Partida Rol por web

Ateela guarda su cimitarra mientras murmura para sí:

- Así es la voluntad de Sarenrae. Bendita sea la Luz que todo lo Cura. 

Después se acerca a examinar el camello. 

Jaali, por primera vez en su vida no siente su hombria amenazada por ser enclenque, feo y sin exito con las mujeres. Esta claro que en el grupo todos los hombres son tan calzonazos como el.

Acostumbrado a duras derrotas en estas lides, el mago toma el ser uno mas como una victoria. Con un buen humor poco comun en el, hace un gesto como de limpiarse las manos y dice

Bueno, asunto resuelto. Vamos a ver si tienen algo de valor

Registráis los cadáveres y el camello, el botín es escaso, unas alfombras gastadas y rotas, los aparejos de montar el camello, una gran variedad de trofeos formados en su mayoría por huesos medio podridos y 51 monedas de plata.

Morbo quieto ve como el Gnoll se va y lo matan, "Madre mia que prisas tenéis por matar al pobre animal. De todas maneras bien hecho Jonova. Sugiero que nos lllevemos el camello, por lo que pudiera pasar."

Si, mejor nos llevamos el camello. Algo sacaremos por el. Es lo que los comerciantes de la caravana hubiesen querido. Ademas, dejarlo aqui solo es matarlo... - Dice el mago, aparentemente muy preocupado por la salud del animal

A Bethel no le gusta el breve destino que parece aguardarle a los gnolls, pero no duda que volverían a asaltar viajeros si los dejan sueltos. Así que resuelve el tema a su manera, alejandose y tratando de ver si el camello está en buenas condiciones para viajar.

Dorwas escuchó el sonido de las dos féminas acabando con la vida de las criaturas mientras trepaba a su camello.

Mientras se sentaba en su camello, escuchó a Morbo y Jaali buscar excusas para llevarse el animal.

Se recostó y colocó la cimitarra en posición, acariciando lentamente el plano de la hoja mientras trataba de repasar mentalmente el motivo que le había llevado a fallar el golpe.

Estaba a punto de soltar un comentario al resto para ver si partían o preferían quedarse a hacer un picnic ya que habían parado cuando finalmente decidió que no merecía la pena y esperó pacientemente tostándose bajo el sol.

Al volver a tocar su espada aunque fuera un segundo, volvió a su cabeza esa idea. Desde la primera guardia en el desierto había estado evitando pensar en ello, pero Morbo juraría haber escuchado salir de su espada palabras de advertencia.

 No, mejor no pienses en eso, debieron ser imaginaciones!! Hablando mi espada Ja! pero sin embargo... Maldito sea este desierto y su sol! Aunque lo más probable es que me esté volviendo loco y acabe arrancándome los pelos en ropa interior, tendré que preguntárselo.

Susurrando  se dirige a Jaali "Tengo que hablar contigo. Cuando retomemos la marcha ponte deliberadamente al final."

Jaali intenta que no se entrevea su miedo.

Y este que quiere ahora despues de una semana en el desierto que no me he metido con el? Y acabo de gastar mi mejor conjuro...

Sin embargo, dice con total indiferencia.

Ok. Pero no tengo ningun conjuro para que te muevas mas rapido que la druida...

Ateela guardó todo lo que podría tener algún valor en las bolsas del camello. En las bolsas encontró una cuerda larga, algo estropeada pero aún útil. Cogió al camello por las bridas, lo hizo levantar, y lo llevó con los demás animales. Usó entonces la cuerda para atar las bridas del camello perdido a la silla de su propia montura. Usó un nudo sencillo; no resistiría tirones fuertes en caso de peligro, pero debería ser suficiente para que el animal les siguiera hasta Solku si no encontraban más incidentes. 

Lo cual no es muy probable. Es más fácil encontrar una aguja en este desierto que cruzarlo sin tener problemas. 

La sacerdotisa hizo una breve mueca mientras pensaba en ello y se quitaba el camisote de mallas, agradeciendo la breve brisa que corrió bajo su ligero jubón. Guardó la armadura en las bolsas de su propio camello, montó en el animal arrodillado, lo hizo levantarse, y dijo: "Aquí ya no hay nada que hacer. Movámonos, aún nos queda mucho viaje por delante". 

 Jonova se incorporó mirando los cuerpos caídos y sin vida de los asaltantes. ¿A cuantos habrían matado ellos? ¿Cuantos dejarían de matar ahora que staban muertos?

 Con su semblante gélido la joven regresó sobre sus paso para tomar e laraco que dejara caer en la arena del desierto mientras y se dirigía hacia el camello.

 Jarael mordisqueó un poco el pellejo del lider, lamiendo la sangre de este, pero tras tragarse un bocado de carne, se apartó raudo de esas criaturas de tan mal sabor. Buscando la cercanía de Jono, buscando el contacto de esta. Ella, al sentirlo cambió su expresión, como si olvidara de repente el fugaz encuentro, y se dedicó en acariciar a su fiel compañero antes de subirse al camello, mientras le susurraba cálidas palabras.

Una vez comenzada la marcha Morbo sudando se descuelga del grupo para ponerse a la altura de Jaali, que lo mira con desdén.

De todos ellos no podía haber dicho otro no...

A ver tu, dice casi escupiendo en primer lugar te pido que no digas nada a nadie de lo que voy a decir a continuación. Con desprecio el mago confirma con la cabeza y prosigue La primera noche de guardia en el desierto, mi... espada, hace una pausa y traga saliba me habló por primera vez. Y si esto te parece una locura espera un segundo, porque aqui viene la mejor parte:

ni corta ni perezosa me dijo    "El mago es nuestra salvación. Protégele"  

 Así que o me estoy volviendo majara como mi tia Clarise o el destino de todos depende del tipo menos útil y que más violencia genera a su alrededor de esta expedición. Así que como de momento confío en mi cordura, espero que tu no te pongas en peligro absurdamente insultando al enano o en general, hablando.

Y bien? Suponiendo que no me hayas encantado tu (en cuyo caso gustoso te mataré no lo dudes) tienes alguna idea de que demonios está pasando?