Partida Rol por web

- Es que no os cansáis de tanta carrera? Podríamos dejar un poco descansar el cuerpo y utilizar un poco la cabeza. Por ejemplo, a nadie se le ha ocurrido pensar la cantidad de enfermedades que podríamos coger por meternos en ese agua tan llena de mierda? Os reto a enumerarlas mientras bajamos suave suave. Les digo a todos intentando persuadirles para no tener que darle de nuevo a los pedales.

Tienes razon Maria, en que estaria yo pensando para dejarme enredar con esto, como se nota  que eres la mas lista  la mas gu.. ejem la mas todo del grupo- conteste a la muchacha sonriendole  tras escuchar aquella dulce voz - con gusto bajare a tu lado con calma y escuchare todas las enfermedades que me quieras nombrar

Me baje de la bici para acercarme todo lo posible a ella- lo siento chicos yo me bajo de esto , es mi hora  de ser bueno- espero que no les parezca mal pero la compañia de maria cuando nos inunda  con sus conocimientos siempre me ha parecido mas reconfortante que una carrera , siento algo a similar a cuando hago una buena broma de esas que se recuerdan años

- Me parece lo más sensato que has hecho en lo que llevamos de día Borja. Le digo mientras le miro y le echo una sonrisa. Me cae bien este chico, está un poco descontrolado a veces pero gracioso es un rato y me hace mucha gracia cuando se traba hablándome.

- Pues ya que lo mencionas, así a bote pronto se me ocurren las siguientes, Hepatitis, Giardiasis, Disentería, Fiebre Tifoidea, Cólera... Esas así a sin pensarlo demasiado.

-Con carrera o sin ella no pienso tocar el freno hasta que esté apunto de pegármela con algo! dijo Ana en voz más alta de lo habitual mientras comenzaba a pedalear. En su cabeza se repetían los acordes de su canción favorita de Kiss, God of Thunder. Los golpes de bajo retumbaban en su cerebro mientras intentaba igualar el ritmo de los pedales al de la canción, la adrenalina se acumulaba mientras se lanzaba cuesta abajo sin destino fijo y sin saber muy bien por qué lo hacía. Era la mejor sensación del mundo, hacer las cosas sólo porque sí, sin pensar, sin responsabilidades, sin remordimientos... y sobre todo riendo a más no poder mientras el aire caliente del verano le daba en la cara.

No me extrañó que mi prima pusiera objeciones a la carrera, aunque sí me sorprendió ver cómo Borja se rajaba. Eso no parecía propio de él ya que solía ser el primero que se apuntaba a cualquier locura que planteáramos hacer. Pero esos pensamientos pronto dejaron de tener importancia para mí cuando vi a Ana que se adelantaba a los que aún estábamos dispuestos a seguir adelante con la carrera.

—¡Eh, tramposa! ¡Espera! —Grité a la chica mientras comenzaba a pedalear con fuerza cogiendo una velocidad que iría en aumento a medida que descendiera. Pero en esos momentos el peligro no significaba nada para mí—. ¡Siente el trueno! —grité a pleno pulmón mientras en mis oídos solo era capaz de escuchar el sonido del viento.

¿Giardasis ?, ¿ que es eso? suena a las cremas que utiliza mi abuela para sus cosas de la edad- dije cuando de golpe me vi sorprendido por el arranque de Ana y Jacobo.

vaya alli van otra vez - dije mirando con un poco de envidia porque me apetecia pedalear a muerte tras ellos, pero el que algo quiere algo le cuesta ,era un buen momento para aprovechar y pasar un rato con María.

Bueno María sigueme contando mientras bajamos con seguridad, ¿si me meto ahi dentro y me pongo enfermo sabrias como cuidarme?- le pregunto

La carrera empieza cuando Ana empieza a pedalear, los demás contendientes la siguen rápidamente mientras arriba se quedan Clara, María y Borja. El joven muchacho se acerca a ellos y les entrega su bicicleta motoreta pidiéndoles que la bajen hasta abajo. Y dejándolos con la palabra en la boca, se acerca al borde cogiendo carrerilla para saltar desde lo alto. Aproximadamente a más de unos 20 metros de altura.

Toda la pandilla se queda de piedra con lo ocurrido, paráis la carrera para mirar las aguas agitadas esperando que salga a flote en cualquier momento. Apenas conocéis al chaval pero sería un marrón que no lo contará, tendrías que explicar que hacéis vosotros aquí cuando no teníais permiso para venir.

Clara aguanta la bicicleta del nuevo con la otra mano mientras sonríe al escuchar hablar a Borja de jugar a los médicos con María. Pero al verlo saltar se queda muy sorprendida y rápidamente se acerca al borde para ver que ha ocurrido.

Ostras, ¡qué no sale a la superficie!

Ana dio la señal de partida, claro cuando ya nos había tomado la delantera, lo que nos tomó por sorpresa. - ¿Es en serio? Jajajaja ¡Vas a ver cuando te pille tramposa! - grito mientras empiezo a pedalear con fuerza.

¡Pero que diablos! - exclamo cuando veo a Juan saltar por la barranca.

¡Venga chicos! Ayúdenme con esto. - digo mientras desmonto de la bicicleta y saco una larga cuerda de mi mochila y me dispongo a atarla al tronco de un árbol cercano.

Voy a bajar en rapel, pero necesito que ustedes me ayuden de lo contrario esto podría terminar muy mal, tanto para mi como para Juan.

- Juan Nooooooooo! Exclamo mientras veo como el joven echa a correr y se lanza al lago por los aires. Acto seguido corro hacia el borde para ver que ha sido de el pero no logro ver nada más que el agua revuelta en el punto donde se ha sumergido.

- Ana! Jacobo! Bajar lo más rápido que podáis a ver si veis algo más que nosotros desde aquí arriba! Héctor, no creo que sea buena idea bajar con la cuerda, para cuando llegues abajo ya habrán llegado con las bicis, además es peligroso. Cojamos las bicis y bajemos deprisa. Le digo a Héctor cuando veo que saca una cuerda de su mochila para intentar bajar colgado el precipicio.

Busco a toda prisa mi bici, la cojo y me bajo detrás de los que ya habían empezado la carrera. - Vamos! No perdamos tiempo y crucemos los dedos para que salga entero ese loco.

Que ha echo ese loco - digo  mientras corro  con los demas a ver el borde del precipicio sin ver.
Aiss dios que  se nos ha matao y ahora nos detendran porque pensaran que lo hemos enpujado y claro si el de ayer es policia  creera que  la pelea de ayer forma parte de esto - el nerviosismo de la expectativa de que el gitano se haya suicidado me invade por lo que empiezo a divagar cosas, mientras maldigo que el magico momento de una tranquila bajada con Maria se haya convertido en una situación limite.

Busco a toda prisa mi bici, la cojo y me bajo detrás de los que ya habían empezado la carrera. - Vamos! No perdamos tiempo y crucemos los dedos para que salga entero ese loco.
 

Ey esperame Maria , no te vayas sin mi- rapidamente me monto en la bici y bajo tras ella  sin pensarlo mas 

A pesar del fuerte silbido del viento en mis oídos fui capaz de escuchar los gritos a mi espalda. El descenso estaba siendo vertiginoso y, para no pegármela contra el suelo, fui frenando poco a poco. Miré tras de mí y pude ver a Héctor cogiendo la cuerda, a María gritándonos a Ana y a mí para que siguiéramos bajando, a Borja y Clara que parecían muy nerviosos mientras sujetaban la moto de Juan pero...

—¿Dónde está Juan? —Pregunté extrañado mientras intentaba comprender qué había sucedido.

Apenas tardé un par de segundos en darme cuenta, por cómo actuaban mis amigos, que el joven debía haber caído al agua o algo parecido y, siguiendo las órdenes de mi prima, volví a coger la bici para seguir el tramo de bajada que aún me quedaba todo lo rápido que podía sin matarme.

¿Habría tropezado? ¿Se habría tirado? ¿Se habría matado? Con todas esas preguntas en mi cabeza veía cómo el paisaje pasaba zumbando ante mis ojos mientras seguía descendiendo como un loco.

Ana iba en la bici como una loca tratando de no pegársela, se notaba de lejos que lo suyo era el skate.La lástima era que en el pueblo casi todo era tierra y había tenido que renunciar a traer su tabla favorita.
De repente empezó a escuchar gritos y detuvo la bici como pudo,-¿Pero que pasa?¿Estáis locos? Miró a su alrededor sin entender muy bien que pasaba, lo primero que llamó su atención fue ver a Héctor con la cuerda en las manos al borde del " acantilado",-Joder Héctor, no se te ocurra!!. Gritó lo más fuerte que pudo,-no bajes con la cuerda!!
Al momento empezó a escuchar a sus compañeros y creyó comprender la situación, -vamos Jacobo! dijo apurada mientras trataba de volver a coger ritmo con la bici.-JUAN!!!!JUAAAAAN!!!gritaba sin parar mientras trataba de llegar a la orilla.
Una vez allí se tiró al agua sin pensar,-Joder, ¿donde está? decía mirando a su alrededor y tratando de localizar a su nuevo compinche.

Todos os ponéis nerviosos cuando veis que Juan no sale del agua, mientras algunos no paran de gritar su nombre otros bajan rápidamente por el camino. Héctor empieza a atar la cuerda pero descubre que Maria tiene razón para cuando ha acabado de hacerlo descubre que Jacobo y Ana ya están llegando a la laguna. El agua sigue moviéndose pero de repente veis aparecer la cabeza de Juan, sonriente y alegre, nadando cerca del embarcadero. No podéis escuchar la conversación que tiene con los que están abajo pero si que podéis ver claramente el gesto que os hace con la mano desde abajo.

Juan sonríe cuando os ve llegar, mientras sale del embarcadero empapado. 

- ¡He ganado yo! ja ja ja. Esa parte es la más profunda, no lo intentéis desde otro lado.

Tras lo cual se vuelve hacía vuestros amigos y les hace el gesto anteriormente indicado.

Termino de bajar hasta la charca a la que se había tirado Juan, exhausta por el nuevo esfuerzo pero tampoco mucho. Menos mal que esta vez la carrera ha sido cuesta abajo si no mañana me iba a doler todo el cuerpo... Pensaba mientras deja la bici y se acercaba a Juan, Jacobo y Ana.

- ¡Juan! ¿Es que estás loco o que? Vaya susto me has dado, pensaba que no salias vivo después de tirarte desde ahí arriba. ¿En que estabas pensando?

Tras la pedaleada llego justo detrás de Maria al recién resucitado Gitano, la verdad es que ya lo diera por muerto pero el muy atontao parece que se estaba haciendo el listo- No te acerques a él Maria  igual a cogido giarkasis de esa y es contagiosa- le digo a la chica que sermonea a Juan.

Vamos a ver tío, te parecerá normal lo que has hecho así de improviso, que te estabas intentando hacer el gracioso porque no hace gracia  y nos has metido un susto de muerte - le sermoneo al gitano.

Tras guardar la cuerda continúo el descenso de manera serena sobre la bicicleta, el hecho de ver a Juan sano y salvo al fondo de la quebrada me tranquilizaba enormemente pues eso significaba que nos habíamos evitado un tremendo lío, del mismo modo, dejaba en claro que pese a su apariencia, el agua no era tan impracticable como parecía a la distancia.

¡Vaya númerito que habeís montado tío! Otro susto de esos y yo personalmente te arrojo al agua de  las orejas. - digo con un cierto dejo de admiración en mi voz, pues la proeza del Juan no era poca cosa, aunque si algo le hubiera fallado aunque sea un poco, el pobre sería un fiambre.

No fue hasta que no llegué junto al agua, con la cara roja por el esfuerzo y respirando de manera entrecortada, que no me tranquilicé al ver el gesto que Juan nos hacía. Nos había dado un susto de muerte pero, viéndolo tan sonriente, me daba cuenta que no era la primera vez que hacía una locura parecida. Aunque reconocía que había sido todo un valiente.

—Menudo susto nos has dado —le dije intentando mostrar algo de enfado pero con un brillo de emoción y, sobre todo admiración, que no podía ocultar—. Estás como una cabra.

Ahora que ya estábamos en el lago, pasée la mirada a mi alrededor, buscando algún indicio que nos indicara dónde podía estar el hombre que nos había invitado y preguntándome si sería el policía del cual Juan nos había hablado.

Ana frenó en seco cuando vio emerger la cabeza de Juan.le costó un poco reaccionar por el esfuerzo que había hecho con la bicicleta,-Joder que susto. La madre que te parió Juan!  se acercó a la orilla y se descalzó ( no olvidaba que oculto en sus converse había un cigarrillo que se había agenciado) después cogió aire y se lanzó al agua sin querer pensar en el color que tenía. Si a Juan no le había pasado nada tampoco les pasaría a ellos, y tras la carrera y el susto tenía mucho calor.

Todos llegáis abajo, y aunque vuestras reacciones van desde el asombro y la admiración hasta la rabia y enfado, al final todos os alegráis de estar por fin aquí a la laguna de la garganta de la serpiente. 

Juan esta empapado, se esta quitando la ropa y estrujándola para secarla. En la laguna no parece haber nadie, y tampoco es que haya mucho donde mirar. Hay una caravana, un coche, un gran agujero y el embarcadero. No hay gran cosa, y no parece que haya nadie por aquí. Con el jaleo que habéis montado si hubiera alguien por aquí ya habría aparecido.