Partida Rol por web

El Conde tomó de nuevo su postura de combate como esgrimista, y se lanzó al ataque con ciertos tambaleos que dificultaban preveer la dirección de su estoque.Lanzó varios tajos hacia Rokgor, haciéndole retroceder, pero inesperadamente se lanzó hacia su cuerpo con un ataque recto y frontal adelantando considerablemente una de sus piernas.La fina hoja se introdujo en el pecho de Rokgor bastantes centímetros, haciendo gruñir tras esa máscara al elegido.

Rokgor avanzó hacia el Conde, provocando así que el filo le atravesase el cuerpo y tras esto propinó un poderoso cabezazo que hizo retroceder a su contrincante a la par que el filo salía de su cuerpo, demostrando así que no dudaría en poner en peligro su vida si con tal de eso podría aplastar a su enemigo.Un hilo abundante de sangre negruzca salía de su pecho y su espalda.

Ahora el Conde tenía un ligero golpe en su rostro, su ceja estaba partida pero no era nada importante que le impidiese seguir.

Aprovechando que los arqueros estaban en el suelo o distraídos con Ridgern, Lia sacó apresurada un pergamino y lo leyó. Al finalizar aparecieron otras dos Lias que imitaban a la perfección los movimientos de la muchacha, dificultando que los arqueros se centrasen en la verdadera. Después gritó al enano

Ridgern, deja de hacer el tonto y golpéales. Así solo conseguirás que te maten y no podrás recuperar la espada.

Sintió un dolor agudo en su costado, que le hizo gruñir.Acto seguido notó algo caliente resbalar por su cuerpo, era su sangre, siendo derramada por esos arqueros poseídos.Lia tenía razón, tenía que hacer algo con ellos, sino acabarían por matarlo.Era su vida o la de ellos, y aún tenía muchas cosas por hacer, su historia no podía terminar allí, aún tenía que ayudar a su familia en la montaña.

-¡SI NO DESPERTÁIS, YO OS DESPERTARÉ!- bramó deshaciéndose del arquero que le sujetaba y balanceando su mayal para golpear en el cráneo al arquero de la daga.La bola puntiaguda impactó de lleno en la sien del arquero, haciéndole caer al suelo como un saco de patatas.El golpe fue duro, pero no letal, haciéndole sangrar pero dejándole aún respirar.

-¡Uno menos, ¿quien es el siguiente!?- se dio la vuelta para encararse ahora con cara de malas pulgas hacia el arquero que antes le inmovilizaba.

El arquero desenfundó su daga y fue a por el enano.Lanzó un golpe vertical que impactó en la poderosa coraza que el enano ofrecía orgulloso hacia su enemigo, esperando su golpe esta vez.El impacto fue tal, que la daga salió disparada y cayó al suelo.Ahora estaba desarmado.

Lia usó su pergamino mágico con el tiempo justo para evitar un dagazo del arquero.Cuando la daga fue a impactar en la carne de la maga, solo atravesó una silueta, cortando el aire.El arquero estaba confuso, pero volvería atacar a lo que se encontrase en su camino.

Volvió a dar un tajo vertical a una de las imágenes, haciéndola desaparecer.Mientras tanto, el otro arquero en las escaleras, siguió avanzando hacia otra de las siluetas de Lia.

Mientras tanto, el fuego seguía devorando la torre, algunos cascotes ya comenzaban a caer tanto por el exterior como el interior del mismo edificio.Radrosh volvió a lanzar de nuevo su magia piromántica, y una bola de fuego de tamaño medio se dividió en dos más que antes de impactar agrandaron su tamaño para golpear con contundencia la estructura que no tardaría mucho en caer.

Adish que seguía haciendo girar su cadena, avanzaba hacia Drago para que así entrase en su radio de acción, pero el joven alférez avanzó de un saltó en plancha casi a ras de suelo para aproximarse a su contrincante.Salpicando de agua y barro su entorno, se deslizó hacia las piernas de la elegida para pasar entre estas y dejar resbalar la hoja por la carne de la orco, provocándole un corte en su gemelo.El alférez siguió deslizándose  y se levantó, quedando en la espalda de esta.

El capitán embistió el escudo de Valik con un espadazo directo a este.Se quedaron ambos, enfrentados, uno al otro, casi notando la respiración de su contrincante en el mismo rostro.Pero el capitán hizo gala de su extrema fuerza, y consiguió ganar ese pulso, logrando desviar el escudo, y sacándolo de en medio.Ahora el cuerpo de Valik estaba desprotegido.A pesar de ello, Valik lanzó un ataque desesperado que el capitán bloqueó con su misma armadura, y volvió a embestirle esta vez, lanzando un golpe cortante en el costado de Valik, haciéndole tambalearse lateralmente.El filo logró atravesar la gruesa armadura del elegido y realizarle así un severo corte en su costado.

El duelo del Conde seguía su ritmo, por ahora a favor del líder aliado.El Conde procuraba de manera instintiva mantener siempre las distancias, y cuando Rokgor se la ganaba, esquivaba con gracilidad sus ataques, con movimientos erráticos e inesperados, propios de un borracho.

Rokgor se avalanzó frustrado, hacia el Conde con la intención de agarrarlo, pero el Conde giró sobre si mismo, dejándole pasar de largo.Ahora estaban espalda con espalda, pero el Conde fue más rápido en girarse, y realizó un tajo cruzado en la espalda del elegido, abriendo su carne cual látigo divino.El ataque hizo gruñir de dolor al orco, haciéndole tropezar hacia adelante y caer sobre una de sus rodillas.Quien no los conociese, podría pensar que se trataba de una tortura para el orco y un juego para el humano.

Ridgern seguían en pie haciendo frente a aquellos arqueros poseídos por la maligna magia de Radrosh. Al notar como la sangre seguía manando de su cuello gritó - CLERIGO!! NECESITO UN CLERIGO!!!! Y mientras tanto, avanzó hacia la daga que el arquero intentaba recoger del suelo,  pisando su mano fuertemente - Quieres un arma... Pues toma esta!!!! y el enano volvió a enarbolar su mangual para deshacerse de su enemigo. El golpe fue tan certero como brutal y la dura y puntiaguda bola de metal quebró con facilidad el desprotegido cráneo del arquero, que cayó al suelo en el acto, sangrando como un cerdo en la matanza y  convulsionándose sin parar.

Lia se encaró al arquero que tenía más cercano y le intentaba mantener alejado con la daga, sin mucho éxito; al fin y al cabo ella no era una luchadora.

Ridgern, necesito tu ayuda. Date prisa, por favor.

Ridgern respondió de inmediato a la llamada de auxilio de Lia y rápidamente se abalanzó sobre el arquero que acechaba a la joven. - Eh Tú, ojitos negros!!!! No te da vergüenza luchar contra una joven indefensa??!! Ven aquí cobarde y lucha de Hombre a hombre!!!! 

El arquero que acosaba a Lia ni tan siquiera reaccionó a los ataques disuasorios que la maga realiazaba.Simplemente avanzaba hacia a ella con la daga alzada y dispuesta a ser clavada con suma vileza.La daga se clavó sobre Lia una y otra vez, provocando que se desvaneciese en una nube efímera entre gritos de dolor.Tras esto, gruñendo descerebradamente, se dirigió hacia su próximo objetivo, otra maga, esta vez la auténtica.

El otro arquero atravesó y rajó la tripa de Lia de lado a lado, haciéndola caer de rodillas para acto seguido desaparecer en una nube de humo multicolor.Pero el poseído arquero se dio la vuelta, siendo atraído por las provocaciones de Ridgern.

Ante la petición del enano, no sonó más que las armas de la guerra chocándose entre si, el fuego chisporroteando y devorando todo a su paso y los gritos de dolor de los heridos y aún combatientes en pie.No obstante, pudo ver como por la puerta de la torre, salía la figura de Petrus totalmente imbuida en llamas.

Su piel estaba parcialmente carbonizada y sus brazos alzados hacia el cielo.A pesar de ello no se le escuchó un grito de dolor mientras salía corriendo y caía de rodillas aceptando su destino.La lluvia que caía sobre él no hacía más que provocar una pequeña nube de vapor a su alrededor que ascendía hacia el cielo, como si su alma estuviese escapando por los poros de su piel.No era capaz de articular palabra debido al estado de sus labios y garganta, pero a juzgar por su postura se podía la notar su extrema devoción hacia la luz y el fuego, sintiéndose orgulloso de la manera en que murió.Finalmente, su cuerpo arrodillado terminó de caer a plomó sobre el barro, pereciendo frente a todos los que aún quedaban luchando.

Aprovechando su posición ventajosa, se abalanzó hacia Adish para intentar cortarle el brazo de la cadena de cuajo, pero no pudo hacer más que un corte en su biceps antes de que esta se girara y le propinase una patada en su tripa para alejarlo.Tras esto, saltó enfurecida para realizar un ataque vertical con su cadena.La esfera sobrevoló la cabeza de la elegida, formando un arco que acababa directo en el cráneo del alférez, pero la agilidad de este lo convertía en un objetivo difícil de acertar, y logró esquivar con facilidad aquel golpe letal, que no hizo más que golpear el barro, con la mala suerte de que golpeó en una dura roca, quedándose la esfera atascada en aquel lugar.

El combate entre los dos titanes acorazados siguió su curso.Intercambiaron golpes que a veces eran bloqueados y otras tantas desviados.Pero el capitán finalmente entró en su modo más iracundo, y cuando Valik volvió a usar su hacha para ensartarle, el capitán atacó a la misma vez, variando la posición de su cuerpo, haciéndose a un lado y finalmente partiendo el largo mango del hacha con un espadazo vetical.Tras esto, lanzó un puñetazo directo al rostro del orco, aturdiéndole momentáneamente y haciéndole retroceder un par de pasos.Acto seguido, clavó su profunda hoja en el torso de su enemigo, de una manera tan brutal que atravesó hasta la armadura de Valik.La clavó unos centímetros más, provocando que su contrincante expulsase una cantidad considerable de sangre por su boca.Y tras esto, deslizó la hoja hacia arriba de manera costosa, aún estando en el interior del orco, y haciéndola salir por el lateral del cuello de este, fracturando huesos y destrozando órganos a su paso.Una ve la hoja salió del cuerpo del corpulento orco, se podía ver claramente la gran brecha que separaba casi en dos su verdoso cuerpo, desprendiéndose por dicha herida, trozos de órganos, sangre y fragmentos de huesos.El cuerpo cayó a plomó sobre el barro, creando un desagradable charco de sangre y restos orgánicos bajo él.

El capitán se quedó durante un momento contemplativo, exhausto y falto de aire en su agitada respiración.No tenía edad para ir haciendo esas cosas y lo notaba.En esas situaciones donde llevaba su cuerpo al límite le pasaban factura, y ahora permanecía arrodillado, apoyándose en su espadón clavado en el suelo.

Rokgor ya empezaba acostumbrarse a los movimientos del Conde y se podía percibir que actuaba de manera más cauta.El Conde se volvió a estirar para lanzarle un ataque directo y punzante, pero esta vez la punta de la hoja se quedó rozando la piel de Rokgor, el cual miró satisfecho hacia abajo para observar que sus cálculos sobre la distancia habían sido acertados esa vez.Volvió a alzar su mirada y rió varias veces empapado en un eco metálico producido por la máscara de su rostro.

Agitó el brazo que sujetaba la gran espada, la cual parecía pequeña comparada con el tamaño de sus músculos, logrando golpear el brazo del Conde y provocándole una herida en su antebrazo, con la intención de dificultarle sus ataques.El Conde encogió su brazo malherido, con una mueca de dolor, estaba borracho, pero no tanto como para tener anulados los neurotransmisores.

Lia vio horrorizada como el sacerdote salía de la torre medio carbonizado y caía a pocos metros de ella.

No, pobre...- Consiguió murmurar la muchacha al ver al que había sido un orgulloso sacerdote.

Pero la sombra del arquero acercándose con el rostro desencajado por una mueca indescriptible, la hizo reaccionar.

Previendo un ataque por su derecha, lanzó un tajo en esa dirección. Si el arquero no hubiera estado enajenado, podría haber fintado para luego atacar, sin embargo, sí lo estaba. Si Lia hubiera sido una luchadora experta podría haber supuesto que ese ataque tan evidente podría ser una finta, pero ella no lo era.

El resultado fue un feo corte en el brazo del arquero que casi le llegaba hasta el torso. Con un poco de suerte habría cortado alguna vena o arteria importante.

Ridgern esperaba el momento para atacar al arquero que se le echaba encima, pero la imagen del Jefe Petrus le hizo perder la concentración en su enemigo, que no tuvo mucha dificultad en esquivar la bola de acera que con poco acierto voló cerca de él.

- Mierda!!! Maldito mago del infierno!! como lo pille va a saber lo que es arder...

Lia consiguió leer el ataque de su enemigo y respondió con un certero dagazo en su brazo el cual le provocó un feo y largo corte por el que emanaba cuantiosa sangre.No obstante, aquello no le hizo detenerse, y se avalanzó hacia la maga con todo lo que tenía, dando dagazos a diestro y siniestro mientras dejaba tras de si un rastro de sangre sobre el húmedo barro.

Por otro lado, el enano no tuvo tanta suerte pues su mayal no acertó en el arquero enemigo, el cual parecía no temer el arma de Ridgern, acercándose peligrosamente con la daga alzada para asestarle un dagazo vertical.Sin embargo, ante la impetuosidad de su ataque, resbaló cayendo al suelo torpemente frente a los pies de Ridgern.

Observaba plácidamente el transcurso de la batalla con extrema seriedad en su faz.Al ver como uno de sus hermanos caía, masculló mirando hacia el Capitán.Conocía la debilidad de los humanos y sus razas semejantes.Eran débiles de corazón, sus sentimientos les hacían débiles, su bondad, frágiles.Apuntó con el dedo hacia la torre, y su afilada garra comenzó a tomar un color verdoso luminiscente, hasta que finalmente un estallido de luz en forma de un rayo esmeralda salió de su falange, iluminando tanto su cuerpo como todo el terreno por dónde cruzaba el rayo.El rayo de muerte desintegraba todo lo que tocaba, comenzó por la piedra ya quemada de la torre, y fue desplazándose hacia la derecha, justo dónde estaban Lia y Ridgern.

El rayo se sacudía con total descontrol, mostrando su naturaleza salvaje y destructiva.Pero, justo antes de que impactase sobre los aventureros, una silueta corrió hacia vosotros para interponerse entre el rayo y vuestros cuerpos....

Corrió con sus últimas fuerzas, pues ya no sería más útil en aquel combate por el estado en el que se encontraba.Colocó su espadón frente a él como si fuese un muro y paró el rayo verdoso, que le hizo retroceder en el barro.Detrás de él estaban los aventureros, esas promesas que posiblemente tendrían un futuro más brillante que el suyo, ya marchito.Sentía como una poderosa energía emanaba de aquella magia, una energía negativa y oscura que poco a poco deshacía su arma, resquebrajándola desde lo más profundo de su ser.Sentía que su camino en la vida ya había llegado a su fin, y qué mejor manera de despedirse que salvando de una muerte inminente a esos aventureros que tanto habían hecho por ellos.

-No lloren por este pobre anciano....- dijo conteniendo su últimos aliento mientras usaba sus últimas fuerzas por sostener el espadón y darle tiempo a los aventureros a apartarse-.Porque ya estoy muerto- sus últimas palabras fueron ligadas a la total destrucción de su arma.El rayo impactó en el cuerpo del capitán, haciéndole gritar de dolor.Su cuerpo comenzaba a realizar espasmos, por su boca y sus ojos emanaban grandes haces de luz verdoso potentes como luceros.Su cuerpo comenzó a desintegrarse, comenzando por su armadura que era la capa más externa, siguiendo por su piel y terminando por sus órganos.Todo él se convirtió en cuestión de unos pocos segundos, en una nube de polvo grisáceo que era empujada por el viento a través de las gotas de lluvia.El capitán ya no estaba allí, al igual que Petrus, al igual que las cientos de almas que se segaron en aquel lugar, aún así, el sentimiento de la impotencia surgía en los corazones de los que permanecían vivos, pues el mundo seguía su curso, la batalla continuaba y no tenían ni tan siquiera un segundo para llorar desconsoladamente la perdida de sus más allegados.

El alférez pudo ver desde su posición como el capitán desfallecía en cámara lenta ante el rayo desintegrador del hechicero.Intentaba ayudarle pero siempre que procuraba huir, la cadena de Adish le interrumpía el paso.Solo se quedó allí, esquivando, observando impotente como su capitán moría, sin poder hacer nada.

-¡¡CAPITAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN!!- rugió de dolor cayendo de rodillas al barro.Adish se acercó andando a él, lista para darle el golpe final viendo que su adversario ya había desistido en su lucha.Adish rodeó con su cadena el cuello del alférez, deseando ver su muerte lentamente, ver como se escapaba su vida con un último aliento entre lágrimas y espasmos.Y así lo hizo, comenzó a entrangularlo.El Alférez se llevó sus manos a la cadena que tanto le apretaba el cuello, intentando articular alguna palabra que solo terminaba en un quejido ahogado acompañado de restos de saliva y lágrimas de unos ojos inyectados en sangre.Su ojos nerviosos miraban hacia todos lados intentando encontrar algo para deshacerse de ella, hasta que dieron con la espada que dejó frente a él tras caer de rodillas.Estiró uno de sus brazos mientras que con el otro intentaba tirar de la cadena que le rodeaba el cuello.Sus dedos se estiraban más y más, casi rozando la empuñadura del arma, pero lo hacían lentamente pues cada centímetro que avanzaban eran segundos que perdía de oxígeno.

La punta de sus dedos tocaron la empuñadura, alejándola un poco más.Su vista comenzó a nublarse, pero de pronto le vino la imagen del Capitán, sus últimos segundos de vida, y no podía permitir que su sacrificio fuese en vano, tenía que vengar su muerte, y así fue como el Alférez dejó entrar en él sentimientos de odio, cólera y venganza.Su mano agarró finalmente la espada mientras que sus dientes se mantenían apretados con fuerza y rabia, esputando de vez en cuando restos de saliva.Su mirada pareció cambiar por unos instantes, esa mirada azul clara y bondadosa se tornó oscura, y con ella la cadena de rodeaba su cuello dejó de ejercer presión.Adish retrocedió unos pasos atrás, sorprendida ante lo sucedido.Su mirada tras la máscara, bajó hasta toparse con su vientre atravesado por la espada del alférez.Sus manos rodeaban la empuñadura como si intentasen cogerla, pero algo le decía que ya daba igual.Terminó por caer de rodillas mientras que la sangre intentaba emanar por la herida aún taponada por el filo del arma.

Mientras tanto el Alférez tosía y tosía desmesuradamente, llevándose las manos a su cuello, recuperando poco a poco el aliento y el oxígeno.Se mantuvo en el suelo, a cuatro patas un largo momento, agachado, pudiendo oler la tierra mojada, mezclada con la sangre de sus aliados, notando como su cuerpo se empapaba de todo ello, sintiendo como la lluvia resbalaba por su espalda y sus cabellos, intentando limpiar lo que ya había ensuciado su corazón.Ladeó su rostro, observando a Adish con su mirada totalmente roja y húmeda, desprendiendo una sensación de rencor y resentimiento.Se arrastró como pudo hasta el cuerpo aún arrodillado de la orco y se quedó frente a ella, observándola unos segundos, sin poder sacarse de la cabeza las imágenes del capitán y de toda aquella guerra.Una de sus manos agarró la empuñadura de la espada aún clavada en el vientre de Adish, y la empujó aún más hacia adentro mientas su respiración aumentaba más y más descontroladamente y su mirada encontraba cierta satisfacción dentro de la enajenación y locura transitoria que vivía en aquel momento.

Ante tal empuje de la espada, Adishesputó gran cantidad de sangre que goteaba tras su máscara.Drago empujó más y más la espada hasta que no pudo más.Su cuerpo también arrodillado se quedó pegado a Adish, sin llegar a abrazarse, su cabeza descansaba sobre el hombro de la elegida, sintiéndose totalmente desconsolado solo pronunció una palabra, mientras miraba a la nada intentando buscar algo de calma....

-Gracias....