Partida Rol por web

El Establo no es muy grande pero tiene 8 caballos, el que lleva el establecimiento es Rudoulf, un enano corpulento y con una gran barba negra. Este se encuentra a tu llegada dando ordenes a sus dos criados humanos un hombre y una mujer. - Teneis que limpiar bien ese caballo - dice este con una voz ronca.

El olor del lugar me era tan familiar que ni me afecto. Solo un enano alli presente era lo que empodrecia mas el ambiente. Pobre piernas cortas... Pensaba. Sin embargo oculte la repugnancia que todo ello me producia, y trate de entablar una civilizada conversacion.

- Saludos sir Rudolf, vengo en busca de transporte para mi y mis compañeros. Pon un precio para 5 posibles jinetes.

El enano te mira y se toca la barba - Pues como ves aqui en la cuadra tengo caballos - dice mientras te señala la cuadra y los caballos co el dedo, el precio por cabeza es de 75 po, son caballos ligeros, esto es lo que te puedo ofrecer - Hace una breve pausa y continua - Son buenos animales, mi mercacía, es la mejor a parte de ser la unica en Hommlet -

Alce la bolsa con las monedas de oro, y sobre la esquina de una mesa iba abandonando los pedazos de metal aureo que iba contando con disimulo. Alrededor de unas 400 po terminaron amontanadas esperando a su nuevo dueño.

- Debo irme, tengo prisa por reunirme con mis compañeros, supongo que los caballos se encuentran bien ataviados, cuidados, y estan listos para partir. Asentia mientras confirmaba el buen estado de los mismos esperando que no fuera necesario una respuesta negativa. Ha sido un placer hacer negocios aqui, hablare bien sobre su establecimiento. Namárye.

Mientras el enano parecia recontar sus nuevas ganancias, yo me acercaba reconociendo a los nuevos integrantes de nuestro selecto grupo. Musculos ligeros y fuertes que nos llevarian a partir de ahora y a nuestras pesadas cargas. - Pobres...prometo cuidaros bien...

Sin mas dilacion, escogi a los 5 corceles, y me despedia mientras del enano. - Creo que sera mas facil que esperen aqui hasta que vengamos a por ellos, no tardaremos.

El enano empezó a contar las monedas, nada mas terminar la echó en un saquito y se las guardo en un bolsillo interior que llevaba en su chaqueta. - Bien, todo correcto, elija sus caballos - dijo este señalando la cuadra con los caballos. Magnus se dirigió hacia la cuadra y en un momento eligió los cinco caballos, para despues hablarle al enano - Buena elección señor elfo, son los ejemplares mas bellos y buenos, no se preocupe, mis criados cuidarán de sus caballos hasta que venga a recogerlo. Wes, Initha, dejar a estos caballos preparados, el señor vendrá a recogerlos mas tarde, los quiero bien limpios y listos para partir - Rudoulf mientras hablaba movia las manos haciendo los gestos pertinentes a las ordenes que le daba a sus criados. - Ha sido un placer hacer negocios, con usted señor elfo - dice este mientras se despide.

Cuando llegais a los establos, podeis ver a un enano de barba negra echado en uno de los pilares de madera del establo fumando con una pipa y en la cuadra mas cercana a el 5 caballos con sus atavios limpios para ser montados.

Son caballos estupendos, pero para qué cinco? Qué hacemos con mi caballo Albo? Es que uno es para la carga? Ah, claro, para la persona que encontraremos. Bien pensado, Magnus. Está bien, marchemos cuanto antes...

Dijo el mago.

...aunque antes hay que recoger a mi caballo, claro.

Llegamos al maloliente recinto donde aguardaba ese pestilente enano. Las prisas se hacian intensas en la forma de hablar y en la recogida. Para colmo se nos habia encaramado otro caballo reciente que recoger ...

Una mirada furtiva fulminaba al mago que con su grandilocuente inteligencia hacia referencia ahora a su bravo corcel. - Claro, la carga o el preso... por si acaso... Vas a llevar tu el caballo que sobra... ¿verdad? con una leve sonrisa predecia la respuesta que seguro con pereza escupida de su vaga boca. -Tanto pensar en la gata te olvidas del caballo... logico ...

Gire en rotundo dirigiendome hacia el enano olvidando por completo todo lo ocurrido, como un gaje gracioso en un dia que prometia.

- Saludos Rudoulf, ya estamos listos, cuando quieras nos llevamos los caballos. Los 5. Una indirecta al corazon que le recordaria a Shafir durante todo el camino, seguro, y parte del regreso. - Pensara que soy un asqueroso rencoroso..

Espere paciente a que el enano se hiciera cargo de nuestras monturas mientras con una sonrisa y las respectivas señas con las manos indicaba el numero correcto de monturas. Dudaba entre 5 o 6 ...

Rudoulf se dirige hasta donde se encuentran los caballos, los agarra de las rienda y arrea a las bestias para que comiencen a andar, seguidamente os lo hacerca hasta vosotros. - Aquí tiene señor listos para montar - el enano le da las riendas a Magnus. 

El de sobra? Ummm... sí, claro, sin problema. Contestó rápidamente el mago, el cual ya estaba imaginando las ventajas de tener un caballo de más como excusa para no ir a por leña, ni agua, no cocinar, etcétera, etcétera. Es decir, todo lo más molesto de los viajes.

Tendremos que salir de Homlet para recoger a mi equino. Le dejé libremente pastando a las afueras. Seguro que Fenrir le ha cuidado. Jejeje.

Agarre de las riendas el que iba a ser mi corcel, y el de sobra que se lo entregue amablemente a Shafir.

- Vayamos pues raudos, que a este paso veremos enrojecer de atardecer el horizonte. Dirigi entonces la montura hasta la salida. Varios fueron los pensamientos que pasearon por la mente antes de abandonar el establo, pero decidi mantenerlos al margen, por el momento. Fenrir estaria deseoso de verme.

-Comprobaremos ahora si Fenrir no descansa delante de un equino cadaver Shafir. Sonrei a modo de broma, un tanto tarde, como si la mente hubiese escapado durante un tiempo, abandonando su plano de existencia.

Samuel no entendía tanta palabreria. Equus est, equus sum. O lo que es lo mismo, que le daba igual. Buscó con la mirada al mas gordo y dijo:

Ese, es el mio.

Tras estas palabras buscó una escalera, o las asas, o cualquier cosa para subirse a ese bicho cuadrúpedo.

  Jopetis, yo quería ese Magnus, bueno da igual dije moviendo la mano hacia abajo. Eché un vistazo hacia los caballos que quedaban y cogí el más divertido, o el que más divertido me parecía a mi  Hola bonit dije a medi camino, no me había parado a ver si era hembra o macho, asique agaché la cabeza para comprobarlo bonita dije sonriendo nos lo vamos a pasar estupendamente y de un salto me subí a la grupa de la yegua.

  Estais tardando en subiros chicos dije con una voz cantarina venga venga, ¡que a este paso llegamos antes a rastras!

Hice caso rapidamente a Aelin en cuanto nos encontramos fuera del establo. Di un salto agarre las riendas redigigiendo el corcel a la salida de Homlet.

- Vamos a buscar el caballo de Shafir. Salgamos cuanto antes de aqui, que se nos hara de noche a este paso. le di unas palmadas en el cuello del caballo, dando un toque de cercania y autoridad a la vez a la montura. Con un movimiento seco de las riendas comence a trotar suave probando la destreza del animal.

- Te seguimos Shafir. Esperaba impaciente salir de aquella ciudad, primer destino de una aventura inminente.De repente di un respingo en el sitio. Algo perturbaba mi mente.

- Por cierto... me gire y mire a mis compañeros. ¿conoceis el itinerario para llegar a la barbacana... verdad?

El mago montó uno de los caballos y dijo:

Sí, no hay problema, seguidme, encontraremos a Albo pastando alegremente.

Lo malo de los animales es que nunca se quedan donde los dejaste. Espero que no se moviera mucho, era un lugar con buenos pastos y agua.

Oh, todavía sé interpretar un mapa, Magnus.

Extrajo el pergamino con el excelente mapa que le dejó Renne y se lo pasó a Magnus para que lo viera y lo fuera compartiendo con los demás.

No tiene pérdida. Terminó con una sonrisa.

  Yo no me fiaría mucho de tu vista Shafir, vas haciendote viejo jejeje dije con tono risón y espoleando suavemente a la yegua, seguí a mis compañeros a las afueras de Homlet.

  Nos espera un largo camino juntas creo, llevemonos bien y todo será estupendo, prometo no atosigarte demasiado le dije a la yegua acercáncome a su oreja peluda, acariciando mientras tanto la suave crin

Viejo? Pero si estoy en la flor de la vida, pipiola! Jejeje.

Le contestó a la elfa con humor.

Tú si que estás escacharrá, que cuando te levantas de la silla haces un gemido de esfuerzo. Jejeje.

  Me sonrojas Shafir, ¿pipiola yo? jaja si realmente supieras...ains suspiré mientras notaba cómo me dolían las mejillas de sonreir..

  Hablando de gemidos, yo no hago ninguno cuando me levanto, ese es Samuel con todo lo que lleva puesto encima, a ver si me confundes con él eh mira a ver dije haciendo un movimiento con la mano en señal a Samuel

Ya habia avanzado unos metros cuando no me habia fijado en el tipo de conversacion que mantenian Aelin y Shafir. -He aqui a los epicos heroes de las canciones de los bardos ... pensaba divertido dandome cuenta de las compañias que habia hecho en los ultimos años. No obstante nos debiamos mucho los unos a los otros, y estaba seguro de que no los cambiaria por nada.

- Cuando querais amigos ... dije a la vez que trotaba. - Nos queda mucho camino por delante, ya os tirareis los trastos por el camino..

No trates de confundirme, moza, Samuel hace un ruido de hojalata, así como un rechinar y un largo: Ufffff...! Porque está más oxidado que su armadura. Jejeje. Pero sois vos la que se pone las manos en las rodillas, toma un pequeño impulso elevando las piernas ligeramente y bajándolas al mismo tiempo que alzas el cuerpo y emites un "ay", muy coqueto y femenino, pero un "ay" al fin y al cabo. Jajaja.

Por los dioses, que risa. Sí, Magnus, vamos para allá, pero los trastos no sé tirarlos, aunque un “escupitajo” ácido en el trasero de la elfa más próxima puede que sí.

Así que se puso en marcha sobre los lomos ensillados de la montura sobrante en busca de su querido caballo Albo. Nera, sabedora de que su amo no solía esperarla, ya había trepado por su túnica antes de que montara. Desde su mochila, surgían, curiosones, sin perderse detalle, dos ojos amarillos.