Partida Rol por web

Os apartáis del camino, siguiendo la melodía de la guitarra. Avanzáis por un camino de tierra, algo estrecho, pero es evidente que ha sido transitado para formar un pequeño sendero. Y unos metros más adelante podéis ver un claro, alguien se ha esforzado en acondicionar el lugar. Hay un agujero en el medio, con restos de leña de no hace mucho, y por el suelo hay dispersos algunos troncos y piedras grandes que le dan aspecto a algo similar a una base secreta. ¡Si incluso hay un botijo de cerámica!

Hay un chico tocando la guitarra, esta muy concentrado y no os ha escuchado acercaros. Desde vuestra posición creéis que tendrá vuestra edad, pero su cara esta ladeada observando las cuerdas y sus dedos. Tiene el pelo largo y moreno, podéis ver un pequeño pendiente en su oreja, y hay algo entre sus dientes que podría ser una pequeña rama o tal vez un puro.
Cuando se percata de vuestra presencia levanta la vista, y podéis observar que se trata de un muchacho de piel morena. ¡Es un gitano! Su ropa parece algo sucia en comparación con la vuestra, pero no se aprecian desperfectos, es como si llevará mucho tiempo con la misma ropa puesta.

- Hostigas canas. ¡Si hoy tengo público! - os dice sonriendo mientras con la mano os ofrece cobijo en su refugio.

Mientras avanzaban siguiendo el sonido de aquella guitarra Ana no dejó de sonreir. Pero aquella amplia sonrisa se quedó congelada en sus labios cuando se dio cuenta de que el músico era gitano. Estaba seguro de que era famila de los otros, ¿acaso no eran familia todos los gitanos? Y eso le hacía sentirse tensa. Se suponía que hoy se lo iban a pasar bomba, y si quedaban allí acabarían otra vez a mamporros con los gitanos del primer día de vacaciones.

Se paró en seco, -Chicos, no se si esto es buena idea... No quiero pelear, ¿y si le preguntamos donde está la garganta del diablo esa y seguimos adelante?

Ana tiene razón, además vamos con el tiempo justo, en especial porque alguien habló de más en el almuerzo, así que mi abuelo no nos va a pasar una. ¿Cierto Borja? - pregunto mirando a mi amigo mientras sopeso nuestras opciones.

Disculpa amigo, en verdad tocas bastante bien, pero llevamos algo de prisa, por casualidad ¿Podrías indicarnos el camino hacia la garganta del diablo? Nos desviamos un poco cuando te escuchamos tocar y la verdad es que nos gustaría llegar temprano para aprovechar al máximo la luz del sol. - comento con amabilidad mientras mantengo mi distancia.

El tipo os escucha hablar desde su rincón, sin levantarse, y comprende que parecéis tenerle miedo. Con dos dedos se saca un trozo de rama que tiene entre los dientes y os grita:

- Ya están los payos con miedo al gitano. ¡Siempre lo mismo! Pues muu bien, seguid la senda ancha, siempre a la derecha y llegáis enseguida. Esta namás detrás de esa loma que se ve más endelante. 

El chaval vuelve a centrar su atención en la vieja guitarra que tiene entre las manos, y de nuevo suenan los primeros acordes del smoke in the water.

Al igual que mis amigos yo también me quedé paralizado al ver quién tocaba la guitarra. Me parecía increíble que un gitano como el que teníamos delante fuera capaz de tocar otra cosa distinta a todo eso que sonaba a flamenco y cosas de olé y palmas y tenía que reconocer que el chico no lo hacía mal, o por lo menos a mí me gustaba.

Pero recordar lo que nos había pasado con los chicos gitanos me hizo recular un paso atrás nada más que nos miró. A pesar de notarse que le habíamos molestado con nuestro miedo por lo menos no nos insultó ni intentó pegarnos ni nada parecido, al contrario, fue bastante amable diciéndonos el camino.

—Gra-gracias... —dije, manteniendo ante todo la educación—. Vayámonos ya si queremos aprovechar el día —les dije en voz más bajita a mis amigos.

Poniendo en práctica mi propio consejo sujeté la bici y comencé a caminar en dirección a donde nos había dicho el guitarrista.

Que no es miedo gitano, sólo que llevamos prisa si no, claro que nos quedamos, pues tocas la guitarra mejor que Slash.

Es más, si por mi fuera te invitaría a venir con nosotros, pero depende de si todos están de acuerdo porque la decisión final no es mía sino de todo el grupo. - digo dejando.en claro que no estábamos actuando por prejuicio, sino por premura.

Yo soy Héctor. ¿Tu, cómo te llamas?

El chaval sonríe cuando Héctor le dirige la palabra. Notáis como un brillo en su mirada cuando alza la voz para hacerse escuchar.

- Yo zoy Juan Heredia Correas, zeñorito. ¿Vais a bañaros en la laguna?

Sigue tocando levemente la guitarra con la punta de los dedos, emitiendo unos sonidos débiles pero marcando un ritmo fijo que no reconocéis. Cómo si se estuviera haciendo el interesante delante de vosotros.

Ese es el plan, eres bienvenido si gustas venir, al menos por mi parte. - digo con expresión amable. - Pero nos toca darnos prisa, pues tenemos que regresar a casa temprano, para evitar meternos en un lío de los grandes.

Bueno chicos, en marcha, lo mejor es que aprovechemos el tiempo lo más posible, pues lo mejor para un día de playa en el lago es tener al sol justo sobre nosotros. ¡Adelante Clan del Trueno! - exclamo mientras subo de nuevo a la bicicleta y me dispongo a marchar.

-¿Mejor que Slash? Eso no te lo crees ni borracho. Dijo Ana sin poder evitar que las palabras salieran de su boca. -Juan,mi amigo tiene razón.Tenemos prisa y ganas de ver el sitio, pero si te apuntas... Sin esperar respuesta se giró hacia su bici y esperó que sus amigos comenzasen a pedalear. 

Juan sonríe mientras guarda su guitarra en una mochila que se pone a la espalda. Y veis que saca una bicicleta Motoreta de entre los árboles y se une a la expedición. Mientras seguís el camino os fijáis en la bicicleta, tiene un nombre tachado en el asiento, es poco probable que Juan sea su primer dueño. De hecho, tenéis dudas sobre si es o no realmente, su dueño.

El camino sigue siendo bastante ancho, no tanto para que puedan usarlo dos coches a la vez cómodamente, pero sigue siendo un camino de tierra mal asfaltado. No hacéis más que subir y subir hasta que llegáis a un cruce donde podéis ir a la izquierda o la derecha. En ese momento Juan os dice que sería mejor ir a la izquierda, porque a la derecha os meteréis en el poblado gitano donde vive él y su familia.

¿Qué hacéis?

Pues a la izquierda entonces, con suerte la garganta del diablo no estaná muy lejos. ¡Venga Juan guíanos por favor! - digo bastante animado.

Había decidido darle a Juan el beneficio de la duda, así que pase por alto el detalle del nombre de la bici, pero a la primera señal de problemas, sacaría a los chicos de allí como alma que lleva el diablo, pues no podía permitir que le hicieran daño a mis amigos..

Hasta ahora, todo el viaje iba sin novedad por lo que supuse que al final si iba a ser un gran día.

Tomáis el camino de la izquierda, y seguís subiendo aún más. Pero esta vez podéis ver el final, no mucho más adelante parece verse la cumbre, y desde allí empieza la bajada. Al llegar a lo más alto os paráis, contentos por haber llegado hasta aquí. El viento corre con fuerza, pero no tanto como para preocuparos.

Desde lo más alto podéis ver el poblado gitano que queda a vuestra derecha, una agrupación de viviendas improvisadas, algunas incluso tienen ruedas. Pues hay caravanas o carromatos conviviendo con chabolas y coches aparcados. Pero también hay una gran construcción, parece ser antigua, y el tejado esta cubierto de arreglos improvisados.
No es que haya muchos gitanos viviendo aquí, pero se pueden ver muchos bancales cultivados alrededor. Hay un camino de cabras que va directo desde el poblado hasta la garganta del diablo. Si bien es más largo que el que habéis tomado, también es más práctico y rápido para viajar.

Y al otro lado de la senda está lo que habéis venido a buscar, la garganta del diablo. Al asomaros podéis ver una pequeña laguna con agua marrón, con un embarcadero. En el centro de la laguna se puede ver una pequeña barca, aunque desde vuestra posición no apreciáis si hay alguien dentro. 
Junto al embarcadero hay un coche marrón, un Talbot Horizon, y junto a él una caravana. También hay una vieja torre de agua, con aspas que se mueven siguiendo el sentido del viento.

La verdad es que es algo decepcionante, os esperabais algo más emocionante que no encontraros con una laguna con agua sucia. Entonces Juan se pone a hablar, con un tono serio de voz.
- Sois muy valientes por venir hazta aquí, los niños del pueblo le tienen miedo al lugar. ¿No conocéis la leyenda de la garganta del diablo? - cuando ve vuestras caras de ignorancia decide contároslo él. Entre mi pueblo se dice que hace muchos años vivía aquí un demonio, en las montañas, y que se le llamaba Tarrasca. Es como vuestro hombre del saco, que se lleva a los niños malos. Pero no es un hombre, es un demonio enorme y violento que se alimenta de los hombres. Una criatura maldita que conviene evitar... tal vez por eso nos vinimos a vivir aquí, porque no había otro sitio donde nos dejarán quedarnos. Ahora apenas nos molestan, pero al final los payos siempre nos vienen a buscar buscándonos problemas - os lo dice asumiendo que siempre ocurre lo mismo.
Nosotros no vamos a las montañas, dejamos estar a la tarrasca, pero el madero se vino a vivir aquí. Es quien vive ahí abajo, un cabrón que se cree que puede mangonearnos porque tiene una placa en la cartera.

Tras decir esto escupe al suelo tres veces.
 

Ana miró hacia la garganta del diablo con evidente decepción, -Menos mal que ya sólo nos falta la cuesta abajo.Yo aunque esté marrón me pienso bañar.
Pretendía hacerse la valiente delante de su pandilla, pero la verdad era que el color del agua no animaba al baño y saber que allí vivía un mayor que era policía tampoco. Adiós a su plan de fumarse ese cigarrillo que estaría ya bastante aplastado en el interior de sus Converse.-Qué! Vamos? Dijo dirigiéndose al resto mientras con la cabeza señalaba la cuesta y la laguna maldita.

Al final Juan no pareció ser tan mala compañía y, a pesar de ser un gitano, empezó a caerme bien. Por lo menos nos había llevado hasta nuestro destino procurando no meternos de lleno en el poblado que ahora veíamos allí abajo. Pero la emoción de hacer algo que no estaba permitido y que el resto de niños parecía que no se atrevían a hacer se desinfló cuando vi la famosa Garganta del Diablo.

Aquello solo era un charco de agua sucia. ¿Tanto esfuerzo para... aquello? Pero para colmo Juan comenzó a contarnos una historia tonta sobre un demonio que se llevaba a los niños malos, como si nosotros fuéramos críos de tres años que nos asustáramos con facilidad. Al fin y al cabo éramos el Clan del Trueno ¿no? Pues no podíamos tener miedo a una historia como aquella.

Aunque... bueno, si la hubiera contado una noche de tormenta quizás mi imaginación se hubiera disparado creyendo ver zombis como esos tan chulos que salían en Thriller. Sin darme cuenta comencé a tararear la canción en mi cabeza emocionado:

♫♪♫ Iam tired of injustice. Iam tired of de chemes
de lies ar disgustin, so guat dos it men, dam it?
Yur kiking mi daun, I got to get up
As yaked as it sunds, de guole system sucks, dam it... ♫♪♫

Pero la canción se detuvo de golpe en mi cabeza al saber que en la garganta, aparte de ser un sitio bastante decepcionante, vivía un policía.

—¿Y ese policía está aquí para vigilar que nos acerquemos al lago? —al contrario que Ana, yo no tenía ninguna intención de meterme en aquel agua tan oscura y sucia, pero sí quería acercarme para ver qué había en la orilla y quizás pudiéramos encontrar alguna otra barca con la que adentrarnos un poco en el lago. Aunque... si había un policía allí dudaba mucho que nos fuéramos a divertir—. ¿Dónde estará el hombre que nos invitó a venir? —pero allí parados no íbamos a conseguir nada así que, asintiendo a las palabras de Ana, cogí la bici dispuesto a bajar la cuesta—. ¿Una carrera hasta abajo?

Aquel lugar era poco comparado con lo que esperaba, demasiado mugriento para darse un baño quizas hubiera sido mejor haberse ido a la piscina  pero bueno todo fuera por esos helados que nos habian prometido.

¿Policia?, que vigila un policia en un sitio como este ¿ que alguien no se beba ese agua sucia?- dije ante las palabras del gitano, despues parandome a pensar un poco en la tal tarrasca , hasta me rei.

Tarrasca, suena  gracioso pero esa historia es el mitico cuento de abuela para que los niños no nos acerquemos a sitios como estos solos, bajemos de una vez - era verdad lo que decia, menuda tonteria aaquello de la tarrasca cuanto antes bajaramos y encontraramos aquellos helados prometidos antes  podriamos zamparlos en aquel caluroso dia

Jacobo Arrieta:

¿Una carrera hasta abajo?

Venga, me apunto. ¡El primero que llegue a la laguna gana! ¿Quien se apunta? - os dice mientras mira la altura que serán unos 20 metros.

El viento empieza a correr por la garganta del diablo, y la vieja torre de agua mueve sus aspas lentamente.

En verdad el color del agua dejaba mucho que desear, sin embargo,  habíamos llegado muy lejos para echarme atrás justo ahora así que...

Pues si Ana le entra al agua, yo igual, en cuanto a la carrera, pues se están tardando en dar la salida tortugas. - digo emocionado ante la idea de la carrera.

Por cierto Juan, ¿Ese policía suele darles muchos problemas? - pregunto mientras una serie de ideas van tomando forma en mi cabeza,  pues no vaya a ser que estemos por meternos de lleno en la guarida de un secuestrador que se aprovecha de las leyendas locales para hacer desaparecer a los niños.

¿de verdad pensais meteros ahi?  viendo el color lo mas probable es que salgais teniendo branquias, aletas y ojos grandes de rana , bueno para ti Hector viendo te la saldrias ganando, podrias convertirte en mister mundo profundo- bromeo con su compañero  mientras segui observando la laguna.

Me pregunto si aquella barca de en medio del lago se ha soltado y ha acabado alli o hay alguien ¿Pescando? si es que ahi se puede pescar algo que se pueda comer , tu que dices Juan ¿ alguien suele intentar  pescar es esa masa de agua barrosa?- le pregunta al gitano a ver si nos suelta mas información sobre el lago

Jacobo Arrieta:

¿Una carrera hasta abajo?

 

Es una horrible idea, ya hemos fastidiado las bicis una vez y quereis volverlas a fastidiar  para que tener que volver a mentir y llevar bronca, pero bueno soy un chico que tambien siempre lleva a cabo malas ideas asi que venga vamos a darle al pedal- dice por ultimo ante la idea de una veloz bajada a la garganta

No pienso meterme en ese agua asquerosa ni por todos los helados del mundo... Pensaba mientras echaba un vistazo al estanque de agua que teníamos bajo nuestros pies. Estudié minuciosamente las opciones que tenia de salir viva de esa carrera que estaban proponiendo y sinceramente, había más opciones de morir en el intento que de no llegar la última... Que pesados están con las carreritas... - Es que no os cansáis de tanta carrera? Podríamos dejar un poco descansar el cuerpo y utilizar un poco la cabeza. Por ejemplo, a nadie se le ha ocurrido pensar la cantidad de enfermedades que podríamos coger por meternos en ese agua tan llena de mierda? Os reto a enumerarlas mientras bajamos suave suave. Les digo a todos intentando persuadirles para no tener que darle de nuevo a los pedales.