Partida Rol por web

El escritor esbozó una sonrisa.

- Me sorprende caballeros vuestra aptitud - comenta el profesor Harper - No se lo toméis a mal pero me da la sensación de que estáis un poco sensible por lo que pasó en el monolito, pero no creo que debamos preocuparnos de que Boris despierte de su tumba. ¿Qué opina Sr King?

El pobre hombre no había venido preparado para esto. pensaba que todo eran delirios de un loco y no esperaba que tuvieran que forzar una cerradura. Señaló su pierna y el bastón.

-No soy el más indicado para tirar abajo una puerta, pero si necesitamos cerrar esa puerta de nuevo sin llave, no creo que fueramos a poder...

Por si acaso intentó probar con su pequeña navaja en la cerradura.

 Miro curioso a la cerradura y luego a King, mientras extiendo la mano para pedirle que me preste su navaja:

 - ¿Me permites probar, por favor?.

Esperé detrás a que mi compañero abriera la puerta. Sabía que no sería el único inconveniente que tendríamos entrando a ese lugar, es más se respiraba cierta energía negativa, pero eso era digno de ser estudiado. Yo soy alguien aventurero.

- ¿Cuánto le falta?.- Dije con impaciencia.

Maxwell se coloca junto Roland con el revólver en una mano.

- Vamos a ver si podemos abrir el dichoso candado - comenta -  si no puedes lo intento yo, pero como no pueda la echo abajo a tiros.  

MAxwell esperó pacientemente.

 Cojo la navaja y trato de abrir la cerradura con cuidado...

Mientras intentaban abrir la puerta de manera civilizada, el comenzó a mirar a su alrededor, buscando una buena piedra para golpear el candado.

Maxwell pìdió la navaja amablemente, aunque podía notársele algo de nerviosismo. 

- Lo intentaré yo, a ver si acabamos de una vez. Aunque advierto que no tengo idea.

Se acercó a la cerradura y introdujo en la cerradura del candado. Después de forcejear unos cuantos minutos se dio por vencido y entregó la navaja a su compañero Ikker.

-Vale, Sr Johson, intentelo usted si no debemos considerar abrirlo con un golpe o con un tiro.

- No tengo habilidad para eso, ¡Rómpalo si no hay más remedio!.-Dije mientras miraba a mis compañeros deseando entrar.- No deberíamos de pararnos por cada sandez tanto tiempo...

Maxwell mostró una sonrisa que iba acorde con su mirada ansiosa. 

- Vamos allá.

Maxwell sacó su revólver y apuntó a la cerradura. Con un certero disparo que reverberó a varios kilómetros a la redonda  el profesor Harper disparó a la cerradura. Un tiro que es imposible fallar. 

El disparo de Maxwell reventó la cadena y el picaporte, trozos saliron despedidos hacia un lado. La puerta de la cripta se abrió hacia dentro, la luz penetró en el interior.

Se trata de una pequeña cripta de planta rectangular con urnas a ambos lados y un gran sarcófago de piedra en el centro de la estancia.

Maxwell avanzó revólver en manos. Avanzó hacia el interior tapándose la boca con la mano libre para no respirar el aire viciado de quel lugar. Olía a moho, suciedad y a algo que no sabía describir.

- Usted primero señor Harper.- Dije señalando hacia dentro, ya que hizo los honores de abrirnos la puerta. Mi sonrisa era forzada, había algo que no me atraía demasiado de ese lugar, estaba lleno de energía negativa...

El profesor de historia antigua tras encender su lámpaa, entró en la cripta sin ningún miedo. Iluminó cada rincón de la caámra observando cada hurna y cada detalle.

- No os quedéis ahí.

 Temiéndome lo peor, me dispuse a descender por la cripta, recordando de repente todas las leyendas sobre vampiros que había escuchado a lo largo de mi vida...

 - Avanzar en silencio, no sabemos lo que puede haber ahí abajo. - Susurré. - Además de que el eco podría probocar derrumbamientos.

-No le tengo miedo a los muertos, sólo a los vivos... Vamos pues.

Se queda atrás agarrando su bastón con fuerza, intentando disimular la intranquilidad que le produce este lugar....

La luz natural ilumina el interior de la cripta lo suficiente como para poder ver que la zona central y privilegiada la ocupa un amplio sarcófago esculpido en piedra, esculpidas en un tamaño enorme figuran las letras VLADINOFF.

 Miro a King y le respondo, de manera siniestra, susurrando:

 - Harías bien temer a ambos...

- Nunca he tenido que temer a muertos... Hasta ahora por lo menos.

Encendió la linterna e iluminó la tumba y el interior del mausoleo, buscando algo que le resultara extraño.