Partida Rol por web

- Así es señor mio. - le respondo en italiano y con un gentil saludo - De la bella ciudad de Florencia. - digo con un tono mas entristecido al recordar las ruinas a las que se había visto reducida y anegada por los ríos que la cruzan. 

- Me llamo Isaura Du Couteau, aun que eso ya no es de importancia. Se que debemos conseguir plantas y raíces que tengan a bien alimentarnos después de lo sucedido por la humedad, pero a mi me preocupa mas la salud de las personas. Pronto llegara el invierno y sera más difícil conseguir según que plantas que palien los males que aflijan a estas gentes. He visto el río y me pregunto si crecerán berros en el... - aguardo unos instantes para respirar - Es una planta con propiedades sanadoras, ayuda a la gente con problemas para respirar. Me pregunto si en lugar de ir al bosque como a bien habéis tenido indicarnos puedo buscar esta planta por el cauce cercano del río. - digo desviando mi mirada hacia el mismo.

¿Crescione d´acqua? Su italiano endulza su tono hosco y se le nota cierta luz en el semblante. Si, los he visto alguna vez al final del cauce de este mismo río. Es buena idea pero si me excusas argumentarte debo poder acceder a todos con rapidez y no tenemos efectivos que te escolten para ello. Sino te importa adentrémonos en el bosque y yo te escoltaré personalmente al regreso. Non ti preoccupare. Dice con toda la dulzura posible en castellano para que el resto lo oiga ya que le parec una falta de respeto hablar en el idioma materno ante gente que no lo domina.

Vuevle a girarse mira el cielo y ve que el sol está en su cresta óptima.
¡Andiamo!

- Eh, eh, ¡Eh! ¿Dónde creéis que vais? - Ois una voz femenina bastante potente a lo lejos, giráis la vista y os encontráis con la estambpa de los cabellos rojizos de Dilly cruzando las piedras del río con dificultad, con una mano agarrandose los faldones y con otra asiendo una cesta de mimbre. Llega avuestra altura, no sin cierto sofoco, y al coger aire os dice:

-¿Os íbais a ir sin desayunar? Ah no, Dilly Hunton no puede permitirlo. Tomad, dos huevo cocidos para cada uno. ¡No calmarán al león de vuestras tripas pero sí aportará energía avuestros cuerpecitos de espantapájaros que e traéis!- Se quita el sudor perlado de su frente - Hala, me vuelvo sobre mis pasos, ¡vaya trote tenéis! Tened cuidado eh - Espera a que todos asintáis, para volverse y seguir su camino.

Su cara de niño que no ha roto un plato contrasta con su temperamento claramente instintivo.

- ¡Bueno qué! ¿Nos ponemos a esto... - atiza su nueva hacha con el índice de la mano-... O volvemos a casa con las manos vacías?

Espera una respuesta, pero se impacienta y dice:

Yo voy avanzando Demian, cuando tu "señor" Señala a los cielos - quiera que venga a salvarnos, mientras yo voy a partirme la espalda. Te espero en el primer tronco que veas caer en 5 segundos.

Suelta una carcajada ante su "ingenioso" comentarío y corre al bosque gastando la energía de su vacío estómago.

 no perdamos mas el tiempo -digo dirigiéndome hacia hann- los conejos no van a esperarnos para que les  clavemos una flecha en el cráneo. ¿nos vamos?

mientras digo esto me doy la vuelta e inicio una marcha lenta hacia el bosque esperando que el chico me siga

- Le tomo la palabra señor Brenon. - digo mostrándole una simple sonrisa y haciendo una leve inclinación. Es agradable tener alguien con quien poder conversar en italiano y volver a escuchar esa lengua. 

Dilly Hunton irrumpe con su peculiar y altivo carácter cruzando el río para traernos la primera comida del día. Al verla me acerco para ayudarla tras el esfuerzo y recojo mi parte de desayuno.

- Gracias por las molestias Dilly. - añado en un tono amable y más animado. - ¿ Podría pedirte un pequeño favor ? Después de las tareas podría pasarme por la taberna para recoger unos cuantos huesos de pollo que no sirvan y hayas usado ya. A mi me serán de utilidad para hacer agujas, por si hay que coser alguna herida de alguno de nuestros hombres. 

Dicho esto y tras la respuesta me encamino hacia la zona norte del bosque junto a Alejandro.

Uy será por huesos. Buscaré alguno que no sirva para caldo.

Llegáis a la aldea de noche... Nadie hay para recibiros, optáis por acostaros y a la mañana comunicar los hechos ya que alarmar a toda la aldea sin los víveres suficientes para todos ellos sería una mala idea teniendo encuenta los peligros de la convivencia.

Os dice - Haré la guardia de la noche, al despertaros daremos parte de lo sucedido, cuando os desperteís avisad a Marcus de lo ocurrido antes que a Sabatery y a Enque. Estaré con vosotros para cuando lo notifiquemos...

Sus palabras casi susurradas dejan ver ek abatimento y odio incubados en él. Sabéis que tenéis que dormir pero  también el cómo avisar a la aldea de que un grupo peligroso está a menos de un día de distancia de vosotros...

¿Convenceréis a la aldea de tomar armas y liberas a Isaura de sus captores o caerá en saco roto vuestras súplicas?

   Me voy a dormir triste y desanimado; he estado a punto de quedarme en el claro del bosque, a la espera de que los salvajes volvieran en algún momento y hablar con ellos para rogarles la liberación de Isaura. Pero la perspectiva de la noche oscura en el bosque, a solas, ha sido más fuerte que mi valor y de mala gana he regresado con los demás.

  Ahora Brenon nos dice que durmamos; que mañana informaremos. Que no conviene sobresaltar a la aldea. Pero quizá en estos momentos hayan torturado a Isaura, y los salvajes estén preparando una incursión nocturna contra la aldea... quizá sea una imprudencia dormir tan pronto y no actuar hasta por la mañana. Quiero creer que los hombres de armas sabrán que lo se hacen, pero ya no confío en el liderazgo de Brenon. No le veo con el coraje suficiente para manejar esta situación, parece sobrepasado por las circunstancias.

   Doy vueltas en el catre, sudando copiosamente y reviviendo la escena del claro una y otra vez. Luego caigo en un sueño ligero e intranquilo, del que salgo unos minutos más tarde dando un fuerte grito: Soñaba que el gigantón me aplastaba el rostro contra el suelo esponjoso del bosque, ahogándome en el barro de la laguna; yo quería gritar, pero no podía, porque mis pulmones se llenaban de fango.

   Salgo fuera, necesito aire. Sé que no puedo dormir esta noche. Tengo que hacer algo. No puedo esperar tantas horas, hasta el amanecer, mientras pueden suceder tantas cosas a mi alrededor. Intento averiguar qué están haciendo Ana Maria y los demás, si están dormidos o tampoco pueden conciliar el sueño, como yo... y también quiero comprobar si efectivamente Brenon está haciendo su guardia, como prometió, o también nos va a fallar en eso.

Estoy destroza por volver a la aldea sin Isaura, no se más que pensar en aparecer donde se encuentran los gigantes, rescatar a la joven y prenderles fuego, yo, que nunca he deseado el mal ajeno, que nunca entendí las guerras, estoy sedienta de venganza contra esos bárbaros.

Sigo las palabras de Brenon y me acuesto, entiendo que a estas horas es revolucionar a los aldeanos, solo espero que mañana no sea tarde, y no ocurra ninguna desgracia más que haga que nos arrepentimos por no hacer nada.

Estoy demasiado alterada como para dormir, cuando me levanto, observo que Alejando, sale fuera. Voy detrás deél.

-Muchacho, ¿Cómo te encuentras? No se si haremos bien en esperar a mañana, pero tampoco veo lógico alborotar a la gente. Isaura sabe cuidarse. Pero hemos de tardar en ir a salvarla.

  Saludo a Ana María con una inclinación de cabeza, mientras contemplo la espesura cercana.

  -Hola, Ana María... Estoy preocupado. No sólo por Isaura, sino por todos nosotros. ¿Te parece sensato que sabiendo que hay un contingente de salvajes en el bosque, Brenon no alerte a nadie, ni doble la guardia, ni nada? Tan sólo se va a dormir, sin advertir a nadie del peligro que corremos con esa gente cerca nuestro. Y mañana, ya veremos, cuando todos hayan descansado. - hago una pausa dramática - Si es que despertamos, claro..

   Camino nervioso, al lado de la mujer.

   -Esto no es normal. No es lo que haría alguien preparado para defenderse. No te puedes ir a dormir simplemente e ignorar el peligro. El mundo no se detiene mientras tú sueñas. Brenon se equivoca. Lo sé, porque he vivido muchos años al servicio de los señores feudales que tanto aman la guerra. Conozco algunas de sus tácticas y su forma de pensar. Y esto no es lo que haría alguien que quiere proteger a su pueblo.

  Miro a Ana María.

   - Tú tampoco podías dormir. ¿Te inquietan pensamientos parecidos?

En los secretos de la noche mientras conversáis veís a Enque acercarse a vosotros.

-¿Vuesas mercedes levantadas a estas horas?- Por vez primera se os dirige Enque a vosotros- Acuestense antes de que la fatiga os pese más que el sueño.

Como pocas veces le habéis oido hablar no sabéis bien si es su forma de hablar o el cierto respeto es muestra de broma de un militar cansado de hacer la guardia.

 - Señor - le digo sin rodeos - Graves cuitas nos preocupan y por eso no podemos conciliar el sueño. Hemos vuelto del bosque, para cumplir los encargos que nos encomendaron de traer víveres y pertrechos, pero no todos hemos regresado; una banda numerosa de chusma habita estos bosques y los llaman de su propiedad. Los mismos que nos amenazaron con darnos muerte si no abandonábamos su lugar y además se llevaron a Isaura con ellos, por serles útil al tener conocimiento de su cabal sabiduría sobre hierbas y mejunjes. Y tras todo este infortunio Brenon, que no intervino cuando pudo, no sólo no pone en guardia a vuecencia, sino que nos manda a la cama para estar más frescos mañana para parlar mejor de las medidas a tomar.

  Pero yo temo que si los salvajes desvían su rumbo y se les tuerce el empeño, no tarden en dar con nosotros y tomarnos a todos presos al amparo de las sombras, que se ve que son gente mal parida y con mucha inquina y saña.

   Yo no soy más que un muchacho, capitán, pero no soy del todo desconocido en las labores de armas y considero que no es prudente dormir cuando el enemigo acecha tan cerca. Y por eso me inquieto y rebullo, que ni una jarra de tila bien cocida me hiciera dormir a gusto esta noche. Y vos, que parecéis guerrero y soldado por lo poco que os conozco, parecéis persona más resoluta que Brenon, a quien tenía yo por más valeroso, y por eso me encomiendo a vuestra razón y os doy constancia de todos estos peligros.

- Esperen vuesas mercedes... ¡BRENON, BRENON! ¿Son ciertas las palabras?... Maldigo la hora en que Sabatery os nombró algo de posición, ineptitud es lo que tenéis.

Corre hacia en centro de la aldea y silba a sus hombres. 20 hombres se forman en fila con equipamientos desparejados de los atuendo.

-Despertad pueblo! Malas venturas

-¿Qué ocurre Enque? No asustes a la gente. Hablad.

Enque tras contar lo sucedido y tener todo el pueblo en vilo (de entre los cuales no se encuentra Marcus) Sabatery medita hasta finalmente decir:

-Está bien, hablaremos con ellos para recuperar a Isaura.

Enque -!Hablar? Con todo respeto no se puede conversar con aquellos que obra de mala fe.

Sabatery -No sabemos cuantos son, si son amenaza mayor que nuestras fuerzas, no voy a meter a mi pueblo en una guerra que no sé si vamos a ganar.

Enque- En tal caso vueso "pueblo" morirá en cuanto salgan de los bosques a por las hijas y mujeres que nos rodean. Vos sabéis que hemos tenido suerte con los saqueos, pero debemos... tenemos que plantar cara a las amenazas y dejar de escondernos...

Sabatery- Mañana iré en persona a conversar con ellos. He dicho.

Enque- SOLICITUD de voluntarios. Está en las reglas dd convivencia señor, toda acción y tarea puede ser realizada si hay voluntarios.

Las miradas entre ambos se mantienen ardientes. Hay una clara diferencia de pensamiento.

Enque- Quién quiera que dé un paso adelante para unirse al rescate de una ciudadana.- Aparte a vosotros dos- debéis uniros a esta marcha para indicarnos el camino.

   - Señor, escuchad, os lo ruego... - dirigiéndome a Enque - Sensatas son vuestras palabras y firme vuestro empeño. Sin embargo, os ruego que tengáis en cuenta que pudieron habernos dado muerte y no lo hicieron y por eso estamos aquí respirando ante vos. Quizá se pueda, como dice Sabatery, negociar con ellos. Ese bosque se me figura abundante en recursos para ambas comunidades, y una paz puede ser más provechosa que pasarnos la vida intercambiándonos tajos y flechazos.

    En todo caso - me apresuro a explicar - quiero que Isaura regrese a la aldea, con nosotros; No merece estar entre los salvajes. Así que os guiaré al claro donde nos capturaron, desde donde alguien podrá rastrear su camino. Pero le advierto, señor, que son gente fornida y gigantesca, que el hombre que me empujó rozaba con los pelos las ramas de los árboles bajos y tenía músculos como para mover él sólo la piedra del molino.  Y aún  peor es que les comanda una mujer, a la que llaman Witzia, creo, y  será hechicera seguramente, porque sólo mediante brujería se me figura que pueda dominar una hembra la voluntad de hombres tan recios.

  Dicho todo esto, me quedo esperando su respuesta y le echo una mirada de triunfo a Brenon.

- Soldado: El dialogo solo sirve con gente civilizada, no con captores y salvajes. No voy a consentir que en esta tierra seamos oprimidos por la fuerza de las bestias.- Desenvaina la espada y la enarbola en lo alto de su brazo hacia los cielos.

Mañana al amanecer buscaremos a esos salvajes y rescataremos a nuestra hermana. Quien de vuesas mercedes esten dispuestos a entregar su alma a proteger las ajenas yo les ampararé con mi hierro y sangre.

Sabatery mira impotente el liderazgo moral que demuestra Enque. Piensa replicar pero se marcha a la sala de asambleas.

-Marcháos a dormir y mañana que vueso valor nos demuestre la durabilidad de nuestra existencia
Enque echa una última mirada triunfal y la gente se marcha a dormir presurosos para decidir si marchan o no mañana.

Se dirige a Maestre y Ana María: Dormid y mañana partimos.

Se aleja envainando su espada y escupiendo a los pies de Brenon que no os quita ojo. Brenon parpadea y se gira para continuar la guardia.

   Me quedo un momento mirando a Enque, alejarse. Por un momento mi mente vuela varios años atrás,  a un mundo que aún no se había roto, donde los caballeros se aprestaban a la guerra por cualquier motivo banal. Si el terremoto había sido un castigo divino por las acciones de los hombres, éstos no habían aprendido mucho de la experiencia.

   Sabatery  es un hombre tranquilo y dialogante; quieren construir un mundo basado en la comprensión y el diálogo. Enque, por el contrario, vive por el acero. Me temo que hay que elegir; llegará el momento, tal vez mañana, en que tendremos que posicionarnos de un lado o de otro. Y ninguna de las opciones me gusta.

   Me voy a dormir abrumado por oscuros pensamientos. Mañana tendremos que guiar a Enque y a su grupo hasta el lugar de la emboscada. Los salvajes nos escucharán llegar; conocen el bosque. Si no hay mejor plan, la idea de encabezar la marcha junto con Ana María no me seduce demasiado. Quizá tenga que sopesar el valor de esta aldea, para mí, y lo dispuesto que estoy a poner en juego mi vida.  Habrá otras aldeas, otras Isauras, otros lugares... sin embargo, algo me dice también que las cosas siempre serán iguales en todos lados. Quizá huir no sirva de mucho, si no hay un lugar diferente al que ir.

   Me acuesto con la cabeza hecha un lío; quizá los acontecimientos que se desarrollen por la mañana me impulsen en una dirección, o en otra...

 Demian contempló toda la escena como si de un espectador externo se tratase, pues pese a que había contemplado el secuestro prefirió dejar que Enque despotricase todo lo que quisiese. Cualesquiera que fueran sus pensamientos sobre el asunto quedaban reservados para él, mañana todo se decidiría.

-Claro que pienso como tu Alejandro.

Escucho las palabras de los hombres, ellos tienen el poder, si deciden esperar no queda otra posibilidad.

Pero estoy de acuerdo en que con esos salvajes no será suficiente ni servirá el diálogo.

No queda otra que esperar a que salga el alba.