Partida Rol por web

Leon intenta convencer a la enfermera de que ambas os quedéis en su casa hasta que vuelva, pero estando vete a saber dónde haciendo lo que se le antoja y sin contar con vosotras, su fuerza de convicción no resulta demasiado grande y al final Ayira cuelga tras transmitir la nueva dirección de Natalie para que se mueva en cuanto pueda.

-De carne, ¡claro! Creo que en el congelador había...- se empieza a poner el abrigo y con la noticia de llamar al abuelo da unos pequeños botes dando palmadas de entusiasmo, acabando por reírse y recoger la mochila donde ha metido todas sus cosas.
-Pero cuando haga mejor tiempo- puntualiza echando un vistazo por la ventana, demostrando que en el fondo, y a pesar de que no deja de ser una niña, tiene algunos puntos de responsabilidad y detalles impropios de su edad.

Al final las tres salís juntas de la casa y bajáis hasta el coche de Natalie, que por suerte sigue aparcado en segunda fila sin molestar demasiado debido a las pocas ganas de la gente de salir de sus cálidas casas.
Al motor le cuesta horrores reaccionar, tardáis unos diez minutos en conseguirlo pero finalmente responde y llegáis hasta la casa de la susodicha entre algún que otro pequeño resbalón producido por la nieve que ya se va acumulando en las aceras.

Por su parte Ayira se separa al llegar al vehículo, encogiéndose todo lo posible bajo su abrigo de forma bastante inútil, pues el frío cala hasta los huesos con su ropa todavía húmeda.
Camina lo más rápido posible cayéndose un par de veces sobre el duro suelo resbaladizo y cada vez más lleno de nieve, así que cuando finalmente llega a su casa y la consulta privada vuelve a estar helada de fría y con las manos algo amoratadas.

Pues de carne y cuando el abuelo pueda y haga mejor tiempo traera uno de los cachorros. Esperemos que para tu cumpleaños. de todas maneras le llamare antes para que se prepare por si tenemos que irnos deprisa de la ciudad. Bajo y la ayudo a caminar al coche, esta resbaladizo, demasiado resbaladizo y nos vamos a matar.

La llave en el contacto un par de veces antes de que arranque y cuando lo hace pongo la calefaccion. Deberia haber venido Ayirah, no se por que... bueno da igual, iremos  a casa las dos y pondremos la comida para el resto en la mesa asi como la calefaccion, me alegro de haberla purgado esa semana.  Conduzco con cuidado, no estoy para buscar las cadenas y menos para bajarme a ponerlas. Aparco en la rampa y salgo cerrando el coche y ayudando a Susan a ir a casa. Abro la puerta, hace frio, pero, me froto las manos y quito la alarma poniendola en habitable, enciendo el termostato y me quito la chaqueta. La dejo junto al abrigo de Susan en su sitio.

Sube a dejar la mochila en tu cuarto o si quieres vamos a hacer la cena, lo que prefieras, depues veremos un rato la tele mientras los esperamos. ¿Te apetecen palomitas?

Besar en suelo nunca resultaba algo agradable e interesante, pero si a eso añadimos que cada vez que pegaba un resbalón el suelo me acogía como la fría y dura pista de hielo a la que me obligaban a ir mis padres de pequeña no mejoraba mucho la situación. Unos resbalones y unos seguros moratones después conseguí insertar la llave de mi casa-consulta abriendo demasiado despacio la puerta debido a mis rojizas manos heladas.

Hogar dulce hogar. Nada mas llegar noté el acogedor calor que conservaba mi piso, sin demorarme encendí los radiadores que fui encontrando en mi camino hasta alcanzar mi habitación en el piso superior. Con rapidez comencé a desprenderme de las incómodas prendas mojadas, no se si había hecho bien saliendo de casa de Leon con esa ropa, pero no me quedaba mas remedio, sino no me iría nunca. Abrigando mi agarrotado cuerpo con un albornoz me acerque al buzón de mensajes telefónicos para ver si en mi ausencia me había necesitado mucha gente. Escuche los posibles mensajes en silencio mientras soplaba con insistencia en mis manos para que se calentasen después del paseo. No dejando pasar demasiado tiempo me interné en el baño con la intencion de calentarme gracias a una ducha caliente.

Al llegar a casa el cambio de temperatura es lo suficientemente abrupto como para que tus extremidades parezca que empiecen a arder ligeramente, sin embargo es bastante positivo dado que tu temperatura corporal empieza a aumentar rápidamente.
En el teléfono no hay ningún mensaje ya que después de todo para tu consulta no se precisa reservar una hora o turno y la mayoría de tus pacientes es probable que no siquiera tengan medio de llamarte, pero lo más seguro es que haya varios casos de hipotermia o congelación si la cosa sigue así.

Intentas olvidarte por un momento de esos "detalles" y entras en la ducha, relajándote unos instantes y acabando de entrar totalmente en calor ahora que la luz y los calefactores ya funcionan.

Entráis en la casa, que a pesar de estar algo fría es mucho más cálida que el exterior y de todos modos no tardas en dirigirte al termostato de la calefacción para subir un poco la temperatura.
-¿Tita?, ¿estás nerviosa...?- acaba por preguntar Susan ante tu repetida actitud de no parar de proponerle cosas para mantenerla distraída, lo cuál acaba por resultarle extraño incluso a ella.

-¡Voy a ponerme el pijama!- se remueve con un pequeño escalofrío y desaparece escaleras arriba, dejándote algo de tiempo para desprenderte de tu propio abrigo y demás antes de bajar enfundada en su cálido pijama y las zapatillas, acompañándote por la cocina mientras preparas lasaña suficiente para cuatro o cinco personas por si viniera alguien más a parte de Ayira dentro de un momento.

-Mañana haré un muñeco de nieve...- comenta mirando con una sonrisa feliz a través de una de las ventanas como los copos de nieve caen sin cesar.
Cuánto más esperen el resto para venir, más difícil lo van a tener. Justo pensar eso y el timbre de la puerta suena.

NO cielo, solo es que como nieva, no queria que te preocuparas mucho por nada replico sonriendo antes de que suba a su cuarto a cambiarse momento que me da para quitarme el abrigo y dejarlo con el suyo en su sitio recogiendo ademas un poco su mochila y dejandola en el salon.

En la cocina, pongo la bandeja para preparar lasaña para, creo que un regimiento pero me ayuda a hacerla, incluso la pido que saque unos gofres para hacer en el microhondas y unas palomitas para ver la television mientras.

Eso es perfecto cielo, seguro que haces uno precioso y te sacare una foto con el, para que lo recuerdes cuando haga mucho calor. Podriamos guardar nieve en el congelador si quieres. sonrio cuando suena el timbre de la puerta, Ayirah llega muy pronto. Me encamino hacia ella limpiandome las manos y miro por la mirilla Ryan, si que no ha tardado. La abro tras comprobar que no hay nadie mas.

Bienvenido a mi humilde hogar digo con una sonrisa.

-¿Humilde? A mí me parece genial, y sobretodo calentito- espera a que te hagas a un lado y le dejes entrar para correr hasta el radiador más cercano y suspirar aliviado al notar su cálida temperatura.
Tras unos segundos se gira hacia ti, permaneciendo apoyado en él y manteniéndose callado unos segundos, pretendiendo escuchar la voz del resto sin conseguir nada más que el leve tarareo de Susan en la cocina.

-Casi ninguno de mis contactos me ha devuelto la llamada, sólo un par de ellos en el otro extremo del país, así que no tienen ni idea de lo que pueda estar pasando por aquí... Pero está claro que el tiempo está loco, ¿no? Y parece algo focalizado- se quita las botas mojadas y algo congeladas, esperando a entrar un poco más en calor antes de adentrarse hasta el salón, dónde se permite la confianza de encender la tele y buscar uno de esos canales de noticias 24h.

La señal llega algo más intermitente y borrosa de lo habitual, pero aún puede verse y escucharse sin problemas.
Salen varias calles de la ciudad congeladas y llenas de nieve, accesos cerrados, tiendas inundadas y básicamente todos los problemas ocasionados por el extraño temporal que ha surgido repentinamente sin que los servicios metereológicos pudieran pronosticarlo.
-¡Mira ahí!- espeta repentinamente Ryan, abriendo los ojos cómo platos mientras se acerca a la pantalla exageradamente y señala detrás de la presentadora.
Al otro lado de esa misma calle, la cuál puedes reconocer, hay un hombre ataviado con largo abrigo negro que parece no inmutarse demasiado por el frío, caminando con total tranquilidad sin llegar si quiera a resbalarse.

No se le aprecia demasiado bien, podría ser sólo una coincidencia, pero últimamente eso no parece que ocurra demasiado y podría tratarse del propio Sven.

Sonrio mientras le dejo pasar y voy por algo para beber, un cafe caliente mientras se acomoda un poco No te preocupes, seguro que conseguimos averiguar algo y salimos de dudas, subo un poco mas la calefaccion para que termine de calentarse. El resto aun no estan en casa, estan buscando ropa o a nuestro nuevo posible amigo.

Cuando me señala, me acerco al principio no puedo creerlo, me arrodillo al lado de la pantalla ¿Sven? casi es un ruego mas que una pregunta, intento averiguar que calle es, se cual es y... si la camara le sigue lo suficiente podria ver donde entra y podria luego llevar al resto y averiguar las cosas, al menos tendriamos una pista que seguir.

Me concentro siguiendo la figura intentando que se vea mejor cuando recuerdo el equipo de grabacion, pero no conseguire nada, a menos que consiga que... la grabacion... TEngo todavia un amigo en el departamento de policia podria intentar conseguir que me intente conseguir la grabacion e intentar ver si es el o si hay mas.

Aunque la sensación del agua caliente corriendo por mi pelo y la espalda me parecen lo mas agradable del mundo y no me hubiese movido de la ducha en al menos 30 minutos me obligo a recordar que tengo una cita con mis antiguos compañeros de campamento (por llamarlo de alguna forma).

Salgo del baño envuelta en una toalla y me acerco tarareando a la minicadena para ponerla en funcionamiento y escuchar una de mis canciones favoritas.

Cuando el ritmo comienza a sonar por el ambiente me giro hacia el armario en busca de ropa seca y a ser posible de lo mas abrigado y cómodo que pueda encontrar por lo que pudiese pasar. La verdad es que podría ponerme unos pantalones de esquiar que compre cuando fui de vacaciones con mi madre y mi padrastro a la estación de esquí, pero si tuviésemos que entrar en cualquier lugar me mirarían de forma muy extraña. Tamborileando con los dedos en la madera de la puerta del armario localicé un jersey negro de cuello cisne y en una percha unos vaqueros, tenían la ventaja de ser cómodos pero no lo suficientemente extravagantes como para atraer las miradas de la gente. Esta vez me calcé unas buenas botas para evitar resbalar por las aceras y unos complementos de invierno, guantes, gorro y bufanda.

Sin apagar la música bajé a la cocina y la clínica para picar algo mientras recogía algo de material, había aprendido que con estos nunca se sabia cuando tendría que sacar balas de hombros o cerrar feos costurones.

Ryan coge la taza de café caliente que le tiendes sonriéndote agradecido, dando un pequeño sorbo antes de centrarse en el televisor.
La cámara como era de esperar no se centra en ese hombre, en el supuesto Sven, y siguen comentando las dificultades y problemas del temporal repitiéndose una vez tras otra.

-Lo ideal sería ir de inmediato para allá y aprovechar un posible elemento sorpresa... Si es que de verdad es él. Pero necesitamos a más con nosotros, no podemos dejar a Susan aquí sola- resopla sonoramente, frustrado ante la total falta de cohesión y unidad en el grupo de cazadores, tras lo cuál se deja caer pesadamente en el sofá bebiendo de la taza con el ceño fruncido.

-Llámale si quieres, supongo que no perdemos nada- se encoge de hombros. Está claro que hubiera preferido la otra opción pero a falta de ésta...

Te duchas, te vistes y haces todo lo que se te antoja, tomándote todo el tiempo del mundo sin demasiadas prisas, aprovechando esos minutos de calma antes de la tempestad. Con la pequeña diferencia de que la tempestad ha empezado hace rato y cuánto más te retrasas más empeora, pero aún así decides que es mejor organizarse con cierta tranquilidad.

Al final bajas hasta la consulta y tomas un botiquín relativamente grande, metiendo el material que te parece que va a resultar más útil y necesario antes de volver a salir nuevamente al frío invernal exterior.
A pesar de las botas resbalas de vez en cuando, pero apoyándote en las paredes no llegas a caerte, aunque el trayecto resulta tedioso y bastante incómodo.

No ves ningún coche transitando por la calle, aunque te topas con un par varados en la nieve y abandonados en medio de la carretera.
La poquísima gente que se aventura a caminar parece tener las mismas dificultades que tú y probablemente dentro de poco no habrá nadie más con ganas de moverse de casa o incluso de la oficina.

Podria intentar dejarla con una vecina pero no me gusta la idea golpeo un lateral de la pantalla callendo de rodillas en el suelo mirando la moqueta mientras contengo las lagrimas  y las malditas visiones no vienen, no vuelven... no soy un cazador, hace mucho que no lo soy... creo que aquella noche perdi muchas cosas y una de ellas fue esa  me callo mirando la pantalla de nuevo con los labios temblando y las manos crispadas antes de cerrar los ojos y de levantarme

Llamare a Angelo, pero no se si me podra ayudar, espero que haga lo que pueda. Ryan ... me callo cogiendo el telefono y marcando un numero  yo tambien hubiera preferido ir, pero hubiramos tenido que ir andando creo que el coche hoy no arrancara otra vez.

Mordiendo la punta de los guantes me desprendo de uno y con la mano temblorosa y ligeramente enrojecida por el frío tanteo en los bolsillos en busca del papel en el que apunté la dirección de Nat. Al fijarme y compararlo con el letrero de la calle veo que coinciden, su numero no queda muy allá, así que enfundándome de nuevo el guante y agarrando con fuerza el maletín resbalé los últimos metros hasta la puerta de entrada.

Una vez allí apreté el timbre dos veces de manera corta y esperé respuesta al otro lado del hilo. Brr...abre pronto aquí me va a dar una hipotermia.

-Si te presionas tanto supongo que es normal... No puedes elegir cuando vienen las visiones Nat, ya lo sabes. Si tienen que decirte algo lo harán, pero no te culpes por ello- explica Ryan con un tono algo más paciente del habitual, observándola compasivamente sin saber muy bien qué más hacer o decir para animarla.
Las relaciones sociales nunca han sido su punto fuerte, eso es evidente, pero al menos lo intenta.

Escucha lo que la cazadora le dice y asiente, levantándose del sofá en el que se había dejado caer para acercarse a ella y darle unas palmadas amistosas en el hombro.
-Saldremos de ésta, hemos salido de cosas peores- le sonríe de forma confiada, aunque en realidad la única vez que "luchasteis" juntos acabasteis con varios muertos y otros desaparecidos así que quizá sea mejor no pensar excesivamente en eso.

El timbre suena, así que él se dirige a la puerta y abre mientras Natalie llama por teléfono hasta conseguir que descuelguen al otro lado.
-Llegas tarde a la fiesta- comenta burlonamente Ryan a Ayira al verla en el porche de la casa, dejándola pasar al cálido interior mientras él observa el exterior algo ceñudo. Lo cierto es que esperaba que viniera acompañada pero se limita a cerrar nuevamente.

La puerta se abre con un enérgico tirón, cuando la hoja deja el suficiente espacio como para ver al otro lado, la silueta de Ryan se recorta inconfundible contra las luces del interior. Sonrío de forma escueta ante su comentario sobre la fiesta, mas por el frío que por otra cosa. Vaya, ¿Me he perdido la lasaña?

Cuando entro echo una mirada al rededor en busca de una silla en la que pueda dejar mi abrigo la bufanda y apoyar el maletín de trabajo cerca. Cada vez hace mas frío, y la nieve se esta acumulando demasiado, no se hasta donde podría llegar. Al dejar el abrigo y sacarme los guantes me froto las manos entre si para hacer que los dedos entren en calor. ¿No estamos todos?

No, Susan esta terminando de hacerla en la cocina, no te preocupes digo desde donde estoy mientras espero linea al otro lado para poder hablar con Angelo.

Crei que Leon vendria contigo, pero seguro que vendra ahora y no te preocupes, creo que remitira la nieve o eso espero por que aunque haya comida en casa, no se si para mucho tiempo y... vuelvo a mirar al televisor encendido mientras recuerdo que dijo... con paciencia y con algo de relajacion.... creo que voy a tener que comenzar a meditar.

-A mí me preocupa más que deje de funcionar otra vez la luz, entonces olvídate del hambre porque estarás congelada antes de sentirla- replica Ryan con cierta dureza a las cavilaciones de Natalie, dirigiéndole un último vistazo situada junto al teléfono antes de volver a la sala de estar.
-Esperemos que no tarde demasiado porque además del frío en sí... Cada minuto que pasa más difícil será detenerlo- parece que sabe de lo que habla, y aunque Natalie alcanza a entenderlo a Ayira le resulta algo más difícil seguir la conversación y saber a qué se refiere.

La enfermera, ahora cirujana, deja su ropa de abrigo y utensilios entre la silla y la mesa del propio comedor, entrando enseguida en calor gracias a la calefacción que recorre toda la casa y permite que, al menos de momento, la convivencia en el interior sea agradable a pesar de las posibles preocupaciones.

Ryan se deja caer en el propio suelo, cubierto por una alfombra, apoyándose en el sofá y mirando el televisor muy de cerca, incluso demasiado. Sería la típica distancia a la que se ponen los niños entusiasmados a ver sus dibujos favoritos justo antes de que sus padres les reprendan por ello.
-Creemos haber visto a Sven en las noticias- acaba por decir a Ayira a modo de explicación, mirándola un momento antes de fruncir un poco el ceño y centrarse nuevamente en el televisor, concretamente en el canal de noticias 24h en el cuál no dejan de repetirse las grabaciones acerca de la inesperada ola de frío y todos sus inconvenientes.

La actitud cotidiana de Nat me dio permiso para sentirme mas cómoda en su casa, aunque era la primera vez que acudía allí no era el momento de pedir que me enseñara la casa, comentar lo bien elegidos que estaban los cuadros y lo mona que salía Susan en las fotos de la mesilla.

Me senté junto a Ryan en el sofá, mas bien al lado de su cabeza, ya que había elegido el suelo para depositar su cuerpo a descansar. Los comentarios de los dos me resultaban difíciles de seguir, seguramente ya estarían hablando de lo que había ido hacer Ruan durante su salida, así que sin darle mas vueltas al asunto decidí preguntar lo que se me pasaba por la cabeza. Nat me dijo que habías salido ha intentar averiguar que pasaba ¿Has tenido suerte?.

En ese momento por la forma que había tenido de decirlo me di cuenta de que no veía a Ryan desde que me metí en la habitación con Leon para discutir su salida. Ryan, siento lo de antes, no era mi intencion que os sintierais incómodos ninguno de los dos, los tres. sonrío amistosamente a Susan que parece muy entretenida con su Lasaña en la cocina. No se porque Leon se empeñó en que hablásemos en su habitación pero no hice otra cosa que regañarle y pedirle que no saliera con esa lluvia...y ahora la nieve. Bueno ya sabes que yo siempre regaño a todos cuando no me parece bien lo que hacen y se arriesgan tontamente.

Ryan suspira hondamente y gira parcialmente la cabeza para mirar a Ayira con el ceño algo arrugado, entre preocupado y algo frustrado.
-Lo he intentado pero no he podido dar con ellos, creo que alguien debe haber sido muy precavido... Tan sólo he podido llamar a un par de ellos que viven en otro estado, sólo por asegurarme. Pero no tienen ni idea de todo esto aunque intentarán encontrar cualquier cosa referente a profecías y demás en sus fuentes de información- encoge levemente sus anchos hombros y vuelve su atención al televisor, cambiando de canal con cierta lentitud para repasarlos y comprobar que no digan algo de mayor importancia o interés en otro.

A pesar de que empiezas a hablar sigue con ésta tarea, cómo si en realidad esa conversación le resultara bastante incómoda.
-Está bien, está bien, yo sólo... Si preferís que me vaya porque no podéis fiaros de mí lo entiendo, ha pasado mucho tiempo y estuve encerrado con esos cabrones, pero decírmelo a la cara. Es lo único que pido- te mira entonces con seriedad, está claro que ése "detalle" es importante para él y quiere dejarlo claro ante todo. Después su expresión se suaviza a otra más amigable y comprensiva.

-¿Qué haría un grupo de kamikaces cómo nosotros sin un poco de lógica?- pregunta de forma retórica con una sonrisa burlona en la cara a la vez que Susan empieza a exclamar su desacuerdo por el hehco de que nadie se digne a ayudarla en la cocina, así que por extraño que parezca Ryan se levanta dejando el mando a Ayira para irse con la pequeña de la casa.