Partida Rol por web

En seguida os ponéis manos a la obra. Ámbar os recomienda que descanséis mientras ella lo pone todo en orden; al fin y al cabo, ella trabajó aquí hace mucho tiempo y sabe mejor que nadie cómo funcionan las instalaciones. En realidad, la que mejor conoce Santuario es Petalita, pero ahora mismo está indispuesta y tampoco estáis impacientes por volver a verla.

Ámbar va a la Sala de control, la que está llena de pantallas, y empieza a husmear con diligencia todas y cada una de las pantallas. Mientras tanto, vosotras bajáis al nivel inferior y dejáis a las gemas rescatadas en esa especie de almacén de burbujas. Hacerlo no os alegra mucho, pero de momento es lo mejor que podéis hacer por ellas. Aquí estarán a salvo hasta que podáis ayudarlas de verdad. Las otras veinticinco burbujas suspendidas en el aire siguen imperturbables, como si nada hubiera ocurrido y fuera Petalita quien las estuviera observando en silencio.

Después de esto, con la ayuda de las tres compañeras de Ámbar, inspeccionáis Santuario a fondo, sala por sala y buscando por todos los pasillos. Como ya sabéis, en el mapa no aparece una de las salas que hay cerca del jardín. Por suerte, parece que esa es la única. El resto está en orden y coincide con el mapa. Lo único que os sorprende es que la "Sala de simulación" no se abre por mucho que intentéis descifrar el código de seguridad o que empujéis la puerta con fuerza bruta. La dejáis así, pensando que más adelante podréis arreglar el problema. Al menos ahora ya tenéis más o menos claro cómo es Santuario y para qué sirve cada sala.*

La puerta que ha derribado Esmeralda, la que está entre el jardín y el salón principal, sigue derrumbada. Optáis por ponerla a un lado para que no sea un estorbo, pero volver a encajarla será difícil porque la gema guerrera la abolló sin remedio. Una puerta menos, qué se le va a hacer.

Después de unas horas de exploración y descanso, Ámbar os reúne a todas en el salón principal. Parece emocionada.

- ¡Muy bien! He inspeccionado los datos de Petalita y los he ordenado un poco. Hay mucha información que ahora mismo no nos importa demasiado, pero también hay archivos interesantes. He visto que ya encontrasteis la manera de ignorar sus códigos de seguridad; eso me ha ayudado a trabajar mucho más deprisa.- os explica con una sonrisa de orgullo.- También me he permitido el lujo de acomodar las computadoras a mi gusto... Y espero que al gusto de todas. Petalita era algo secretista y guardaba su información de forma casi ininteligible. Menos mal que la conocía, porque si no, hubiera tardado días en entender todo eso.

Hace una pausa y respira. Está hablando deprisa y es consciente de ello, por lo que intenta calmarse a sí misma llevándose las manos al pecho. Suspira complacida.

- Bien. Ahora que Santuario es nuestro, hay mucho que hacer. Aquí, en el salón principal, podremos discutir nuestros pasos. He dispuesto el trono para que sirva como punto de encuentro y nos dé la información más esencial.- señala al asiento ornamentado y notáis cierto deje de desprecio en su voz. Está claro que se alegra de no ver a Petalita allí.- Si accedéis al trono y pulsáis este botón de aquí...- se acerca y lo hace ella misma. Al momento aparece una pantalla holográfica.*- Aquí os dejaré mensajes importantes y recordatorios de lo que hay que hacer. Así, si os aburrís y queréis ayudar, sólo tenéis que venir aquí y elegir una tarea.- sonríe. Se la ve feliz y se permite bromear un poco.

Ónice se ríe entre dientes y avanza un paso.

- Vale, bonita. ¿Y ahora qué?- pregunta cruzándose de brazos.- ¿O sólo nos has reunido aquí para alardear de lo bien que trabajas cuando tienes ordenadores cerca? No me extrañaría, la verdad.

- No me critiques, pedrusco con patas.- responde Ámbar imitando el gesto de su compañera.- ¿Te parece excesivo que os reúna para contaros todo esto?

Ambas se miran como si se desafiaran, pero en seguida se ríen. ¿Estaban bromeando?

- Como ya he dicho, he dejado aquí una lista de cosas por hacer. Lo más importante ahora mismo es conseguir energía para Santuario: hasta ahora, Petalita usaba gemas para conseguirla, pero eso tiene unas implicaciones morales que no me apetece discutir.- sonríe con sorna y mira a Obsidiana.- Tú eres ingeniera, así que eres la que más conocimientos tendrá sobre estos asuntos, supongo. Sé que Petalita tenía un plan alternativo para la obtención de energía, lo que no sé es por qué uso el cosechador de gemas como primera opción.- hace un gesto rápido para olvidar el asunto.- Hasta que no tengamos energía fiable, las instalaciones de Santuario funcionarán mal, o directamente no funcionarán. Por ejemplo, no encuentro la forma de acceder a las sondas que Petalita repartió por el mundo: es posible que se hayan desconectado.

Ámbar medita durante unos segundos con el ceño fruncido. Luego os mira y sonríe de nuevo.

- ¿Preguntas? ¿Sugerencias? ¿Alguien tiene ganas de trabajar?

-Desconozco que otras opciones tenía Petalita, pero lo que si se es que podríamos intentar aprovechar alguno de los recursos del propio planeta.. No debería ser dificil...-

Dicho aquello fruncí levemente el ceño, pensativa, buscando cualquier consola cercana u ordenador y poder así revisar.

-De todas formas cualquier cosa, por muy nimia que fuera nos podría servir... ¿Tengo acceso a los informes, Ambar?-

Preguntaba andando, revisando entre las salas, pensativa.

Tras explorar el resto del Santuario he podido disfrutar de un merecido descanso. El recuerdo de la batalla contra Petalita todavía me acecha, me recuerda lo débil que soy... 

Pero no tiene sentido pararme a pensar en eso. Ahora, en el Santuario, tengo una función. Puedo ser útil. 

Ansío poder hacer algo por ayudar. 

- El sistema me parece correcto - admito, dejando notar mi aprobación por los métodos organizativos de Ámbar. 

Habría estado bien contar un un Ámbar de ayudante en el Planeta Natal...

- Parece que buscar una fuente de energía es prioritario, deberíamos enfocar la mayor parte de nuestros efectivos a solucionar ese problema - miro a Obsidiana, quien parece ser la gema más adecuada para idear una nueva forma de abastecernos -. Mientras piensas en algo quizá podríamos buscar alguna fuente de energía en una instalación abandonada después de la guerra - sugiero mientras me aliso el vestido con delicadeza.

No es que me apetezca mucho participar en una misión así. Quizá podrían encargarse las guerreras...

La pregunta de Obsidiana provoca una mueca de inseguridad en el rostro de Ámbar, quien mira rápidamente a Citrino como si buscara en ella una respuesta.

- Bueno... Como he dicho, el sistema que usó Petalita para ordenar los archivos es un poco oscuro. Me gustaría revisarlos algunas veces más para asegurarme de que no sea información falsa. Solía crear datos erróneos para que, de haber algún intruso, obtuviera la información equivocada.- explica pausadamente.- Más adelante, cuando hayamos conseguido restaurar la energía, podré daros acceso a los archivos.- sonríe, quizá para apoyar su argumento con un toque de amabilidad.

Se gira hacia Citrino y concentra su atención en ella.

- Yo también había pensado en algo así. Las instalaciones abandonadas deben de tener recursos valiosos, ya que las gemas huyeron de la Tierra a marchas forzadas. Seguro que no se lo llevaron todo.- responde asintiendo.- Estoy bastante segura de que aquí mismo, en Santuario, habrá algún mecanismo o invento que produzca energía para las instalaciones. Sin embargo, si tú crees que es conveniente, podríamos explorar. El problema es que no podré daros datos fidedignos de esos lugares, ya que las sondas han dejado de funcionar...- suspira.- Vamos a ciegas hasta que reactivemos Santuario.

Esmeralda da un salto al frente y llama vuestra atención con un rápido movimiento de manos.

- Yo siempre estoy dispuesta a explorar por ahí. No me importaría hacer un viajecito. Vosotras, que sois las listas, poneos de acuerdo y mandadme adonde queráis.- sonríe y asiente.- Pero os aviso de que yo también os he dejado una tarea en esa lista. ¡Es divertida!

Ámbar la mira y suspira. Lo que sea que haya propuesto Esmeralda seguramente no es de su agrado. Aun así, no protesta.

-Primero centrémonos en lo que tenemos...-

Dice con tranquilidad, mirando a Ambar

-Llévame a la sala de control, quizás pueda detectar algún dispositivo desde allí.-

Asentí mientras recibía toda la información. No tenía ni idea de energía, así que ya sabía que en eso no participaría.

La opción que más me llamaba era la de salir junto Esmeralda a explorar. Podría compartir el tiempo con alguien que sí sabía disfrutar de una buena pelea, incluso podría enseñar a Heliotropo algunos trucos. Entonces leí la propuesta de Esmeralda.

-Eh, Esmeralda. Es una buena idea. -dije con aprobación.- La Fusión nos será muy útil si nos volvemosa enfrentar a otra gema poderosa o corrupta. Se le podría sacar mucho partido. 

Miré a Citrino y puse una media sonrisa.

-A no ser que las estiradas del Planeta Natal se desmayen del susto. -di una fuerte carcajada.- Era broma, Citrino. Tranquila, seguro que te acaba gustando sentirte grande y fuerte.

Con una fuerte palmada me acerqué a Esmeralda.

-Bueno, ¿Como comenzamos? -pregunté un tanto más animada.- ¿Quienes lo hacemos primero?

Cuando Ámbar me mira trato de negar - levemente y con disimulo - con la cabeza.

Me dispongo a participar en la conversación, pero Esmeralda menciona lo de la fusión. Incluso me invita - o eso entiendo - a participar. Me sonrojo, carraspeo sonoramente, y niego con la cabeza.

- N-no pienso participar. Vosotras... - miro en concreto a Esmeralda (la grande) - podéis hacer lo que queráis...

En realidad creo que lo de las fusiones es inapropiado, y debería mantenerse al mínimo... No usarse a la ligera. Pero me guardo mis reproches, a sabiendas de que las otras gemas probablemente no comparten mi opinión.

- Pero yo me abstengo. Ni siquiera soy guerrera - zarandeo la mano vagamente, como dando el tema por zanjado.

Me acerco a Obsidiana, buscando una salida a aquella situación.

- Te ayudaré a buscar una fuente de energía para Santuario, es una cuestión bastante apremiante. 

No tenía idea de lo que una fusión implicaba pero sin lugar a dudas estaba interesada en descubrirlo. Aun así el principal problema requería atención antes y refiriéndome al tema de la energía pregunté:

-¿Qué hay del lugar donde nos encontramos con el Rubí corrupto? Puede que allí haya una fuente de energía... Después de todo en el lugar funcionaba un sistema de comunicaciones ¿Verdad?-.

Miré a las demás, ¿No habían ellas destruido parte de ese sistema? Quizás mencionarlo no sería buena idea pero seguramente comprenderían su punto. 
-Luego quiero aprender de la fusión- sonreí.

Esmeralda aprieta sus propios labios con un dedo mientras piensa sobre lo que ha dicho Heliotropo.

- Recuerdo que en el piso superior había pantallas y cosas de ésas.- explica mirando hacia arriba, como si así se concentrara mejor.- Y en el piso intermedio también había algo, ¿no?- tamborilea con el dedo, animándose a recordar mejor.

Piedra Lunar avanza un par de pasos y asiente. Casi es difícil verla entre sus compañeras porque es bastante pequeña.

- Había un trono azul parecido al que hay aquí.- señala al trono que había pertenecido a Petalita.- ¿Puede ser que allí haya algo?

Ámbar mira a sus dos compañeras y asiente lentamente. Por su expresión, parece que no haya pensado mucho en esta alternativa.

- Es posible, sí.- admite con un tono pausado.- Podríamos enviar a las guerreras para que...- duda un momento y sonríe.- Perdón. Quiero decir que podéis ir, si os parece bien, a explorar esa Aguja Azul. Encontrar algo de valor allí podría resultar muy útil.- mira a Citrino y asiente.- Mientras tanto, nosotras podemos buscar por aquí y activar como podamos las funciones más básicas de Santuario.

- Suena bien.- afirma Ónice con una sonrisa ladeada.- Yo puedo acompañaros. Cuantas más seamos, mejor. Por lo que pudiera pasar, ¿no?- se encoge de hombros.

Mira a la Esmeralda grande, midiendo su reacción.

Parece que, en líneas generales, estáis todas de acuerdo en que la energía es una prioridad. La única que no ha dado su opinión ha sido Piedra Lunar. Nadie le ha pedido que haga nada y ella tampoco ha mostrado iniciativa. Ónice y Esmeralda empiezan a moverse y hacen un gesto a la otra Esmeralda y a Heliotropo para que las sigan, aunque bien saben que conocen el camino tan bien o incluso mejor que ellas dos.

Por su parte, Ámbar se acerca al trono y espera a que las "aventureras" se vayan del salón principal. Por su expresión podría decirse que está satisfecha con cómo han avanzado los planes. Está claro que contar con unas instalaciones como éstas y poder distribuir las tareas entre todas es para ella un gran privilegio.

Los dos equipos están formados y tenéis claros vuestros respectivos objetivos.

Ámbar se sienta en el trono y mira a Citrino con complicidad, consciente de que lo que acaba de hacer es una transgresión completa de las normas. No parece que le importe mucho. Toquetea los controles y proyecta un mapa de Santuario como el que ya habéis visto anteriormente.

- Bien, gemas.- empieza con una sonrisa.- Tenemos los planos de Santuario y habéis explorado a fondo cada una de las salas. El problema, como ya sabemos, es que falta energía. Y la mejor forma de conseguir energía en este planeta es a partir de sus recursos, como ha apuntado Obsidiana hace un momento.- mira a la susodicha y asiente.- Petalita tenía un plan alternativo para conseguirla y sé que está por unos niveles inferiores que no aparecen en este plano.- dibuja una líneas imaginarias en el aire, resiguiendo por debajo los caminos del mapa.- Había alguna maquinaria, algo para extraer energía de... algo.- sonríe más avergonzada y se encoge de hombros.- No conozco los detalles, pero no debe de ser algo muy complejo. Quizá tenga que ver con el agua subterránea.

Apaga el holograma y se levanta. Es entonces cuando repara en la presencia de Piedra Lunar. La mira como si fuera una sorpresa verla ahí, pero no comenta nada al respecto. Vuelve a girarse hacia vosotras.

- Podríamos acceder a esos niveles inferiores por el Cosechador. De hecho, ésa era la sala destinada a la extracción de energía. Sería lógico empezar a buscar por allí, creo yo.

Sin más dilación, camina hacia el pasillo que queda a su izquierda, esperando que la sigáis. Va a paso lento y os mira cada poco rato para prestaros atención si decidís hablar.

Por su parte, Piedra Lunar se queda quieta. Os mira discretamente y espera a ver lo que hacéis. Su observación silenciosa puede llegar a ser inquietante, con esa mirada que se clava en vuestras espaldas.

-Podría acceder en tal caso a las funciones ocultas, si las hay, del transportador, e incluso configurarlo para que nos pudiera llevar más abajo una vez preparara el subnivel...-

Murmuraba para mi misma durante unos momentos antes de dirigirme hacia la sala de la cosechadora, ya estaba claro lo que hacía falta hacer y las pistas que había, por lo que se podría llegar incluso a averiguar más de ello si llegaban antes de nada a cumplir con el objetivo

-De todas formas si hablamos de un verdadero plan alternativo quizás esté ya desarrollado para tan solo conectarse... Quizás ha habido un fallo en las instalaciones...-

Dicho aquello y, una vez llegado a la sala de la cosechadora, intenté inmiscuir en todas las opciones que hubiera, incluso buscando funciones ocultas o encriptadas, incluso preparadas con permisos de rango superior.