Partida Rol por web

¡Monseñor Felipe, cuán sabias son sus palabras! -asombrado aparentemente por la dialéctica del Lasombra, Aziz vuelve a levantarse y toma la iniciativa- La lógica política indica que esos herejes deberían ser acogidos bajo la protección -cambia ligeramente la entonación en esta palabra, dando a entender que quiere decir justo lo contrario- de nuestra ciudad. Al menos eso es lo que debe verse desde fuera. Sin embargo, nada impide que puedan ser apresados a causa de sus equivocadas y peligrosas tendencias religiosas -mira con media sonrisa a los Lasombra- una vez aquí. Quizá debamos plantearnos el destino de ese objeto que estamos denominando reliquia cuando sepamos realmente de qué se trata, si se me permite el comentario. 

Como sus excelencias ya supondrán no son sólo ganado los que arriban a Barcelona. Tengo información fidedigna al respecto.

De mala gana, el fraile admitió que lo que decía Aziz tenía sentido.

-Podríamos no sólo apresarlos, sino destinarlos a barrios cerrados al igual que se hace con los judíos... Pero asegurándonos de separar bien la paja del grano.

Silvina se aposenta mejor en su asiento escuchando con atencion como se hiba desenvolviendo la cita.

- Queda claro que la heregia es un aspecto que se debe erradicar. Aun así son muchos los que piensan que no hace ningun daño que siguan pululando por las calles este tipo de pensares. Se pasa una mano por el rubio cabello dejando entrever unos pendientes estrafolarios en el medio una perla. Así con un tono angelical proseguir. Creo que aun y tener mi pensar en que estos cartaros no se queden en la ciudad, como el mismo clan la sombra ha comentado y el mismo principe... la reliquia seria de buen ver que se quedara en buenas manos... nunca se sabe a que puede pertenecer... Me quede pensativa dejando entrever que necesitaba un pequeño tiempo para proseguir bueno al fin y al cabo necesitariamos que en esta reunion se dictaminase que hacer con los cartaros.

Volvi la mirada hacia Fray Bernardo mientras con una mano jugueteaba con el collar.

-Usted mismo señor Bernardo tiene unas ideas elocuentes al respecto de los cartaros. Me asombra que al ser del clan la sombra y yo del clan ventrue pueda sentir que sus palabras tienen parte de logica y moralidad. Gracias al respecto...

Asi deje mis brazos reposar encima del sillon y poder esperar como se desenvoluparia la estabilidad de la reunion.

Y así, amigos míos, ¿están de acuerdo en lo antes por mí propuesto de permitir la estancia de los cátaros? -mira claramente hacia el lugar del Príncipe primero y después de los Lasombra y hace una pequeña reverencia a ambos bandos-. Con las reservas que sean necesarias, por supuesto, y si deben ser eliminados así se hará pero sin que la mano derecha sepa lo que hace la izquierda, no sé si me entienden. Posteriormente a su ingreso en los dominios de Barcelona podríamos investigar acerca de ese objeto que tanto revuelo ha levantado, determinar de qué se trata y apropiarnos de él si procede para darle el uso o fin más adecuado según corresponda.

Berenguer se nota complacido por el derrotero que han tomado las conversaciones. Al ver que hay cierto acuerdo en cuanto a que lo más importante en ese momento era saber qué era lo que estaban trayendo a sus tierras en esa carabana, el principe nuevamente toma la palabra y les dice:

- Puers no tenemos tiempo para relegar a los cataros a un barrio de la ciudad ni menos para contruir uno especialpente para ellos. No obstante, podemos llegar a una solución que sea satisfactoria. He decidido no permitir a ningún hereje de los llamados cataros tener refugio dentro de los muros de la ciudad de Barcelona. No obstante, pueden seguir levantando campamentos en las afueras de la ciudad sin ser violentados por ello.

Era muy astuto, los dejaba estar sin estar. Por lo menos eso daba tiempo para que opositores y partidarios siguieran moviendo sus piezas. Pero Berenguer deseaba seguir hablando:

- En cuanto a la mentada reliquia que están transportando, creo que es menester que no esté en manos impias, así que sería lo más prudente emviar a un grupo de cainitas de la ciudad a hacerse de ella. Creo que lo más apropiado sería que fueran miembros de diferentes clanes para que no haya entre nosotros ninguna descondianza ¿Alguno de ustedes se ofrece para esta misión.

Felipe, al escuchar las palabras de Berengue no parece muy contento, pero al final hay que trabajar sobre la situación que de les presenta, así que se acerca a Bernardo y le dijo:

- Solo vos podeis defender nuestros sagrados intereses, hermano. Si fuera por este principe de pacotilla, seguramente que enviaría a una cuadrilla de herejes, moros o judios. No debemos dejar el control de la situación a nuestros enemigos.

 Sus excelencias son especialmente brillantes, veo. No sólo han encontrado un modo de aceptar a esos indeseables sino también de apartarlos al mismo tiempo. -sonrisa amplia a la audiencia, mirada de complicidad a Elías-. Por supuesto, si se me permite, será un honor para mí participar en esa misión -reverencia final-.

No muy complacido por las palabras de Berenguer, pero azuzado por el susurro de Felipe en su oído, Fray Bernardo dio un paso adelante para prestarse voluntario.

-Nadie mejor que un hombre de Dios para tratar con las reliquias de los Santos, mis señores.

En este caso no se asombro Silvina por la decision tomada por el Principe, simplemente dejo caer sus manos encima de sus piernas para reposar mientras con un cairo de tranquilidad se aposento y hablo con la calma que acostumbraba a irradiar sus palabras.

- Estoy deacuerdo en que la herejia no ostente lugar dentro de la ciudad de Barcelona. Y asi se levanto pausadamente dejando caer el bordado del vestido en el suelo sin nisiquiera sujetarlo. Y como deice el dicho No pidáis a Dios que os de una carga apta para vuestros hombros; pedidle unos hombros aptos para soportar vuestras cargas. Asi pues si deseais puedo formar parte de esta mision que se nos otorga mi señor. Con una leve reverencia de cabeza hacia el señor de Berenguer, Silvina retrocede y con la misma pausa con la que se inclino volvio a su asiento esperando como iria el resto de conversación.

Berenguer mira con muy buenos ojos como se están desemvolviendo los acontecimientos. Es así que sube la apuesta diciendo:

- Pues me guardo el derecho enviar a alguien de mi confiansa para que os ayude en esta misión. Y entre los que me sirven he de elegir a Salim Ibn Kumri, mi siervo assamita, pues también necesitareis a alguien que sepa usar una espada.

Pewro la idea de incluir a un infiel en esta misión no le agarada para nada a Felipe, quien por primera vez encara directamente a Berenguer:

- ¡Es inconsebible que envíes a un moro para esta misión! ¡Es que no hay una buena espada cristiana que pueda ir con el hermano Bernardo!.

Berenguer ni siquiera se molestó por las palabras del Monseñor. Por el contrario, le contestó con cierta condescendencia:

- La inclusión de mi sirviente no esta en discusión, Monseñor, pero si desea que los interes cristianos y de vuestro clan estén bien representados  la hermosa dama Schibaldi los ya los acompaña. Mal que mal, ella piensa muy semejante a ustedes.

-¿Entonces para qué necesitáis representación musulmana en ella? -preguntó el Lasombra mirando con reproche al Príncipe.

Negó con la cabeza. A él tampoco le gustaba nada la idea. Le agradaba ya poco ir con una mujer tan hermosa como la Ventrue y con un italiano de rasgos africanos. Iba a tener que hacerse respetar.

Berenguer no está muy contento de tener que polemizar con un simple monje, así que prefiere usar el sarcasmo:

- ¿Sois acaso miembro de una orden guerrera, fray Bernardo? ¿Sabeis usar la espada tan bien como vuestra florida retórica? Salim es silencioso y posee la lealtad más segura de todas, hermano. Aquella que compra el dinero.

-¿Esa es la lealtad más segura, mi señor? Entonces que Dios os coja confesado cuando vuestros vasallos y lacayos decidan que prefieren a un mejor postor antes que a vos y rompan cualquier juramento de fidelidad que os hagan -replicó Bernardo con orgullo.

A Elías, en voz baja y en alemán:

¿No os divierten estos juegos de palacio en los que participan niños pretendiendo ser hombres? Ciertamente me encanta sacarles las vergüenzas a esos estirados que no suelen ver más allá de sus narices, y sobre todo me encanta decirles lo que deben hacer sin que ellos sean conscientes.

Tanto el orgullo como el sarcasmo se dipositaron en la comprensión de la cita. Era logico que surgieran desencuentros pero eso se estaba haciendo molesto para la dama Silvina...

-No es para entorpecer esta reunión mis señores... Denotandose en el tono algo de molestia Pero hemos venido a por un tema que es el de los cartaros. Este como se ha podido escuchar esta más que solucionado teniendo en cuenta que estos estaran a las afueras de dicha ciudad, caballeros. Sin nisiquiera alzarse para hablar el tono de la dama subio. Esta mision... señores sera dificil... puesto hacerse con el control de una reliquia que esta custodiada por los mismos cartaros es algo peliagudo. No obstante no nos hemos de dejar engañar... estar acompañados por él, Salim Ibn Kumri, es una decision propuesta directamente por nuestro señor de Berenguer. No estoy muy de acuerdo... Otra vez el tono denoto molestia marcado por un marcado italiano a la hora de hablar... aun así siguio calmadamente con una pequeña reflexion. Por el resto el señor Aziz y usted, señor Fray Bernardo hemos sido seleccionados para llebar a cabo esta mision... ¡Vamos a deber tener templanza y ser custodiados aun que sea bulgarmente dicho por un moro! Que Dios guie nuestro camino, que su Dios guie su camino y que los cainitas encontremos la capacidad para unirnos en un mismo y singular hecho... acojer dicha reliquia y llebarla a buen recaudo.

Dicho esto la dama estaba ya apunto de lebantarse e irse pero prefirio quedarse ni que fuera unos momentos y desear que no hubiese mucha más disputa puesto eso la ponia algo más nerviosa de lo habitual.

Elías escucha el comentario de Aziz y le dice:

- Pues parece que tendras mucha diversión con los todos los estirados con lo que tendrás que viajar. De todas formas, si puedes, clávale una estaje a ese monje cabrón caga santos. Yo te acompañaría, pero tengo que entretenerme con ese regalo que tan generosamente me has hecho, Serpiente del Nilo.

Y al final hace chasquear su lengua, pero en esta ocasión lo hace con lujuria.

El obispo refunfuña en su asiento debido a la disputa del moro. No obstante, alguien se le acerca y le da una información a su oido, lo que hace que su cara se relaje, luego le hace una a Bernardo y le dice a parte:

- Hemos encontrado otra persona para nuestra causa, hermano. Una tzimisce que viene de paso por la ciudad y que se acerca a nuestra postura irá con ustedes. No queremos que nadie sepa que es partidaria de nuestro clan, así que solo le informaremos a usted.

Berenguer en ese momento se ponbe de pie y dice:

- Entonces ya tenemos un grupo para que vaya a recuperar esa reliquia y que pase a buenas manos cristianas. En cuanto a los cataros, dejaremos el tema pendiente hasta que tengamos noticias de de nuestros enviados.

Ahora les pediría a los voluntarios que vengan conmigo para poder afinar detalles.

Y sin más se retira del salón seguramente esperando que los miembros de la cuadrilla le siguirían.

 Aziz se levanta, ofrece su mano a Silvina y cuando ésta la toma se dirige a Elías diciendo: Disfrutad de vuestro premio. Yo voy a... trabajar por la ciudad. -y sigue al Príncipe con Silvina de la mano, si ella lo permite-.

-Excelencia -le dijo al obispo en voz baja-, me ocuparé de mantener los deseos del Clan y de seguir los designios de Dios a pesar de toda esta herejía. No temáis, pronto estaré de regreso y habré cumplido mi misión.