo francés. Mis labios temblaban, no sabía si del frío o del miedo, pero la cuestión es que no dejaba de hacerlo. Respiraba con dificultad, por el miedo a que fuera alguien peligroso y al que yo no pudiera hacer frente: parecía que mi vida se estaba haciendo cada vez más y más peligrosa, y que cada situación que se presentaba resultaba más difícil de superar.

Entonces se hizo el silencio. Solo silencio, sin nada más. Tan siquiera podia sentir los latidos de mi corazón, era como si todo se hubiera parado de pronto, pero poco después el tiempo siguió avanzando, cuando vi el rostro de Alan aparecer por el lugar. Todo parecía haberse iluminado ahora, como si un rayo de esperanza abarcara aquel lugar en el que se escondía mucho más de los que nuestros ojos podían observar.

Alan, carriño!- dije nada más verle. Parecía muy pálido; debía ser a causa del frío. Noté cómo sus piernas flaqueaban y me lancé con rapidez para sujetarle, o al menos para que su caida no fuera tan brusca. Estaba frío, como un muerto. Me asusté enormemente y rápidamente intenté tomarle el pulso. Debía haber pasado demasiado tiempo fuera, congelándose vivo.  Mis brazos intentaban darle calor, sin éxito, y le di unos suaves golpes en la cara, para despertarle: No era bueno dormirse en medio de una tormenta, o eso decían en las películas.

Miré a todos lados,  intentando encontrar otra salida que no me condujera al mismo estado que Alan. Quizá, desde la caldera, se podía acceder al interior del hotel. Tenía que avisar al conserje para que me ayudara a cargar con el cuerpo.

 

Notas de juego

^^

Tú me dirás qué encuentro por ahí. Estoy intentando hacer bien mis deberes y responderte en el mismo día, y lo hago con gusto, ¿eh? parece que mi etapa anti-umbriana se está acabando.

Pásatelo bien estos días, tanto en las fiestas como en tu viaje a Londres. Te recuerdo que me tienes que traer un regalo ;3

¡Un beso! =D

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01/08/2011, 14:34
Director

A pesar del frío, a pesar de la nieve, a pesar de que vuestra razón gritaba que estábais a punto de cometer una locura, no disminuisteis en ningún momento el ánimo por descubrir el porqué aquella niña había decidido dejar tirado el uniforme y su, seguramente, oso de peluche preferido, cómo si se tratara de alguna especie de enigma que resolver. Una prueba.

Alcanzaste la puerta veloz, percibiendo apenas, que sí que se trataba de Alan como suponías. Al quedar cerca de la puerta, el viento helado te golpeó y te obligó a replegarte junto al cuerpo de Alan que había sido bien recibido por tus brazos antes de caer desplomado. Nerviosa le tomaste el puslo, y aunque su sangre seguía circulando sus ojos quedaron cerrados casi al instante, sin poder llegar a recibir de él más que unos simples susurros tiritantes. Tampoco respondio ante tus incesantes golpes en la cara para despejarle.

Suspirando, notabas como el frío se volvía reinante, el dueño de la escena. Miraste una vez más a tu alrededor para cerciorarte que no había ninguna entrada que conectara con el hotel.

Un sonido familiar y a la vez extraño te trajo de vuelta al presente. Ruidos de una ventana al abrirse. ¿Sería aquella ventana por donde vio venir a la pequeña?

Aquel sonido te sacó del limbo, las opciones se consumían con el paso de los segundos, y ya casi te habías dado por vencida cuando empezaste a sentir que Alan te pesaba demasiado en los brazos. Aunque sin duda, él siempre te había enseñado a ser fuerte y valiente en la vida, que se podía superar cualquier obstáculo por extremo que fuera. Y, si en aquel instante pudiera hablarte sin duda te diría que corrieras a protegerte hacia el calor del hotel. Pero aquello sólo fué una idea inverosímil que se fabricó en tu mente y te ayudó a reirte y a recordar los mejores momentos con Alan.

Alzaste la vista con algo de esfuerzo. Había alguien en el pisos superiores del edificio, en las ventanas. El lento crujir de los goznes -la ventana que daba a vuestra habitación- te rebeló que alguien la acababa de abrir. El conserje con su peculiar voz te llamó la atención desde allí;

-¿Está loca? Van a coger una pulmonía con esta tormenta. Vamos entre...

Notas de juego

Jo, que mal me sabe que ahora que tienes tiempo y has decidido abandonar tu etapa anti-umbriana paso por unas semanas de semi-out y se quede medio estancada la escena. :/

Bueno, pero te recompensaré con cositas de Londres ;) Y espero que sigas posteando con las mismas ganas.

Esta tarde te posteo sí o sí.

Un besito bonita.

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02/08/2011, 14:53
Christine Turner

Ahora que tenía a Alan entre mis brazos me sentía más segura, aunque el verle con este aspecto me hacía pensar que teníamos que salir de allí. Yo no tenía la fuerza suficiente como para poder levantarle, y arrastrarle entre la nieve no sería una buena idea.

Acariciaba el pelo de Alan con dulzura y lo abrazaba con fuerza.  Me estaba quedando sin fuerzas, y mis ojos empezaban a cerrarse cuando escuché sonidos procedentes de una ventana, o quizá era mi imaginación jugándome malas pasadas.

-Alan, carriño, tienes que despertarte...-  mis palabras sonaban asustadas, cansadas. Mi miedo se hacía aún mayor sabiendo que Alan podía estaba cogiendo una hipotermia, y que esas cosas había que curarlas pronto.

Cerré los ojos. Tardé un tiempo en abrirlos, y no sé si se debió a que me había quedado dormida durante unos instantes, pero eso no debía ser bueno. Me costaba mantenerlos abiertos. Quizá debería ponerme en pie para buscar ayuda, pero eso significaría dejar a Alan solo, rodeado de peligro. Además, todas aquellas sombras nos miraban con odio, esperando a que estuviéramos débiles para atacar.

El sonido de una ventana hizo que me mantuviera alerta, aunque fueran unos segundos. De pronto, una voz me sacó de mis pensamientos, de aquellos miedos que comenzaba a sentir al ver a Alan en ese estado. Era el conserje, diciéndonos que debíamos subir. Me encontraba casi sin fuerzas por el frío.

-Alan se ha dessmayado y no puedo carrgarr con él hasta arriba. Necessito su ayuda,  porr favor.

Notas de juego

No te preocupes. Hay que disfrutar del verano :3 Y traeme algo de Londres, como dijiste :3

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03/08/2011, 17:52
Director

No supiste en que momento ocurrió que perdiste la noción de la realidad. Tu cuerpo ya casi no te obedecía. Hacía minutos que te encontrabas parada en el lugar, intentado que tus palabras llegaran a lo más profundo de Alan. Tu mirada se encontraba perdida, tus miembros entumecidos, pesados. Tus ojos se cerraban cada vez más seguido, y al abrirlos aquellas sombras que se crearon en tu mente se hacían más y más reales. Parecían criaturas flotantes sacadas de cualquier pesadilla, con un aspecto muy amenazador.

Saliendo de tu sopor, sin tener idea del tiempo que llevabas allí parada, miraste hacia la primera planta justo al tiempo que la voz del guardián del hotel cortaba el silencio del blanco paisaje.

Mucho antes de lo esperado viste una silueta familiar al fondo, corriendo bruscamente sin preocuparse por el esfuerzo y en tropezar. Algo más urgente tiraba del conserje; cuidar de sus huéspedes. Llevaba un par de mantas que te ayudó a colocarte por encima de los hombros y su gran corpulencia permitió levantar el cuerpo de Alan sin dificultades y llevarlo hasta el interior del hotel. A pesar de su hospitalidad, no dejabas de sentir una extraña sensación, te sentías incómoda después de saber que el hombre que había matado a su propia familia os estaba ayudando. Pero así era.

Asutada y tranquila por igual, pudiste seguir la estela del encargado del Royal Weird por ti misma.

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03/08/2011, 18:08
Jack

Al llegar al interior del hotel una ola de calor te recibió. El contraste con la temperatura exterior fué rozando lo extremo, pero todo tu cuerpo lo agradeció. El conserje parecía estar provisto de mantas para ayudar a un pueblo entero a entrar en calor. Amablemente apoyó el cuerpo de Alan sobre el sofá al lado de la chimenea y percibió aún aquel oso de peluche entre sus manos, del cuál no quiso hacer ningún comentario.

Le ayudó a abrigarse, para evitar que la hipotermia provocara algo grave en él. Aquel hombre era muy cortés, muy educado. Sin embargo aquella postura no parecía real.

Se acercó a una bandeja plateada y vació un líquido de color café en una taza. En ningún momento sus gestos te parecieron fuera de lugar, misteriosos o que no encajara a la situación. Te tendió una de las tazas;

-Es licor ardiente. Le ayudará a coger algo de calor. Aún sigue vivo, es mejor que se lo tome ahora... ¿Qué hacían ahí afuera?- Se interesó mientras rellenaba un par de tazas de aquel licor.

Notas de juego

He estado conectado al msn a ver si te veía pa decirte hola, qué tal y todo eso ;). Y pa despedirme...  que hasta la semana que viene ya no vuelvo. Ya hablamos. Se una chica buena mientras tanto ;p

Un besote.

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17/08/2011, 00:09
Christine Turner

Desde que me enteré de la supuesta noticia sobre el conserje no podía evitar mirarlo con algo de temor, sin saber muy bien qué parte de esa historia era cierta y que otra parte estaba creada para dar morbo a los lectores. Sin embargo, el calor del lugar después de haber pasado por una situación que te ponía los pelos de punta hacá que me sintiera más relajada, a unque desconfiada igualmente.

Miré al hombre tras comprobar que Alan estaba bien y que había sido tapado para que no le ocurriera algo peor. Cogí la taza de licor ardiente y empecé a bebérmela. ¿Cree que se pondrá bien, verdad? Yo lo crreo así. Alan es muy fuerrte, si yo le contarra...

Por algún motivo me estaba planteando si contarle la verdad o no a aquel conserje, el decirle que estábamos buscando a una niña que parecía haberse desvanecido entre un montón de nieve. Quizá creería que estaba loca, que el frío me había afectado demasiado y que no pensaba con claridad. Pero la cuestión es que esa pobre niña podría estar muriendo de frio ahí fuera.

-Verra... sé que suena extrraño, perro vimos a una niña en medio de la nieve y decidimos salirr a buscarrla. Puede estarr congelada ahorra mismo, con todo el frío que hace. ¿Ha sonado algún aviso sobre la desaparrición de la niña?

Notas de juego

No, no me ocurre nada. Es que estoy liada con una asignatura que me quedó, que tengo que recuperar a principios de septiembre. Si a eso le sumas que estoy con la asociación que llevamos aquí en Huelva, que estamos preparando unas jornadas - 26, 27 y 28 de agosto, por si te quieres venir :3- y que intento disfrutar del poco tiempo que tengo libre pues... me queda poco para umbría.

Además, quería esperar a que volvieras para postear, que así no dejaba un post ahí abandonado xDD

¿Cómo fue por Londres? ¿Me traiste algo? X)

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17/08/2011, 18:09
Jack

El conserje dió un sorbo y levantó el vaso como dando a entender que era una bebida de reyes. Enseguida captó toda la atención en la muchacha, pero antes levantó la cabeza de Alan para que bebiera de la infusión sin atragantarse. Empezó a recuperar algo de tonalidad en la piel, sus temblores quedaron reducidos a ligeras sacudidas que poco a poco también fueron eliminádose con el calor de la chimenea y la manta. Aún así, sus ojos quedaron cerrados al ingerir por completo el licor ardiente. -Le he puesto una dosis más concentrada. Se pondrá bien. Tiene un gran compañero sentimental, puede sentirse orgullosa.

Alrededor de la chimenena, colgados de las paredes se veían numerosos cuadros variopintos y cabezas disecadas de distintos animales dónde las sombras jugaban a moverse como lo hacían las llamas.

El hombre no gestículaba demasiado, pero sin duda sus ojos delataron su asombro al ver el oso de peluche al lado de Alan. Apuró el té, dejando que avanzara la conversación mientras la historia no cogía forma por ningún lado ¿Una niña ahí afuera con ese temporal? Sin duda, en un principio había dado por sentado que se trataba de alguna especie de alucinación por culpa del cansancio de sus huéspedes. Pero en seguida comprendió que alguien podía estar muriendo en los alrededores de su propio Hotel y asintió.

Eh... Me pareció escuchar el teléfono del hotel, pero no llegué a tiempo a descolgarlo. Ya habían colgado... Fuí a buscarles a su habitación y me asusté al no obtener respuesta. Fue entonces cuando los vi allá afuera...

Que extraño...

Perdone si insisto pero... Añadió señalando con la cabeza al osito. Por aquí solo se acercan coyotes a media noche... Es extraño que alguien deje abandonado su juguete favorito, especialmente un niño. No soy el tipo de personas que le gusta que le oculten algo...

Me mantendré despierto toda la noche si eso le hace estar más segura. Debería ir a descansar.-

Parecía algo molesto, por que en cierto modo, tus gestos delataron algo que él descubrió, pero no quiso entrar en detalles. Quedaba claro que no era una persona estúpida. Sin más, hizo ademán de marcharse.

Notas de juego

Okey. Dale caña a esa asignatura y disfruta del verano, claro que sí guapa. La verdad que me molaría ir, para conocerte y reirme de tí... :p Y ver como lo tenéis todo montado y tal. Pero me pilla un poco lejos y de pasta si que voy fatal después del viaje. Si tengo hueco, aunque sea para ir un día, voy y te lo hago saber.

Y por Londres, bien, muy bien. La verdad que he disfrutado mucho, pero es una ciudad que la money te vuela como si nada sabes, pero bueno, lo pasas de puta madre. He visto un montón de cosas. =)

Entré a una casa del terror que era rollo las típicas atracciones de la feria pero guapísimo y muy currado, y vendían disfrazes de todo tipo, y me acordé de tí cuando ví uno de enfermera psicópata pero sexy, y habían de otros muy cañeros también. Te hubiera comprado alguno xD. Pero te traje un montón de m&ms (emanems) que también visité la tienda (esta era gratis entrar) y habían de todos los sabores, como 100 colores distintos. Te traje uno de cada para que discutamos cual está más bueno =)

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03/09/2011, 15:30
Christine Turner

No podía dejar de sentirme incómoda ante una figura como aquella. Seguía sin haberle preguntado su nombre, lo que era una total falta de respeto, pero sí que había leido sobre sus actos, sobre sus acusaciones de asesinato, lo que hacía que me pusiera los pelos de punta. ¿Por qué iba a guardar algo como aquello en la caldera? ¿No sería mejor deshacerse de todas esas cosas que le incriminaban? ¿o quizá... se sentía orgulloso por lo que había hecho? Sea como fuere, me había ayudado a llevar a Alan y no había sido demasiado insistente con sus preguntas.

-Alan es una perrsona muy fuerte. Ha luchado muchísimo, más de lo que cree. Dije mirando a mi chico mientras le acariciaba el rostro con algo de pena.

Miraba de un lado a otro, a veces, buscando cualquier pposible arma defensiva por si era verdad las noticias que el hombre guardaba en la sala de la caldera. Quizá fuera una paranoica, pero ¿quién no lo sería en este caso? Debía de contarle a Alan todo cuanto sabía, cuando él despertara. Quizá era algún  tipo de prueba  de la agencia, para ver cuales eran nuestros pasos, pero eso, sin duda alguna, me parecería una duda de  mal gusto.

-Ya le he dicho lo que sé-  comenté al hombre-  A mí también me extrrañó ver a la chica en la calle, perro así fue. Nosotros corrimos en su búsqueda, pobre crría. Esperro que esté bien.  Me quedé mirando a Alan mientras el conserje respondía- ¡No le estamos ocultando nada! Estábamos asustados ante la idea de que una niña se pasearra sola por el lugarr, ¡maldita sea! No está siendo este un buen día. No es necesarrio que se quede despierrto, yo me quedarré con Alan toda la noche, si es necesarrio. Usted avise a las autorridades de la desaparición, no vaya a ser que le ocurra algo a la crría.

Cuando el hombre se marchaba, pregunté-  Por cierrto, nunca le he preguntado su nombrre. ¿Tendría la amabilidad de decirrme cuál es?

Notas de juego

Te contesté hace unos días, pero me acabo de fijar en que no se envió. FUUUUUUUUUUU

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05/09/2011, 12:45
Jack

Jack frunció el ceño a medida que tu historia iba cogiendo forma. No parecía muy contento de que hubierais salido al exterior sin previo aviso. ¿Y sí os ocurría algo? Sin duda sabía que no le estabas mintiendo en ningún momento, de hecho sabía lo de la habitación del final, aquel salón de baile.

-¿Cree que no lo sé? No deberían haber visitado esa sala sin mi consentimiento... Con descaro, el hombre acercó una de sus manos al bolsillo trasero del mono de trabajo y sacó su cuchillo, simplemente para dejarlo apoyado sobre la bandeja de plata. Era un acto más bien psicólogico, pues no sabías si en cualquier momento cogería el arma para clavartela, o simplemente quería desarmarse para que en cierto modo tu confianza creciera a paso lento. ¿Así que me está diciendo qué ha visto un fantasma Srta? Esbozó una sonrisa de lado, como si eso fuera un pensamiento de una quinceañera asustada. No se preocupe, me ocuparé de llamar a la polícia en cuanto me asegure de que la niña no está por los alrededores del hotel. Puede quedarse aquí si lo desea y... o acompañarme. Mientras tanto iré a buscar mis viejas cosas. Deme dos minutos.

Y mi nombre es Jack. Srta Bale.-

Levantó dos de sus dedos indicando el numero dos y el hombre giró sobre si mismo para alcanzar su pequeña habitación que quedaba muy cerca del mostrador de recepción.

Te quedaste sóla al lado de la chimenea, sintiendo como el calor del té te purificaba a buen grado mientras tu rostro se veía reflejado en el filo del cuchillo. No dejabas de preocuparte por Alan, pero de seguro que se pondría bien. Inevitablemente volviste a pensar en aventurarte de nuevo allá afuera con el conserje. Aunque si así decidías hacerlo, era acosnejable que cogieras algo de ropa aquella vez. Y dos minutos era tiempo suficiente para que subieras a tu cuarto y te prepararas.

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05/09/2011, 13:02
Director

Allí, haciendo frente a tus pensamientos pasaron aquellos dos minutos, reflejándote entre el filo de aquel cuchillo y viendo como el rostro de Alan descansaba y en ocasiones parecía tiritar con más nerviosismo. Síntoma indicativo de que se estaba recuperando a buen paso.

El conserje, el hecho de que se llamara Jack y portara una navaja en casi todas las ocasiones no te ayudaba a mantener una imagen mejor de él. En cualquier caso, como si fuera cualquier film a la americana, parecía estar preparado para la acción. Llevaba un shapka (gorro ruso) sobre la cabeza, una escopeta antigua de su época y un reflector donde tuvo que darle un par de golpes para que la luz le respondiera. Mientras se acercaba a la puerta que daba al exterior insistió si preferías acompañarle o quedarte junto a Alan.

Abrió la puerta y el frió se coló como un visitante inesperado. De pronto, y desde tu posición escuchaste como un par de coches aparcaron frente a la entrada. ¿Serían nuevos huéspedes?

Notas de juego

Bueno, no pasa nada =)

El otro día, en la otra partida que dirijo un jugador escribió un mensaje y también le desapareció. Igual hubo pequeños problemas con la web o algo. No sé, el caso es que también respondió y a los pocos días me preguntó que si me había llegado el post que supuestamente había escrito.

Parece un caso de Iker Jímenez xD

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16/09/2011, 20:36
Christine Turner

Cuando el hombre sacó el cuchillo di un respingo que me empujó hacia atrás. Luego, intenté mantener las formas, pero sin duda alguna se notaba mi nerviosismo. Mi prioridad era proteger a Alan y, realmente, el conserje parecía un verdadero peligro. Escuché sus palabras y asentí-  Lamento no haberr avisado, Jack, perro la situación erra demasiado difícil. No había tiempo parra pensar, sino parra actuarr-  dije sin dejar de observar el maldito cuchillo.

Pensé en si acompañarle o no. Quizá era una estratagema para matarme en medio de la nieve y que no encontraran mi cadáver, o quizá solamente quería un poco de compañía. En ninguno de los dos casos la idea me gustaba, así que decidí rehusarla-  No, no, crreo que me quedarré aquí con Alan. Él necessita mi compañía.

Esperé pacientemente a que el conserje volviera. Tenía miedo de quedarme sola en el lugar, de que ocurriera algo malo relacionado con aquella niña, pero peor era la sensación de dejar sola a Alan, inconsciente y débil ante el peligro-  Esperro que logre encontrarrla, Jack, perro tenga cuidado. Sé que usted conoce bien la zona, perro segurro que sigue siendo peligrrosa.

Al escuchar el sonido de los motores del coche me levanté y miré a todos lados. ¿Más huéspedes? Mejor, así no tendríamos que estar solos. Era un placer saber que nos encontraríamos con más seres humanos... ¿normales? Eso habría que descubrirlo. Me adecenté un poco allí mismo y esperé la entrada de estos.

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20/09/2011, 12:25
Director

Te levantaste ligeramente y te atusaste un poco la ropa y el pelo para recibir a los nuevos huéspedes. Pero algo no marchaba como te esperabas. Desde allí percibiste un par de coches oscuros aparcados frente al Royal Weird, uno parecía el de Erik, otro era un todoterreno desconocido que acababa de llegar. Enseguida viste dos siluetas que bajaron del coche más grande y apuntaron con sus armas a Jack. Los disparos golpearon contra una de las ventanas principales del edificio, obligándote a encoger tu cuerpo y liberar un chasquido presa del pánico.

Las pequeñas esquirlas de cristal cayeron encima de la moqueta. El cristal de la ventana quedó completamente agrietado por culpa de los disparos, por suerte ninguno consiguió alcanzarte a pesar de que estabas en la trayectoria. Te dió tiempo a cogerte a Alan, a abrazarle y a tambalear su rostro para que despertase. Aunque no recibiste ninguna respuesta de él, si que notaste un bulto tras su cintura. Era su arma reglamentaria.

La luz del vestíbulo había decidido abandonarte quizá por culpa del temporal. La visibilidad quedó un poco mermada y por si fuera poco no te encontrabas en condiciones para realizar una huída desesperada. No podías dejar a Alan allí a su suerte. Aunque él, si estuviera consciente probablemente te gritaría que corrieras hacia vuestro cuarto, o que te escondieras en algún lugar del Hotel.

Las luces de unas linternas te anunciaron que, probablemente los dos agresores, estuvieran acercándose al interior del edificio. -Buen disparro. He visto como le dabas a ese anciano. Prronto vendrrá la policía. Ha de serr rrápido y lo más silencioso posible. Entrramos, y nos deshacemos de él.- Dos hombres hablaban entre ellos en idioma común, pero su acento alemán era evidente.

No tenías mucho tiempo.

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22/09/2011, 14:24
Christine Turner

Al escuchar los disparos me quedé enormemente asustada. Mi cuerpo se había bloqueado y no pude hacer más que ponerme sobre el cuerpo de mi chico, para protegerle a él. Luego, cuando estos cesaron, escuché las voces de dos hombres, que decían que iban a acabar con alguien. Si no había nadie más en el hotel... ¿Se referían a Alan? No habían podido tener más suerte, entonces. Con mi chico tendido en un sofá y con una mujer que no sabía bien si salir corriendo o empezar a gritar a diestro y siniestro, iban a tenerlo más que fácil el acabar con nuestras vidas.

Al abrazar a ALan sentí el arma, reglamentaria, que siempre llevaba encima mi chico. ¿Disparar, otra vez? Quizá fuera la única salida. Tenía que intentar salvar a mi chico, como él siempre había hecho lo mismo por mí, y si eso significaba disparar nuevamente un arma y acabar con la vida de alguien, así lo haría, aunque fuera a la cárcel. Ir a la cárcel durante un tiempo no era nada comparado con vivir toda la vida que me quedaba sin Alan. Cogí rápidamente el arma y tapé totalmente a Alan con la manta. En cuanto viera entrar a alguien dispararía, sería defensa propia, ¿no? No estaba segura de nada, pero debía de intentarlo.

Me escondí * y apunté con el arma hacia la puerta. El corazón no dejaba de latirme con furia y miedo, como si intentara decirme que estaba loca. Pero eso ya lo sabía, el amor era una locura y yo, seguramente, sería la más loca de todas. Recé para que mis tiros no fallaran y pudiera darles a ambos antes de que nos hicieran algo a nosotros.

Notas de juego

* -> No sé dónde puedo esconderme. Se me ha ocurrido detrás del sofá, pero eso haría que los tiros cayeran sobre Alan, y es lo que no quiero. Dime si hay algún lugar más, ¿vale? ^^