Partida Rol por web

Sonrío a Mïra, aunque... ella no lo ve con la máscara. 

- Yo voy a ir a buscar la residencia que la señorita Kido ha mencionado. Después creo que daré una vuelta por el Santuario - contesto -. Puedes venir si quieres. 

Asiento a lo que dice Yelena.

Debemos buscar nuestras habitaciones, luego si quereis os puedo enseñar un poco los alrededores, lo que es el Santuario no lo conozco pero conozco bien los alrededores y hay algunos sitios muy bonitos en sus bosques...  Les sugiero. Aunque no podamos perder demasiado el tiempo posiblemente mañana sea un día tan duro como el de hoy... Les advierto.

-Hasta luego chicos, voy con Yelena.- Digo a los chicos mientras los dejamos atrás.

-Gracias Yelena. -  Le agradezco con tono amable.  -Oye, ¿quién era la mujer que nos recibió? Shaina dijo la señorita Kido, ¿no? Parecía bastante seria... y fuerte. ¿Crees que será una amazona de oro? Ahora me puedo esperar que cualquiera sea un caballero después de la sorpresa de Sarelk.

- Era la secretaria personal de la Diosa Atena. Sí, yo también he pensado en que podría serlo pero... - hago una pausa pensando mis palabras -. Si fuera una mujer caballero, ¿no tendría que tener la máscara? - pregunto dubitativa. 

A mí la máscara me disgusta a la que más. Así que entiendo que si ha podido librarse de ella lo haya hecho. 

Caminamos fuera de la inmensa biblioteca. Suspiro al volver a pasar por tantos libros.

- ¿Vamos a buscar entonces el sitio? Me muero por una ducha calentita. Después podemos ir a buscar a los chicos. 

El  día  desaparece  mientras  la  noche  toma  posesión  del  firmamento.

Ha  sido  un  día  bastante  intenso, acumulado  a  los  que  ya  llevabais  a  la  espalda: los  nervios  previos  a  venir  al  Santurario, la  prueba  aquí, Shaina, la  segunda  prueba, los  cíclopes, aquel  extraño  artefacto, el  caballero  de  oro, la  vuelta  al  Santuario... No  habéis  tenido  demasiado  tiempo  para  pensar  en  lo  que  estaba  ocurriendo, de  manera  que  cuando  os  metéis  en  la  cama, el  cansancio  os  puede  y  seguís  sin  encontrar  respuesta  a  ciertas  preguntas  que  se  han  podido  formar  en  vuestras  mentes  y  en  vuestros  corazones, aunque, la  que  más  os  preocupa  es: ¿Lo  habré  conseguido?

La  noche  desaparece  y  los  primeros  rayos  de  sol  despuntan  en  el  horizonte, es  hora  de buscar  esa  respuesta, la  cual  os  espera  en  el  Santuario.

No había podido lograr lo que me propuse, pero vaya que lo intenté, tenía dudas que resolver antes de seguir, pero no me quedaba otra que esperar.

Dormí profundamente, sin sueños, lo cual era de agradecer, casi nunca eran agradables.

Apenas los rayos del sol me despertaron aparté las sábanas y fui a asearme, colocándome el armadura de entrenamiento que nos dieron y saliendo hacía el santuario, aún con el pelo mojado y cubriéndome los ojos de los rayos del sol...

Me despierto despues de dormir a pierna suelta toda la noche, tanto viaje me habia dejado realmente cansado. Despues del desayuno decido despejarme con una ligera carrera al rededor del Santuario por las zonas boscosas antes de dirigirme a la reunión ya que me temo que es un poco pronto y no puedo descuidar mis ejercicios.

Me despierto acurrucada en la cama. Al final me costó algo más de lo esperado llegar a mis sábanas. Tuve que enseñarle a Mïra tantas cosas. Para empezar, la electricidad. Aunque tuvo ciertos problemas con mi secador de pelo (lo estrelló contra la pared). Dijo que me estaba defendiendo. Por suerte, era de viaje y pude conseguir otro prestado. Además, a la hora de cenar, la vi mirando mal al microondas. No sé si es que trataba de intimidarlo o qué, pero casi lo tira cuando sonó el "clin" que indicaba que la comida estaba lista. 

Sí, es peculiar como ella sola. Pero me lo pasé realmente bien. Nunca esperas cómo va a reaccionar con algo tan normal como barra de cacao que encontró en mi bolso. Al ver que era ligeramente rosa y olía a fresa preguntó si eso se comía.

Pero en fin, hoy es el día. Hoy sabré si vestiré al fin una armadura o tendré que buscar otro camino para mi vida. 

Espero también tener oportunidad de arreglar lo que hice mal ayer. Alexander no se acercó a menos de dos metros de mí. aunque todavía no tengo claro si dije mal el hechizo en algún momento. 

Después de desayunar, tras convencer a Mïra para que deje de gruñir a la tostadora, al fin me pongo rumbo al Santuario. 

Alexander había dormido mas bien poco y al despertar se fue afuera para contemplar el sol saliendo , elevándose en el firmamento anunciado que un nuevo día iba a empezar.
El recuerdo del día anterior se mantendría en su mente durante años pero no pensaba hacer que eso le impendieran ayudar a las demás personas, pensaba lograr convertirse en caballero y el recuerdo le daría motivación.

Ha sido la noche más rara de mi vida… Este lugar está lleno de seres ruidosos. Tengo el corazón a punto de explotar. Una no se puede despistar… los peligros están al acecho continuamente… El maestro nunca me preparó para esto.

Es cierto que aquí hay cosas asombrosas… ¿¿¿¿Cómo hacen para hacer que el río salga desde una habitación caliente???? Y esa… cosa… ¡calentó mi comida! Sin fuego alguno…

Yelena es una persona maravillosa… Menos mal que esta ella conmigo aquí. Si no, ¡creo que no habría sobrevivido a tantos ataques por sorpresa! Espero que los demás estén bien… No me parece bien que nos sigan poniendo a prueba cuando dijeron que podíamos descansar.

-¡Vámonos Yelena! ¡Tenemos que saber si los demás están bien!- Digo mientras comienzo a correr.

Los  cinco  salís  del  hotel  y  empezáis  a  caminar  hacia  el  Santuario... Aunque... No  sabéis  muy  bien  cómo  habéis  llegado... Simplemente  estáis  ahí, en  los  pies  de  las  escaleras  que  conducen  al  templo.

Allí, junto  a  vosotros, veis  a  otras  cinco  personas  que  parecen  esperar  al  igual  que  vosotros: tres  chicos  y  dos  chicas (ambas  con  máscara). Una  de  las  chicas  la  reconocéis  de  la  arena. Los  cinco  parecen  algo  dubitativos, aunque  visten  con  ropas  de  entrenamiento  y  cómodas.

- ¡Mierda! - Escucháis  que  alguien  dice  detrás  vuestro. 

AL  daros  la  vuelta  veis  a  una  joven  corriendo  hacia  las  escaleras. Lo  primero que  os  llama  la  atención  es  su  pelo, una  melena  hasta  la  mitad  de la espalda  y  con  flequillo, de  un  intenso  color  azul. A  parte  de  esto, no  va  vestida  con  ropa  de  entrenamiento  ni  nada  parecido. Lleva  unas  botas  de vaquero, una falda  vaquera  por  encima  de  las  rodillas, una camisa  de  cuadros  roja  atada  a la  cintura, una  camiseta  blanca y  un  gorro  de  vaquero  sobre  la  cabeza... Si  el  aspecto no es  suficiente, por  su  acento  probablemente  sea  americana.

La  mujer  corre  y  sube  por  las  escaleras  a  toda  velocidad. Casi  al  mismo  instante  que  ella  entra, Sarelk  sale  y  se  coloca  en  lo  alto  de  la  misma.

- Por  favor, podéis  ir  pasando. - Dice  mientras  vuelve a  entrar.