Partida Rol por web

Despues del confuso incidente, el posadero calvo los queda mirando con cara de hipo, mientras salen de su posada.

Salen a la calle, mientras miran hacia donde dirigirse. Como ruido de fondo, se siente, hacia el fondo de la calle, una especia de algarabía.

Ven el letrero desvaido que dice "El ultimo llamado", poco antes de finalizar la cuadra.

Pudieron salir sin problemas del lugar, ahora eran libres de alcanzar la otra posada que podía estar refugiando a la mujer del arpa. Gael caminó raudo y enseguida advirtió el ruido de varias personas.

- Algo sucede ahí, esta noche es de todo menos tranquila, pero bien, nos conviene.

Decía pensando en que prefería que las posadas estuvierna todavía abiertas. El caballero miró a sus compañeros y fue adelante buscando enterarse de lo que sucedía.

Sigo a Gael con el ceño fruncido y Tom listo para arrearle al primero que hiciese algo extraño.

Les sigo, pero unos metros más atrás, pues soy más de pasar inadvertido que de peleas, eso siempre se lo dejo a Laver.

Antes de frenar y esconderme en las sombras me inclino un poco hacia delante y susurro:

- Laver, mantén a Tom tranquilito, por favor, no quiero que se repita lo del "Corcel rampante". Al menos, no ahora...

Me giro, visiblemente ofendido, ante el comentario de Noma.
- Los dos sabemos que la culpa fue Suyuke y sus puñeteros retos - miro a ambos lados antes de bajar la voz -. Yo no tengo la culpa de que esa vieja se pusiera en medio con su carrito de bebé cargado de botellas de hidromiel...

Entran a la ultima posada "El utlimo llamado"y si habia algo despierto en las otras, en esta taberna, no hay nada. Las pocas mesas que se ven, sucias con comidas, están vacías.

Solo un paisano en la barra, al lado de una gran jarra de cerveza a medio terminar los mira cuando entran, levanta la jarra, se la empina, y cuando la baja, alcanza a dejarla en la mesa, antes de caer al piso, visiblemente ebrio.

El semielfo, al otro lado de la barra, lo mira, como si siempre pasara lo mismo, y les pregunta:

"Bue bue bue bue bueee...nasss no no no no chess, qu qu qu qu qu qu quee sssse leleleleleles ofrece..."- su tartamudeo es evidente, por la emoción de ver nuevos clientes.

Entraron a la nueva posada para encontrar un lugar vacío, ya casi todos se retiraron tras disfrutar de la noche y la bebida. Miró al tartamudo haciendo un esfuerzo para esperar a que terminara. Gael no era al más animado de los conversadores, debía de bastar ser recto aunque ahora se sintiera torcido porque, en fin, no daban con esa misteriosa mujer.

- Buenas noches, amable posadero, mi nombre es Sir Gael Taulo. Vengo con mis compañeros buscando a una bardo de la que he tenido noticias, una joven que porta un laúd y canta maravillosamente. Necesitaríamos su ayuda para encontrarla, quizás esté aquí alojada o haya cantado para ustedes.

Dijo recurriendo a su educación característica, además lo observaba esperando alguna reacción positiva, o una señal de que quería un beneficio a cambio.

Jo, tío, qué bien hablas - susurro al caballero -. Mis padres habrían gozado teniéndote como hijo en lugar de a mí jajaja

El semielfo los mira de hito en hito, pareciendo perplejo por su pregunta:

"ha ha ha ha hay u u u u una se se se se se se se seño seño seño seño seño ri ri ri rita que que que que que cal cal cal cal cal cal cal cal calzzaaaaa  con esa esa esa esa  des des des des des descrip.....cion" - dice esforzandose por hablar lento con ustedes.

Al ver sus caras apunta hacia afuera de la posada y dice:

"es es es la la la la mis mis mis mis mis ma que que que que que que está enel enel enel enel con con con con con con cursodebardos afu afu afuera...."

Termina resoplando y respirando con dificultad mientras mira al piso y les levanta la mano para que le den un respiro.

Miró un instante a Laver, no creía que los padres de éste hubieran cambiado a su hijo con facilidad. Negó con lentitud sin llegar a decir nada. Pronto escuchó al posadero.

- Un concurso de bardos, ha sido usted muy amable informándonos, es justo lo que buscábamos.

Venía a ser la oportunidad de dar con la mujer del laud.

- Está cerca, no vamos a tardar en encontrarla. ¡Vamos allá!

Exclamó a media voz buscando ponerse en marcha pues ahora sí que la detendrían.

- G r a c i a s   p o r   s u   a y u d a - digo en tono lento y exageradamente vocalizado al posadero. Después pongo mi mano en la espalda de Noma para animarle a seguir al caballero.

Salen de la posada, y al final de la calle se ve una especie de plaza.

Una tarima, en lo alto de un escenario, muestra varias personas, entre los que sobresale una mujer que, ensimismada, entona con su laud una triste melodia.

Por algun medio mágico, su voz y su canto se expande por el área, donde bastantes expectadores escuchan con atención la triste melodía.

Se ven otros participantes abajo de la tarima, y para Laver y Gael, que se quedan mirando a Noma, al parecer algo mas.

Gael se da cuenta de que ciertos individuos cerca de la tarima y del escenario, a mas de 80 pies de donde estan, se ven extrañamente "uniformados". Con ropas marron, bajos de estatura, son los unicos que estan vigilando a las personas, mas que los artistas. De hecho estan de espaldas al escenario.

Laver inmediatamente se da cuenta de lo mismo, y golpea con el codo a Noma, musitando una palabra: "mangantes" por lo bajo.

Cuando llegaron el caballero pudo observar el espectáculo, le parecía ahora que la lira mágica era un instrumento para facilitar el el trabajo a unos ladrones.

- Voy a ir de frente, me tendrán que parar y así tendréis vosotros una oportunidad para llegar hasta el laud.

Se embrazó el escudo aunque no desenvainó su arma, tal cosa sería un gesto demasiado agresivo. Gael hechó a caminar hacia el estrado donde la bardo se hallaba. Cuando se hubo alejado de sus compañeros alzó la voz, airado.

- ¡Ya basta, detengan este certamen!

Mientras seguía caminando esperando que con eso los ladrones vinieran hacia él para interceptarle.

Levantas la voz y mientras te das cuenta, que uno de los tipos que habias visto antes, no solo posa su mirada en ti, sino que se aparta de lo que sea este haciendo, y se empieza a acercar, lentamente a ti.

Ves adicionalmente un par de guardias, a lo lejos, que intentan descubrir quien esta gritando.

Gael elevó la voz cuando pudo ver que había captado la atención de esos tipos.

- Os he visto antes, sé que no sois buena gente, ¿qué os traéis entre manos, truhanes?

Expuso aunque era su primer encuentro, pero solo quería ganar tiempo hasta que sus dos compañeros se colocaran en posición, cerca de la bardo, con los mangantes más atentos al caballero que a otra cosa.

Repentinamente Laver se da cuenta de algo, la muchacha que estaba cantando y tocando el laúd, mira a Gael, cambia el color de sus ojos, los cuales se ponen en blanco, y suelta el instrumento, el cual NO CAE AL PISO, y SIGUE FLOTANDO FRENTE A ELLA. Ella extiende las palmas de sus manos en sus brazos caidos hacia delante...

La melodía que emana del instrumento es triste y lúgubre, lo que viene acompasado por un silencio en la audiencia, momento en el cual pareciera que todo se detiene.

Por un momento pareciera que todos guardan silencio, solo para ver como del mismo laúd empieza a materializarse una criatura  negra con tentáculos, de mayor tamaño que la que usted ya habían enfrentado en sueños, y entonces se desata el pánico...

La gente corre por sus vidas, escapando a la mayor velocidad posible del escenario, dificultando el movimiento, al ver la negra y gran criatura salir del laud.

Una risa maniatica y gutural, anormal, sale de un lugar no claro, detrás de la criatura.

Ladron.