Partida Rol por web

-Claro. -digo al tiempo que asiento y agarro mi bastón con las dos manos. El pequeño elemental parecía ansioso aunque no sabía exactamente porqué. La verdad que, el solo hecho de estar en ese lugar podría ponerle los pelos de punta a cualquiera. 

Con el bastón en frente del cuerpo espero a que abran la puerta para saber qué hacer...

Sir Boores avanza hasta colocarse junto a Sir Rondar. -Quizás esto lo haga más fácil.- Comenta al tiempo que deshace el bulto que lleva a su espalda, en el que sobresale claramente un ariete portátil de aspecto pesado. -¿Alguien me ayuda?- Señala el asa que existe en el ariete además de la que él mismo sujeta.

Draugarquen mira a sus compañeros mientras aplica la oreja cerca de la enorme puerta, y abre los ojos ligeramente cuando ve que Sir Boores descuelga un pequeño ariete de su espalda........"Humanos....tan típico de ellos.......no se preocupan por el entorno....¿han llegado a pensar que quizás haya alguien detrás de éstas puertas?" piensa moviendo la cabeza negativamente mientras observa como se van colocando para abrir la pequeña puerta que se quedó atrás....en ese momento, escucha unos ruidos al otro lado de la gran puerta y en voz baja dice rápidamente señalando con una de sus manos hacia el gran portón doble: "intentad no hacer ruido.....hay alguien aquí dentro....si entráis ahí, que sea rápido y efectivo, no dejéis que den la alarma".....dicho ésto, sigue en posición de ataque, observando la puerta atentamente, mientras Elyas y Gimbar están cerca de él....."Gimbar....¿podrías abrir la puerta en silencio, ver lo que hay al otro lado, o volvernos invisibles?" dice con un susurro a su compañero....

En cuanto oye a Draugarquen decir que hay alguien detrás de la puerta, Sir Boores se queda completamente inmóvil, en una postura antinatural y aparentemente esforzada, con el ariete cogido entre las manos. Sabe que su armadura hace ruido cada vez que se mueve, y tiene una mayor resistencia a los esfuerzos que un ser de carne y hueso, así que prefiere quedarse así que posar el ariete. Por suerte no se había colocado aún frente a la puerta, de modo que no bloquea a sus compañeros.

Cree que está claro que el sigilo no es su fuerte, así que se ahorra las explicaciones y espera con calma a que abran la puerta como consideren conveniente, dispuesto a desenvainar su espadón y atacar si hay cualquier problema.

Adeline desenvaina a Iluminadora y susurra:

-¿Y si nos ponemos a los lados de la puerta y hacemos algún ruido para que sean ellos los que la abran? O eso o que alguna persona sin armadura tintineante abra la puerta para pillarles por sorpresa...

Gimbar gesticula un momento para empezar a detectar la presencia de magia frente a él, como era costumbre, solo podía esperar lo peor tanto de lo que estuviera detras de esa puerta, como mas adelante en el camino.

Tus intentos de detectar magia no parecen tener ningún efecto. Si hay algo mágico, desde luego no lo detectas.

Viendo como los demás se preparan para el combate hago lo propio. Me coloco el bastón en la espalda y desenfundo la daga que llevo en el cinto ya que en un espacio reducido tenía mejor movilidad que con el bastón.

- ¿Hacia donde se abre esta puerta, hacia dentro o hacia fuera? Podemos llamar a la puerta y cuando lo que haya dentro abra, lo primero que se encontrará será mi escudo. - susurro a mis compañeros y miro las bisagras de la puerta. Si se abre hacia dentro, me quedo donde estoy, y llamo a la puerta, preparado para entrar dentro y ponerme en defensa total. Si la puerta se abre hacia fuera, me aparto hacia el lado que me permita entrar en la habitación nada más abrir.

Los aventureros iban tramando un plan, aunque el barracón parecía relativamente silencioso. Un pasillo se abría a un lado, sin explorar y dos puertas sin abrir. ¿Qué se encontrarían los aventureros? No lo sabían.

Elyas, por su parte, se mantenía a la expectativa, observando lo que sus compañeros hacían. Pensando en el momento en el que actuar.

Draugarquen, sin dejar de estar pendiente de la puerta por si se abría y salía un enemigo, contempló durante unos instantes a sus compañeros sin comprender, con una ceja semi-levantada y parpadeando perplejo...."¿Qué hacen?.....Oh...¡OH! ¡QUE NO ME HAN ENTENDIDO!" pensó mientras ponía cara de asombro...."¿Será posible?".

Meneando de nuevo la cabeza volvió a susurrar "Psst....hay gente detrás de "ésta" puerta..." dijo mientras señalaba con énfasis la enorme puerta que tenía justo al lado.

"Detrás de "aquella" puerta, ahí donde estáis todos, no sé si hay alguien, pero yo no he escuchado nada...abrir y entrar de una vez, y si hay alguien, reducidlo, no podemos perder más tiempo, mientras tanto, Elias, Gimbar y yo os cubrimos la espalada aquí, rápido." dijo mientras señalaba claramente con el brazo extendido la puerta más pequeña que tiene justo delante Sir Rondar, donde parece que está a punto de entrar.

Gimbar estaba en suspenso, mas bien a punto de comerse las uñas por los nervios, pero el tener a tan bueno guerreros como aliado le ayudaba a tranquilizarse un poco -Que habrá detrás de esa puerta? Será algún animal terrible, un Troll o... un dragón? Por los dioses! q no sea u Dragón, no logro detectar nada magico detrás de esa puerta, pero que no sea un Dragón, me da miedo los Dragones, mi padre siempre me decía que me comería uno negro si seguía con mis travesuras- empieza a balbucear mientras va sacando su ballesta con torpeza.

Asiento ante las palabras de Draugarquen, y trato de abrir la puerta, con el escudo en ristre. Si veo algo vivo y peligroso dentro, desenvaino y avanzo hasta distancia de cuerpo a cuerpo en defensa total.

Al entrar por la puerta, Sir Rondar ve una pequeña habitación llena de estanterías, con armas y otros objetos. No parece haber nadie dentro.

Sir Boores echa un vistazo al interior de la habitación y ve que está vacía. Desenvaina su espadón con lentitud y suavidad, sujetándolo con una mano y dejando el ariete en la otra, y se acerca a la puerta grande detrás de la que sí parece haber enemigos. Sabe que no podrá combatir así, pero sigue sin tener claro si el resto quieren abrir la puerta de un golpe para acercarse por sorpresa o prefieren intentar algo más sigiloso.

Intenta susurran con su voz metálica cuando se encuentra allí.

-¿La abro de un golpe?

Adeline asomó la cabeza por la puerta. 

-No hay nadie.- susurró.- ¿qué hacemos?

Igual era una trampa, en aquél lugar no se sabía. Quizás alguna de las armas que había allí les fuesen útiles... pero no se decidía a entrar. 

Después de tanto suspense resulta que la habitación está vacía o eso decían los que se habían asomado. -Si está vacía deberíamos seguir. -digo a mis compañeros. -No hay que perder más tiempo. -añado poniendo los brazos en jarras mientras espero a que se decidan.

Era cierto que era más inteligente revisar todas las habitaciones pero si se demoraban demasiado... tal vez sería demasiado tarde.

Gimbar seguía algo nervioso, pero la curiosidad también era uno de sus defecto... Una vez dijeron que no había nadie se acerco a la puerta para revisar si había alguna presencia magica en la habitación quizas habría algún objeto de valor o algunos libros de magia, eso le gustaría mucho. -Yo quiero ver, yo quiero ver- mientras intenta ver entre los que estaban al frente.

Tu concentración te hace sentir la presencia de un par de objetos de pequeño tamaño y débil aura mágica en el interior de la habitación. No sabes, sin embargo, su paradero exacto.

-Esperen un momento... Por acáa... Hay un par de cosas, pero no estoy seguro de su lugar exacto... Tal vez si me concentro un poco mas...- dice el gnomo mirando con curiosidad todo a su alrededor.