El mercenario no parecía estar nervioso, ni si quiera parecía tener miedo, parecía tranquilo, o al menos todo lo tranquilo que uno puede estar en una situación como esa.
¿Acaso hemos llegado a un acuerdo? No les diré nada hasta saber que mi pellejo está a salvo.
Dirigía su mirada fijamente a Laern, el cual había tomado las riendas del interrogatorio.
Tras buscar en los cuerpos de los mercenarios que yacían muertos simplemente encontraste algunas bolsas con pocas monedas, algunos frutos secos y alguna que otra arma escondida como cuchillos y dagas.
Nada fuera de lo normal ni incriminatorio.
En principio no hay nada, pero me gusta dar una oportunidad a los dados, así que haz una tirada de suerte. En caso de crítico quizás encuentres algo útil.
Tirada: 1d100
Motivo: Encontraré algo?
Dificultad: 50-
Resultado: 32 (Exito)
A verrrr
Bueh, salió pero no fue crítico... supongo que queda para la próxima XD
Laern enseña los dientes, aunque en sus ojos podría adivinarse una sonrisa. Justo lo que buscaba. Se agacha un tanto y de su bota extrae una daga.
-¿Tu pellejo? No te preocupes por tu pellejo, basura.Quedará muy bonita colgada en mi chimenea -su gesto de rabia de convierte en una sonrisa de oreja a oreja-. Es una lástima para tí que para que esté en perfectas condiciones, haya que desollar viva a la pieza.
Al terminar la frase, le propina un patadón en la barriga y, de no tirarlo al suelo del golpe, empuja al renqueante malnacido al suelo.
-¡Sujetadlo!*
Tirada: 1d100
Motivo: Habilidad de armas
Dificultad: 60-
Resultado: 94 (Fracaso)
Por si hace falta tirar, ahí está. Temo que sería un fallo. Aunque confío en que pegarle un patadón a un enemigo maniatado y que no se lo espera sea algo automático, si no Laern va a quedar muy mal xD
*Si lo ha derribado, sigue así.
Los interrogatorios no me interesan, son muy blandos para mi personal estilo y además Laern se basta para ese cometido. Aviso a Anioz, Zarek y a Ireth que me ausento un momento:
Em, chicos, voy a revisar que el resto esté bien. Vuelvo en unos minutos.
Me alejo con paso calmado en busca de los demás habitantes, atento a cuanto me rodea y a los sonidos de la noche que me llegan de más allá de los edificios. Tengo curiosidad por saber si entre los habitantes está nuestro sucio Giler y de paso comprobar que no se nos cuela ningún otro malandrín.
El mercenario estaba en el suelo después de haber recibido la patada del mariscal.
Ya te he dicho que no diré nada hasta que tenga mi pellejo a salvo.
Parecía estar bastante dolorido.
La casa en llamas estaba terminando de arder, y el olor que desprendía no era muy agradable. Görg se alejó de todos en busca de los campesinos, mientras el resto seguía rodeando al mercenario.
Tras alejarte del grupo llegaste a la plaza del pueblo. Al parecer Jilban tenía razón, todos habrían escapado a un refugio a las afueras del pueblo, porque allí no había nadie.
¿Alguien le ha sujetado?
-"ya voy yo, Laern" digo disponiendome a sujetarlo
gracias por el detalle Gorg
Atado lo he dejado yo pero me he ido y no lo he sujetado que es lo que pedía y pregunta Laern.
Esto está vacío.
Tras echar un vistazo a un par de casas y confirmar que no hay nadie me planteo qué será más fácil, si buscar ahora o preguntar a Jilban. Creo que volveré, lo haré dando un rodeo por si veo en las afueras algo que sirva como refugio. Si no lo veo antes de llegar preguntaré a Jilban.
Si te vas a las afueras de verdad tardarás un rato, más si vas andando simplemente. Si te refieres a ir por fuera de la aldea, pero pegado a las casas, entonces tardas poco.
No te había puesto nada, pero te confirmo (por si estabas esperando) que no encuentras nada.
El mariscal se acerca al captivo y alza la daga, como juzgando su filo a la luz de las llamas.
-Te daría una última oportunidad, pero sé que la desecharías. ¿Cuál es tu oreja preferida?
Pero ni espera a ser respondido, baja el filo contra su oreja derecha y comienza a cortarla sin compasión alguna.
-¡Sujétele, capitán!
El mercenario parecía impasible cuando el mariscal sacó la daga, seguramente pensaba que era un farol, pero...
¡AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! ¡Detenteeeeeeeeeeeeeeee! ¡Paraaaaaaaaaaaaaaa! ¿Qué quieres saber?
El hombre no paraba de moverse y zarandearse fuertemente mientras gritaba de dolor.
Laern le deja la oreja a medio cortar.
-Ya te lo he preguntado, ¡escoria! ¡Y odio repetirme!
Le pone la daga frente a los ojos.
-¿Qué ojo usas para disparar el arco?
Laern le mira a los ojos. Por los dioses que no está de tretas.
Cita:
A esto me refiero, sí. Para salir fuera preguntaría primero a Jilban, no iría buscando a lo loco.
Pues sí, estaba esperando a ver si te apiadabas y me dabas algún hueso que roer XD
Ireth acabó de revisar los cuerpos sin hallar nada que pudiera servirles como pista. Si los mercenarios habían sido contratados por el culto, las órdenes seguramente habrían sido verbales y la paga la recibirían al concluir la faena.
Un poco desilusionada por terminar con las manos vacías y sucias de sangre, se acercó hacia dónde se encontraban sus compañeros para presenciar el interrogatorio y servir de apoyo en caso de que fuera necesario. Si bien no le gustaba ver correr sangre por que sí, el bastardo que se encontraba maniatado se merecía lo que estaba sufriendo y si no iba a ser útil, no merecía ningún tipo de compasión.