Partida Rol por web

Soy un hombre de pocas palabras. Muchas veces ni logro hacerme entender. Pero cuando tengo algo claro no puedo esperar a decirlo: - Que sea de plata no es lo único importante.

Boquiabierto me quedo... ¿pero no ha oido al tio ese?... se nos van a matar enteritos, del primero al último... que estos tipos, de noche, aparecen y ni te enteras... ya me empieza a extrañar menos lo de los compadres desaparecidos...

-Pensadlo bien, que nuestras vidas van en esto... que nos hemos internado mucho en el bosque, y esos pueden matarnos cuando les plazca, y ningún guerrero podrá hacer nada por evitarlo...

—Plata y espíritus. Pensadlo bien: ¿y si lo que quiere el espectro es que traicionemos a los nuestros entregándole la única defensa que podría pararlo?

Me vuelvo hacia Rilwen:

—Mi señora: habláis como si quisiéramos ser dignos de servir a ese espíritu o como si confiaseis en la palabra de un muerto que nos ha acechado y capturado a traición. Creo que deberíamos poner esta información en manos de nuestro capitán y luego que él se ría si así lo desea. Pero no me parece sir Vormund un individuo tan vano como para querer llevar una armadura de plata a la batalla. Una armadura de plata es una mala defensa contra las armas... de los vivos.
 

Al pensar en la armadura de plata de Sir Vormund, empiezas a recordar historias y leyendas sobre el histórico ejército del Rey de Barro. En muchos casos se dice que los capitanes portaban armaduras de plata a la batalla. Hasta ahora te parecía una simple licencia narrativa, para adornar las gestas, pero ahora sospechas que podían tener algún motivo para utilizarlas.

Estas criaturas no son naturales. Hay algo en ellas oscuro, maligno. Parecen criaturas que provienen de las tinieblas, y que sólo se mueven por la noche.

Uhmm si no pueden quitarle la armadura a Sir Vormund es porque su poder no es tan absoluto, seguramente la plata les provoca algún tipo de daño, como decís y también el día pues sólo actúan de noche - recordando, habían hecho referencia a antiguas leyendas, así que, igual habría que saber qué decían esas historias para saber ante quién nos enfrentamos - Si supiéramos qué es lo que quieren los espectros - no digo la armadura sino su pretensión principal, seguramente nos necesitan para algo de lo que son incapaces ellos, pese a su poder.

Entonces, qué proponéis? Contárselo todo a Sir Vormund y si no nos hace caso? - en el peor de los casos nos volvería a mandar aquí, donde quedaríamos expuestos de nuevo ante la voluntad de los espectros y su amenaza. Aunque bien podríamos acabar la atalaya y refugiados dentro, quizás podríamos hacerles frente. - Deberíamos de conseguir el suficiente apoyo para rastrear su guarida de día, quizás junto con las historias que podamos descubrir encontremos la forma de vencerlos.

—Cuando se habla de las gestas del pasado los capitanes de las tropas del Rey del Barro llevaban armaduras de plata. Siempre pensé que era por adornar la historia pero ahora estoy convencido de que es otro el motivo.

Recojo mis armas y el cuerno.

—Creo que si los espíritus no han machado ya a la tropa general es por esa armadura. ¿Por qué si no? Pensad si no: si el espíritu es tan poderoso y necesita ayuda de los vivos ¿por qué no trata directamente con sir Vormund? ¿Viene aquí a reclutar a un soldado veterano y tres artesanos? ¿Y nos pide la absurda misión de que le traigamos una armadura de plata? ¿Por qué? Si quiere que hagamos algo para él y no somos suficientemente dignos ¿qué le importa a él? No. No tiene sentido. Hablaremos con sir Vormund. Dejad el campamento como está: bajaremos por la pendiente que es más rápido. O si lo preferís quedaos aquí y voy yo, pero creo que estaréis más seguros abajo con la tropa principal. Creo que de día no debemos temer nada, como bien dice nuestra señora Rilwen, pero por la noche la cosa cambiará mucho.
 

-Sea como vos digáis...

...digo no muy convencido, y recojo lo mínimo para seguirle... ¿quien soy yo, un gañán ignorante, para dudar del criterio de quien más veces se habrá visto que yo en peores embrollos? ... lo mejor creo que será seguir a quien sabe lo que se hace...

... es lo que siempre hacemos los del pueblo llano...

(y así nos va, pero mejor que no se me pase tal pensamiento por la cabeza... )

Si Rimald se marcha, que es quien nos protege, a ver quién se queda para habar con el espectro... Supongo que bajamos todos al campamento. 

Pienso que va a resultar complicado seguir a los espectros, de día, porque se desvanecieron ante nosotros por lo que, no dejan rastro o huella. Eso es un inconveniente. - Rimald, tú estás al mando en todo lo que no se refiera a la construcción de la atalaya, así que, te seguimos - espero que acierte con el discurso que le diga a Sir Vormund.

Habrá que recoger las cosas que tenemos aquí.

¿Realmente bajamos todos? - La atalaya podríamos avanzarla mucho más y con ello puede acabar constituyendo un refugio interesante, incluso ahí arriba es complicado que nos ataquen o sorprendan los espectros; habría que correr el riesgo, claro. - Como nos han dado de plazo 2 noches, entiendo que podríamos continuar con la construcción de la atalaya y si Rimald no vuelve mañana, entonces ya nos organizamos para bajar todos - Eso facilitaría tener una construcción defensiva, y no perder todo el trabajo hecho (la madera cortada) ni tampoco acarrear todas las herramientas y dejar la mula aquí para el trabajo de levantar los troncos y la madera - ¿Cómo lo veis? 

Me quedo mirando la atalaya. ¿De que sirve esto contra unos espíritus capaces de materializarse de la nada y dejarnos inmovilizados sin oportunidad alguna? Tanto si Vormund nos cree como si no esta atalaya es inútil para vigilar espectros. De todos modos comprendo que la gente necesitaba una falsa sensación de seguridad para poder seguir avanzando y no me voy a oponer a ello.

—Por mi parte no hay problema señora, pero dudo que Vormund no me tache de loco si soy el único que llega con este cuento. Me vendrían bien un par de testigos. ¿Quizás pudieran seguir Genaro y Etor con la construcción según sus instrucciones? Los aperos y el campamento no tiene sentido bajarlos de nuevo. Son sólo unas dos horas bajando por la ladera, algo mucho más simple que ascenderla, y no veo motivo para traer todo de vuelta.

Me parece un buen razonamiento - Estoy de acuerdo, le acompañaré, Rimald, y que se venga Joshua también - mientras tanto que sigan trabajando Etor y Genaro en la construcción de la atalaya, al fin y al cabo era el trabajo que nos habían encomendado. - Desconozco si la atalaya una vez terminada pudiera hacer frente tanto a los espectros como a otros peligros que habiten el bosque- sería provechoso tenerla acabada, de todas maneras.

Muevo la cabeza... hagamos lo que hagamos... soy pesimista respecto a que salgamos de esta con vida..., pero al menos hablar de algo tangible, la atalaya, me permite olvidar el problema mayor, siquiera por unos instantes...

-Tal como está ahora mismo... solo vale para observar, de día, y lanzar flechas o piedras a alguien que se acerque; si se la ataca en serio... te pones debajo, le das al hacha hasta cargarte uno de los pilares, y adiós muy buenas.... Y eso contanto con que atacasen seres humanos como Dios Manda... contra esos tipos que aparecieron de entre las sombras... no habría forma de avistarlos, y por tanto, podrían estar trepando y apareciendo arriba, y ni se enteraría el vigía...

... pese a ser un simple obrero, el sentido común me dicta hacer esa advertencia... más parece una tumba elevada que un lugar seguro.

-Por otra parte, sí, mejor que vayamos varios; también hay que enterarse si la gente de las otras atalayas ha pasado por lo mismo... Y si os soy sincero... por un momento he pensado en largarme de aquí, pero... a varias jornadas del borde del bosque... es seguro de que me cazarían como un conejo. Prefiero que lo sepáis, por si habéis pensado en algún momento en el mismo sentido. Estamos atrapados entre dos opciones malas... muy malas...

Sería bueno establecer un plan alternativo, para el caso de no obtener de Sir Vormund buenas noticas, porque no vamos a dejar a Etor y Genaro abandonados a su suerte - lo comento estando cerca sólo Rimald y Joshua, tampoco quiero provocar el miedo o alertar de su situación al resto.

Hablando en susurros contesto a mis compañeros:

—Si Sir Vormund no nos cree o hace caso omiso al riesgo supongo que nos hará volver a la atalaya. En ese caso yo os sugeriría que vosotros intentaseis huir del bosque de inmediato. Yo subiré a la atalaya y le daré orden a Etor y Genaro de que hagan lo mismo. Luego esperaré a los espectros e intentaré entretenerles lo que pueda para que os dé tiempo a salir de este atolladero.

Meneo de la cabeza... las cuentas no me cuadan...

-Maese Rimald, si nos escabullimos y huimos... acabaremos muertos en medio del bosque. Hemos tardado varias jornadas en llegar hasta aquí; nos alcanzaría la noche en todo caso, y aunque solo se tratase de una de esas criaturas, porque llamarles hombres me parece aventurado, estaríamos muertos con seguridad.

-... En resumen, que si nos quedamos en la atalaya, muertos; si no nos cree Sir Vormund : o nos manda volver a la atalaya, o nos encarcela por abandonar el trabajo: en el primer caso, atalaya, es muerte, en el segundo, si nos atacan esos espectros, les dará igual que estemos encarcelados. Si por contra, nos cree... ¿servirá de algo? Tal vez conozca algo que pueda valer para defendernos, si no... estamos muertos.

Emito un suspiro... todas las opciones nos llevan a la tumba, salvo... me temo que robar la armadura, aunque es cierto que eso de que sea de plata, es raro, y lo mismo... lo mismo es lo que ha evitado que hayan atacado antes al campamento hasta su erradicación... eso me da que pensar...

- Quizá la llave sea la armadura realmente...

Me va a doler la cabeza de tanto usarla, pienso; se que se me escaparán opciones, seguramente, como intentar huir en dirección contraria,¡ qué se yo! , Lo que sí que empiezo a preguntarme... es por qué no han atacado antes, si es que pueden hacerlo, y por qué nos amenazan con hacerlo si no les llevamos lo que quieren

Beej... demasiadas cosas en la mente

- En resumen... solo veo dos opciones para salir con vida: robar y confiar en la palabra de "ellos", o halar y confiar en que Sir Vormund tenga o sepa algo con que protegernos... joder, si hasta lo mismo nos dice que les llevemos la maldita armadura para que nos dejen en paz!

Entonces, démonos prisa en bajar al campamento y tratar de solucionar este desaguisado - Todas las opciones pasaban por ver a Sir Vormunt, quizás él supiera más de los espectros, al fin y al cabo llevaba una armadura de plata.