Partida Rol por web

Me quedo mirando el trozo de metal esta claro que es extraño pero no saco nada mucho más alla de eso.

No me suena haberlo visto antes, mio por lo menos no es... Digo sin darlle damasiada importancia al trozo de metal cuando hace un momento estabas rodeado de ciclopes. ¿Cual debe ser nuestro siguiente paso? pregunto.

Algo instintivo eh? Al parecer Mira era como Mogli, una chica de la selva que hacía las cosas por instinto y no por lógica, decidida, simple...fácil de manipular.

No iba a hablar de mi maestro, Donovan fue todo lo que necesité tras lo que hice y estaba orgulloso de él, pero ya no lo necesitaba, si el también aspiraba a una armadura, nuestros caminos se volverían a cruzar, esta vez como pares.

El santo dorado vuelve, silbando una canción, demasiado tonto para un ser de su poder, a mi me daría verguenza, pero yo no era quien para juzgar, por ahora.

Observé aquello que traía en la mano, me agradaba su color.

Al  observar  el  objeto, te  das cuenta  que  no  es  algo  normal  y  corriente... Solo  por  el  color  sabes  que  es  un  objeto  al  que  han  infundido  alguna  cantidad  de  cosmos  por alguna  razón... Dada  su  forma  puede  que  sea  un  fragmento  de  algún  tipo  de  arma... Aunque  las  armas  con  cosmos  no  suelen  ser  precisamente  para  el  combate, sino  más  bien  se  usan  para  emplearlas  en ciertos  rituales... 

En  definitiva, no  es  un  objeto  normal. 

Os  dais  cuenta  que  el  objeto  es  un  fragmento  de  algún  tipo  de  espada  o  cuchillo  tal  vez. 

Dado  su  color, seguramente  alguien  haya  infundido  alguna  cantidad  de  cosmos  en  él  para  potenciar  sus  habilidades  o  capacidades. Las  armaduras  de  los  santos  están  hechas  con  metales  infundidos  en  cosmos, pero esto parece  algo  diferente, se  parece  más  a  algún  tipo  de  arma.

Desde  luego, no  es  algo  que  se  pueda  hacer  en  cualquier  lugar  ni  por  cualquier  persona. Es  un  trabajo  de  calidad, realizado  por  todo  un  experto. 

Cuando  lo  vuelves  a  mirar... Te  das  cuenta  de  un  pequeño  detalle... Por  las  marcas  que  tiene  en  el  metal, estás practicamente  seguro  al  100%  que  es  un  pedazo  de  una  daga  de  pequeñas  dimensiones. Además, te  fijas  en  que  no  tiene  filo, de  manera  que  como  arma  es  completamente  inutil. Así  que  su  función  debe  de  ser  otra. Una  daga  sin  filo  no sirve  para mucho. 

-No es mío...pero me gustaría quedármelo si a nadie le molesta...me agrada su color- dije observando más detenidamente el objeto.

Podría tratarse de la pieza de algún mecanismo? Mejor tenerla cerca.

Mmmm… que curioso.

-Pues parece un trozo de un arma. Y lo han hecho con cosmos... Como se hacen las armaduras. Creo que no es de nadie de nosotros.- Aclaro al grupo.

-¿Caballero de Sagitario? Disculpa, ¿pero cuál es tu nombre?-

- Yo añadiría que es parte de algún tipovde ritual. Es bueno que se guarde, pero mejor no demasiado cerca. Por si acaso... No tengo idea de para qué puede servir... - murmuro mirando a los presentes.
El estado de Alexander empieza a preocuparme. El hechizo tendría que estar desapareciendo ya...

- Bueno... Si  queréis... No  creo  que  haya  ningún  problema  en  que  os  lo  quedéis... 

El  chico  tiene  una  sonrisa  de  oreja  a  oreja. No  tienen   ninguna  mancha  de  sangre  ni  nada  similar  en  el  cuerpo.

- Uy  sí, perdón. Mi  nombre  es  Sarelk, encantado. Vosotros  debéis  ser  los  novatos  que  han  mandado  desde el  Santuario... ¡Bueno! ¡Buen  trabajo! Ya  podéis  volver  y  dar  vuestro  informe. Yo  me  quedaré  por  aquí  un  poco  más... ¡Nos  vemos!

Y  de  un  enérgico  saludo  con  la mano, se  vuelve  a  dar  la  vuelta  y  empieza  a  saltar  y  brincar  hacia  el  el  pueblo. 

Y que clase de informa vamos a dar? Que entre 5 derrotamos a un Cíclope tras salvar a un supuesto chico en peligro y en cuanto lo derrotamos aparecieron 2 más y luego muchos otros, que nos rodearon y nos salvó el Santo de Sagitario? Hasta donde me suena no pasamos ninguna prueba, menos con Shaina...

Guardé la daga y comencé a caminar hacía la camioneta.

No pongo pegas a que uno de los nuestros se lo quede. Pero me da mala espina. Tiene pinta de ser un arma de algún ritual que no conozco. 

- Hasta luego... - murmuro, mientras observo cómo se va. 

La verdad es que espero que todos los santos de oro no sean así. Si son el corazón del Santuario, protegiendo a Atena, espero que tengan otro tipo de comportamiento. Si bien he visto que cuando se pone serio, lo consigue, cuando no lo está nadie diría qué cargo desempeña...

- Creo que es hora de que vayamos a casa - comento. 

Me arrodillo donde Alexander y miro si me hechizo sigue activo o si es cosa del caos mental de él mismo. En teoría, solo restringía emociones negativas. No tendría que haberlo dejado tan, apesadumbrado. ¿Fue demasiado fuerte? 

Pues no, parece que todo está bien. Supongo que solo necesita descansar. Dicen que dormir lo cura todo. Hasta un corazón herido. 

Descansar durante el viaje le vendrá bien. 

Alexander seguía sin moverse.

Asiento a las palabras de Sarelk, estaba claro que debemos seguir las ordenes de unsanto de oro.

Hasta luego.  Digo esperando volver a verlo en el santuario. ¿Entonces nos vamos?  pregunto al resto del grupo. Quizás en el santuario alguien pueda identificar ese trozo de metal si decis que es tan raro...

El santo de oro se ha ido... Ains. -Mïra suspira levemente a la vez que se da cuenta de lo que ha dicho Sarelk.-

-¿¿Vamos al Santuario?? ¿¿En serio?? !!!YUJU!!!- Exclama enérgicamente. 

El  trayecto  de  vuelta  se  os  hace  más  corto que  el  de  ida. Habíais  derribado  vosotros  solos  a  un  cíclope, eso  ya  era  toda  una  hazaña. Era  un  trayecto  agridulce, ya  que  por  un  lado  teníais  esa  satisfacción, mientras  que  por  el  otro  el  ver  que  un  santo  de  Oro  había  tenido  que  acudir  a  vuestra  ayuda.

concluído  el  viaje  en  avión, un  coche  os  recoge  en  el  aeropuerto  y  os  lleva  hasta  el  Santuario. El  coche  conduce  por  algunas  calzadas  más  anchas  de  lo  habitual  y  se  aproxima  a  una  pequeña  casita  situada  en  un  lateral  del  Santuario. Os  deja  a  los  pies  de  un  estrecho  paseo  rodeado  de  hierba, vegetación  y  árboles  que  conduce  a  dicha  casa.

Allí  os  está  esperando  una  mujer  de  pelo  verde  y  máscara  que  algunos  ya  conocéis. 

- Ya  era  hora... - Os  dice  con  su  habitual  tono  frío  y  cortante. - Os  estaba  esperando.

Y  sin  esperar  si  quiera  a  que  todos  bajéis  del  coche, comienza  a  caminar  hacia  la  entrada  de  la  casa.

- Parece  que  seguís  todos  enteros. - Por  su  forma  de  decirlo, casi  podéis  detectar  lástima  en  su  voz. - Aunque  si  un  caballero  de  oro  va  en  vuestra  ayuda, como  para  no  estar  enteros. 

La  mujer, como  la  primera  vez  que  la  visteis, va  con  su  máscara  de  Amazona  y  un  sencillo  traje  de  entrenamiento.

- Tú  debes  ser  la  alumna  de  Solomon... Interesante... - En ningún  momento  se  gira  a  miraros  ni  nada  por  el  estilo. - Tenéis  que  presentarle  vuestro  informe  de  lo  ocurrido  a  la  Señorita  Kido.

En  cuento  llegáis  a  la  puerta, la  abre  sin  miramientos. Aunque  por  fuera  podía  parecer  una  casa  bastante  antigua  y  destartalada, su  interior  está  completamente  cuidado  y limpio. Filas  y  filas  de  estanterías  cubren  todas  las  paredes  repletas  de  libros  y  el  sonido  de  vuestros  pasos  resuena  en  todo  el  lugar.

- Es  la  secretaria  personal  de  la  Diosa  Atenea, así  que  cuidar  vuestras  palabras.

Mientras dice  esto,seguís avanzando.

El viaje de vuelta al Santuari ose hace más corto.

Otra vez de vuelta a casa... pienso nada más llegar pero con el recibimiento de Shaina tambien pienso. Hay cosas que nunca cambian.

Prefiero no responder a Shaina y limitar a seguirla, ya se que tiene bastante mal genio.

La sala por la que nos guia tiene una cantidad de libros enorme... aunue eso de leer nunca fue lo mio quedo realmente impresionado de que el Santuario pueda tener tal cantidad de libros y me pregunto si alguien los habrá leido todos alguna vez.