Partida Rol por web

Lo primero, haced lances de iniciativa, "Solo al director"

Un fogonazo de luz deslumbradora te hace aparecer en un nuevo escenario.

Te encuentras en una habitación. No hay puertas en ningún extremo de ella.

Las dimensiones de esta son pequeñas 25' de ancho por 25' de largo.

En las cuatro esquinas hay cuatro pociones tiradas en el suelo. Una de color amarilla, otra roja, verde y otra azul.

Ahora eres libre de actuar.

Igual que en el combate anterior, con velocidad me tomé la poción que llevaba encima para tener una mayor protección

Un fogonazo de luz deslumbradora hace aparecer a Vraurk.

Vraurk puede ver un nuevo escenario, una habitación sin ningún tipo de puertas y de dimensiones de 25' x 25'.

En las cuatro esquinas hay cuatro pociones tiradas en el suelo. Una de color amarilla, otra roja, verde  y otra azul.

A tan solo 10' se encontraba su enemigo a vencer. Leex.

Vraurk, ya acostumbrado al comienzo de los combates, aparece preparado, con la cimitarra envainada y la clava colgada a un lado, dejando la mano libre para poder conjurar. Nada más aparecer frente a su enemigo, echa un vistazo rápido y conjura moviendo la mano y pronunciando unas palabras para después golpearse en el pecho. Desenvaina su cimitarra mientras retrocede a una de las esquinas.

Me acerqué en cuanto vi a mi enemigo con el espadón en mano.

Me lancé en cuanto le tuve cerca y le asesté un golpe

Vraurk nota como la rabia comienza a apoderarse de su cuerpo, y no puede evitar comenzar a buscar la sangre de su rival. Sin embargo, ataca con demasiada fiereza y el golpe pasa lejos de Leex.

Noté como mi rival parecía no atender ya a razones. Sus ojos parecían inyectados en sangre por la furia.

Eso no me detuvo. Volví a alzar mi espadón y ataqué de nuevo, pero volví a fallar

El ansia por herir a su rival no es buena consejera, y el semiorco casi pierde su cimitarra al soltar un tajo fuerte aunque ridículamente impreciso.

Sería cosa de la habitación que ninguno de los dos consiguiera golpear al otro.

Levantando el arma, imploré a mi dios:

¡Obad-Hai, préstame tu destreza en el combate!

y asesté mi golpe 

Vraurk ruge de dolor ante el golpe de Leex, aunque la visión de su propia herida parece darle fuerzas, como tantas veces antes, y aprovecha un hueco en la defensa de su rival al golpear para atacarle.

-Pagarás por esto, humano...

Los primeros ataques resultaron todos un fracaso hasta que Leex logró herir al semiorco. Después, este devolvió su ataque y también causó una herida bastante grave al humano.

Tras el golpe que me dio, perdí un poco la estabilidad de mi brazo, y, al golpearle, volví a fallar

Vraurk aprovecha que Leex aun no se ha recuperado del primer golpe y vuelve a hundir su cimitarra en el mismo costado.

Leex había sufrido de nuevo un duro golpe en el mismo costado. Aún no se había repuesto cuando Vraurk clavaba su arma en su enemigo.

Leex había sufrido dos horribles golpes, pero todavía se mantenía en pie.

Me llevé las manos a mis heridas mientras daba un paso hacia atrás.

Concentrándome, pronto sentí como mis heridas empezaban a sanar