Hube de untar algunas manos para refrescar la memoria de los olvidadizos, pero finalmente me enteré de lo que deseaba saber: entre la gente avisada se tenía por cosa cierta que a mi hermano lo habían matado por orden de don César Madrazo, marqués de Villascusa. Al parecer el amo de mi hermano, el conde de Peñaranda, andaba en pleitos y litigios con el tal don César, que no era tal cosa muy buena para la salud, y para muestra dello, solamente había que hacer memoria: otros litigios que había tenido el Marqués, en los que se tenía por cierto que perdería, se habían saldado con un desafortunado accidente por parte del litigador, que en esta Villa y Corte una frase dicha a destiempo por un desconocido equivalía a desnudar presto el acero, y no era mal truco, muy usado por los matachines, para forzar así una pelea con la que despachar por la posta al que se nos había encargado eliminar. Si los pleiteantes eran viejos, mujeres o gentes que carecieran de cuajo para meter mano al acero, tenía costumbre el marqués de amedrentar a la servidumbre y a la familia del amo, que no hay como golpear donde más duela para que se sienta más. Así que, resumieron los que esas confidencias me dijeron, no sería la primera vez que el tal marquesito despachara por la posta a un criado, si así le convenía para mandar aviso al amo.
Sección 239
Lanza 1d6 y resta lo que salga al contenido de tu bolsa, que son los reales que cuesta conseguir la información.
Un nombre y un motivo eran lo que buscaba, y ambas las tenía. Se me habían acabado las preguntas por hacer en los barrios bajos, hora era ya que me fuera a visitar los altos. Pasa a la sección 362.
Pero quizá quisiera antes irme de compras. Bien podía hacerme falta un traje de lindico, o un coleto para desviar las estocadas, o alguna arma más. Pasa a la sección 22.
Y si para tal tenía antes que rellenar de sonante mi bolsa, bien sabría yo quien podría darme trabajo. Pasa a la sección 369.
Tras hacer bailar algunas monedas de mano en mano conseguí la información que estaba buscando, sin embargo teniendo en cuenta el nombre del responsable hube de gastar mucho más de lo que tenía previsto y mi bolsa había quedado totalmente esquilmada.
Si quería equipar adecuadamente para vengar a mi hermano, necesitaba plata... y sólo había un sitio donde conseguirla con la suficiente rapidez...
Motivo: "Untar" informantes
Tirada: 1d6
Resultado: 2 [2]
3 monedas que tenía menos 2 que he gastado, únicamente me queda 1.
Y si para tal tenía antes que rellenar de sonante mi bolsa, bien sabría yo quien podría darme trabajo. Pasa a la sección 369.
Dicen los que saben que es Rodrigo el Rijoso el mejor viento de toda la Villa, que no se posa una mosca en una boñiga de caballo sin que él se entere. Lo que no todos saben es que a parte de confidente es también intermediario, y a él acuden muchos a encargar trabajos más o menos deshonestos, con la seguridad de que entre su múltiple red de contactos alguno habrá que cumpla con su petición. Así que a él me dirigí, a ver si tenía alguna faena de la que poder encargarme. Lo del mote, por si voacé tiene curiosidad, le viene por un chirlo o cicatriz que naciéndole en el lado izquierdo de la boca le muere a media mejilla, dándole el aspecto de alguien que está siempre sonriendo de través. Nada más lejos de la realidad, que no es el Rijoso amigo de risas ni bromas, que es natural en él lucir ceño fruncido. Sea como fuere, y volviendo a mi relato, no anduve desencaminado, que trabajo tenía para quien se lo quiera hacer.
Sección 369
Pasa a la sección 79.
-Hay una damita extranjera que gusta de la compañía de un viejo tullido, en lugar de frecuentar la de jóvenes que la harían más feliz. Me dijo el Rijoso. El negocio consiste en espantar al lisiado para que deje el campo libre al que me ha encargado tal trabajo. A cambio voacé podrá elegir entre cobrar veinte reales, acuñados en moneda buena, o en recibir un traje de pisaverde, que no hace ni un día afanó un descuidero de dedos ligeros. Que si os vais a mover en ciertos ambientes, mal podréis hacerlo con las ropas de valentón que soléis llevar. ¿Os hace?
No es que me apeteciera darle un espanto a un pobre tullido, pero los dineros y la necesidad son una cosa, y los escrúpulos, un lujo para quien pueda permitírselos. De todos modos, me tomé un tiempo en decidir.
Sección 79
Si quieres que el personaje lleve a cabo el trabajo, pasa a la sección 277.
Si prefieres que no haga tal cosa (pues la venganza de su hermano no se merece tal demora) ve a la sección 362.
Parecía un trabajo fácil y rápido... pensé después de oír el ofrecimiento del Rijoso y ciertamente, necesitaba llenar la bolsa.
- Lo haré sin demora - añadí mientras esperaba el resto de la información necesaria para llevar a cabo el encargo...
Si quieres que el personaje lleve a cabo el trabajo, pasa a la sección 277.
Y así fue como me encontré rondando la fuente del Acero, que para los que no conozcan los alrededores de la Villa les diré que está pasado el Manzanares, al otro lado del puente de Segovia. Son sus aguas muy saludables, o eso dicen, y a ella acostumbran a ir las damas, la mayor de las veces para, con la excusa de mirar por su salud, dejarse querer por sus galanes y por los pisaverdes que tal lugar frecuentan. Andaba bien avisado el Rijoso, que me había dicho que sobre esa hora aparecería una joven italiana muy hermosa, que reconocería por ir vestida de blanco, acompañada por el tullido al que había de amenazar. Mi paciencia se vio por fin recompensada cuando la vi llegar en carroza abierta acompañada de un extraño personaje, un hombre de pelo y barba blancos con una extraña máscara de plata tapándole el medio rostro izquierdo. Los observé a distancia y se me cayó el alma a los pies al ver que el hombre era tullido tanto del brazo como de la pierna izquierdos, que había de apoyarse con no poco trabajo en un bastón para arrastrar la pierna mala y su mano falsa era una pieza mecánica de metal. Se me revolvieron las entrañas, pues si verdad era que el trabajo era fácil, escaso es el honor que comportaba.
Sección 277
Si decides que el personaje lleve a cabo el encargo después de todo, ve a la sección 234.
En caso de que el personaje sepa el nombre del amo de su hermano y optes porque rechace el trabajo, ve a la sección 362.
También puedes optar por una solución intermedia, haciendo que el personaje le dé un aviso al tullido sin usar la violencia. En tal caso ve a la sección 119.
Ciertamente es hermosa la rapaza... pienso al ver a la joven acercándose en la carroza acompañada por el viejo. Estaba dispuesto a ejecutar mi trabajo rápidamente, pero al ver que no es sino un tullido tengo cierto reparos y por una vez, decido usar la diplomacia antes de la espada.
Me acerco a la fuente donde la extraña pareja se encuentra y me dirijo a ellos eligiendo mis palabras con cortesía, aunque manteniendo una cierta distancia con ellos.
- Buenos días mi señora... mi nombre no importa, pero he venido a transmitir un mensaje al caballero... alguien os conmina a que os alejéis de la dama, o posiblemente el siguiente mensajero no resulte tan amable como yo...
También puedes optar por una solución intermedia, haciendo que el personaje le dé un aviso al tullido sin usar la violencia. En tal caso ve a la sección 119.
Resolví darle aviso en un aparte al tullido, más para que andara precavido que para insultarle. La cuestión estaba en si sabría hacer tal cosa, que soy yo hombre más de hechos que de palabras, y al igual tratando de arreglar la cosa se estropeaba aún más.
Sección 119
Haz una prueba de Cortesía.
Si sacas la tirada, pasa a la sección 285.
Si no sacas la tirada, pasa a la sección 168.
Dirijo el aviso al viejo caballero intentando resultar lo más diplomático posible... pero claramente, la cortesía no es lo mío...
Motivo: Cortesía
Tirada: 2d6
Dificultad: 3-
Resultado: 11 (Fracaso) [5, 6]
Si no sacas la tirada, pasa a la sección 168.
Mi bocaza y mis torpes maneras agrandaron la ofensa que pretendía atenuar, que viendo que el pobre tullido se acercaba a llenar un jarrillo de agua del manantial para su dama me acerqué a su lado mientras le decía en alta voz, para que todos nos oyeran:
-Dejad que os ayude, señor tullido, que bien veo que apenas sois la mitad de un hombre...
Traté de sujetarle y él, amoscado por mis palabras, se zafó de mi brazo con tal brusquedad que perdió el equilibrio y cayó al agua, entre las risotadas de los ociosos que la fuente frecuentaban. Bien contento quedaría el pagano que había encargado el trato, que si buscaba que le ridiculizaran al pobre tullido a fe que lo había conseguido.
Sección 168
Pasa a la sección 130.
Se le nubló el ojo sano de pura ira al tullido, y aferró con tal fuerza su bastón de madera y metal que me puse instintivamente a la defensiva, pensando que arremetería contra mí. Para mi sorpresa, fue la tal Cosima la que le dirigió unas rápidas palabras en italiano, que al parecer le calmaron lo suficiente para ignorarme y alejarse hacia la carroza, dándome la espalda. Para bien o para mal, el trabajo había sido hecho, así que me alejé de allí, en busca del cobro.
Sección 130
Pasa a la sección 170.
...
Sección 170
Haz una prueba de Observación.
Si sacas la tirada, pasa a la sección 374.
Si no sacas la tirada, pasa a la sección 34.
El aviso estaba dado...
Motivo: Observación
Tirada: 2d6
Dificultad: 8-
Resultado: 11 (Fracaso) [6, 5]
Si no sacas la tirada, pasa a la sección 34.
Estaba a punto de alcanzar los arrabales de San Andrés cuando la carroza de los italianos se puso a mi lado, y el tullido me espetó:
-Parecéis cansado, señor valentón, todo y andar con dos piernas. Mejor subid, que con gusto mi dama y yo os llevaremos.
Me giré, entre sorprendido y airado, oliéndome un desaire o una celada, y me encontré con una boca de fuego apuntándome a la cabeza. Al parecer el tullido era de los discretos, que prefieren resolver en privado sus asuntos. Si entraba en la carroza podían llevarme a donde les pluguiera, y matarme como a un perro si tal era su capricho. Pero si no les hacía caso, en lugar apartado como aún estábamos, un tiro a boca de jarro no me lo quitaba ni Dios (con perdón).
Sección 34
Si quieres que el personaje entre muy mansito (al menos, aparentemente) en la carroza, ve a la sección 371.
Si por el contrario prefieres que se arriesgue a huir, ve a la sección 166.
- Aunque sólo seáis medio hombre, parece que aún tienes los dos huevos - respondo a viejo tullido mientras subía a la carroza, dispuesto a aprovechar la menor oportunidad que tuviera de volver las tornas a mi favor...
Si quieres que el personaje entre muy mansito (al menos, aparentemente) en la carroza, ve a la sección 371.
No me apetecía aceptar la cortés invitación del tullido, pero su boca de fuego lo hacía muy convincente, así que me senté frente a ellos, de espaldas al cochero, que en el acto azuzó los caballos e hizo girar el coche. No íbamos a la Villa, sino al descampado, y eso, entenderá vuesa merced, no calmó mis recelos, precisamente.
Sección 371
Pasa a la sección 314.
Miré a mis anfitriones, pensando qué hacer: ella miraba el paisaje, como aburrida, él seguía apuntándome con su arma, algo baja para que no se viera desde fuera de la carroza, que como ya he dicho era abierta, de esas sin techo que se usan más para pasear que para viajar. Mi cabeza no corría peligro inminente de recibir su disparo, pero a buen seguro que lo que me saldrían volando serían las turmas como apretase el gatillo. Y como las tengo en gran estima, me puse a valorar con tiento qué hacer.
Sección 314
Podía esperar a ver dónde me llevaban y qué querían hacer conmigo. Ir a la sección 220.
O podía adelantarme a sus planes y tratar de hacer algo antes de que llegáramos. Ir a la sección 321.
Maldito malnacido tullido... pensaba con rabia dada mi situación. Menuda humillación ser sometido por este medio hombre...
Cansado de esperar por el destino y los planes del viejo decidí no ser pasivo y pasar a la acción.
- Os agradezco el paseo... sin duda es un placer para mí ir acompañado de tan bella dama... ¿seríais tan amable de comunicarme hacia dónde nos dirigimos? - dije intentando distraer la atención del tullido...
O podía adelantarme a sus planes y tratar de hacer algo antes de que llegáramos. Ir a la sección 321.
...
Sección 321
Si el personaje lleva una daga, puede tratar de abalanzarse sobre la dama italiana y amenazarla para que su sicario suelte la pistola. Ve en ese caso a la sección 25.
Si considera eso demasiado peligroso, puede intentar arrojarse del coche en marcha. Ve entonces a la sección 274.
Si decides esperar, después de todo, a ver a dónde te llevan ve a la sección 220.
- Subamos las apuestas, ¿os parece? - dije mientras hacía un rápido movimiento agarrando a la dama y colocando mi daga sobre su cuello...
Si el personaje lleva una daga, puede tratar de abalanzarse sobre la dama italiana y amenazarla para que su sicario suelte la pistola. Ve en ese caso a la sección 25.