Partida Rol por web

EDGAR, ELIOTT y JERROD: Os abrís paso através de vuestros oponentes, con la fuerza de vuestra espada y la voluntad del corazón. 

Gallowein y Waldon: Los hombres de la hermandad roja tendrán los valores confundidos pero saben pelear, retrasandoos de vuestros compañeros.

La bandera la lleva un soldado al que se ve curtido en batallas. Está protegida por 4 caballeros. Sir Galahaut, Sir Ulbert, y dos caballeros de la hermandad roja. 

Continuo luchando para poder llegar hasta sir Galahaut. Subido en mi corcel espada en mano y con el objetivo fijo.

Hemos de llegar y capturar la bandera.

La venganza se me estaba enfriando por momentos, ya que era una ardua tarea.

Te abalanzas como un poseso derribando enemigos para reducir el grupo de soldados que amenazan al duque. Al dar la vuelta al caballo para encararte frente a los que vengan te das cuenta que Waldon y Gallowein están mas adelantados intentando abrirse paso, más allá se encuentra Eliott, cerca de la bandera enemiga luchando contra Sir Ulbert y Jerrod que cambió de dirección para acercarse a la bandera. 

Edgar tenía ya las órdenes. Había que abrirse paso hasta el lugar donde se encontraba la bandera enemiga. Sin mas preámbulos, lanzo un fuerte grito:

¡A POR LA BANDERA!- grita lanzando un potente tajo a otro de sus enemigos. Esperaba poder abrirse paso lo mas pronto y rápido posible para alcanzar su objetivo.

Era la segunda estocada que recibía el rufián y no caía. -La próxima será la definitiva se dijo a si mismo.-

Edgar: Chocais los dos tan bravamente que la gente de vuestro alrededor os hace sitio.

Gallowein: El soldado contra el que combatias se le cae el escudo de miedo y te hace fallar el ataque.

Cada vez estoy más cerca de la bandera y, a pesar de mis heridas, mi moral me impide ceder ni un centímetro. Cubriendome con el escudo me lanzo a la carga contra el enemigo más cercano, golpeandole con todas mis fuerzas.

Mientras, la batalla ha llegado a su punto álgido, la sangre de los caidos tiñe la pradera, los gritos de agonía de los heridos y mutilados se mezclan con los de rabia y desesperación de los combatientes. Relinchos de caballos, acero contra acero, sudor, lágrimas y polvo se acumulan en los rostros de muertos y vivos por igual. Aquí o allí reconoceis el rostro de un escudero, que como vosotros era feliz intentando alcanzar un sueño el día anterior, combate con valor y fe, o está muerto habiendo defendido aquello que amaba.

Jerrod aplasta de un poderoso golpe la cabeza del infeliz que se interponía entre él y su objetivo. Espoleas al caballo hacia la bandera enemiga cuando algo llama tu atención. Dos contendientes, tan bravos y esforzados, que se hacen sitio entre la batalla, tanto odio se tenían que sin parar de acometerse perdían la noción del lugar. Eliott hace un arco con sus espada que parte el escudo de Sir Ulbert, apodado el taridor, incrustando la hoja de su espada hasta la mitad. El traidor tiró del escudo abusando de su corpulencia contra un muchacho y atravesó el pecho de vuestro compañero de aventuras, que cae a la hierba perdiéndose entre los caidos de la batalla. Sir Ulbert lanza un grito de desafío alzando su espada.  

ELLIOT- grita Edgar al ver caer del caballo a su compañero. No logra ver donde cae y si estaba vivo o muerto, pero la herida era mortal de necesidad. Espolea a su montura, con los ojos inyectados en sangre, dispuesto a acabar con el traidor que ha acabado con su compañero.

Ver caer el cuerpo de mi compañero Eliott atravesado por la espada de Sir Ulbert hace que repentinamente todo se mueva terriblemente lento a mi alrededor. Veo caer su cuerpo con el último aliento de vida abandonandole. Veo la sangre de un jóven de honor manchando la espada del traidor. Y veo como mis dudas se disipan en medio de un campo de batalla caótico pero que de pronto ha cobrado un sentido y una claridad que antes no tenía.

-Eliott! Nooo!!!-Grito mientras cargo, espada en alto, dispuesto a llegar hasta el traidor lo ante sposible.

Al ver caer a nuestro compañero, no puedo evitar el gritar:

-¡Noooo, Eliott!

Cargo con el caballo en busca de la bandera.

Las venganzas ya llegarán después, esto no quedará así.

Llegais los dos a la vez, espoleando vuestras monturas hacia el traidor que casi acaba con vosotros en aquél castillo hace ya unas semanas. Edgar llega un poco antes y su carga te obliga a variar el rumbo de tu montura fallando el golpe.

Mientras tanto, Waldon lucha contra un soldado veterano que no se deja amedrentar y Gallowein derriba al persistente soldado logrando pasar con la bandera como objetivo, pero antes de llegar un caballero con un escudo que identificas en el acto te cierra el paso.-Como te prometí aquí me tienes, que deje una promesa sin cumplir y no es de honor dejar que pase.-

Hago un pequeño saludo y arreo al caballo para salir al encuentro de mi enemigo:

-Aquí me tenéis caballero.

La espada atraviesa ligeramente la cota de malla dañando el hombro del traidor y manchando de sangre esta. Sir Ulbert lanza un ahogado grito. 

Te abalanzas sobre Galahaut con un choque de aceros. Su espada hace un amplio arco pero interpones el escudo a tiempo.

-Canalla.-Grita Edgar mientras asesta otro mandoble.

-JAJAJAJA-. El golpe de Sir Ulbert te pilla desprevenido, impulsado con tal fuerza que choca contra tu espada y es tu propia arma la que impacta en tu pecho.

Con el escudo, detengo el golpe que me lanzan, y sin caer del caballo, consigo mantener el equilibrio mientras pienso:

No te despistes Gallowain, es mas peligroso de lo que parece.