Partida Rol por web

Farnirir se marcha del lugar dejándome con los soldados y la cerveza que logramos conseguir para nuestro plan. Entre habladas y bromas, siento que los soldados quieren decir algo, pero me ven antes y lo piensan, pues hacen una pausa siempre que parece que dirán algo importante. Tal vez sea en parte por el efecto del alcohol que he bebido, pero aunque estoy lejos de perder el conocimiento, me siento mucho más confiado, no pienso tanto las cosas como antes. 

-¿Bebemos más compañeros?, vale la pena acabarse esta cerveza tan bien merecida después de días de viaje y trabajo-. Digo mientras sirvo más bebidas en sus tarros. -¿No os parece que tenemos derecho a divertirnos un poco?, no sabemos cuantos peligros aguardan esta misión, podríamos no salir vivos de esta... pero riamos y gocemos esta bella noche, pues amigos míos... ¡Aquí están los hombres más valientes de todo el Reino de Barro!-, exclamo mientras levanto mi cerveza para hacer un brindis.

-Bueno venerables soldados, contadme, ¿Qué historias valen la pena ser relatadas entre los confines del reino?, ¿Qué os gustaría que los demás supieran de su vida en el bosque sombrío, bajo las Montañas     Krallen?-.

Pregunto muy jovial, creo que no podría comportarme así si estuviera sobrio. 

Los soldados te cuentan que Sir Vormund es muy celoso de su armadura, y nadie entiende por qué, si es de plata. Los viejos saben algo más, dicen que es un honor llevarla, y que son armaduras que se heredan, muy antiguas. Los jóvenes prefieren las armaduras de hierro y acero, y no le dan tanta importancia a la trascendencia de las armaduras de plata.