Partida Rol por web

Cuando las guerreras entran al salón, con la pequeña Esmeralda llamando a Ámbar o a quien pueda escucharla, las demás aparecen por la puerta derecha y reciben a sus compañeras. Ámbar va delante, mostrando una sonrisa casi alegre, y os saluda con un leve asentimiento.

- Justo a tiempo. Habéis sido rápidas, os felicito. ¿Qué habéis conseguido?- pregunta poniéndose delante de las guerreras como si fuera una superior analizando los resultados de una misión.

Esmeralda y Ónice responden con un silencio absoluto y se miran entre ellas, dudosas de hablar. Ámbar arruga la nariz y se cruza de brazos, intrigada.

Entro en la sala siguiendo a Ámbar. La imagen que ofrezco es... cuanto menos pésima. Mi ropa está completamente empapada, además de sucia. Es como si me hubiese arrastrado por un lugar sucio, angosto y húmedo.

Nada más ni nada menos. 

Con la poca dignidad que me queda miro al equipo de gemas guerreras de forma inquisitiva.

- ¿Y bien, guerreras? - añado a la pregunta de Ámbar después de que Esmeralda y Ónice duden.

Arqueo una ceja y pongo los brazos en jarras. Aquel gesto habría llenado de terror a cualquier subordinada mía en el Planeta Natal, pero continuamente olvidaba que ya no me encontraba en mi hogar.

Me acerco a Ámbar y sonriendo le comento -liberamos mucha energía de la aguja azul... Creo que explotó en mil pedazos- gesticulo como la aguja, asumo, explotó.

-¿No hay otro lugar de donde extraer energía?- no estoy preocupada en absoluto -la próxima vez deberíamos llevar a alguien que sepa manejar tronos ¿Verdad chicas?-.

Me columpio, esperando la respuesta.

-¡JAJAJA!- reí fuertemente al ver a Citrino.- ¿Y a ti que te ha pasado?

Mis ojos se movieron a Ámbar. No me gustaba ese aire de superioridad que se llevaba. Así que como a mí no me daba nada de miedo, decidí contar yo lo ocurrido en vez de dejarselo a Esmeralda y Ónice. Suponía que ellas no se atreverían.

-Pues no hemos conseguido mucho. Creo que al contrario. -resumí lo que dijo Heliotropo, levantando las manos a modo de disculpa.- Intentamos acceder al ordenador principal. El del trono. Pero no salió muy bien.

Miré a Heliotropo. Hice una medio sonrisa, mostrándole que no estaba molesta por su pequeño error.

-Pues eso, no hay Aguja Azul. ¿Qué hacemos?

Ámbar abre los ojos de par en par y os mira como si no acabara de entenderos. Se inclina un poco hacia atrás, golpeada por la sorpresa, y niega con la cabeza.

- ¿Que ha pasado QUÉ?- pregunta alterada.

Ahora que os fijáis*, las cuatro gemas que han permanecido en Santuario sí que tienen un aspecto lamentable. Igual que Citrino, están empapadas y sucias, con rastros de tierra en sus vestidos. Piedra Lunar, que se ha quedado detrás de Citrino sin que nadie notara su presencia, está mojada hasta el cuello, pero su expresión es neutra y no parece reaccionar a la noticia.

Miraba en silencio la escena y escuchaba la noticia, negando lentamente con la cabeza, respirando profundamente.
-Eso es lo que pasa cuando hay que hacer demasiado trabajo y la ingeniera no puede dividirse en dos...-
Decía con un suspiro antes de sacudirse las manos. De todas, era la más manchada junto con piedra lunar, aunque la pequeña gema estaba de pies a cabeza ella tenia su cuerpo principalmente, con los brazos llenos de fango y suciedad.
-Pero lo pasado pasado está... Necesitamos vuestra ayuda. Es probable que haya un monstruo, una posible gema corrupta en un subnivel, el problema es que está completamente a oscuras. Puedo preparar un sistema de iluminación alimentado por la energía que ya hay en el santuario, pero cuando llegue el momento me gustaría que alguna de vosotras me acompañase..-
Decía directa y en silencio, cruzada de brazos.
-Mientras tanto. Citrino y Esmeralda podéis enseñarles sobre la fusión a las gemas que no sepan. Ámbar, necesito acceder a los sistemas para comprobar donde está el almacén de Petalita y ponerme a trabajar cuanto antes-

Me llevo una mano al rostro, decepcionada pero no sorprendida. 

A saber la valiosísima información que podríamos haber extraído de la Aguja Azul si esas bobas no la hubiesen hecho estallar. 

Pero en el fondo siento que es culpa mía. ¿Por qué mandar a las guerreras sin supervisión a una misión de reconocimiento?

Me dispongo a reñirlas, pero Obsidiana comienza a proponer los siguientes pasos a seguir. 

- ¿Q-qué? - respondo titubeando cuando la gema negra sugiere que enseñe a las gemas más jóvenes a fusionarse -. Yo no voy a hacer eso. 

Me sonrojo, me cruzo de brazos y doy la espalda a Obsidiana. 

-Pues si no lo haces tu que lo haga otra.... Pero alguien experimentada va a hacerlo y no voy a exhibirme yo para ello... Demasiado trabajo tengo que hacer para que todo esté en pleno funcionamiento antes de ponernos a trabajar...-

Dicho aquello solté un leve suspiro y me crucé de brazos levemente, a la espera de que Ambar se pronunciase, sin demasiado ánimo para hablar sobre la fusión más necesitaba ahora mismo un respiro o distraerme, cerrando los ojos con momentaniedad.

-Además el asunto del monstruo también es prioridad... Cuando alguna de vosotras quiera atender ese asunto venid a mi, que estaré trabajando.-

Me acerco a Obsidiana a saltitos y tiro suavemente de su brazo -Vamos, yo te acompaño, por cierto ¿Qué es un monstruo?- pregunté curiosa.

En mi mente se formulaban muchas preguntas y seguramente habría tiempo para responderlas pero la proactividad de la gema oscura era algo a lo que sumarse de momento.

-Y... A todo esto ¿Sabes cómo hacer para que los tronos no exploten?- Heli estaba ajena a todo el problema que implicaba haber volado la torre en mil pedazos. Después de todo era una neonata.

-Los tronos son los sistemas de control principales de los puestos que los diamantes empleaban para vigilar cualquier colonia... Contienen informe, detalles, incluso modos de comunicarse con el planeta natal. Una gema ajena a la tecnología...- Hice una breve pausa para mirar a las presentes, principalmente a las guerreras que habían provocado aquel estropicio y esa pérdida de información que será prácticamente o si no, imposible de recuperar - No debería de tocar esas cosas y esperar a alguien que estuviera especializado, como yo.-

Dicho eso suspiré levemente, llevándome dos dedos a la frente mientras apoyaba mi codo en la palma de la mano contraria

-Los monstruos... Creo que vosotras lo habéis dicho que son gemas corruptas pero no se si eso era una gema corrupta... Es un ser deforme y agresivo, por lo que mejor estar preparadas para cuando llegue el momento.-

-¡Pues manos a la obra! -dije dando una fuerte palmada.-Si la Señorita "Planeta Natal" no quiere, ¿Quien está dispuesta?

Puse los brazos en jarra con una gran sonrisa.

-Lo mejor sería que la fusión fuera de servidora con una de vosotras. Cornalina parece que viene de lejos, así que lo mejor sería una nueva fusión. -miré a las demás a ver si estaban de acuerdo.

Me alejé un poco de las demás, para tener espacio y así poder bailar. Me quedé allí, mirándolas.

-¿Esmeralda? -pregunté.

Esmeralda se emociona mucho y su actitud contrasta con el angustioso silencio del que ha hecho gala hasta ahora. Corre hacia su igual y le coge de las manos dando un par de saltos, riendo eufórica. Ónice se cruza de brazos y observa la escena con una sonrisa ladeada. Mientras tanto, Piedra Lunar escurre su vestido, haciendo que chorree sobre el suelo, muy a disgusto de Ámbar.

La gema amarilla mira a sus tres compañeras sin saber por dónde empezar a protestar. Además, Obsidiana espera una respuesta suya. Gime con frustración y levanta ambas manos, intentando detener toda acción a su alrededor.

- ¡Paso a paso!- exclama agitada.- Primero: ni se os ocurra fusionaros aquí. Si tenéis que hacerlo, que sea en un lugar con más espacio y menos... céntrico.- suspira.- Podéis ir al jardín, o al exterior de Santuario. Donde no molestéis, claro está.- mira a la Esmeralda más pequeña con una expresión difícil de interpretar y esta vez bufa, negando con la cabeza.- Por si... la fusión no sale como esperábais.

Se queda unos segundos en silencio, tamborileando con los dedos sobre su brazo. Cierra los ojos y repite el gesto de negación.

- ¡Voy a supervisaros! Pero sólo porque tenéis que hacerlo de forma organizada y no me fío de vosotras.- dice con fingida severidad.- Pero esperad un segundo, ¿queréis?

Se acerca a Obsidiana y le susurra algo.

- Puedes acceder a los sistemas. Confío en tus capacidades: ya he visto que tienes recursos. En todo caso, deberías reportar todos tus avances a Citrino.- se interrumpe a sí misma con un gesto rápido.- Es decir, si tienes alguna duda. Ella puede ayudarte, ya lo sabes.

Vuelve al lado de las esmeraldas y hace esa expresión extraña otra vez.

- ¡Vosotras! Que la lección sea rápida. Heliotropo, Piedra Lunar, esto es para vosotras así que tendréis que asistir.- chasquea los dedos para llamar la atención de las gemas inexpertas.- No se van a fusionar sólo por amor a la fusión.- mira a la Esmeralda pequeña.- ... ¿verdad?

Ámbar te ha susurrado un código: 1865-AE

Debe de ser una contraseña para acceder a las consolas o a la información que haya almacenada en ellas.

Esmeralda se encoge de hombros y sonríe inocentemente.

- No lo sé, fusionarse es divertido. ¿No quieres probarlo tú?

- ¡Por supuesto que... que no!- responde Ámbar escandalizada y un poco ruborizada.

Encogiéndose de hombros y riendo entre dientes, la gran gema guerrera se acerca al grupo.

- Con suerte, podremos usar la fusión para enfrentarnos a lo que sea que hayáis encontrado allí abajo. Sé positiva, Ámbar.- dice con algo de malicia.- Yo quiero veros, si no es molestia. Tampoco tengo otra cosa que hacer.- se acerca a Piedra Lunar y la coge por la cintura, poniéndosela en el hombro y llevándola como si fuera un saco de tierra.- Vamos. ¿Tú qué, Citrino? ¿No quieres explorar nuevos horizontes?- se ríe.

Me relajo al ver que Ámbar siente lo mismo que yo respecto a la fusión. ¿Cómo es posible que estén todas dispuestas a ir fusionándose por ahí sin siquiera tener la necesidad de combatir?

Guerreras... ¿Quién las entiende?

Parece que me voy a librar, pero entonces Ónice me invita a acompañarlas. 

- E-eh... - me ruborizo, toso un poco -. P-pues claro que no. 

Niego con la cabeza.

- U-una gema como yo no debería siquiera plantearse la fusión - digo con cierta inseguridad. 

Miro a las gemas jóvenes, más que nada para que sepan que hay más posiciones respecto a lo de la fusión.

- Y vosotras no tenéis por qué hacerlo si no queréis, es decir... o-osea... que es una táctica... para luchar. P-pero no estáis obligadas...

Me paso la mano por la nuca, incómoda.

Ónice se frota el mentón, observando a Citrino con detenimiento y seriedad.

- Nunca te has fusionado, ¿verdad?- pregunta en lo que suena más bien como una rotunda afirmación.- La fusión es una táctica de batalla, sí, pero también es mucho más que eso. Deberías descubrir por ti misma de qué se trata.- sonríe y alza un pulgar.- Te aseguro que es una experiencia que toda gema tendría que pasar como mínimo una vez, especialmente si te fusionas con alguien a quien aprecias.- se acerca a Citrino.- Cuerpos y mentes se unen en un solo ser, una entidad nueva y más grande en todos los sentidos.- se encoge de hombros.- Pero no te podemos presionar. Si no quieres, no lo hagas. Como Ámbar.

Se gira y se acerca a las demás.

- Vayamos al jardín. Allí podremos practicar.

Mi intención era ocuparme de lo que fuese que pululara por la base y ya estaba a mil con esa idea pero al final parece que todas deberemos ir a aprender acerca de la fusión.

Es un poco frustrante pero la realidad es que me encanta aprender de ese mundo raro y tan nuevo para mi por lo que salgo trotando en dirección al jardín, allí habría más espacio, Ámbar tenía razón.

-Vamoooooos- estaba muy ansiosa aun.