Partida Rol por web

El Oddissey: Terror en la nieve

Christine y Alan: La Muerte Gélida

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24/10/2011, 11:52
Director

Una vez en tierras islandesas conocieron a Erik. Un típico islandés, el cúal iba a ser el guía de los contratados por la WCI en caso de tuvieran problemas de moverse por la ciudad.  Lo que ocurrió esa noche en el Royal Weird les será difícil de olvidar.

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24/10/2011, 11:53
Director

Lo que dijo Erik sobre la calefacción no lo dijo por decir, y a pesar de que pudistéis entrar en calor el primer contacto con las sábanas fué algo terrible. Por suerte el cansancio del viaje ayudaba a descansar, pero los párpados no comenzaron a cesar hasta que notaste el arrimo de Alan con un olor a recién duchado. Sus brazos te rodearon y en seguida notaste como el calor de su cuerpo te ayudó a liberar el sueño.

Ya bien avanzada la noche, creísté escuchar ruidos, de un lado a otro del pasillo como si algo se moviese apresuradamente al otro lado de la puerta. Los ruidos y sonidos extraños se multiplicaban, jugando a asustarte. Y lo conseguían. Te pareció escuchar el susurro de un niño, no más de doce años de edad que quería encontrar a su madre.

Mami

...

Mami

...

Quizá creíste que fué alguna pesadilla al comprobar que Alan seguía durmiendo. Un escalofrío recorrió tu cuerpo. Nerviosa, cogiste la manta y de un tirón te tapaste por completo, hasta la cabeza. Cerraste los ojos, y me te abrazaste a Alan, fuerte. Ya no volviste a escuchar más la voz de aquel niño.

Cuando volviste a abrirlos, adormecida, la claridad de la mañana se colaba ya en vuestra habitación a través de la ventana, acariciando vagamente los rayos del sol sobre tu rostro.

De pronto, alguien llamó a la puerta.

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24/10/2011, 12:18
Christine Turner

La noche no pasó demasiado bien, pero al menos con cada vuelta que daba en la cama esperando a que Alan se duchara pensaba que ya quedaría menos para que la mañana llegara. Ya, al sentirlo a mi lado, pude cerrar los ojos, más tranquila, dispuesta a ponerme en los brazos de Morfeo.

Fue un sonido el que me despertó, o quizá el frío de la noche que se empeñaba en arañar nuestros cuerpos. Abrí los ojos, mientras escuchaba un murmullo infantil... ¿Estaba dormida? ¿Me perseguían las pesadillas hasta en mis sueños? Empecé a oír a alguien llamando a su madre y sentí un escalofrío. Me arropé hasta la cabeza, asustada y pensé en mirar, para comprobar qué podía haber allí, pero decidí que lo mejor era enterrarme completamente y pegarme al cuerpo de mi chico. Quizá eran solo imaginaciones mías, producidas por el sonido de una ventana mal cerrada o que tanta presión en estos últimos días no hacían más que trastornarme. Sea como fuere, cerré los ojos con fuerza y pensé una y otra vez en que no eran reales las voces que estaba escuchando.

Al rato, abrí los ojos: la mañana había llegado. Debía ser un sueño todo aquello, aunque realmente me dolían los ojos por el esfuerzo que parecía haber hecho, además de que mis uñas estaban clavadas en la espalda de mi chico. El sonido de la puerta hizo que diera un brinco, puesto que estaba sumergida en mis pensamientos. ¿Quién es? dije con una voz más bien asustada.

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24/10/2011, 17:52
Jack

Tras el otro lado de la puerta con confianza, con una voz afable y un tono de educación muy cortés, Jack, hizo un comunicado del porqué había despertando a sus únicos huespedes tan temprano; Tostadas, bollos y café islandés esperaban en el salón de desayunos y meriendas. Era Jack, el guardián del hotel. -Espero que tengan algo de apetito. Por cierto, Erik quiere hablarles de un asunto importante. En breve irá a la ciudad para que resuelva el problema con la caldera. Así que si pueden darse prisa se lo agradecerá.

En un principio podría resultar algo incómodo hablar frente a una puerta. Pero Jack, en ningún momento parecía mal humorado por eso. No pretendo robarles más tiempo, puede... pueden seguir descansando si es lo que prefieren. El desayuno no se va a mover... al menos que este lugar se encuentre embrujado. Soltó una pequeña carcajada entre dientes, como si fuera el único espectador al que le había hecho gracia el chiste. ¿Prefieren que les traiga el desayuno a su cuarto?-

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24/10/2011, 17:58
Alan

Aunque no lo creía posible, a pesar del día vivido y del frío que hacía allí, había conseguido conciliar el sueño. Sin embargo, no fue el sueño reparador que se podía esperar. Tras el largo vuelo, las idas y vueltas por el hotel y luego la extraña y escalofriante aventura, merecíamos dormir mucho y profundamente, pero las pesadillas había decidido perseguirme a lo largo de toda la noche. Incluso, creí oír la voz de aquella niña... la que nos llevó a ese escenario tan macabro.

Me desperté algo asustado, pero me tranquilizó al ver a mi chica a mi lado. -¿Quién podrá ser? dije aún adormilado, mientras me acercaba a la puerta para ver quien era el que llamaba. Me alegré al oír al conserje. Era lógico que se tratara de él, pero con la experiencia de la noche anterior aún reciente podía pasar cualquier cosa. No me hizo gracia su chiste de lugar embrujado. Luego contesté a su pregunta.

Si a usted le parece bien puede subirlo. No tardaremos en bajar. Y perdone por no abrirle la puerta antes. Dije sin querer entrar en demasiados detalles en si subía el desayuno o no. Eché una mirada hacia Chris para que me indicara con un simple gesto que prefería ella. Quizá quería descansar un poco más y quería contarme algo ahora que estábamos sólos. Bueno, conociéndola en día normal apostaría un todo o nada a que deseaba estar un rato más en la cama. Creo que... si no le importa, tomaremos aquí mismo el desayuno. Le dije finalmente a Jack.

Cerré la puerta y volví sobre mis pasos con cierto aire pensativo, precoupado por algo. Me senté con la mirada cabizbaja sobre el borde de la cama en el que dormía, enseñando la espalda a Chris. Parece que por algún motivo alguien está empeñado en que no encuentre momento ni lugar para pedirte que te cases conmigo. Bromeé, de forma un poco contrariada y que resumía en una sóla frase lo que nos había ocurrido en los últimos días.

¿Confías en mí?-

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24/10/2011, 23:32
Christine Turner

Se trataba de Jack. Había tantas cosas a su alrededor, alrededor de aquella mansión en la que estábamos metidos, que no sabía bien si alegrarme de que fuera él o pedirle a gritos que se marchara. No me gustaba el lugar, ni la compañía de ese hombre, pero todo merecería la pena si a Alan le salía bien el trabajo.

Me quedé acurrucada a las sábanas, cual niña pequeña, esperando que el frío que hacía en la habitación se disipara por arte de magia. Cuando Jack preguntó sobre el desayuno, miré a Alan con ojos de pena, como si tratara de decirle que quería disfrutar un poco más de la tranquilidad que te proporcionaba el lugar en el que descansas. Parece ser que entendió bien el mensaje, puesto que le dijo al conserje las palabras que estaba pensando.

Cuando se sentó de espaldas a mí no pude evitar moverme hacia él -aún tumbada- y empujarle para que volviera a tumbarse, conmigo. Él era lo único que me reconfortaba, y más en momentos como este. Me rei levemente de su comentario, pero se me podía notar nerviosa cuando me dijo lo de casarnos. Si te parabas a pensarlo, era normal que después de tantas situaciones y tanto tiempo juntos, la idea nos rondase por la cabeza, pero algo de lo que me avergonzaba hablar, quizá porque no me gustaba mostrar mis sentimientos; ya me habían enseñado mis padres -o mejor dicho, mi padre-, que los sentimientos eran un punto débil del hombre, y que pocas personas debían saber que los tenías. Ven aquí conmigo, carriño. Hace bastante frrio. Hice una pausa para seguir hablando-  Hay... varrias cosas que me gustarría comentarte. Quizá es que sea una parranoica, carriño, pero ayer vi algo rarro:  encontré en la calderra unos recorrtes de periodico... que hablban de unos asesinatos, y el principal sospechoso erra Jack...- me quedé en silencio unos instantes, esperando para ver qué ocurría-  Perro nunca llegarron a condenarle... En fin, puede que solo fuerran rumorres, perro no lo sé. Lo... lo siguiente... es que...- me pegué a él y le di un beso en los labios. Luego apoyé mi cabeza contra su hombro- me parreció que.. Jack se guardó algo ayer, mientras registraba al cuerrpo. Tampoco pude ver qué erra, o si solo erra mi imaginación... y... además... esta noche me pareció escuchar a alguien llamando a su madrre, perro no vi a nadie, y menos a nadie teniendo en cuenta que estamos solo tres perrsonas aquí... Le acaricié un poco el pecho y lo miré fijamente; en mi cara se notaba que estaba algo asustada por tanta situación junta, pero a Alan no podía ocultarle nada.

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25/10/2011, 18:14
Alan

El día acababa de empezar. Por mi cabeza pasaba la idea de irse de allí ya mismo. Huir cuando podía averiguar más no sería sensato si el día anterior no hubiermos estado en peligro de muerte. No obstante, Madre, siempre me caracterizaba por lo cabezota que era cuando sólo levantaba dos palmos sobre el suelo, y tampoco sabía si los del WCI tomarían alguna extraña medida si abandonaba el trabajo. No sabía muy bien qué hacer.

Me dejé arrastrar y me arrimé hacia mi chica mientras pasaba el brazo tras su cuello. Con la mirada fija en el techo, empecé a escucharla. En principio me costaba imaginar al pobre pero misterioso Jack asesinando a gente a sangre fría. La imagen del guardían metiendo mano al cadáver era algo que le caracterizaba bastante más por su desgreñada imagen.

-Cuatro, si contamos a Erik. Pudo ser él. Bromeé, acercando mis labios a su pelo en cuanto apoyó la cabeza en mi hombro. Me cuestra creer que ese hombre sea un asesino, un ladrón o algo parecido. Es cierto que no es normal, o quizá tuvo un pasado bastante negro, pero creo que las personas pueden cambiar...

Escucha cielo. Hoy iré a las oficinas para ver si de verdad hay algún barco detrás de todo esto. Me preocupa la gente de anoche... Quiero que te quedes aquí. Será más seguro si esa gente descubre que estoy sólo en esto. No quiero que te hagan ningún daño.-

Sabía que en cuanto terminara de escucharme no le iba a gustar mi idea. Pero aunque pareciera extraño la veía más segura junto a Jack bajo aquel edifcio, que si me acompañaba. Era muy probable que aquellos matones tuvieran estudiados mis pasos. Y los primeros pasos me conducían hacia las oficinas del puerto.

Notas de juego

Evidentemente le puedes hacer cambiar de opinión, faltaría más. Pero él cree que es muy peligroso que le acompañes. De todas formas, si finalmente no vas con él la cosa se adelantará en un post y ya está, no es necesario tampoco... A no ser que le ocurra algo por el camino, o te enamores de Jack... :9

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28/10/2011, 15:11
Christine Turner

-Mmm...- dije, poco convencida. Dejar ir a Alan solo era peligroso, puesto que después de lo ocurrido... no podía fiarme ni de mi propia sombra. No me convencía la idea de dejarlo solo a su suerte, y eso lo pudo notar por la mueca de disgusto que se dibujó con rapidez en mi cara. No me gusta eso, Alan. Dejarte solo es peligroso, carriño. Sé que yo tampoco podrría hacerr absolutamente nada, perro... no me gusta ese pensamiento de que podría ocurrirrte algo mientras yo no esté... sabes que no podrría soportarrlo. Le di otro beso en los labios y me quedé callada, mirándole. Quería saber qué sensaciones se pasaban por su cabeza: no era algo fácil de averiguar, pero Alan y yo ya habíamos pasado muchísimo juntos.

-Yo... preffierro acompañarrte. Perro también entiendo lo que dices... es solo que... bueno, ya sabes-  se me notaba nerviosa, bastante. ¿Y si le ocurría algo? ¿Y si me ocurría a mí? Tampoco me agradaba la idea de quedarme con Jac, sola. Esos recortes que había visto me asustaban de sobremanera, y no podía evitar pensar que algo malo ocurriría. Además, también me venía a la cabeza la imagen delc artero, quien parecía estar allí, cerca, muy cerca; o al menos, un retrato de alguien idéntico a él.

Me sentía como en medio de una de esas películas de terror que te dejaban sin aliento. La protagonista siempre se encontraba con un problema en el camino y, aunque lo superara, siempre había algo peor esperándole. Si... se me detenía ahora, iba a dejar a Alan solo... ¿qué podría ser de ambos?- No, yo quierro ir contigo. Sentencié.

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30/10/2011, 18:12
Director

Con un poco más de esfuerzo del habitual os reincorporaste sobre la cama. Aún quedaba algo de resaca sobre lo ocurrido la noche anterior, y para añadir un toque espeluznante el conserje bromeo sobre si aquel lugar se encontraba embrujado. Para él llevaros el desayuno hasta la cama era como una tarea casi ya olvidada.

Un conocido olor a bollo recién horneado os abrió el apetito. Jack, con un limpio delantal y unos guantes blancos abrió la puerta de vuestra habitación cuando le distéis permiso, y empezó a servir un café humenante en unas tazas de radiante detalle en porcelana.

Un corta camarera hacía el servicio de sostener varios platos de hojaldres, bollos y algo de fruta fresca. Por educación dejó el mueble, -la camarera-, muy cercana a la puerta para no entrar al interior de vuestra habitación. Sin más, y con una corta reverencia se despidió mientras cerraba la puerta.

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30/10/2011, 18:21
Alan

A pesar de escucharla y responder a su beso sin demasiada avidez, algo me decía que estaría más segura bajo el techo del hotel que si finalmente venía conmigo. Aunque aquello me parecía más bien un pensamiento preventivo, dándo como resultado final un secuestro o cualquier otra cosa que obligara a arrepentirme de mis decisiones cómo la última vez que decidí dejarla sóla. Por otro lado, mientras seguía dándole vueltas a la cabeza, bebí del café con ganas, lo necesitaba, aunque no comí demasiado. Mi mente estaba en otro lado, porque aunque Chris entendiera mi punto de vista seguíriamos en peligro. Y eso me preocupaba.

Ella vendría ese día conmigo. Comportaríamos el miedo, como todo lo que habías compartido.

También habían otros planes de por medio. Quería hablar con Jack acerca de los sucesos de la tarde anterior y también estaba interesado en ver qué decía la prensa local del asunto, y entrar en detalles sobre esos presuntos asesinatos del Hotel. Pero primero a terminar el desayuno y vestirse para salir.

 -Bien, entonces creo que me llevaré mi equipo completo; pistola, indumentaria de detective uniformal y la chica más guapa del mundo. Esa vez sí, respondí a sus labios de forma suave y cariñosa.

No has comido nada. Voy a vestirme, así salimos cuanto antes ¿te parece?-

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30/10/2011, 23:23
Christine Turner

El olor a comida recién hecha resultaba apetitoso, y eso fue lo único que me dio ganas para levantarme de la cama. Tenía ganas de pasarme horas y horas allí, y cuando terminara de amargarme en mi cama, me levantaría, me vestiría y volveríamos a casa, felices. El problema es que este no era un cuento de hadas y si querías algo tenías que dejarte el pellejo en ello. Lo bueno era que tener a Alan me hacía mucho más fácil todo el peso que llevábamos encima y más si esto daba la posibilidad de que fueramos a vivir a un lugar más tranquilo... o que pudiéramos hacer algo que nos llenara a ambos.

Tras desayunar, decidí buscar yo también buscar algo de ropa; necesitaba ponerme ropa abrigada, puesto que el frío era capaz de meterse en tu cuerpo y dejarte en la cama durante una semana. Me alegraba no haber tenido que discutir con Alan demasiado el si debía o no acompañarle, pero él conocía a la perfección lo cabezota que yo podía llegar a ser y que era imposible que yo cediera en discusiones.

Una vez terminé de vestirme me quedé mirando a Alan, atontada; era increible la suerte que tenía de tener a alguien como él cerca. No encontraba nunca las palabras que debía decirle para que entendiera lo que sentía por él, pero esperaba que mis actos fueran suficientes para enseñárselo. Además, parecía haberse despertado más guapo que nunca, o quizá es que era lo único que resplandecía aquella mañana. No pude evitar acercarme para darle un abrazo y otro beso- Espero que todo esto se solucione... No quierro más problemas, y parrece que no dejan de seguirrnos. ¿Te he dicho alguna vez lo guapo que estás con ese uniforrme?

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01/11/2011, 14:25
Alan

Era una gran idea salir de allí y empezar a descubrir que había detrás de todo aquello; la WCI, el Barco y aquella gente. En cierto modo si viajara al pasado me sentería tremendamente satisfecho por el caso, aunque mi vida estuviera en juego cada minuto que pasaba. Pero en mi vida se cruzó Christine. Mi vida hubiera terminado en cualquier callejón de poca monta suplicando por un miserable bocado de no ser por ella. Doy gracias a los que se hacen dueño del destino por ello.

-Ven aquí, tonta. Busqué sus manos mientras recibía sus labios entre risas y las puse detrás de mi cintura. Después yo hice lo propio con las mías y el resultado del abrazo fué más cálido. Estoy aquí contigo. Daremos con el fondo de este asunto, ¿de acuerdo?- Agarré su cara suavemente con mis dos manos, la besé y terminé apoyando mis labios sobre su frente.

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01/11/2011, 14:53
Erik

Os abrigásteis y salísteis de vuestra habitación con el estómago ocupado para unas cuantas horas.

Mientras bajábais a la planta inferior, la conversación entre el conserje y Erik quedo ligeramente menguada al percibir dos figuras que bajaban de la planta de habitaciones a la planta noble. Para él era como si bajara una pareja de recién casados por un palacio. Erik vestía con un traje sin corbata uniformal y a pesar del frío llevaba los primeros botones de la camisa desabrochados. Su seriedad podía resultar inquietante, pero su indumentaria y el olor a perfume de hombre podía resultar atractivo a cualquier mujer.

Miró a Alan, y cuando los ojos se cruzaron el rubio cambió la mirada con timidez. Señaló hacia el conserje y esperó a que estuvieráis algo más cerca de ellos. -Jack me ha contado lo que ocurrió anoche. Encontrró esto en uno de los cuerrpos. Parrece que no sois los únicos que querréis encontrar ese barrco.

Sobre la mesita del desayuno lanzó una documentación a nombre de un tal Jans Olsen, pero no hacía falta excesiva perspicacia para darse cuenta de que se trataba de una burda falsificación. Dentro de la cartera también había un colgante de forma oval pendiendo de una cadena simple de plata. Por último un objeto de no menos interés lo dejó ver tras dejaros tiempo para examinar el documento, eran una llaves unidas a un pintoresco llavero, que las identificaban como pertenecientes al Motel Island, número de habitación 17.

Dirría que os están perrsiguiendo.-

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02/11/2011, 14:40
Christine Turner

-Claro que sí, juntos podremos resolver cualquier cosa-  le dije con un tono algo más alegre. Realmente tenía gana de decirle que volviéramos, pero nuestra oportunidad de triunfar y conseguir el dinero que necesitábamos para poder irnos a un mejor lugar. Con todo aquello que teníamos -las persecuciones, el problema de las peleas...- resultaba imposible rechazar el quedarnos y averiguar lo que fuera.

Ver a Erik abajo tampoco me ayudó a perder los nervios. En este país todo parecía extraño, aunque en realidad creía que estaba perdiendo los nervios. Le saludé levemente con la mano, de una manera informal, y me reuní con Alan junto a ellos. Le agarraba la mano con firmeza, pero a la vez ternura: él era el único capaz de relajar mis nervios. Escuché a Erik y me asusté aún más: ¿que nos estaban siguiendo? ¿qué pretendía decir con eso? ¿tranquilizarme o hacer que estuviéramos aún más nerviosos? Dejé que Alan examinara todos los documentos y que me los enseñara, para ver qué sacábamos en claro. Esto... se va volviendo peligroso por momentos, ¿verdad?- dije mirando a Alan. No quería que me notara preocupada, pero él sabía leerme a la perfección. Deseaba ir a ese puerto, investigar, y que todo se solucionara pronto.

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02/11/2011, 18:08
Alan

Tras prepararnos para la jornada que nos aguardaba, abandonamos la habitación. Antes de partir, me aseguré de tener todo lo que necesitaba en mi bandolera. Llegamos a la planta baja y allí aguardaban Jack y Erik, conversando pero se detuvieron al vernos llegar.

Cuando nos tiende lo que el conserje encontró en el cuerpo del que se suicidó, lo atrapo con manos ágiles para examinarlo.

-Jans Olsen. Seguro que sí.  Comenté por lo bajo con ironía dejando la documentación en la mesa, abandonando el colgante y cogiendo las llaves. Después miré al conserje y traté de no pensar en lo incómoda que le resultaba su presencia a Christine. Jack, aunque le agradezco que cogiera esto del cuerpo, no puedo evitar preguntarme por qué no se lo dejó a la policía. Esperé a ver su reacción. No quiero que me malinterprete, le doy las gracias. Ahora sabemos que nos están persiguiendo y no tardaremos en saber que es lo que está pasando.

Tras tenderle las llaves de Motel Island para que las guardara, mi mano volvió junto a la de Chris. Entre el cambio de miradas le transmití, no sólo que se las guardara, si no que estaba allí conmigo. Por mucha dificultad que tuviera aquella barrera, la derribiríamos estando los dos juntos.

Por cierto Jack. ¿Puede decirme dónde puedo encontrar el periódico de hoy?-

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02/11/2011, 18:28
Erik

-Lo siento Sr. Bale. No he tenido tiempo de bajar a la ciudad todavía. Erik, debe de bajar de inmediato. O puede ir a visitar una biblioteca. Respondió el conserje con cierta incordialidad mientras apuraba de forma tranquila la taza de un espeso café, haciéndose el tonto sobre porque se hizo cargo él de revisar el cadáver.

Antes de que alguno pudiera responder o continuar con la conversación se escuchó el sonido de un agudo claxón que provenía desde el exterior. Anunciaba la llegada de un vehículo grande que acababa de detenerse frente a la puerta del hotel. Buenas noticias... el camión de la cisterna ha llegado. Deberían volver al trabajo.- Se levantó y de forma apresurada alcanzó la puerta mientras se enfundaba un viejo chaquetón.


-Tuvo un pasado complicado, perro es un buen hombrre.

Saben, tengo cosas que hacer. Tratarré de ayudarrles todo lo que pueda sobrre el asunto del barrco, dicen haberrlo encontrrado en la gélida Grroenlandia. Perro antes tengo que trratar un asunto con un viejo amigo para facilitarrles un transporrte en ese caso.

Terrmine de tratarr cualquier asunto pendiente y comprobarr si es cierto que el barrco puede encontrarrse allí. Nos verremos esta noche. Puede usar el teléfono si quierre ponerse en contacto con Meredith, Alan. Tienen las llaves de la camioneta roja en el panel de recepción.- Con algo de prisa, cogió un abrigo, las llaves de un automóvil y casi a la carrera alcanzó la puerta para salir al exterior.

Tanto el conserje como Erk salieron al exterior. Sólo quedaba un corto recorrido para llegar hasta vuestro nuevo vehículo.

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03/11/2011, 23:43
Christine Turner

Escuché toda la conversación, atenta, como siempre, mientras pensaba en la idea de marchar al puerto. Lo cierto es, como se podía notar en mi rostro, que el solo hablar de aquel lugar hacía que me entrara frío. Al escuchar la llegada del camión cisterna una sonrisa abierta se dibujó en mis labios...¡Por fin! Aunque solo hubiera pasado una noche, sentía ya las defensas bajas, y un catarro aquí podía ser mucho más grave que los de nuestra ciudad, sin duda alguna.

Cuando Alan terminó de hablar le apreté la mano para que me mirara. Le sonreí con dulzura y hablé en voz baja- Sí, lo mejor es que nos marchemos ya, carriño. Quierro conocerr toda la información disponible y luego seguir investigando... Además, me gustaría saber qué piensas de todo esto...- le dije de una manera casi inaudible. Sabía que era de mala educación cuchichear en público, pero tampoco era agradable que te recibieran con disparos, y aquí estábamos.

Salí del hotel para darme de frente con la fría mañana y con ese auto rojo, tan llamativo, que nos convertía en un blanco más fácil aún de seguir. La idea me disgustaba, pero sonreí a Alan: las quejas no iban a hacer este viaje más sencillo, ni agradable. Me monté en el asiento del copiloto, me ajusté el cinturón de seguridad y me froté las manos para combatir el frío: mi nariz empezaba a sonrojarse, cosa que no me gustaba. ¿Lo ves? Te dije que había visto al conserje guardarse algo... No terrmina de gustarrme ese hombre, lieblig.

Notas de juego

No he entendido la línea esa de separación, así que explícame porqué anda ahí.. xDD

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04/11/2011, 11:40
Director

La camioneta fué un buen refugio para la tormenta, que a pesar de que había decidido detenerse un poco, seguía azotando un frío impropio. El motor parecía entrar en calor rápidamente y el aire de la calefacción desempañó los cristales. Tras las ventanillas se apreciaba una ciudad mojada, y solitaria. La mayoría de establecimientos permanecían cerrados y muy poca gente había decidido aventurarse con aquel tiempo.

El Motel Island, que era vuestro siguiente destino quedaba un poco alejado del centro de la ciudad. Era un mugriento antro en el que apenas si querrían residir las propias ratas. Suciedad y dejadez eran la nota visible en cualquier rincón del edificio y un constante hedor a refrito se alzaba desde la cocina inundando las dos plantas de las que constaba el hotel.

Tras un mostrador se encontraba el propietario del lugar; un viejo flaco y desgreñado con orejas de soplillo y cara de roedor. Parecía sumergido mirando una vieja tele en blanco y negro con los pies apoyados sobre la misma mesa que sostenía la televisión. Aunque podíais hablar con él, no teníais por que llamarle la atención, puesto que Chris era dueña de las llaves de la habitación.

Cargando editor
04/11/2011, 11:53
Alan

Nos hicimos una carrera hasta la camioneta, tirando de la mano de Chris. El frío, aunque había dejado de ser tan intenso, aún calaba hasta los huesos y no quería volver a sufrir una hipotermia como la del día anterior. Ella se metió del lado del acompañante. Ya no estabamos en Boston donde ella solía hacer de chofer por que me gustaba beber más de la cuenta cuando solíamos salir los fines de semana. Ahora las llaves del vehículo las tenía yo y eso ella lo agradecería en un momento como aquel. Por fin podríamos ver un poco del paisaje del lugar. -Brrr, este clima es muy traicionero... espero que la próxima vez que surja una investigación, toque en México o algún sitio más caliente.

A pesar de mis palabras, comencé a sentirme bien. En aquel momento, los horrores de la noche anterior quedaban atrás y el paisaje y el paseo por un lugar que no conocía nos haría sentirnos bien. Lo sé cielo, su comportamiento siempre parece esconder algo. Pero al fin y al cabo quiere ayudarnos. Veremos como termina todo esto, ¿de acuerdo? Vámonos.-

Durante el viaje apenas intercambiamos palabras. Básicamente que primero iríamos a dar un vistazo al Hotel. Como investigador lo prefería así.

Al llegar al motel bajé rápidamente, esperando a mi chica para alcanzar juntos la puerta del lugar. Debíamos entrar a una habitación que no era nuestra, así que la mejor fachada que podíamos utilizar, era aprovechar nuestra condición de pareja joven y enamorada, indiferente a todo lo demás que no fueramos nosotros dos.

Cogí la mano de mi chica y entré con ella en el lugar. Al pasar frente al encargado, no detuve el paso, en su lugar, besé con pasión a Chris y sutilmente la insté a seguir de largo.

Notas de juego

Porque la parte de arriba la decía Jack, el conserje. Y la de abajo Erik. Era por no hacer dos post y así meterlo todo en uno =)

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09/11/2011, 12:12
Director

Cómo un par de aunténticos huéspedes de aquel hotel subísteis por las escaleras que daban a la segunda planta, bajo la atenta mirada del dueño del garito que se limitó simplemente a alzar los pies de nuevo sobre la mesa.

Las habitaciones se encontraban en un pasillo largo, que inevitablemente os recordó al Royal Weird. Se encontraban enumeradas. Las pares a la derecha, y las impares a la izquierda. Sólo había que seguir el orden hasta encontrar la habitación nº 17.

En la puerta de la misma sólo podía leerse un escueto 7, al haberse caído hacía ya algún tiempo el 1 de delante. La estancia era bastante pequeña y se encontraba completamente desordenada. Las camas se encontraban por hacer. Sobre la mesa y una de las camas aún restaban los embalajes de algo de comida para llevar.

Un concienzuda investigación podría revelar cualquier detalle importante.

Notas de juego

Una tirada de buscar.