Partida Rol por web

Orlant recibe entonces la ayuda del teniente Derlan y entre los dos son capaces de hacer rodar el enorme cadáver, para después, tirando de su brazo, sacar a Petrer que, para alivio de los caballeros, no ha quedado inconsciente o muerto sino que escupe agua y respira entrecortadamente.

Pero el resto de los lobos-troll, aullando de furia ante la muerte de su compañero, parecen dispuestos a arriesgarse a saltar desde la pared hasta el fondo del barranco en cuestión de segundos.

Los dos caballeros de Stumlad se dan cuenta de ello y no dejan de tirar de Petrer hasta llegar al borde de la pendiente y, sin necesidad de hablarlo siquiera, se lanzan por el tobogán natural que forma el lecho del barranco, precipitándose a gran velocidad cuesta abajo, deslizándose sobre el agua, hacia lo desconocido...

La corriente te lleva a gran velocidad contra uno de los lados del barranco, cerca de las paredes, y tu cuerpo se desliza sobre la roca y el agua tan rápidamente que no puedes sino dejarte llevar mientras la espuma te impide ver nada.

Sientes el terror de la impotencia. De saber que vas a morir y no ser capaz de hacer nada para evitarlo.

Y entonces experimentas la ingravidez. En un instante de lucidez comprendes que estás en el aire, que el cauce te ha lanzado al vacío y que te precipitas hacia…

… hacia una pared de piedra. Tu corazón se detiene. En cuestión de un segundo te estrellarás contra ella.

Reaccionas por instinto. Sabes que sólo tienes una oportunidad, golpear la pared con las piernas que tienes extendidas hacia adelante, absorber el impacto todo lo que puedas y lanzarte en dirección contraria, esperando caer en aguas lo suficientemente profundas como para amortiguar tu caída…

Los lobos-troll de la manada se lanzan hasta el lecho del barranco donde su camarada yace muerto, rodeándolo y observándolo de manera desapasionada, a pesar de que alguno de ellos intente reanimarlo con ligeros toques de sus garras.

Un par de las bestias, vuelven sus rojizos ojos hacia el agua que se precipita hacia abajo, el lugar por el que han desaparecido las presas. La maldita corriente camufla el rastro de esos torpes seres que caminan sobre dos patas y que ahora quedan fuera de su alcance.

Pero no del resto de sus hermanos.

Los dos lobos-troll alzan sus testas, hinchan sus cuerpos al tomar aire y comienzan a aullar. Un aullido que causaría pesadillas a un lobo ordinario. Un aullido que transmite un mensaje a través del aire en la distancia, hacia el valle…

Mientras, los otros comienzan a devorar las entrañas del lobo-troll muerto.

Apenas un momento después de lanzarte sobre la pendiente de agua, te encuentras precipitándote hacia abajo, cada vez a mayor velocidad, deslizándote sentado, tratando de mantener el equilibrio mientras las gotas heladas salpican tu rostro. Orlant y Petrer también se han lanzado junto a ti, pero apenas eres consciente de si están cerca o lejos.

Levantas la mano en la que sostienes tu espada para mantenerla lejos del agua y con la otra tratas de dirigir tu descenso, mientras que con tus pies tratar de frenarte, lo cual te resulta casi totalmente imposible debido a lo pulido de la superficie de piedra sobre la que te deslizas.

Sientes cómo tu estómago se contrae por la tensión y mantienes los dientes apretados en previsión de un más que seguro impacto a medida que te mueves a más rapidez. Pero sabes que, en esta situación, lo más importante es mantener el control, no perder la cabeza.

Delante de tuyo, la pendiente se hace más pronunciada, o quizás desaparezca en una cascada, no lo sabes, no ves más allá. Pero aún eres capaz de dirigir hasta cierto punto tu caída…

Apenas un momento después de lanzarte sobre la pendiente de agua, te encuentras precipitándote hacia abajo, cada vez a mayor velocidad, deslizándote sentado, tratando de mantener el equilibrio mientras las gotas heladas salpican tu rostro. El teniente y Petrer también se han lanzado junto a ti, pero apenas eres consciente de si están cerca o lejos.

Levantas la mano en la que sostienes tu espadón para mantenerlo lejos del agua y con la otra tratas de dirigir tu descenso, mientras que con tus pies tratar de frenarte, lo cual te resulta casi totalmente imposible debido a lo pulido de la superficie de piedra sobre la que te deslizas.

Sientes cómo tu estómago se contrae por la tensión y mantienes los dientes apretados en previsión de un más que seguro impacto a medida que te mueves a más rapidez. Pero sabes que, en esta situación, lo más importante es mantener el control, no perder la cabeza.

Delante de tuyo, la pendiente se hace más pronunciada, o quizás desaparezca en una cascada, no lo sabes, no ves más allá. Pero aún eres capaz de dirigir hasta cierto punto tu caída…

Apenas un momento después de que te lancen sobre la pendiente de agua, te encuentras precipitándote hacia abajo, cada vez a mayor velocidad, deslizándote sentado, tratando de mantener el equilibrio mientras las gotas heladas salpican tu rostro. Por lo menos el agua fría te sirve para despejarte y la tensión del momento anestesia el dolor que sientes por todo tu cuerpo tras sufrir el ataque del lobo-troll, hace apenas unos instantes.

Levantas la mano en la que sostienes tu espada para mantenerla lejos del agua y con la otra tratas de dirigir tu descenso, mientras que con tus pies tratar de frenarte, lo cual te resulta casi totalmente imposible debido a lo pulido de la superficie de piedra sobre la que te deslizas.

Sientes cómo tu estómago se contrae por la tensión y mantienes los dientes apretados en previsión de un más que seguro impacto a medida que te mueves a más rapidez. Pero sabes que, en esta situación, lo más importante es mantener el control, no perder la cabeza.

Delante de tuyo, la pendiente se hace más pronunciada, o quizás desaparezca en una cascada, no lo sabes, no ves más allá. Pero aún eres capaz de dirigir hasta cierto punto tu caída…

Lo oyes momentos antes de llegar. El ruido del agua precipitándose desde lo alto. ¡Una cascada!

Maniobras girando sobre ti mismo para desviarte a un lado y evitar caer de esa manera por el centro de la misma. A duras penas lo consigues y tu cuerpo se desliza por el tobogán natural que discurre al lado de la cascada. Pero no es una bajada cómoda, tu cuerpo sale despedido en algunos tramos, pero por suerte sólo son pequeños saltos que sabes que no te causarán más allá de algunos moratones. Si el ataque del lobo-troll te hubiese herido de gravedad cada uno de estos pequeños golpes te causarían un dolor espantoso,y no es el caso. A tu alrededor el agua salpica de tal manera que apenas puedes ver nada.

Entonces, en un último salto, tu cuerpo sale volando y cae sobre el agua. Te sumerges en ella, braceando, pero la corriente es tan fuerte aquí que no puedes detenerte, sólo sacar la cabeza entre la espuma, aspirar una bocanada de aire y tratar de ver hacia donde te diriges.

Y lo ves. Arrastrado sin remedio por la corriente, el paso se estrecha. Y un poco más adelante, una enorme piedra con forma de filo separa las aguas. Comprendes enseguida que no podrás detenerte en ella. Vas demasiado deprisa y si lo intentaras te estrellarías.

Sólo puedes decidir por qué lado de la piedra pasar. ¿Por la derecha o por la izquierda?

Lo oyes momentos antes de llegar. El ruido del agua precipitándose desde lo alto. ¡Una cascada!

Maniobras girando sobre ti mismo para desviarte a un lado y evitar caer de esa manera por el centro de la misma. A duras penas lo consigues y tu cuerpo se desliza por el tobogán natural que discurre al lado de la cascada. Pero no es una bajada cómoda, tu cuerpo sale despedido en algunos tramos, pero por suerte sólo son pequeños saltos que sabes que no te causarán más allá de algunos moratones. A tu alrededor el agua salpica de tal manera que apenas puedes ver nada.

Entonces, en un último salto, tu cuerpo sale volando y cae sobre el agua. Te sumerges en ella, braceando, pero la corriente es tan fuerte aquí que no puedes detenerte, sólo sacar la cabeza entre la espuma, aspirar una bocanada de aire y tratar de ver hacia donde te diriges.

Y lo ves. Arrastrado sin remedio por la corriente, el paso se estrecha. Y un poco más adelante, una enorme piedra con forma de filo separa las aguas. Comprendes enseguida que no podrás detenerte en ella. Vas demasiado deprisa y si lo intentaras te estrellarías.

Sólo puedes decidir por qué lado de la piedra pasar. ¿Por la derecha o por la izquierda?

Pudiendo maniobrar mejor con el brazo que no tiene el arma Derlan se impulsó como pudo hacia la derecha con dificultad. Aquella caída parecía interminable y no sabía lo que se encontraría al final. ¿Habría enviado a los hombres a la muerte y fallado su misión?¿Qué otra opción tenía si luchar contra los lobo-trolls significaba la muerte segura?

Te deslizas a la derecha de donde el caudal se divide en dos.

La velocidad del caudal se incrementa entonces notablemente, y al mirar adelante, descubres con horror que en el cauce sobresale un árbol caído en mitad del barranco. Y que te precipitas sin remedio hacia él.

La corriente que ha debido sufrir a lo largo del tiempo lo ha despojado de su corteza y ha dejado sólo ramas cortas que salen de su tronco como pinchos.

Una auténtica trampa mortal a la que te diriges a toda velocidad…

Peter observa con atencion y opta por lo mas sensato en una situacion normal, aunque estando siendo perseguidos puede ser mas arriesgado, la parte izquierda esperando que quede mas ceracana a la margen de alguna orilla y poder asi adeherirse a alguna planta o intentar salir...

Te deslizas a la izquierda de donde el caudal se divide en dos.

En lugar de perder energías luchando contra la corriente dejas que ésta te arrastre, reservándolas para cuando realmente las necesites, ya que realmente ahora te encuentras al límite de tus fuerzas. Te mantienes flotando y sólo te preocupas de mantener la cabeza fuera del agua para poder respirar.

Pasas a toda velocidad por el lado de un árbol caído en mitad del barranco. La corriente lo ha despojado de su corteza y ha dejado sólo ramas cortas que salen de su tronco como pinchos. Una auténtica trampa que has tenido la fortuna de evitar. Pero no tienes tiempo de pensar en ello. Sabes que el agua te está llevando lejos, que has adelantado mucho, por lo que no debes estar lejos del final, pero entonces entras en un tramo en el que el cauce se hace más rápido, más violento, con continuas bajadas de nivel y pequeñas cascadas por las que caes, una detrás de otra.

Concentras tus esfuerzos en seguir respirando y en estar girado para ver lo que se te aproxima, pero la velocidad que llevas ahora hace que no puedas dirigir tu rumbo, hace que estés completamente en manos del destino…

Oigo el escalofriante aullido de los lobos cada vez más lejos mientras resbalo por la pendiente. Me consuelo al saber que no nos persiguen, pero mi alegría dura más bien poco.

La velocidad aumenta por momentos y aunque intento frenarme no lo consigo, preocupado en no perder mi espadón en la corriente no consigo centrarme en lo verdaderamente importante. El sinuoso descenso.

Lo oyes un segundo antes de llegar a ella. El ruido del agua precipitándose desde lo alto. ¡Una cascada!

Demasiado tarde tratas de maniobrar girando sobre ti mismo para desviarte a un lado pero ya es demasiado tarde. Sales despedido junto con el agua. No tienes tiempo ni de tener miedo.

El mundo parece transcurrir a cámara lenta mientras sientes el vacío a tu alrededor, el estómago encogido y la sensación de ingravidez que parece prolongarse tiempo y tiempo. Te encuentras pensando si este es el fin.

Y entonces, un segundo después, te estrellas dolorosamente contra el agua helada, sumergiéndote en un mundo completamente diferente, en el que te mueves con torpeza y en el que todo a tu alrededor es espuma y escuchas perfectamente el estruendo de la cascada a pesar de estar bajo agua.

La corriente te arrastra hacia abajo como un muñeco, hasta que tu cuerpo toca el fondo, pero entonces te esfuerzas en impulsarte hacia arriba. Aferras con fuerza la empuñadura de tu arma para no perderla, mientras clamas por dar una bocanada de aire… Sin embargo, antes de que eso suceda una nueva corriente te vuelve a mandar para abajo, dando vueltas sobre ti mismo.

Una chispa de lucidez en tu cabeza te hace darte cuenta que estás en un remolino, y que si no sales de él vas a ahogarte…