Partida Rol por web

Al oír la voz de la bella mujer sentada al lado del hombre que no cesa de estornudar, mi mente regresa al mundo real. Me aclaro la voz antes de responder, y al hacerlo un leve rubor aparece en mis mejillas. No puedo negar que me resulta dificilísimo hablar en público. No obstante, trato de aparentar tranquilidad. Además, un poco de conversación trivial quizás logre hacer que el tiempo pase más aprisa, pues la espera está resultando interminable.

-Yo eh...-trago saliva, pues todos los presentes me están mirando- Creo que lo conocí en el pasado, durante mi infancia. El señor Hough era un viejo amigo de mi padre.

Bueno, supongo que serían amigos, pero no lo recuerdo. De verdad que no logro recordar al señor Hough...

Muestro una leve sonrisa al escuchar las palabras de la mujer, aunque al darme cuenta de la situación vuelvo a ponerme seria. - Espero que no hayan podido percibir que encuentro divertido que alguien esté tan perdida como yo, y menos, si alguna de estas personas le tenía aprecio.

- A mí me era familia lejana, pero no teníamos trato. - Respondo a mi propia pregunta, esperando a que el resto decida colaborar en la conversación o al menos decir algo, ya que esperar en silencio nunca había sido mi fuerte.

*Me pica la nariz un monton, maldito resfriado* Tras oir unas palabras de las señoritas William sale de sus vacios pensamientos.

*Oh, yo apenas conocia al señor Hough y .... no, no eramos familia, señorita* tras dirigirse a la señorita William se gira yesconde la cara tras un brazo para poder asi rascarse la nariz más o menos discretamente, pero su estrategia falla la encontrarse frente a frente con el señor Cottle. Sale al paso lanzando otra pregunta:

*y usted, señor Cottle? Conocía al señor Hough?*

Escucho atento las conversaciones de los presentes sin poder sonréir de alguna forma en mi interior... Desde luego, este Daniel, das que hablar incluso cuando ya estás en la tumba. Viendo que es posible que la lectura se demore más de lo esperado, tomo asiento en uno de los sillones libres y apoyo mis manos sobre el mango del paraguas para ayudarme.

- Bueno, lo cierto es que si... éramos viejos amigos; fue profesor mío en la carrera de Arqueología y posteriormente colegas, aunque últimamente no nos veíamos demasiado.

Observo las caras de cada uno de las personas que había allí, la mayoría eran jóvenes, no era extraño que no lo conocieran... me pregunto en que estarás pensando Daniel, ¿que es lo que te propones?. Bueno, sea como sea parece que tendremos que esperar a que el señor Swanson termine de preparar la lectura.

Observo la explicación del señor Cottle , extrañamente su rostro me es familiar. Si estudio con el señor Hough, quizás nos hayamos cruzado en alguna convencion, no , no creo que sea eso permanezco unos instantes pensativos Ya recuerdo, es el dueño de la casa de antigüedades Cottle en Boston.

Yo no llegue a tener trato directo con el señor Hough , fue el mentor de mi padre. digo dirigiéndome a los presentes Yo apenas lo conocí, coincidimos en un par de convenciones de arqueología como mucho. hago una breve pausa quedándome pensativo por alguna extraña razón el señor Hough me ha incluido a mí en lugar de a mí padre en su testamento digo encogiéndome de hombros

Miro al hombre que acaba de hablar, sorprendida por la coincidencia.

-Mi situacion es similar a la suya, señor...-le comento, aunque ahora que lo pienso, no recuerdo su nombre. No me parece que lo haya dicho, o no por lo menos desde que estoy en la sala de espera junto al resto de los presentes- En mi caso también era mi padre quien conocía bien al señor Hough, y sin embargo aparezco yo, su hija, en su testamento.

"Bueno, quizás estuviese al corriente de la muerte de mi padre, y si habían sido buenos amigos, a lo mejor me incluyó a mí en su testamento en honor a él. Como padre ya no está entre nosotros..."

Escucho atenta las palabras de mis acompañantes, la verdad es que hablando la espera siempre resulta, sino más amena, al menos menos pesada.

- Parece que al menos no soy la única que no tenía trato con él, aunque la verdad es que no sé si eso me sabe muy bien, ya que aunque muy lejana, mía sí que era familia. Aunque tampoco he de echarle la culpa por ello, ya que tanto viajar hay familia directa que casi ni conozco..

Asieto a las palabras de los allí presetes cuando hablan, la educación siempre era de agradecer, así que debía mostrarme lo más cortés que podía..

Suena el telefono. La secretaria lo coge - Sí señor Swanson. Están todos aquí ya...- se queda unos segundos callada escuchando a su interlocutor antes de volver a hablar - Señor... oiga... ¿pasa algo?... oiga!. Suelta el telefono y cogiendo una llave de un cajón del escritorio sube a toda prisa las escaleras en dirección al despacho.

El rostro de la secretaria es una mezcla de preocupación y miedo. Mientras sube por las escaleras escucháis un terrible estruendo que viene de arriba: parece como si un estante lleno de libros se hubiera caído al suelo, también escucháis ruidos de cristales rotos y un alarido.

Una vez llega arriba la oís golpear la puerta varias veces mientras intenta entrar con la llave -la puerta parece atascada y no se abre. - Señor, por favor responda... ¿se encuentra bien? ¿qué está pasando ahí? ¿Señor?

Las palabras de la secretaria me sacan de mi ensimismamiento y me quedo mirándola, tranquilamente tras sus primeras palabras, como si se hubiera producido un corte en la línea o algo similar, a mí también me fastidiaba quedarme con la palabra en la boca cuando me ponía a hablar y hablar, aunque poco después, me di cuenta de que o había sido nada de eso. Al escuchar el ruido de los cristales y el alarido, un escalofrío recorre mi espalda y llevo mi mano a mi cara, para taparme los labios mientras cojo aire sobresaltada. - Qué es lo que estaba ocurriendo?

Me pongo de pie y me encamino a las escaleras, sin pararme a observar a ninguna de las personas restantes que había en la sala. Cogiendo la parte de abajo de mi vestido, sin levatarlo demasiado ya que sería poco decoroso por mi parte, tan sólo lo justo para poder subir con mayor rapidez las escaleras, subo los peldaños acercándome a la secretaria, por si puedo echar una mano sea lo que sea que haya pasado.

William se sobresalta ligeramente al oir el estruendo del piso posterior pero tarda en reaccionar y no media palabra alguna. Tras ver como la joven señorita se encamina escaleras arriba se incorpora y la sigue:

*Le acompaño, señorita Adams, no sabemos lo que ha ocurrido haya arriba y .... podria ser peligroso*

Tras decir estas palabras William se encamina esclaeras arriba, tras los pasos de la señorita June Adams.*peligroso, eres un maldito morboso William, al menos no te engañes a ti mismo*

Parece que ya se va a proceder a la lectura del testamento, cuando algo ocurre fuera de lo esperado. La secretaria sube las escaleras alarmada y no parece poder abrir la puerta en la que se encuentra el señor Swanson. Ese ruido de cristales y el grito... Me pongo en pie con calma, no creo que sea prudente subir las escaleras junto con el resto para ver lo que sucede... sin duda el señor Abbot parece alguien fuerte y si hay que tirar la puerta abajo, en caso de que se pueda; seguramente él sería más indicado que yo.

Ayudado por mi paraguas camina hacia la puerta de salida, quizá haya sido un ladrón o algo similar y haya tratado de salir por la ventana... Voy a dar un vistazo fuera. Paso por delante de la viuda de Hough y abro la puerta, abriendo de nuevo el paraguas para no mojarme, y trás cerrar la puerta comienzo a caminar hacia el lado de la casa donde de la supuesta ventana del despacho. Los cristales han podido ser desde la ventana hasta algún elemento decorativo...

Sobresaltada por el ruido procedente del piso superior, veo a dos de los asistentes subir las escaleras tras la secretaria. Con cierto temor, comienzo a ascender las escaleras, sin darme mucha prisa, más que nada porque este tipo de situaciones siempre me alteran, y no creo poder ser de mucha ayuda en el caso de que haya sucedido algo, sino más bien todo lo contrario. Pero la curiosidad...

-¿Qué ha sucedido?- exclamo a viva voz, mientras asciendo, pero niguno de los que ya han subido me responde. Imprimo un poco más de ritmo, y asciendo junto al resto, movida más por la curiosidad que por la idea de que pueda ser útil.

"Niña estúpida, deberías haberte quedado abajo" me digo a mí misma. "¿Nunca has oído que la curiosidad mató al gato?".

Me giro con gesto extrañado al escuchar las palabras de la secretaria ¿Pero que demonios ocurre?cuando mi mente aun esta tratando de asimilar lo sucedido el resto de los presentes en la sala comienza a moverse, observo como el señor Cottle es el único que sale a investigar fuera Espéreme señor Cottle le acompaño digo mientras salgo tras el El señor Cottle es un hombre de edad avanzada si hubiese que hacer frente a alguien seria peligroso para el pienso mientras le sigo

La secretaria aporrea la puerta mientras más ruidos de golpes y cosas que se rompen, junto con algún que otro alarido se filtran desde el otro lado de la habitación. No abre, alguien la ha debido atascar por el otro lado.

Le acompañan, June, Anne y William. -

Una vez afuera, dais la vuelta y os encontráis con que al menos una de las ventanas del segundo piso está destrozada. No hay cristales alrededor vuestro, asi que se ha roto de fuera a adentro. Del interior se escuchan más ruidos y algunos gritos más.

Observo como en efecto hay una ventana rota en una de las paredes está rota, no hay duda que se trata del despacho del señor Swanson... Quizá el sonido de estruendo de antes haya sido alguna librería o algún mueble que haya caído y por eso no pudo entrar la secretaria al interior del despacho. Miro a Eban, que ha salido a acompañarme... Parece que alguien ha entrado en el despacho, deberíamos llamar a la policía... Observo la calle en la que nos encontramos, esperando que la Diosa fortuna hiciera que algún agente de la ley pasará en aquel momento por allí.

Igualmente me fijo en el suelo, no llovía pero si se había pegado toda la noche lloviendo el suelo debía estar embarrado (si no era de cemento), quizá hubiera huellas o algo similar... igualmente miro como es la fachada, si tiene algún tipo de enredadera, o quizá una tubería a través de la cual se pueda trepar para acceder al despacho... desde luego no para subir a él, sino por mera curiosidad de como ha podido el ladrón entrar dentro. De nuevo otro vistazo; si no veo a nadie me giro hacia mi compañero... Creo que deberíamos llamar a la policía, antes la secretaria estaba hablando por un teléfono, ... de nuevo me giro y comienzo a caminar sin soltar el paraguas, hacia el interior dispuesto a avisar a las autoridades.

Parece que hay una pelea o algo así comento por el estruendo que parece haber en la habitación.

Miro la ventana fijándome en el agujero que hay ¿Quien querría colarse en el despacho del buffete a plena luz del dia? pienso algo contrariado estaban dándose demasiadas situaciones extrañas

Cita:

Asiento con la cabeza y acompañando al señor Cottle al interior para dar parte a las autoridades

Observo los intentos vanos de la secretaria de abrir la puerta y luego miro a las dos personas que también han subido a ver qué es lo que está sucediendo, tratando de pensar como abrirla, pero sólo se me ocurre la solución más cansada..

- Creéis que si hacemos los cuatro fuerza conseguiremos que la cerradura ceda? - Pregunto sin tener ni la más remota idea de como abrir una puerta cerrada.

-Podríamos intentarlo- le comento, preocupada por la ausencia de respuesta en el interior de la sala. es posible que el hombre haya sufrido un accidente, así que es hora de actuar- Todo sea por ayudar al señor Swanson. Puede que esté en apuros.

"Bueno, supongo que entre los cuatro podríamos abrirla sin problemas.". Coloco mi bolso de mano bajo la axila y me preparo para empujar la puerta con todas mis fuerzas, a la par que los demás presentes.

Empujáis entre los tres y conseguis tirar la puerta, que estaba atrancada por el otro lado con un estante. Lo que véis es a un individuo con el rostro cubierto de vendas, un sombrero y un abrigo que le ocultan casi por completo alzando con un brazo contra una pared al que debe ser el señor Swanson.

Hay más estantes y libros tirados por el suelo, y el señor Swanson parece herido, sangra por la nariz y la boca.