-KOKOOO!-
Arago escuchó ese extraño ruido, muy parecido al del comepiedras volador, quizás un poco más aguda de lo normal, pero sin duda, era un comepiedras volador. Sin dudarlo ni un momento, Arago entró por la puerta:
-No tengo mucho tiempo explíqueme que puñetas pasa en este pueblo.- Dijo Arago creyendo que hablaba con el Contable, lo que no evitó la sorpresa de Q'Kar y Agwins, que miraban con sorpresa desde las sombras como Arago, agachado y de espaldas hablaba solo. ¿Estaría buscando al comepiedras? ¿Habría bebido mucho?
Parece que de alguna forma extraña, habían acabado todos en el mismo lugar. Al darse cuenta, se escondieron en la sombras y se pusieron al día.
--Kokoó? – miro a Q´kar y le hablo sin alzar la voz-- no sé que animal hace ese ruido, pero tengo que reconocer que tu llamada ha surtido efecto y mira quien ha caído en nuestra trampa, sssssh...ssssh-- no me sentía capaz de imitar a ese extraño animal otra vez y no quería que nadie más supiera donde nos encontramos, sólo esperaba que Arago entendiera mi sutil llamada y no lanzara uno de sus hechizo contra nosotros.
- ¿Cómo que qué animal? Nunca has oído un comepiedras volador en celo? - Pero la entrada de Arago evitó un segundo reclamo mientras lo miraba extrañado - Se supone que deberías ser un guardia del alcalde... - comenté frunciendo el ceño - y luego yo te golpearía para dejarte KO y llamar a otro guardia para golpearle y dejarle KO y luego otro y otro - pero la situación requería un cambio de planes y si se unía al grupo, un cambio en la recompensa - si quieres la recompensa por la cabeza del alcalde, puede que ella comparta su parte de cerveza contigo - comenté señalando a Agwins. Al fin y al cabo las mujeres no beben tanto.
.-Que narices?-dije al encontrarme hablando con una criatura muy extraña. De pronto escucho la voz de Agwins y Q'Tar detrás de mí y me giró con una cara de estupidez máxima:-Qué hacéis aquí? Cómo habéis llegado?-fue lo primero que dije al ver a los dos allí plantados.
Entonces Q'Tar dijo que me iba a golpear y dejarme KO a lo que respondí que podía intentarlo pero que le costaría lo suyo dejarme KO. No entendía nada de lo que acababa de ocurrir pero si no bajábamos la voz nos ibamos a meter en un buen marrón, así que respondí a la señal de Agwins con un asentimiento de cabeza y le dije a Q'Tar que se callara y volví hacia la puerta del despacho para ver qué se cocía fuera y si nos habían oído.
–No es momento de cervezas-- miro a Q´kar –¿ y podéis hablar en voz baja?--veo que Arago se acerca a la puerta--El contable nos trajo hasta aquí ¿también vienes a matar al alcalde?--en este momento no se que pensar, creí que eramos un equipo ¿porqué nos hemos separado?.
.-Eso dependerá de si averiguo qué puñetas le pasa a este pueblo. Os dijo el payaso de matarle?-pregunto a Agwins a modo de respuesta ante la suya.
Miro muy seria a Arago, – el bufón nos recibió en la mina, más fue el contable el que nos encomendó la misión. Tal vez piensas que no podemos discernir con claridad, el pueblo vive oprimido. Por eso decidimos ayudarlos y por la recompensa, aunque dicen que no tienen oro, pero algo habrá tenga valor y nos podamos llevar.--
Mientras Arago y Agwins seguían de cháchara, me acerqué de nuevo a la puerta y – ¡KOKOOOO! – solté de nuevo el grito de apareamiento del comepiedras volador, esperando que esta vez llegase la presa esperada para dejarla sin conocimiento.
A fin de cuentas, seguir hablando era tontería si teníamos claro el objetivo y solo estábamos perdiendo el tiempo escondidos allí dentro.
Nadie parecía responder al comepiedras volador, como si todo estuviera demasiado tranquilo.
Ningún ruido se escuchaba desde fuera, ni los pasos de los guardias, ni el tintineo de armaduras. NADA.
Nuestros héroes no comprendían que pasaba, pues en un ayuntamiento no es nada normal esta quietud.
Algo pasaba, algo raro, algo...¿bueno? ¿Malo? Nada estaba claro.
Para ir un poco más rápido y que no tengais que hacer post con esta mierda que acabo de escribir xD, cuadrad en el off un plan, y entonces os hago un buen post jeje
Nuestros héroes se habían puesto al día. Aunque intranquilos al estar infiltrados, decidieron que irían a ver al Alcalde a su despacho. O, al menos, lo intentarían.
Los tres salieron del despacho del contable, bastante sorprendidos por la escasez de guardias. Escuchaban algo de ruido fuera, parecía una fiesta más que guardias alertados. ¿Qué estaría pasando? No lo sabían y, a no ser que salieran, no lo iban a averiguar.
Fueron probando una puerta tras otra, pero casi todo eran despachos vacíos o con algún funcionario que les echó de malos modos.
Finalmente solo quedaba una puerta. La del Alcalde.
Entraron, con cuidado, pues no parecía haber nadie y rebuscaron algo que les diera información...estaban distraídos cuando la puerta se abrió.
El Alcalde entró...
- ¿Quién coño sois vosotros? ¿Qué hacéis aquí? ¡Largaos inmediatamente! -
Al Alcalde le sonaban esas personas, pero no tenía muy claro quienes eran...
Intentaba no estorbar a mis compañeros mientras intentaban encontrar algo de utilidad en ese despacho vacío… ya que no sabía que buscar me estaba dedicando a trastear con objetos y cosas en una estantería… pero la intrusión me cogió por sorpresa y al girarme hacía la puerta golpeé el mueble, desestabilizándolo y tirando por el suelo varios trastos y algunos libros.
Entonces me fijé mejor con el hombre que acaba de entrar… y aunque me sonaba de haberlo visto hace poco, no tenia muy claro si era o no el alcalde… a fin de cuentas, todos los enclenques de ese pueblo me parecía igual de débiles, por lo que miré a Agwins buscando algún tipo de señal para saber que debía hacer. – Es este? – susurré mientras, de forma descarada, movía la cabeza en dirección al recién llegado.
Respondo a Q´kar con otro gesto de cabeza; asiento contestando a su pregunta. – señor alcalde, le estábamos buscando, parece que su pueblo no está muy contero con usted-- digo mientras dejo de rebuscar por el lugar-- y nosotros tampoco, cierto es que no conseguimos lo que usted quería; ese objeto que parece tan importante aquí, pero su forma de tratarnos no fue lo que se dice correcta. Y sobre todo, nuestro trabajo no fue remunerado. Algunos, como ve, decidimos quedarnos para conseguir la recompensa prometida.
Miro curiosa a aquel individuo, esperando su reacción y lanzo una mirada a Q´kar y a Arago para que estén prevenidos, no quiero que alguien más que no sea bienvenido entre por esa puerta.
El Alcalde estaba perplejo, no se esperaba encontrar a unos intrusos en su despacho, menos aún con tal desprecio por quien era.
-¿Recompensa? No os la ganasteis. Os contraté para recoger un objeto, y no lo trajisteis. Así que sin cumplir el contrato, no os pienso dar nada. Y ahora...¡largaos!-
El Alcalde se dio media vuelta, tenía toda la pinta de ir a buscar a los guardia que, extrañamente, no habían acudido.
No hay guardias..pero hay un motivo para ello eh! jaja
Con la confirmación de Agwins sobre el sujeto y más aun tras la arrogancia que este tenia pese a estar en inferioridad númerica, tensé mis bíceps y saqué pecho a la vez que empezaba a ir en su dirección para interceptarle y que no saliera del despacho.
- Q'Kar aun quiere discutir sobre el trabajo y el pago... nos dijo que habían espectros y otros monstruos con los que luchar, pero solo estaba ese bufón raro, cuatro goblins y otro tipo demasiado débil como para ser recordado - comenté bastante molesto y en actitud amenazadora, ya que claramente, estaba bastante decepcionado con el desafío que nos habíamos encontrado durante la misión.
Motivo: Intimidar con mi impresionante cuerpo
Tirada: 1d100
Resultado: 64(+65)=129
Hay algo en todo esto que no me cuadra pero no termino de entender el qué. El alcalde no sé si es idiota o qué pero no entiende que nos hemos metido en su casa para conseguir respuestas, al menos yo, el resto parece que sólo quieren dinero:-No me joda alcalde, pague antes de que acabemos con usted, pero antes contesteme a esto:-Qué puñetas pasa en este pueblo y por qué es tan importante esa cosa que quería. Por que por lo que veo no hay nada que amenace la seguridad del pueblo salvo usted y sus guardias.-pregunto exigiendo explicaciones.
Lamento el retraso pero no veía que hiciera falta intervenir hasta ahora.
Ese hombre en forma de bestia sacando pecho no dejó indiferente al Alcalde, nadie habría quedado indiferente ante eso...
-Emmm...ya se os pagó, pero seguro que podemos arreglar algo para que os llevéis algo más. ¿Cuánto queréis?-
Escuchó que otro de los compañeros de esa bestia hablaba, pero estaba demasiado pendiente de que el más grande de todos no le arrancara la cabeza de un golpe.
De fondo, el ruido de los guardias se iba aflojando, daba la sensación que lo que estuviera distrayéndolos dejara de hacerlo. Una rápida deducción os decía que en breves, todos los guardias estarían en su puesto.
El Alcalde no es un guerrero, es un simple hombre. Probablemente ni sepa defenderse. Los guardias en cambio...
Con el alcalde arrinconado y paralizado por el miedo me giré de nuevo hacía mi compañera esperando, como siempre, alguna señal para saber que hacer... ¿Debía matarlo así sin más? o quizás sería mejor llevarlo por el pasadizo secreto hasta la mina?
Sin embargo, el ruido que venia del exterior parecía indicar que se quedaban sin tiempo - Claro, seguro que llegamos a un acuerdo- comenté mientras rodeaba al alcalde con un brazo por el pescuezo - Vamos al despacho de las recompensas - dije guiñando un ojo de forma descarada a Agwins y Arago mientras arrastraba al gobernante hacía el despacho del contable.
--Por supuesto-- digo después de escuchar las palabras de Q´Kar-- no tenemos tiempo y no le interesa contestar a la pregunta de Arago, vamos a ver que encontramos allí y tal vez después deberíamos terminar con él—así que apunto durante un segundo hacia el alcalde. Espero que así se dé cuenta de que lleva las de perder.
Desenvainé la espada para combatir a los guardias y salir de allí, como a mis dos compañeros les daba igual lo que ocurría en el pueblo y yo, a pesar de cómo había sido a lo largo de los años, quería saber qué narices pasaba, fuera lo que fuera que ocurría pero ayudaría a que Agwins y Q'Kar salieran de allí.
Mantuve el silencio cuando Agwins se llevó al Alcalde y fue hacia la puerta, entonces me preparé para lo que fuera que hubiera tras esta.
El Alcalde fue arrastrado hacia el despacho del Contable, es decir, dónde se encontraba todo el dinero del Ayuntamiento.
-Abrid esa caja, esa marrón, todo eso es vuestro si os largáis de una vez de aquí. No hay más, aunque quisiera no podría daros más dinero. Marchaos por favor, dejadnos tranquilos.-
El Alcalde parecía bastante asustado, lo cual era evidente con un personaje tan grande como Q'Kar amenazándole.
-Cogedlo ya y podré decir que os lo he dado yo, como lleguen los guardias...-
El ruido de pasos cada vez estaba más cerca, como si este fuera el último momento para tomar una decisión respecto al Alcalde, el dinero, el pueblo...