Partida Rol por web

Día 3 (17 de julio), 10:45h, lloviendo.

Tras un rato, os parece oír unos ruidos y algunas voces que llegan desde no muy lejos. Avanzáis con cautela y os encontráis con que una carreta se ha roto, y varios ladrones están tratando de arreglarla. Como están hablando muy alto podéis escuchar parte de su conversación:

(ladrón con hacha y escudo)-“La madre que me pario, pero que le habéis hecho a la carreta inútiles. Se la he cogido prestada a Kukol, si se entera de que la he roto me mata. ¡Arregladla desgraciados!”-

(Ladrón con espada y escudo)- “Tranquilo Manuel, mira que te dije que la estabas cargando demasiado, tenías que haber dejado algún cerdo. Y cuando Kukol se entere de que casi cortan por la mitad a su primo, lo de la carreta va a ser un asunto menor. De esta nos mata.”

(Manuel)-“No me lo recuerdes que me descompongo. En que estaría pensando ese chaval, acercarse a un tipo con una pedazo hacha como esa, pa haberlo matao.”

Desafortunadamente, no todos sois lo suficientemente sigilosos y ellos también han escuchado algo. Hay 4, y se preparan para el combate.

Susurro a mis compañeros. 

- Cuidado compañeros, ahí delante hay parte de esos ladrones. Parece que han tenido problemas con una carreta. Creo que nos escucharon pero no nos vieron por lo que puede que piensen que lo que escucharan tan solo sea un animal.  Debemos intentar pillarlos por sorpresa si podemos. Voy a ocultarme entre los árboles y os cubriré. Me encargaré de los arqueros.

Avanzo lo más sigiloso posible entre los árboles y la maleza del bosque. Me oculto tras un árbol intentando no ser descubierto y apunto al arquero que esta en la parte trasera del carruaje (A1).

Mientras el resto de los presentes se ocultaban entre la maleza y los árboles, aquel hombre que era ajeno a esos ritos de ocultación o a pasar desapercibido, se acercó a aquellos ladrones que parecían estar en apuros más que evidentes. Ese era el mejor momento para atacar.

-¡Vosotros de ahí!. -Gritó el guardia acercándose a aquellos ladrones mientras tenía sus manos sobre los mangos de sus espadas dobles- ¿Acaso creíais que estabais solos?. Pues no... ¡Aquí estoy yo!. ¡Soy Schwartz von Liechtenstein Lohengramm!. ¡Y voy a ayudaros a colocar correctamente ese carro!. Que está bloqueando un poco la vía principal.

Señalando hacia los árboles del sur, este continuó hablando.

-¿Tenéis cuerdas?. -Preguntó- Si tenéis cuerdas podemos tratar de atar la carreta y usar las ramas de esos árboles de allá para hacer de polea y que nos sea más sencillo enderezarlo... Porque joder... ¿Cómo coño vuelcas un carro?. ¿Algo os chocó de lado o el conductor iba un poco bebido?. Si es que sí, me podéis dar las gracias con unas copas.

Hadron estaba ojeando a los enemigos cuando alguien pisó una rama y llamó la atención de los malhechores. A pesar de ello, el efecto sorpresa no se había esfumado del todo...estaba apunto de hacerles señas a sus compañeros para darles matarile desde lejos cuando el borracho grandullón salió a hacer ruido en el medio del claro. Acababa de joder el efecto sorpresa. Seguramente los ladrones mirarían hacia donde salió el guerrero y los descubrirían a todos.

Hadron tensó su arco y apuntó, le daría la cortesía de la duda, pero tan pronto el arquero enemigo se moviese, soltaría su saeta.

HOMBRES TENÍAN QUE SER. Al ver que íbamos a pillarles por sorpresa, y que los que atacaban a distancia iban a dar el primer strike, me dio por correr a saco hasta donde pude con el escudo bien alto. Los que me vieran de frente verían un chufo verde asomarse por un escudo que se acercaba a toda velocidad. 

La conversación que mantenían las cuatro hombres que aguardaban tras la averiada carreta no dejó lugar a dudas, eran los asaltantes que estaban buscando. El mediano no desaprovechó la ocasión, apuntó a uno de los hombres que tenía más cerca (2) y disparó.

Visto que las flechas empezaban a volar, Donatello dio unos pasos para cubrirse detrás de un árbol, y desde allí lanzaría el hechizo de Dormir a los bandidos. Con un poco de suerte, quizás podamos coger prisioneros.

Algo habían escuchado los ladrones, que les hizo coger sus armas y mirar hacia el camino. Pronto dos flechas surcaron el aire, una se perdió mientras que la otra hirió a uno de los arqueros (A2). Mientras que un virote paso cerca de otro de ese mismo arquero. Y un poco más tarde un enorme guerrero llego corriendo, y en parte tambaleándose hasta situarse a su lado. Diciendo que el les ayudaría con la carreta. Manuel que así parecía llamarse el jefe de este grupo de ladrones. Tan solo vio como un desconocido al que nunca antes había visto se acercaba peligrosamente, y luego otro más se acerco hasta donde estaban.

-¡Defenderos, son guardias!- Gritó a sus hombres, mientras se lanzaba contra el recién llegado guerrero. Y de un brutal hachazo manda a Schwartz al suelo. El otro ladrón se lanza contra Xivar cargando y de un certero espadazo la deja inconsciente.

Los dos arqueros quedan vigilantes, han escuchado pasos y visto movimientos, casi saben donde esta Hadron, pero no pueden verle.

A Markus, le van a ver ya, y posiblemente también a Hadron.

Vuestro turno.

Hadron maldijo, en un instante, por falta de coordinación en el grupo, todo se había ido bastante al garete. Temía que la embriaguez de Schwarz acabase por pasar factura, pero desde luego deseaba que ese momento no llegase, y menos tan pronto.

Desechó sus pensamientos de la cabeza y se centró en acabar con los arqueros antes de ser totalmente descubiertos, para poder sacar sus espadas y centrarse en el combate a melé. Por suerte para él, aún no habían percibido su presencia, bueno, su presencia si, pero no su posición exacta. Volvió a disparar otras dos flechas contra el mismo objetivo, deseando que sus compañeros tuviesen la puntería más afinada, y derrotar a aquellos ladrones mas pronto que tarde. Sus dos compañeros, yacían en el suelo en apuros, y quería poder atenderlos, a parte de sobrevivir él mismo.

La cosa no habia empezado bien, dos compañeros habian sido alcanzados. No hay tiempo que perder. Desde mi posición disparo al arquero que tenia apuntado (A1). Me concentro, tenso el arco y lanzo mis dos flechas hacia el. 

Una de las flechas logra alcanzarla, la segunda que tiro se va demasiado alta al agacharse el roval al recibir el primer disparo. Sigo oculto tras mi arbol y preparo otras dos flechas para volver a disparar. 

Ralf vio caer a dos compañeros suyos ante los ataques de los asaltantes y decidió no esperar más, Como un resorte salió disparado de entre los árboles y, mientras sacaba su espada, cargó contra el ladrón que tenía Fiduchia, intentando asestarle un buen golpe.

Viendo que la situación se había desmadrado en unos segundos, Donatello lanzó su hechizo de Dormir. 

Tras el ataque de los ladrones dos de los miembros del equipo yacían inmóviles en el suelo. Pero esto no desanimo al resto. El primero en actuar fue Donatello que lanzó un hechizo sobre el que parecía el líder de los ladrones, que cayó dormido al suelo. A continuación llovieron las flechas acabando con la vida de uno de los arqueros, por las flechas de Markus, mientras que Hadron falla sus disparos. Mientras tanto, el otro ladrón con arco, sorprendido por la caída del jefe, espera a ver como se desarrollan los acontecimientos. 

Es el turno de Ralf que carga sobre el ladrón más avanzado y le pilla por sorpresa acabando en un instante con su vida. El último de los ladrones, el arquero que estaba esperando a ver que pasaba, echa a correr alejándose de vosotros tan rápido como puede (la flecha roja marca el lugar por el que ha huido). 

Vuestro turno. 

Después de acabar con la vida del ladrón vio como uno de los asaltantes huía al verse superado, en otra ocasión hubiese ido tras de él, pero ahora había dos compañeros malheridos.

--¡Maldita rata!-- pensó apretando los dientes.

El mediano dio un rápido vistazo a su alrededor para comprobar el estado del resto de sus compañeros y lanzó una pregunta al aire —¿Estáis todos bien?— Después atendió a Fiduchia, intentando sanar las heridas que tenía —Xivar, tranquila, ya se ha acabado todo— le dijo a la clérigo, aunque sabía que no podía oírle.

-Mierda. -exclamó Hadron, uno de los ladrones había escapado, con lo que daría la alarma al resto, y eso suponía muchos problemas.

Se acercó rápidamente al guerrero, preocupado y visiblemente molesto a la par. Le ayudó a estabilizarse mientras le montaba unos vendajes.

-Sabía yo que tus borracheras nos la acabarían jugando, espero que de ahora en adelante te mantengas sobrio.

Al terminar el vendaje le tendió la mano para ayudarle a levantarse.

-Bien, solo tenemos dos opciones, ir hacia lo desconocido para que el arquero que ha escapado no de la alarma, o escondernos e interrogar a ese - dijo señalando hacia el ladrón dormido. - Parece ser el jefe, quizá nos sirva para hacer un intercambio de rehenes, que es lo que mas nos urge ahora, o incluso quizá podríamos llevárnoslo a la guarnición, para poder implicar al resto de guardias, y que uno de nosotros de el aviso a los ladrones, de que si quieren a su jefe, han de llevar a los rehenes al pueblo.

Como saliendo de dentro de un cubo de agua, me desperté sobresaltada cogiendo aire para llenar mis pulmones. -HHhHHHhHHhhhh....!   - tardé unos segundos en reaccionar y ver lo que había a mi alrededor. Estaba en el suelo junto al gigantón. - Malditos cabr****!! - habían 3 en el suelo. Yo me froté el chichonaco que me habían dado y vi que ninguno de los tres estaba atado. Faltaba uno? Giré mi cabeza buscando y poniéndome a cubierto con mi escudo. -Donde? quien?.. están esos tres muertos? Por los huevos de mi señor que pagarán por dejarme inconsciente tan fácilmente!!

-Eh.. oh. Gracias Ralf.

El combate parecía llegar a su fin. Lo malo que uno de ellos había huido, pero tenemos un rehén. 

Hadron, podríamos seguirle, pero tenemos dos compañeros heridos, por lo que creo que lo mejor es descansar un poco y que recuperen un poco el aliento y después seguir. Sabemos que dirección tomó, y además tenemos un rehén que más le vale colaborar. ¿Como estais compañeros? -pregunto a los heridos mientras terminan de curarles.

Me acerco al grupo y registro a los ladrones caído, así como cojo al que está dormido y lo ato a la rueda de la carreta. 

El atlético aguerrido guerrero Schwatz von Liechtenstein Lohengramm seguía tumbado en el suelo tal y como había caído, aunque ahora con unos cuantos vendajes encima que parecía una momia mal hecha. Con el brazo en alto por el cual su salvador Hadron estaba tirando por él, este seguía tumbado.

-Ggggllllllllrrrrrr... -Logró comentar con elocuencia. Al parecer entre la borrachera y la paliza que le metieron los asaltantes este iba a tardar un poquito más en recuperarse, y ya no digamos levantarse- Gllllrrr... gllllrrr...