Partida Rol por web

Edgar cae del caballo debido al golpe proporcionado por el traidor Sir Ulbert.

Viendo que Edgar se me adelanta, mi ira se apacigua ligeramente y conduzco mi caballo alrededor del combate para impedir que nadie interrumpa el duelo mientras sigo luchando contra os enemigos del rey.

Blandes la espada en el aire ahuyentando a la gente para que no interfieran en el combate. Al dar la vuelta y tener tiempo, observas que ya no hay tanta gente luchando y los gemidos de los heridos resuenan por el campo. 

Con la rabia, y soltando saliva por la boca mientras grito de la impotencia de no llegar a herir a mi enemigo, vuelvo a intentar dar otra estocada.

-¡Aaaah!

Edgar se pone en pié justo a tiempo de ver como Sir Ulbert le lanza una estocada desde el caballo.

Jerrod ve como cae su amigo e intenta ponerse delante del traidor pero un soldado enemigo se interpone.

-Jajaja- rie Ulbert sarcásticamente. -Muere.- Introduce la espada en el pecho de Edgar cayendo este al suelo.

El certero ataque de Sir Galahaut es detenido por el escudo de Gallowein en el último momento.-Parece que habeis enfrentado a un cordero contra un león, escudero.-

El ver a Edgar caer bajo la espada de Sir Ulbert me hiela la sangre. Quizás no estamos preparados para todo esto. Quizá snuestro éxito anterior fué fruto de la casualidad y la buena ventura. Pero si este es el destino del grupo de escuderos, que asi sea.

-¡Sir Ulbert! -Pronuncio con todas mis fuerzas para llamar su atención. -¡Aqui!

-Demontres, señor, no esperaba que fuese tan duro este ataque, tenía pensado acabar su merced de forma mas rápida. Lo que no tenéis en cuenta, es que los corderos a veces muerden, y muy fuerte, y si el león es viejo, no puede hacer gran cosa.

Sigo atacando de forma terca...

-RUFIAN!!-Grita Ulbert cubriéndose con el escudo, aunque la espada llega al brazo.

Parece que vuestras palabras le han herido tanto como la espada, pues le pillais por un flanco desprotegido en un costado, aunque la cota de malla absorbe casi todo el daño.-PAGAREIS POR ESTO¡¡.-Ruge con furia.

Por entre el caos de la batalla no distingues nada. Patas de caballos pasan a tu alrrededor, pies de hombres, gritos, polvo y armas manchadas de sangre. La cabeza te da vueltas y notas que alguien te arrastra unos metros y te zarandea la cara. 

 

El ver a Edgar caer bajo la espada de Sir Ulbert me hiela la sangre. Quizás no estamos preparados para todo esto. Quizá snuestro éxito anterior fué fruto de la casualidad y la buena ventura. Pero si este es el destino del grupo de escuderos, que asi sea.

-¡Sir Ulbert! -Pronuncio con todas mis fuerzas para llamar su atención. -¡Aqui!

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Riéndome al ver que he conseguido encajar un golpe, le digo:

-Vaya, el león está sangrando...

Sigo mi ataque sin cesar.

Edgar se encontraba malherido... y poco podía hacer en estos momentos... se queda quieto por el momento, esperando a que Sir Ulbert pierda su atención en él... luego ya vería.

-Escudero Edgar, Edgar.- Una voz conocida llega hasta ti a través del ruido de batalla ya menguado. Es la voz de Garinter, el criado o mas bien paje, que el duque puso a vuestra disposición. -¿Está vivo?. Le sacaré de aquí.-

El caballero interpone la espada deteniendo en gran parte el golpe del arma pero, el fuerte impacto hace que esta se le caiga al suelo y se te quede mirando con aire desconcertado.

-GAHAAA- grita Ulbert mientras acomete a Jerrod con otra estocada.