Partida Rol por web

Os apresuráis a volver al salón principal, donde encontráis a Piedra Lunar y a Esme meditando aún. Les dejáis un rato más y finalmente se levantan. Esmeralda tiene cara de cansancio, como si hubiera hecho un ejercicio intenso. Aun así, ambas os insisten en que les contéis qué habéis descubierto.

Turquesa les hace un resumen de lo que habéis visto en las imágenes registradas. Esme parece fastidiada porque, en cierto modo, ella estuvo justo ahí y no ha podido hacer nada para evitar que ocurriera todo eso. Tanto ella como Piedra Lunar reaccionan negativamente, como era de esperar después de la noticia, pero logran centrarse en lo importante.

- He recordado lo que sucedió, aunque sigue estando bastante difuso en mi mente porque es como si lo hubiera vivido desde fuera, como si fuera una historia que me han contado...- explica Esme y rápidamente niega con la cabeza-. ¿Me explico? Quiero decir que... cuesta recordarlo, pero al menos sé algo.

Empieza a moverse, caminando de un lado a otro mientras habla mirando al suelo.

- El caso es que cuando salí de Santuario, mi idea era despejarme un poco. Quería volver cuando estuviera más tranquila para poder hablar con Ámbar y... para disculparme por mi reacción- se detiene y os mira a las tres, pues debe de sentirse algo culpable por lo que pensó de vosotras en ese momento-. Sin embargo, me topé con dos amatistas. Les pregunté quiénes eran y de dónde salían y dijeron que estaban buscando Santuario. Me preguntaron algo sobre Petalita y yo... intenté disimular, hacer como si no supiera de quién me hablaban, pero creo que no funcionó. En seguida se abalanzaron sobre mí y lo siguiente que recuerdo es regenerarme en una especie de celda.

Se cruza de brazos y continúa andando de un lado a otro.

- Había una barrera de luz que no me dejaba salir. Recuerdo que escuché una voz que me decía cosas... Cosas agradables, creo. Allí me sentía a gusto y tenía ganas de obedecer a esa voz. Era como si fuera incapaz de negarme a lo que me decía. Me pidió que volviera a la Tierra con otras gemas para tenderos una trampa. Lo hice sin rechistar, porque me parecía muy lógico, la verdad.

Se ríe, incrédula, y niega con la cabeza.

- Entonces salí de la celda y me llevaron a una nave. Estábamos en un sitio grande, parecía un puerto de naves y vi el espacio. Una estación espacial. Nos subimos a la nave y bajamos justo al lugar donde me habían encontrado las amatistas. A partir de ahí, fuimos hasta la plataforma de teletransporte y las conduje a nuestra antigua guarida, porque pensé que me buscaríais allí.

Suspira y se acerca a vosotras.

- El resto ya lo sabéis. Siento no poder ser más específica con los detalles. Aunque de una cosa estoy segura: aunque pudiéramos llegar a esa estación espacial de algún modo, no creo que nosotras cuatro podamos hacer mucho. Vi a varias soldados, la mayoría feldespatos, patrullando el lugar. Necesitamos a Esmeralda y Jade. ¿Dónde están, a todo esto?

Cerré mi mano derecha, formando un puño, y con el mismo impacté en la palma de mi otra mano -Claro- exclamé recordando todo -las chicas fueron a buscar una posible gema que había caído en una zona cercana a la torre azul, es posible que haya información en la computadora de Ámbar-.

Heli también recordó que sus compañeras habían viajado en una nave improvisada por Obsidiana. Si aquella nave podía llevarlas a todas podrían a su vez rescatar a sus amigas.

-Tienen una nave, es posible que podamos enviarles un mensaje o... Al menos averiguar dónde se encuentran-.

La gema llevó a las demás hasta la sala de computadoras donde intentó buscar información (o mejor dicho, pidió a Turquesa buscar información) acerca del paradero de las demás.

Turquesa empieza a apretar botones lentamente y sin orden alguno, intentando encontrar algo relacionado con la nave. Las otras tres observáis este proceso en silencio, pero al cabo de unos segundos Piedra Lunar y Esme se miran discretamente, algo divertidas por la situación.

- Deja que lo intente yo- pide Piedra Lunar-. Ámbar me enseñó un poco de esto hace tiempo.

Turquesa asiente y se aparta de la pantalla para dejarle espacio. Ciertamente, Piedra Lunar es la mayor de vosotras tres. Es normal que ella tenga más experiencia con estas cosas, especialmente si ya pudo practicar en el pasado. No es que ella vaya mucho más deprisa, pero al menos parece saber qué está haciendo y buscando de forma más concreta.

Al cabo de unos instantes, Piedra Lunar suspira y niega con la cabeza.

- Hay imágenes de la sonda enviada a la Aguja Azul, pero esa sonda no es fija y estará dando vueltas por...

Se calla cuando consigue poner la imagen en pantalla. La Aguja no está, pero sí está la cápsula de escape que fueron a buscar vuestras compañeras. Está abierta y no hay nada dentro. Pero lo chocante es que también podéis ver la nave en la que se subieron Citrino y compañía. Claramente, han sufrido un accidente. La nave está encastada en la arena del desierto y se ha desprendido de algunas piezas. Está echando algo de humo.

No hay rastro de ninguna gema ahí, pero cerca podéis ver pisadas. Y no son pequeñas.

- ¡Oh, no! ¡No!- exclama Luna, agitada-. ¡Han tenido un accidente! ¿Dónde están? ¿Estarán bien? O habrán...

Esme la interrumpe rápidamente.

- Estarán bien. Esmeralda es dura y además no parece que ese accidente haya sido muy dañino. Seguramente estarán por ahí, buscando a la gema de la cápsula, o... No sé- conjetura, intentando darle una explicación no muy terrible a la situación-. Pero no podemos mandarle un mensaje a una nave accidentada...

Ni siquiera la optimista Esme puede ignorar ese detalle.

Turquesa asiente con gravedad y señala a la pantalla.

- Y, ¿de quién son esas huellas tan grandes? Ni siquiera Esmeralda es tan grande- dice, señalando lo obvio pero que las demás han intentado obviar para no preocuparse.

Un silencio tenso sigue a las palabras de Turquesa.

- ¿Qué podemos hacer?- se pregunta, algo desesperanzada.

Heli da unos golpecitos en su mentón mientras piensa acerca de lo visto en aquella pantalla enorme -las huellas no podrían ser de Esmeralda normalmente pero- mira hacia arriba -Esmeralda puede crecer a voluntad, ¿No? Lo único a lo que me recuerdan es a una enorme rubí metálica... No sé como describirla- sus ojos se abren de par en par -¡O quizás se han fusionado!-.

La gema se da cuenta de que ha gritado de la emoción y se relaja un poco -bueno, creo que podríamos teletransportarnos hasta la aguja azul si su plataforma sigue intacta- encogiendo los hombros añade -aunque de no ser así deberíamos ir a buscarlas y ya-.

Niega con la cabeza durante unos segundos -preocuparse no va a ayudarnos, pensemos en un plan tranquilas ¿Les parece?-.

Tus hipótesis plausibles parecen tranquilizar a las demás, que asienten bastante convencidas. No hay por qué perder los nervios: pueden haber pasado muchas cosas. Esme parece compartir tu emoción cuando aventuras que podrían haberse fusionado.

- La plataforma de la Aguja azul quedó destruida- explica Piedra Lunar- cuando... bueno, cuando la hicisteis explotar por error- sonríe, extrañamente divertida por la idea-. Es por eso que Obsidiana tuvo que crear la nave. Hay demasiada distancia entre Santuario y esa región la Tierra como para llegar a tiempo. Tendríamos que estar demasiado tiempo caminando sin parar.

Se queda en silencio, apenada por la impotencia que siente.

Esme, al ver que su amiga está perdiendo la esperanza, da una palmada y un pequeño salto, derrochando energía.

- ¡Vamos, vamos! ¡No nos pongamos nerviosas!- os dice animada-. ¡Son Esmeralda y Citrino! ¡Seguro que están bien y que encontrarán la forma de volver!

Se acerca a ti y te pone una mano en el hombro.

- ¡Ya sabes cómo son! Citrino es súper lista, ¿verdad? Y con Esmeralda no hay peligro que valga- se gira hacia Turquesa y va hacia ella, sonriendo-. ¡Y Jade! No la conozco, pero si fue con ellas es porque harán un equipo ideal. Es una exploradora, ¿no? Encontrará lo que haga falta. Estarán bien, ya veréis.

Da otra palmada y os mira a las tres. Detrás de su fachada animada, sientes cómo está intentando daros esperanza. Se siente responsable ahora que solo quedáis vosotras cuatro. Se pone algo seria, aunque sin perder su sonrisa.

- Bien, lo que está claro es que tenemos que prepararnos para todo lo que pueda pasar. Nuestras amigas nos necesitan, ¿verdad? ¡No les podemos fallar! Eso significa que... ¡tenemos que prepararnos!- repite, alzando un puño-. Oh, eso ya lo he dicho.

Se ríe y empieza a moverse por la sala, como antes cuando intentaba recordar lo que le había ocurrido.

- Chicas, sé que no sois gemas muy... maduras, por así decirlo. Es decir, no habéis vivido muchas cosas. Sin embargo, está claro que sois excepcionales- os mira y sonríe-. Tenéis habilidades increíbles, y unidas podéis hacer cosas aún más increíbles- recuerda a Variscita al miraros a ti y a Luna.

Se acerca otra vez y de nuevo se pone más seria. Se agacha delante de Piedra Lunar y la reconforta poniéndola ambas manos en los hombros, intentando darle seguridad.

- Ya sé que tal vez no os guste, pero es posible que tengamos que luchar- os dice un poco preocupada-. Por nuestras amigas. Las han secuestrado y eso no está bien.

Turquesa entrelaza los dedos y mira al suelo, nerviosa. La palabra "luchar" no le hace mucha gracia.

- ¡Ya, ya! ¡Tal vez no seáis guerreras! ¡Pero se puede luchar de muchas maneras distintas!- se levanta y se acerca a ti-. Se puede luchar con esto- te pone un dedo en la frente. ¿Se referirá a tu cabeza?- La inteligencia. Eso es lo que me dice siempre Ónice. ¡Además, ya os habéis fusionado y habéis visto lo poderosas que podéis llegar a ser! Las batallas se ganan gracias a los lazos que nos unen- hace una pausa y se ríe discretamente-. Eso también lo dice siempre Ónice.

Suspira. Está un poco nerviosa. Tal vez lo de dar discursos de ánimo no sea su fuerte.

- Lo que quiero decir es que tenemos que estar preparadas para lo que sea. Si Esmeralda y Citrino... Es decir, cuando Esmeralda y Citrino vuelvan, tendremos que trazar un plan. ¡Y tendremos que colaborar todas juntas! ¿Vale?

Os mira a las tres, deseosa de que lo dicho haya servido para algo.

-¡Bueno, es que... Nadie me dijo como usar eso!- se excusa diciendo Heliótropo, destellando fulgores rojos de las zonas donde dicho color predomina -Además, quizás la plataforma había sobrevivido- comenta algo frustrada, cerrando los ojos. Sus conocimientos técnicos no son, claramente, los mejores.

Luego Esme hace un enorme discurso para motivar a las demás gemas, Heli suspira aliviada, pues no sabía que hacer en dicha situación -claro que hay que luchar- responde resuelta y quitándole importancia a ese asunto -pero necesitamos estar todas juntas, de no ser así van a patearnos toda la luz-.

Esme continúa un rato mientras la gema marmolada medita acerca de la situación y sus palabras. Intenta pensar en algo pero realmente no sabe qué hacer, una nave sería difícil de conseguir, mucho más de fabricar.
Entonces se da cuenta.

-¡Debemos fusionarnos!- explica acotada y sorprendida -de esa forma podríamos aumentar nuestros poderes como para localizar a nuestras compañeras. Bueno, eso creo-. Intenta recordar las aptitudes de Variscita, que era extremadamente fuerte, y mira a Turquesa un segundo -Nuestras aptitudes parecen guardar cierta "sinergía", si las detectamos en dicho lugar podríamos pensar una forma de alcanzarlas, pero si no están allí sería un esfuerzo inútil-.

Observando a Esme tiene otro plan -o podríamos intentar encontrar una nave funcional cercana pero... ¿Alguien sabe manejarlas?-.

Tanto Esme como Piedra Lunar resuellan emocionadas cuando sugieres fusionaros. Ves que ambas parecen animadas con la idea.

- ¡Sí! Es decir...- Luna carraspea y se calma un poco-. Variscita era muy poderosa y tenía una percepción especial. Tal vez si nos fusionamos las tres...

Asiente varias veces. Es cierto que las tres compartís cierta sinergia natural, un vínculo que os une más que a las otras gemas. Además, vuestros poderes pueden combinar bien para daros unas capacidades sensoriales superiores, incluso teniendo en cuenta que cada una de vosotras ya tiene capacidades superiores a las de las gemas normales.

Los ojos de Esme centellean por mucho que intenta disimular la emoción.

- ¡Qué buena idea, Heli!- te apremia-. ¿Tú qué crees, Turquesa? Doy fe de que Variscita era muy poderosa... ¡Quién sabe qué clase de gema surgirá si os fusionáis las tres!

Se queda mirando a Turquesa. Ellas dos apenas se conocen, así que Esme se muestra un poco más reservada cuando le habla directamente.

Turquesa os mira a todas y, al sentirse observada, se pone un poco nerviosa y desvía la mirada.

- Esto... Bueno...- musita con una sonrisa incómoda-. Yo nunca me he fusionado pero... Supongo que no habrá nada de malo en ello, ¿no? Podemos... podemos intentarlo.

Esme da unas palmadas, alegrada por la respuesta de Turquesa, y os espolea para que os mováis. Os dirigís al salón principal de Santuario, la sala más grande de todas. Delante del trono, la guerrera se detiene y respira profundamente. Aún está emocionada. Piedra Lunar se ha contagiado un poco de los nervios de Turquesa. Ambas te miran repetidas veces e intercambian miradas entre ellas. Pensándolo dos veces, no deja de ser algo muy importante, esto de fusionarse... Y más si es entre tres.

Esme hace una breve explicación sobre cómo funciona la fusión, y ves que le explica a Turquesa igual que os lo explicó a Piedra Lunar y a ti cuando os hizo la demostración con Esmeralda. Cuando finaliza la explicación, da otra palmada.

- ¡Vale! Heli, Luna, vosotras ya sabéis cómo es esto de la fusión... ¡Pero tenéis que tener en cuenta que una fusión entre más de dos gemas es difícil! Pensad que...

Un grito os interrumpe. Alguien grita el nombre de Turquesa con todas su fuerzas. Os giráis hacia la puerta que da a la entrada y oís ruidos. Finalmente veis a Esmeralda, Citrino y Jade acercándose hacia vosotras con prisa.

- ¡Turquesa, estás bien!

Jade corre hacia Turquesa y se agacha delante de ella para abrazarla. Las demás os miráis. La explicación de Esme queda interrumpida, pues se ha quedado sin palabras al ver entrar a Citrino, Esmeralda y Jade.

Cuando llego a la Sala del Trono de Santuario me da un vuelco el corazón al ver que... ¿no nos están atacando?

- ¿Cuál es la situación? - pregunto apresuradamente -. ¿Ha sucedido algo mientras estábamos fuera? ¿Un ataque? ¿Ha venido alguna gema de Morganita?

Ando hacia mis compañeras con paso decidido mientras me agarro la falda con una mano. Mi severa mirada va de una a otra, sin pararme siquiera a pensar en que hacía tiempo que no veía a Esme.

- ¿Y las demás?

-¿Esme? -dije confusa al verla.

Me sentía culpable al verla. Después de todo lo que me dijo, de saber como se siente... Estaba bajo el control de Morganita, pero seguramente hubiese verdad en sus palabras.

-¿Estáis todas bien? -pregunté abarcando a las demás.

Esperaba con todo mi corazón que ya no estuviesen controladas mentalmente, no soportaría pelear otra vez contra mis amigas.

Esme da un paso al frente y sonríe apenada.

- Nosotras estamos bien, sí- responde menos enérgicamente que de costumbre-. Me alegro de veros.

Su mirada se cruza con la de Esmeralda durante unos instantes y luego desvía la mirada. Mueve los pies con incomodidad y se retira el pelo del ojo, aunque rápidamente el flequillo vuelve a su sitio.

- Pero... pero...- empieza sin saber cómo expresarse.

Piedra Lunar mira a Esme y aprieta los labios. Esta vez es ella quien da un paso adelante y os mira directamente.

- Han venido las soldados de Morganita. Se las han llevado a todas. Solo quedamos nosotras- explica rápidamente y con un débil hilo de voz que enmascara su sufrimiento.

Niega con la cabeza y mira al suelo.

- Heli, Turquesa y yo estábamos en una sala mágica. No sabemos cuánto tiempo hemos estado allí dentro, pero suficiente como para que Calcedonia regresara con muchas feldespatos. Ámbar se ha rendido para evitar un conflicto abierto. Se las han llevado a todas- repite con tristeza.

Turquesa asiente lentamente.

- Es cierto, lo hemos visto gracias a la vigilancia de Santuario- dice señalando hacia arriba, aunque no podéis ver nada que parezca estar registrando imágenes. Tal vez hay dispositivos ocultos-. Esmeralda aún no se había regenerado cuando ha ocurrido; tal vez por eso la han pasado por alto y no se la han llevado junto a las demás.

Jade abraza a Turquesa con más fuerza, ofreciéndole su apoyo.

- He visto cómo se alejaban con una nave, hacia arriba, arriba...- señala hacia el techo de la sala, aunque parece más bien referirse al cielo que hay más allá-. La nave se ha alejado tanto que he dejado de verla.

- No puede ser... - musito para mí mientras las demás gemas nos explican lo sucedido -. Morganita nos ha engañado, ¡nos ha entretenido! - espeto mientras me giro hacia Esmeralda. 

Aprieto los puños con fuerza, y el tono de mi voz alcanza unos molestos agudos.

- ¡Se ha llevado a nuestras compañeras a su base! 

Ahora Ámbar, Ónice, Obsidiana y la pobre Alabastro eran prisioneras de Morganita. ¿Quién sabía lo que les iban a hacer?

- Debemos rescatarlas, cuanto antes. 

Si nuestras compañeras nuestras fuerzas estaban increíblemente mermadas. Ónice es una de nuestras guerreras. Y Obsidiana... ¿Cómo pedruscos llegaremos a la estación espacial sin su maestría? 

- Necesitamos un medio de transporte. La nave en la que hemos venido es demasiado pequeña - digo para mí misma mientras trato de trazar un plan -. Un asalto frontal sería una locura, nos superan en fuerza. Tampoco podemos negociar, no tenemos nada que ofrecerles... 

Comienzo a andar en círculos, intentando ordenar mis pensamientos, poniéndome cada vez más nerviosa. 

- ¿¡Cómo llegamos al espacio!?