Partida Rol por web

  Me acerco al tumulto.

   -¿Cuántos huevos le caben en las manos al muchacho? - pregunto, sonriente y curioso, hablando en voz alta para que me escuchen unas cuantas personas -  He visto a más de uno venir a por huevos para desayunar. ¿Cuántos son la diferencia entre alimentarse y robar? Vamos a tranquilizarnos todos y dejemos que se explique, no sea que con el alboroto se rompan los huevos y al final nos quedemos sin tortilla...
 

Llegan al centro de la escena Sabatery y Enque.

Os alejan de los dos muchachos un poco y Enque pide enseñando el acero a Marcus que baje el arco.

EL revuelo que se organizó se fue calmando.

levanta la mano conciliadoramente Sabatery.

-Debe ser un malentendido. Seguramente Hann habrá cogido huevos para llevarlos a la taberna.

Dice echando una mirada de asentimiento por parte de Hann.

No saquemos las cosas de quicio. Estamos hambrientos, sedientos y cansados pero las cosas irán mucho mejor. Pregonero: nombra a los 50 primeros para entrar en la asamblea. Después entrará el segundo grupo. Palmea la espalda de Hann y la de Ágripa y se marcha directamente a la asamblea, seguido por Enque.

Reconponiendose...

Sí, yo le pedí a Hann que trajese los huevos Ágripa...Te has precipitado como siempre...
Os mira comprobando que la mentira haya surtido efecto mientras se muerde un labio preocupada.

Dame los huevos Hann, gracias. Marisa, Jullietta traedme todos los huevos de gallinero... os prepararé huevos revueltos a todos- Afirma volviendo su sonrisa de niña buena a su rostro.- Terminad de la asamble a y Venid a llenar el buche

Las dos niñas de 12 y 15 años acceden y van llevando los huevos ante la mirada furiosa de Ágripa.

El pregonero dice varios nombres de entre los cuales están los vuestros (el de Ágripa)

Vaís de dos en dos entrando al recinto.

Tiene una capacidad de unas 50 personas aproximadamente.

Veís un montón de bancos de madera y lo que era una antigua capilla ha sido convertida en sala donde os reunís para hablar de temas importantes. Alli al menos no huele a humedad.

Todos los símbolos sagrados han sido robados o retirados para no herir la sensibilidad de los que ya no creen. El espacio es oscuro y algo pesimista no habiendo tan siquieras velas.

Al fondo de la estancia, cerca de donde habia un altar y ahora solo hay sillas y Sabatery mirando hacia la entrada principal bebe agua de un vaso de latón abollado.

Sabatery espera a que os sentéis. Enque está a su espalda y un hombre desconocido por el grupo a su izquierda.

Como ya sabéis anoche llovió por lo que la comida almacenada se ha podrido. Pero no os preocupéis porque Dilly se encargará de todo. Hemos realizado uan serie de adjudicaciones de tareas para cada uno de vosotros según vuestras capacidades y aptitudes vistas en la aldea. Al salir del recinto el pregonero tiene la lista de nombres, os la recitará y hacerla en el menor tiempo posible. Antes de que caiga el sol... No hay tiempo para preguntas. Salid para dejar entrar al otro grupo.

Enque on azuza a marcharos sin posibilidad de discutir ni media parabra.
Y al poco entra el segundo grupo.

El pregonero dice vuestros nombres a la salida:

MAESTRE, ANA MARÍA, HANN, ISAURA,MARCUS, DEMIAN, ÁGRIPA, BRENON.

Pregonero-Tenéis que ir al bosque (al norte pasado un poco el río) y cada uno de vosotros cumplirá una función allí.
Leñadores: Traed la cantidad máxima posible de leña seca.
Recolectores: Traed el máximo número de hierbas comestibles y alimenticias.
Cazadores: Cazar piezas de animales para alimentarnos.
Dividid los cometidos en función a lo que más efectivos seáis.

Os despacha bruscamente y coge una bocanada de aire para seguir con el siguiente grupo.

Estáis en el centro de la aldea...

me adelanto en el pequeño grupo y digo teniéndolo muy claro:

- yo iré a cazar, por motivos obvios-digo señalando mi arco y los dos conejos que conseguí antes- además me servirá para explorar un poco el bosque si no voy yo solo

-   Yo..er... prefiero recoger hierbas. Pesan menos que la leña. Y además es una labor de responsabilidad, sin un buen aderezo, por muchos conejos que caze Marcus, no habrá quien se los coma...

   ¿Se viene alguien conmigo, que sepa distinguir una raíz de un tomate?

   Me quedo esperando a ver si alguien se anima a acompañarme, mientras cojo una ramita fresca del suelo y la agito en el aire para hacerla zumbar, distraído.

Lo lamento Maestre, pero prefiero tensar un arco y hacer una labor más dinámica. Tengo que descargar energías antes de querer romperle la cara a Ágripa... -dije, esperando que el resto decidiera. 

Me dirigí en busca de mi equipamiento y seguí a Marcus al bosque, junto con el resto.

-Hey, Marcus. Cuéntame algo de ti, ya somos bien pocos como para andarnos ignorando. ¿De dónde eres?

esperándome una pregunta similar tenía la respuesta preparada

- procedo de un pueblo a las afueras de salamanca -[B]digo recordando con nostalgia mi hogar- fue en esos bosques donde aprendí todo lo que se[/B]

al decir esto ultimo recuerdo con amargura mi pasado y intento desviar el tema:

- ¿sabes? cuando fui a cazar antes escuche unos ruidos raros, tal vez solo sea un ciervo o algún animal menor, pero... me dio muy mala espina

Salgo detrás de Dilly corriendo sofocada por los gritos, finalmente todo esta aclarado, aunque me parece que la tabernera oculta algo...
Cuando el pregonero nos da opciones de elegir tarea tengo claro lo que he de hacer.
-Alejandro, yo también voy a recolectar, he vivido toda mi vida del campo, así que no perdamos más tiempo.
Voy corriendo a por varios sacos de tela aún un poco húmedos que hay apilados sobre una base de madera en el corral de casa y vuelvo junto con Alejandro para darle uno y me dirijo hacía el bosque en busca de todo lo comestible posible y hierbas que nos puedan ser de utilidad para cualquier herida o enfermedad.

  Cojo uno de los sacos que Ana María me ofrece y le doy las gracias amablemente.

  -¡Muchas gracias! Podemos ir remontando el río y así, de paso, tender algunos anzuelos. Si regresamos con las hierbas y además, alguna trucha, Sabatery y Dilly se pondrán muy contentos.

  Mientras buscamos hierbas, trato de entablar conversación. Escucho la historia de cómo sufrió el terremoto (  *** supongo que ahora es cuando aprendo la historia que aparece en su ficha ***) .

   -Yo a veces creo que el terremoto hizo justicia en algunos lugares. La gente no para de combatir y de guerrear. El poderoso hace más miserable al que no tiene nada. Yo no he perdido nada en el terremoto; Y no creas, señora, que no me alegré de ver derrumbados los techos de unos cuantos templos... Ahora sería un buen momento para que las cosas fueran distintas. Pero ya desde las ruinas del mundo, empezamos a pelearnos de nuevo por un puñado de huevos.

   Recojo unas raíces comestibles con ayuda de mi daga.

  - Yo vengo de Córdoba. - una sombra pasa ante mis ojos -Aunque quizá ya no signifiquen nada los nombres antiguos de las ciudades... Yo...  ¡Mira, espárragos!

   -

 Demian respondió tan extravagantemente como era habitual en él y con voz de predicador dijo: - Bendita la hora en la que el Señor deposita su confianza en nosotros, seres pecaminosos, para desempeñar esta tarea y bendito el día en el que Él, en todo su sabiduría, me otorgó la habilidad y fuerza para servirle. Así pues, yo recogeré la leña necesaria para alumbrar el camino y alejarnos de esta forma de las Bestias porque... - hace una pausa para mirar a las personas que le rodeaban - ellas nos observan, amigo - dice con un atisbo de nervios al tiempo que pasa un brazo sobre el hombro de la persona de su derecha mientras que con el otro señala uno a uno diciendo:- oh, sí, te observan a ti, a ti, a ti y a ti también, ji ji, ¡nadie es invisible a su atenta mirada! Y hay que tener cuidado... - añade casi para sí al tiempo que se separa del grupo sin esperar respuesta.

Como cabría de esperar, el señor Sabatery tampoco quiere problemas entre su gente. - pienso al comprobar la resolución del problema y una leve sonrisa se dibuja en mis labios ante las palabras de nuestra pelirroja tabernera. A continuación pasamos al interior de la antigua capilla, ahora reconvertida en sala de asambleas. Allí como viene siendo ya costumbre se nos informa de lo ocurrido y se nos asignan tareas diarias. No tardamos mucho tiempo en salir de aquel lugar de ambiente oscuro y opresor y volver a respirar aire limpio.

Para cuando me quiero dar cuenta algunas de las gentes de nuestro grupo ya han tomado decisión sobre que tareas realizaran. Por mi parte me acerco al joven que juega con una ramita y aguardo a que vuelva la mujer.

Cuando iba a entablar conversación, un hombre de aspecto cansado y mirada perdida recita una salmodia a viva voz sobre el todo poderoso ante los presentes, acto seguido se separa del grupo y se aleja. 

El temblor a destruido ciudades, a despedazado montañas y creado otras nuevas donde antes habían campos. A ahogado la fé de muchos e incendiado la de otros... - medito sobre lo acontecido al tiempo que contemplo al hombre alejarse apesadumbrado.

- Aequam memento rebus in arduis servare mentem... - digo en un susurro, casi para mi misma. Ensimismada en mis pensamientos espero a que regrese la campesina para poder emprender nuestra labor.

Cerca de donde estáis rondando aparece un hombre de mirada saltona con bigotes desaliñados y greñoso. Sus aspecto parecería de borracho sino fuese por tener unos andares fuertes y decididos, quizá alta cuna, quizá fuerte a secas...

Buenos días... Os saluda con una dulce voz de tono grave y relajado a todo el grupo a viva voz antes de que emprendiéseis definitivamente la marcha. Porta una gran bolsa de cuero pelado que debe tener más años que el animal que la portó en su día.

He conseguido utensilios para vosotros. Aunque no me he presentado... Soy Brenon Vaggio. Yo supervisaré toda vuestra labor.

Tomad, cada uno llevará un pedernal con una antorcha, no la malgastéis, no dura más de 2 horas.
paja que os sirva de saco para dormir a la intemperie para cada uno.

DEMIAN, Ágripa: Aparece corriendo el joven problemático. Un hacha para cada uno es vuestra para cortar los troncos, Quedáos en la periferia pero elegid los troncos más secos posibles.

ANA MARÍA, MAESTRE, ISAURA: Tomad unos guantes de esparto... No es cómodo pero os permitirán acceder a plantas más enzarzadas sin sufrir tantos pichazos. Id al bosque a la zona Norte, habrá que adentrarse más en la espesura pero pueden haber plantas apetitosas

HANN Toma un arco corto, el señor MARCUS ya va servido. Ten 10 flechas, úsalas con cabeza. Adentraros por el Este y cruzad hasta el Oeste, puede que obtengáis algún corzo.

Al grito de Brenon apareceré sin demora.

El hombre de unos cuarenta años, respetuoso pero algo hosco os reparten los bienes y entra en el bosque. Ágripa mira su hacha con aprobación y avanza al bosque. El resto hasta que os equipais seguís en el llano.

Aun absorta en mis pensamientos y cuando el señor Vaggio se encuentra adentrándose en el bosque caigo en la cuenta.

- Mi scusi signore Vaggio... - digo alzando mi voz para que pueda oírme - ¡ Disculpe señor Vaggio ! - vuelvo a repetir al darme cuenta que había hablado en italiano en lugar de en el nuevo dialecto, mientras me acerco a la zona donde se encuentra.

Hacía tanto que no escuchaba ese idioma... ¿Eras de aquella tierra niña? Vuelve tras sus pasos, y espera tu respuesta y el motivo de tu llamada