Partida Rol por web

El carguero Hastings-6791, perteneciente a la Compañía Libre WhiteHat, salió del subespacio en el sector Nebula-00. Se trataba de un carguero mixto preparado tanto para el transporte de viajeros como de bodega. Sus motores de subespacio disminuyeron velocidad para situarse en una órbita de aproximación al planeta principal del sector: Regina. Taggart revisaba el informe de situación. Nunca había viajado a esta zona pero era un capitán con experiencia. Una vez haces un par de saltos ya sabes como va el asunto. En Nebula-00 había otro planeta habitable, Icerion, pero era un código naranja. Sólo visitable con permiso de la autoridad interestelar. También había una base de la Armada Estelar y alrededor de Regina orbitaba un satélite de la Asociación de Exploradores. No estaban demasiado lejos del Límite¹. Si realizaban una docena de saltos estarían en zona desconocida.

Pero su misión estaba allí, en Regina. Concretamente en la ciudad capital de Laran. En la bodega llevaban una carga precintada (media tonelada de cajas metálicas) que debía ser entregada en la sede de la Megacorporación Tespis. Misión rutinaria. Por eso al capitán le sorprendió que Hastings, la IA de la nave, le informase que estaban recibiendo un mensaje en código rojo, de urgencia máxima. ¿Una inspección quizás? ¿Había motivos para preocuparse?

Z-33 asomó la cabeza en el puente una vez que acabaron los saltos, sus ojos dispares observando con curiosidad los paneles semiholográficos donde se movía el capitán Taggart como si estuviese en su casa. A pesar de llevar un tiempo a bordo había zonas de la nave que aún le resultaban "alienígenas": la tecnología de la Hegemonía era muy diferente a la de más allá de sus fronteras y si bien los fundamentos era similares, los detalles no se parecían en lo más mínimo.  Igual de extraños le parecían la IA que controlaba buena parte de las funciones de la nave, habiendo tenido algún pequeño... "desencuentro" cuando la Tellana había intentado forzar un ensamble de sistemas fuera del manual. Al final habían llegado a una suerte de paz tácita, pero la larguiducha mujer no dejaba de lanzar sonrisas sesgadas al aire cada vez que tenía la impresión de que la IA la estaba espiándola. Aún así prefería los relamidos reproches de la IA a los Pretores Terrados: al menos la criatura virtual todavía no había pretendido freírle el cerebro por diversión.

La ingeniera se acercó aún más al capitán sin que sus suaves botas hiciesen a penas ruido. El oficial superior de la nave también le resultaba extraño: su piel era tan lisa como las de los Procónsul y sin embargo en lugar de gobernar sobre millones de personas ahí estaba, sirviendo a una compañía a bordo de un carguero. Y gracias a los Progenitores de su Cepa Genética tampoco tenía el carácter de un Procónsul, más bien estaba en el grupo de los locos desesperados, tan necesitado de un ingeniero a bordo después de que el último le dejase tirado con las reparaciones a medias en Korba IV. Z-33 no tenía ni idea de que había pasado entre los dos, pero si creyese en la fortuna diría que estaban destinados a encontrarse. La tellana estaba bebiéndose sus últimos créditos cuando vio al Taggart  colgando un anuncio en la consola del espacio puerto: demasiados pocos créditos como para atraer a alguien con experiencia en el puesto, demasiado urgente para poder pillar algún pardillo recién salido de la academia, cuando Z-33 solicitó el puesto no podía permitirse rechazarla. Obviamente desconfió de ella ¿Quién no desconfiaba de un Terrado fuera de la Hegemonía? Pero los de su colonia tenían "fama": no sólo de ser unos mentirosos compulsivos en los que no se podía confiar sino en que cuando hacían algo, lo hacían bien. Además, sus implantes le daban ese aspecto de rata de motor que todo espera en un ingeniero. Y estaba casi igual de desesperada por largarse que él. Otra asociación de conveniencia. Obviamente había aceptado la basura de salario que le ofrecía y, a cambio, no le hizo muchas preguntas. Z-33 había sido buena y no había mentido demasiado, sólo... sólo no le había dicho que era de una Cepa. Tampoco le había dicho que era una plebeius libre, pero quizá tampoco lo había negado. Sólo había dicho que tenía que alejarse de la Hegemonía tanto como podía.

La ingeniera se dejó caer en la silla al lado del capitán y se rascó distraídamente el tatuaje con las siglas "CI" que tenía en el cuello mientras miraba las lecturas de la pantalla principal.

- Así que Regina ¿eh, Jefe? soltamos lastre y el viaje continuará, espero.- Dijo con voz risueña. Estaban muy cerca del Límite, y la perspectiva de abandonar el espacio conocido le resultaba muy tentadora.

Aquello parecía estar funcionando. El tipo que le había arreglado los papeles, le había cobrado un buen pico, pero le había asegurado que todo estaba en regla. Peter no tenía la menor idea de cómo había logrado colarse en el sistema, pero según le había dicho, a todos los efectos la nave estaba registrada a un nombre falso: Jason Nesmith y su nueva identidad también estaba cubierta. Los papeles parecían buenos y la reputación del tipo le precedía. Así que no había nada que temer. Y sin embargo, no acababa de tenerlas todas consigo. De momento, había conseguido ya acceder a varios puertos así que el código de indentificación parecía bueno.

Así que allí estaban. Una tripulación de desarraigados intentando ganarse la vida como podían. No era la vida que hubiese deseado, pero era la que el destino le había proporcionado. Y no estaba tan mal. Cualquier cosa era mejor que ordeñar Vexems en Próxima Centauri. Se sonrió.

Los pensamientos del capitán ocuparon sus últimos minutos antes de que la computadora de la nave anunciase la salida del hiperespacio. La salida fue rutinaria, incluso por el reflujo que con frecuencia, le venía del estómago cada vez que realizaban esta maniobra.

A un gesto del capitán, la computadora de la nave proyectó una representación virtual del sistema. Peter la amoldó con las manos juntando las manos para ajustarla a un tamaño en el que la pudiera visualizar cómodamente y luego hizo rotar la simulación hasta encontrar su destino. Torció el gesto cuando vio el puesto de la Asociación de Exploradores. No deberían ser un problema, pero no estaba de más andarse con cuidado con cualquier cosa que oliese a la Hegemonía.

Sonrió cuando "Zee" se sentó a su lado, ocupando su puesto.

-Eso es, Regina. Soltar lastre y seguir viaje.

Pero de pronto, una luz roja intermitente se proyectó sobre la simulación. Una alarma roja.

-...o no. Hastings, ¿se puede saber qué demonios está pasando?

"Maldita sea, odio volar..." pensaba para sí mismo Leó cuando la nave daba una nueva sacudida. "¿Por qué me habría metido en esta nave de mierda?" Pero la respuesta era obvia aunque no quisiera verla. No tenía un duro. Acababa de graduarse, aunque había tardado mucho en sacarse su segunda licenciatura. Echó un vistazo a la pared donde colgaba su recién adquirido título. 

"Licenciado en Astro-Biotecnología" ¿Había algún motivo para haberlo colgado? Si se trataba de mero orgullo o si era para recordarse que los éxitos se consiguen con el esfuerzo ni él mismo era capaz de decirlo con seguridad. Lo cierto era que tener aquel papel no significaba nada, igual que no lo había sido tener el de Biología molecular. Para aquellos pilotos y militares tan sólo era un lunático dotado de una gran mente que se dedicaba a meter las narices donde no debía. O eso le habían dicho en el pasado numerosas veces.

Levantó la vista del papel, arrugó aquella hoja con fuerza y la lanzó contra el cubo de basura. Pero los deportes no eran lo suyo, nunca lo había sido. Así que el papel dió un golpe en el lateral y cayó al suelo. Con un suspiro se levantó y lo tiró tras agacharse. 

"prrrr.... prrrr" - Una nueva llamada. - ¿Quién sería? Seguro que es algún chaval preguntando por su primera tesis. Bah, tampoco es que esperara la llamada de nadie. Miró el reloj. En casa era de noche y no había nadie más que su madre que pudiera querer hablar con él. Apagó la llamada y miró aquel trozo de papel. 

"Nunca acabaré esta maldita tesis". Llevaba tan sólo 25 páginas de la que él creía que sería la nueva revolución biológica. "Patrones comunes en las comparativas por hibridación genómica con tejidos de entes primigenios". Un titulo algo pretencioso, pensó. 

Se tumbó en el camastro mirando al techo, con las manos detrás de la espalda. Sólo tenía hipótesis, pero cada vez que trataba de demostrar algo, había resultados que no podían compararse. Le faltaba equipo, dinero y experimentos. "Regina..." ¿Habría algo en aquel planeta limítrofe que pudiera darle alguna pista nueva? Suspiró. Se levantó despacio y se puso una chaqueta. 

Una vuelta por la nave le vendría bien para despejarse. Tenía mucho en lo que pensar. Aquellos tejidos basados en el silicio... habría probado con fármacos pero... Salió con las manos cogidas a la espalda, sumido en sus pensamientos, ignorando las manos que le saludaban de vez en cuando. Era un tipo raro, o eso le habian dicho en el pasado numerosas veces.

El terminal solicitó la clave de control del capitán antes de que una voz metálica lanzase su comunicado:

- Atención tripulación de la Hastings-6791, esto es un comunicado legal de la Federación Galáctica de Comercio para informarles de que la compañía WhiteHat ha declarado su quiebra en todos los sistemas. En estos momentos su nave, el cargamento y cualquier contenido registrado por WhiteHat pasa a ser propiedad de la Federación Galáctica de Comercio que les informará en el momento de su aterrizaje de las acciones legales que pueden interponer para regularizar su situación. Sigan el rumbo acordado para la entrada en órbita del planeta. Gracias por su colaboración.

Peter se quedó mirando la pantalla que, tras el comunicado, se había apagado. ¿Quiebra? ¿Requisación de la nave y carga? ¿Y cómo saldrían luego de Regina? Es más: ¿qué puñetas iban a hacer en Regina sin nave, sin carga, sin créditos ni contrato? Eso sin contar que su documentación falsa estaba bien para saltar de un sistema a otro pero de ninguna forma iba a soportar el escrutinio de una comisión de permanencia.

¿Y por qué la maldita IA de la nave no contestaba? ¿Acaso la habían desconectado también por impago?

Áixue se encontraba en la nave. Cuando esta saltó al hiperespacio... bueno, no sintió nada. Al menos nada biológico. El cambio de aceleración era mínimo gracias a la tecnología de salto, por lo que nada que no arreglara un cinturón de seguridad. Y ya en lo que durara el vuelo, podría quitárselo libremente y sin miedo, porque la velocidad sería constante hasta el final, donde lo mejor sería atarse de nuevo. 

Sin embargo, no sentir nada biológico, no quiere decir no sentir nada en absoluto, pues Aixue estaba triste. Desde que fue patentada, se había pasado en un despacho de la universidad toda su vida. De hecho, literalmente. No es que estuviera deseosa de desmelenarse, pero sabía que si había conseguido salir de allí era sólo porque alguien había pagado para que un Math-o-matic estuviera en aquella misión. Y bastante, porque las universidades de hoy en día tienen mucho dinero, con todo lo que se puede investigar, todo el mundo quiere pertenecer a una... Y ella no veía nada matemático que hacer aquí. ¿Para qué demonios la requerían? Todo lo que podía hacer ella en cuanto a un viaje, lo hacía la nave igual de rápido, sencillamente no era necesaria. Esperaba que no fuera nada sórdido, algo como la "fiesta del desguace a mazazos" o algo así. 

Se reunió con los demás pasajeros, que se veían igual de preocupados que ella, y preguntó: 

- ¿Qué se supone que vamos a hacer en Regina? 

Y otra pregunta velada relativa a su verdadera preocupación:

- ¿Qué es lo que que se investiga desde allí?

El tono suave como el terciopelo (aunque algo enlatado por los anticuados sistemas de megafonía) de la IA de la nave comenzó a brotar de sus altavoces:

Lamento la tardanza, mi estimado capitán y queridos pasajeros*. Intenté seguir el protocolo habitual de mensajes entrantes con carácter urgente y oficial, pero me temo que quienquiera que enviase la alerta sabía cómo atravesar limpiamente mis cortafuegos. Me siento terriblemente avergonzado y desnudo; espero que sepan aceptar mis disculpas. Procuraré revisar mis sistemas de seguridad.

La tripulación de la nave ya comenzaba a acostumbrarse a los modales de la IA. Al fin y al cabo, era como tener a un mayordomo parcialmente intangible a bordo. Por el momento, había pasado todos los controles de seguridad y análisis, pero muchas veces mostraba destellos de consciencia propia. Por suerte para todos, el mayor peligro de Hastings-6791 eran sus chistes malos.

El capitán levantó un dedo como para indicar que nadie hablase mientras escuchaba la transmisión entrante.

Asintió asertivamente con la cabeza a medida que iba procesando el mensaje: "Federación Galáctica de Comercio...WhiteHat...quiebra...acciones legales..."

Una vez terminada la transmisión, el capitán permaneció un rato en silencio. En su cabeza daban vueltas varias ideas relacionadas con las implicaciones de aquel mensaje y las consecuencias de secundarlo o de ignorarlo. Si aterrizaban y la Federación comprobaba sus credenciales podrían descubrir que sus papeles eran falsos y detenerlos. Si huían serían perseguidos hasta que pudieran activar el motor de torsión y saltar al hiperespacio. Como mínimo, serían declarados fugitivos en el sistema y levantarían la liebre sobre su ubicación. Ya podían saltar bien lejos. Sus dedos tamborileaban sobre el reposabrazos de su sillón de mando mientras su vista permanecía fija sobre la luz roja intermitente.

Apenas percibió la monotonal voz de Hastings-6791...

-Eeeer...gracias Hastings, has sido de gran ayuda.

Pulsó el botón que abría comunicaciones.

-De acuerdo. Solicitamos vector de aproximación y compuerta de embarque.

Una respuesta rápida para ganar tiempo ¿Y ahora qué?

La vista del capitán buscó la del resto de los tripulantes, con cara de póquer. Cerró comunicaciones.

-Damas y caballeros, nos enfrentamos a una disyuntiva que puede marcar el resto de nuestras vidas. Si es cierta la comunicación que recibimos, White Hat ha quebrado. Si aterrizamos, la nave será precintada y embargada, probablemente para acabar siendo subastada para saldar deudas pendientes. Nos encontraremos perdidos en Regina ¿ustedes saben cómo es Regina? No se lo desearía a mi peor enemigo. ¿La otra opción? Negarnos y saltar a un sistema fuera del control de la Federación, lo que supondría convertirnos definitivamente en fugitivos. Revisamos la carga e intentamos venderla de contrabando. No es que esto sea una democracia, pero aún siendo el capitán de esta nave y habida cuenta de que la decisión final me corresponde tan solo a mí, me gustaría conocer sus opiniones al respecto.

Z-33 se mordió el interior de los carrillos mientras escuchaba el mensaje entrante. Abrió la boca para hablar pero fue interrumpida primero por Hastings y, justo después por el capitán. Su estado alterado era más que evidente mientras se retorcía las manos con ansiedad y se rascaba los tatuajes y entradas hápticas de su piel visible.  

- Ni de coña, como me pesque la federación voy a la cárcel primero sólo por ser Tellana y, después a saber, posiblemente hecha trizas en algún laboratorio de mala muerte. O peor aún, me pegan una patada en el culo y vuelvo a la Hegemonía, y os aseguro que nadie quiere volver a poner un pie en la Hegemonía si no ha salido con consentimiento.- Dijo atropelladamente, su voz dos octavas por encima de su tono habitual.- Lo que hablamos en Korba IV sigue en pie jefe, si tengo que pasar por los "canales habituales" soy un cadáver.

Z-33-Lambda-1631 se levantó de su asiento y empezó a pasear por la cabina como un animal encerrado, rascándose compulsivamente el trozo de piel entre el índice y el pulgar, donde poseía dos entradas sinápticas de aspecto extraño. Finalmente, se giró hacia Taggart con resolución.

-Mire Jefe, esto puede sonar raro pero si consigue que Hastings baje los cortafuegos el tiempo suficiente, podemos pegar un salto fuera del sistema. Sin balizas de entrada. Sería ideal que el destino tuviese balizas pero incluso puedo saltármelas también, a espacio desconocido, da igual. No me hace ninguna gracia, pero menos acabar convertida en puré porque nos rendimos y bajamos a Regina.- miró hacia arriba, en busca de la intangible forma de Hastings.- Caballerete, abre un panel con una entrada HcB-4 si el Capitán acepta, vamos a mostrarle un poco de tecnología de la Hegemonía...

A Aixue le da pavor ser una fugitiva, por razones obvias.

- ¿Tan malo sería quedarse en Regina una temporadita? Quiero decir, a no ser que haya temperaturas o humedad extremas, funciono bien en barrios de las afueras. Además, convertirnos en fugitivos... para una ginoide es más peligroso eso que un balazo, en la mayoría de los casos. 

Sin mencionar la carga... mejor no llamar la atención de momento hasta que esté en tierra. 

Hastings parecía horrorizado:

[Si me lo permiten, creo que prefiero la fuga al desguace. ¡A saber dónde terminaría mi placa base! Solo de pensar que podría acabar sirviendo cervezas en una cafetería para paletos de Regina, hace que se me recalienten los refrigeradores].

Un signo de exclamación apareció en una parte de la pantalla principal. Al mismo tiempo, comenzó a sonar un violín por megafonía, rasgando tristemente sus notas.

Peter apoyó el codo derecho y dejó su cabeza apoyarse sobre la palma abierta de forma que el brazo cargaba todo el peso. Con las puntas de los dedos, samborileaba sobre la mejilla.

-Bueno, no es que esto sea una democracia ni nada parecido, pero atendiendo a los sólidos argumentos del pasaje y a mis propias convicciones, he decidido aceptar el plan de Z-33 y salir de aquí cagando leches. Lo siento señor Szilárd si es que tenía otros planes, pero es lo que hay. Hastings, calcula las coordinadas de salto.Cuando esté todo preparado, cambio el vector de aproximación por a uno de evasión. A ver cómo responden. 

[Como deseé, mi capitán. He procurado reforzar mis protocolos de seguridad por si intentan volver a meterme mano. Esta vez no deberíamos tener problemas en ese sentido, espero].

Leo no sabía bien de qué estaban hablando. Poco le importaba si se quedaban en Regina o continuaban. Su nombre, por ahora, no estaba vinculado a ningún vehículo. Y su investigación podía continuar en cualquier lugar. No obstante, el capitán le había tratado con respeto y educación y lo propio era no oponerse si realmente le importaba un comino una cosa o la otra. 

Peter miró al techo durante un segundo mientras jugueteaba con la lengua dentro de su boca; un gesto muy reconocible en el capitán cuando estaba pensando qué hacer.

-Siento si eso pudiese hacer que sintieses violada tu intimidad, Hastings, pero te tengo que pedir que dejes acceso a Z-3...a Lambda a tu sistema. Si nos puede sacar de aquí de la forma que dice, habrá merecido la pena. Y míralo por el lado bueno; teniendo en cuenta que es medio robot, incluso podrías llegar a disfrutarlo.

Por si acaso el plan de Lambda no funcionaba, Peter se puso a preparar la nave para el salto de la forma tradicional.

[Disculpe, señor, pero Lambda es una compañera de trabajo y una de las tripulantes dentro de esta nave. Su permiso para acceder a mis sistemas se da por supuesto. Sobre todo si cuenta con su beneplácito, capitán].

Así estaban las cosas. De repente una simple entrega derivaba en un salto como fugitivos. Hastings no tenía problemas en dejar hacer su parte del trabajo a Lambda, así que las tarea de Taggart era simplemente decidir a que destino iban a realizar el Salto.

Por suerte la señal había entrado nada más salir del subespacio y no había nadie esperándolos, lo cual les daba la posibilidad de reentrarn en el mismo sin más dilación. Habrían salido del sistema antes de que pudieran hacer nada desde el planeta. Cuando se dieran cuenta de lo sucedido ellos ya estarían en tránsito, lo cual les daba una cierta ventaja.

Ahora bien: ¿en tránsito hacia donde? Taggart desplegó un panel con los posibles destinos. El carguero estaba dotado con un motor de salto básico y ya habían realizado uno de los dos saltos que permitía su configuración de combustible. Así que sólo podrían alejarse un sector y luego buscar donde repostar.

Revisó las opciones.

Valeria era el sector del que venían, donde se ubicaba la al parecer extinta corporación de Whitehat. Era un mundo industrial y Taggart tenía algunos contactos en él. Pero dada la situación de bancarrota de la compañía dueña de la Hastings sería casi imposible descender al planeta de forma directa. Tendrían que apañárselas para que la Hastings no fuera detectada.

Boreno era un sector no habitado. Al menos no con ciudades. Pero existían al menos dos planetas con recursos extraíbles. Varias compañías tenían colonias de trabajadores en ellos pero no existía demasiada información. Era uno de tantos sectores que proveían de recursos naturales al resto de la humanidad. Al no tener una autoridad estelar establecida mandarían las unidades mercenarias de las compañías establecidas. Por desgracia la carta de navegación de la Hastings era de las más básicas y no contaba con información detallada ni de los recursos extraídos ni del tipo de compañías. Era un salto arriesgado porque por no tener no tenían ni dinero para el combustible.

Por último estaba Selarium. Este era un planeta industrial clásico, parte de la Confederación Estelar. A priori parecía el lugar más adecuado para saltar ya que probablemente podrían llegar a la superficie del planeta antes de que llegasen las sondas de información reclamando el robo de la Hastings. Quizás podrían contactar con alguien que les cediese combustible a cambio de algún contrato de patronazgo o incluso usar métodos menos ortodoxos para lograrlo. ¿Y la Hastings? No era la primera vez que Taggart conseguía documentación falsa para él o sus naves. Claro que ahora estaban bajo mínimos y allí no conocían a nadie. Eso descontando que probablemente Selarium sería el primer lugar donde los buscarían conociendo las condiciones en las que estaban.

La cuestión ya no era cual era el mejor destino sino, más bien, cual era el menos malo.

--Hastings, ¿Hacia dónde vamos exactamente? 

Àixue sabía dónde estaban, pero las opciones eran muchas. Por un lado tenían Selarium, que si bien parecía el más lógico para aterrizar, sería en el que dispondrían de menos tiempo para operar. Por otro, Boreno, en el cual no había ciudades sino empresas del sector primario. Seguramente pudieran venderles la mercancía a cambio de no delatarles... o comprar más combustible... o que sus compañeros fueran apresados ahí y recibir la desactivación. ¡Como si yo tuviera algo que ver con estos locos! En cualquier caso, nadie quiere que les apresen, así que debería darles la mejor opción. Por último, Valeria, el lugar de dónde venían. Un lugar donde la principal empresa está en bancarrota y donde nos buscan no parece buena idea. 

--Selarium parece una buena opción. Allí podemos repostar antes de dar el salto definitivo a otro sistema, es cierto que nos buscarán, y tendremos menos tiempo para operar, pero con una nave, los trayectos intraplanetarios no son problema, incluso sin combustible. Al ser el más habitado, nuestro capitán no tendrá problemas para hacernos desaparecer oficialmente, no es así?

El robot no tenía la menor gana de "desaparecer oficialmente", más por miedo a las consecuencias, que a una posible noción del deber. Claro que por otra parte, ¿Qué es el libre albedrío? ¿Y qué es para un robot? Al fin y al cabo, ni siquiera ha tenido oportunidad de bajar al planeta y obedecer órdenes, nadie le ha preguntado si quería ser fugitiva... un juez y un ingeniero comprenderían eso, esperemos.

[Bueno, yo no soy el capitán, señorita Áixue, pero sus propuestas me parecen bastante factibles. Ya he trazado las mejores rutas de salto. Pueden comprobarlas en el holo-navegador y realizar cualquier cambio que deseen. Aguardo sus órdenes, señor Taggart.]