Partida Rol por web

El grupo abandona la ciudad de Katapesh y se interna en el desierto. La parte norte de Katapesh, por donde el grupo viaje consiste principalmente de llanuras de hierba baja y seca interrumpidas por grandes manchas de zonas más áridas y arenosas. Por esos inhóspitos parajes el grupo se dirige hacia la ciudad de Solku, camino del templo abandonado de Nethys.

Conscientes del largo y duro viaje que tienen por delante el grupo se pone en marcha.

Ateela canturrea distraida a lomos de su camello, atenta a ver si alguien les sigue.

- Voy cruzando el desierto... sabes que te quiero... no hay mucho dinero... lo he pasado maaaal...

¿Esa es la canción de aquel famoso bardo, Tamta'Mgo? preguntó Dorwas extrañado de mirar a la mujer cantar alegremente.

Por la noche, el pequeñajo mejor que no haga guardias, a su edad necesita descansar para crecer fuerte y robusto. indicó. Pero a mí me da igual qué guardia hacer, los ojos de un enano cortan la oscuridad como su cimitarra la carne.

Si, o sus dientes los muslos de pollo... - Dice un malhumorado Jaali mirando incomodo a su alrededor. Nunca le gusta salir de la ciudad, le hace sentirse desprotegido. Ni los camellos con su incesante bamboleo. Vamos, que el viaje le esta resultando una autentica pesadilla.

Dorwas, tu mejor haz la primera guardia, que si no te duermes, como paso en el Templo. La hare yo contigo, que necesito dormir de seguido para recuperar mis capacidades magicas.- le dice

Ni loco duermo con el enano estando despierto... No es de fiar. Recuerda que queria robarle la daga al Emir... Emir al que me encargare personalmente de hundir con esta historia si el Mahir no le da la daga a Faki. Me va la vida en ello...

Maguito, te avise lo que te pasaría si volvías a tocarme las narices. dice el enano, montado en su camello, sin ni siquiera dirigirle una mirada. No quieras tentar la situación y morir en el desierto antes de poder volver corriendo a tu templito...

Si en algo aprecias tu patética vida, cuidate de tratar de ordenar u organizar nada. añadió. Duerme cuando quieras y haz la guardia que te apetezca. En silencio.

Para que iba yo a querer volver al Templo? - se encoge de hombros - De acuerdo, hare yo solo la primera guardia. Necesito tiempo para estudiar a lo que nos vamos a enfrentar, de todas formas.

¿Al final conseguiste llegar a un acuerdo con ellos que no implicase que lanzasen un hechizo sobre uno de nosotros? pregunta Dorwas extrañado. ¿O acaso era admiración lo que sonaba en su voz?

Mejor para nosotros, así el Emir podrá mantener la daga en su posesión. se paso la mano, limpiándose el sudor. Lo cierto es que es un artefacto interesante...

Ateela está animada. Le gusta el desierto, la amplitud, el sol sobre su cabeza... 

- Yo puedo hacer la última guardia, antes de que salga el sol...

Así veré salir el orbe de Sarenrae en el desierto. Pocas cosas hay más hermosas.

Perdida en sus pensamientos nuevamente, sigue canturreando:

- Hacia Solku van unos burros, rin, rin, con la cimitarra yo me lo sajé, yo le eche un remiendo, yo se lo quité...

Bueno, ya dije que en cuanto pudimos hablar de mago a mago, las cosas fueron mas sencillas. - Dice Jaali intentando esquivar el tema. - De todas formas, el Emir deberia entregar la daga al Templo y si deseas lo mejor para el, asi deberias indicarselo a la vuelta, si es que no lo han hecho ya. Su familia parece tener cierta tendencia a usar las armas equivocadas...

Despues de decir eso, y al oir a Ateela cantando, mueve la cabeza exasperado y saca un libro sobre Sorku y alrededores para saber hacia donde se dirigen.

- Los ojos de los elfos también están habituados a la oscuridad maese Dorwas - en su voz hay un respeto por el enano impropio de un elfo, ciertamente le protegió de ese insolente y prepotente mago. Además ahora discuten entre ellos y Jaali le deja en paz, así que miel sobre ojuelas.

El elfo se adelanta para situarse junto a la seguidora de Sarenrae tratando de entablar conversación una vez esta hace un descanso en su canto - Bonita voz Ateela y facilidad para la rima, ¿acaso tenéis algún conocimiento bardico?

Ateela suspira con hastío... 

- No, simplemente me gusta cantar. Gracias por los piropos --- sonríe al elfo educadamente, pero poco.

Qué pesado... me ha quitado las ganas de cantar...

Pero al rato se le pasa y vuelve a cantar. Hace buen día, la marcha no es difícil, y parece que nadie les sigue por el momento. 

-  Sarenrae, alzad los brazos hijos del amanecer que vuelve a resurgir...

Cita:

No, por Nethys. Cantos sobre la grandeza de su diosa no. De aqui a poco estamos todos levantando el brazo para representar como desterro a Ruvarug...

Jaali se pone la capucha por encima e intenta no escuchar a la clerigo

- Perdona, no te molesto mas - murmura más que habla mientras se retrasa. Más vale que Sarenrae le caliente, pues es más fría que un tempano de hielo.

No es la primera vez que monta caravanas, de hecho buena parte de sus ingresos venían de esta forma, así que está pendiente de las alimañas que puedan salir por el desierto. Lo cual le recuerda - Mejor revisad las botas por la mañana, los escorpiones las encuentran acojedoras y os podríais llevar una sorpresa.

Avanzais por el desierto con calma, sabedores de que vuestro destino esta a mucha distancia. El sol, la sed y la monotonía del alternar entre rocas y arenas hace el viaje aburrido y pesado. Las horas pasan lentamente y rápidamente llega la noche.

Durante tu guardia ocurre algo extraño, a mitad de la guardia, cuando tocas el pomo de tu espada, escuchas provenientes del arma, estas palabras:

- El mago es nuestra salvación. Protegele. - no parece haber nadie despierto alrededor, ni otro lugar que la propia espada de donde hayan podido salir las palabras.