Partida Rol por web

Caminan un largo trecho por el pasillo de piedra.

El largo pasillo de piedra termina en una cámara de piedra amueblada sólo con mesas agrietadas y descompuestas sobre las que yacen instrumentos de hierro oxidados. La lluvia cae en el medio de la habitación desde un pozo en el techo que debe recorrer todo el camino hasta la parte superior del tor. Desde
la parte inferior del pozo cuelga una cuerda, balanceándose ligeramente. Un drenaje en el centro del piso permite que el agua escape, pero las manchas antiguas y oscuras a su alrededor sugieren que se utilizó para llevarse otros fluidos hace mucho tiempo.
De repente, desde una entrada al otro lado de la habitación entran dos humanoides corpulentos (de la misma raza que ya habían visto web la cámara de entrada). Cada uno más de 1.8 m. de alto y tienen ojos salvajes y chatos rasgos faciales. Con un rugido al ver la luz de su antorcha,  los dos desenvainan sus armas y cargan.

Panacea venía hasta adelante, junto a Gael, cuando vió a los hobgoblins cargar.

Ni tiempo para la diplomacia.

Lo bueno es que le había dejado a Aramin llevar la antorcha, por lo que tuvo perfecto tiempo de invocar a los espíritus animales y convertirse, en esta ocasión. en una loba de verdoso pelambre.   

¡Wgrrrrrr!

 La druida sabía que tendría la ventaja de este espíritu de los animales para coordinarse como manada* con sus compañeros, así que a la distancia apropiada atacaría y buscaría tirarlos al piso. 

La siguiente cámara no tardó en arrojar novedades, ya no en el extraño mobiliario dedicado a la tortura, sino que dos figuras aparecieron bruscamente no tardando en ir a la búsqueda del grupo.

Extrajo la espada de reserva del cinto de la espalda y alzó un poco el escudo. Se estaba planteando ir a interceptar a los hobgoblins hasta que cayó en la cuenta de que no podía avanzar porque se quedaría sin luz. Entonces decidió recibir aquella carga y después realizar un contraataque, para ello debía de recurrir a su entrenamiento con sus protecciones, Gael era todo un maestro aprovechando el escudo y la armadura.

- Venid pues, que serán nuestras armas quienes os reciban.

En cuanto tuvo una oportunidad arremetió contra uno de los goblinoides, sajando con la espada a lo largo de su torso.

Los hobgoblin gritando algo en algún idioma**, se lanzan a la carga,  contra el primer adversario que se ve y de la forma más rápida. 

El primer adversario que ven es Gael, contra el cual arremeten.

El primer hobgoblin clava su espada en el escudo que hábilmente pone Gael, y empieza a lanzar mas gritos en ese idioma desconocido. 

Gael se ve un poco confundido con las palabras,  lo que aprovecha el otro hobgoblin para,  con el arma también a 2 manos,  hacer un golpe ascendente contra el brazo del arma del guerrero. 

El corte es profundo,  y aunque el guerrero pone partes de su armadura,  trozos de metal salen volando, mientras otros se incrustan en su piel. 

El guerrero reprime un gemido al sentir el dolor,  pero el hobgoblin que lo impacta, aprovecha la vulnerabilidad y con la cacha de la espada golpea a Gael poderosamente en la mandíbula. 

El guerrero,  a pesar de su fortaleza física,  se ve lastimado. 

Aramin, empieza a insultar a uno de los hobgoblins a medida que Panacea se acerca contra ellos. 

La acción de Panacea se ve dificultada por la posición del pasillo mas su tamaño grande,  que no permite el Ataque lado a lado con el guerrero. 

Lo que hace la Lobacea entonces,  es atacar y replegarse a su posición. 

El ataque falla y Lasar queda oculto en tercera línea, detrás de Gael y luego de Panacea. 

Lasar utiliza su magia y 3 dardos salen volando de sus manos hacia los hobgoblins. 

A pesar de que está tan cubierto,  los dardos mágicamente esquivan a a Gael y la Lobacea, impactando en una de las criaturas, haciendo un daño tan enorme,  que la criatura cae fustigada de inmediato. 

Gael intenta golpear,  más,  a pesar de todo,  su golpe da en la armadura del hobgoblin. 

El hobgoblin , al parecer enfurecido, intenta golpear a Gael, pero de repente su cara se muestra confusa y hace el gesto de dolor caracteristico de cuando uno se golpea solo un dedo del pie pelado.

El golpe va tan mal puesto, que Gael se da cuenta que el hobgoblin esta lastimado mentalmente.

La magia de Lasar había logrado acabar con un hobgoblin, estas criaturas contaban con una fuerza sin igual como demostró el hecho de que le causaron graves heridas de un solo golpe y a pesar de que Sir Gael había interpuesto su armadura. Si seguía en pie era por ese acto reflejo, la hoja se frenó un poco, lo suficiente para que él tuviera nuevas oportunidades de atacar.

Notó que el compañero del monstruo se mostraba ahora desconcertado, preso a todas luces por la magia de Aramin cuyas palabras provocaban esos efectos en los enemigos. Se planteó si convenía pasar a la defensiva para funcionar como un muro pero viendo al hobgoblin en ese estado parecía que lo que debía hacer era seguir luchando para propiciar su caída cuanto antes.

- Vuestra fuerza es antinatural pero resistiremos.

Decía armándose de valor, recurriendo a la par a sus reservas. Era un experto guerrero y eso le permitía recuperar su moral tras cualquier duro golpe. Gael entonces avanzó a gran velocidad su espada tratando de pillar al enemigo con la guardia baja pero pese a sus intentos no logró su propósito.

La lobacea de verde pelambre avanzó apretándose un poco para caber hasta llegar una posición de flanqueo con el hobgoblin que aún quedaba en pie.  Desde ahí, soltó un mordisco mordaz y voraz, usando las tácticas de manada que eran instintivas en los lobos a los que la druida protegía, como individuos y como especie. 

¡WRGGRRR! ¡ARSH! ¡ARSH!  -sonaban sus mordidas. 

Avanzamos por el pasillo y nada más llegar a la habitación, salieron dos hobgoblin a nuestro paso. Mi primera acción fue lanzarles unos dardos mágcos, que acabaron con la vida de uno de ellos. Gael recibió un fuerte espadazo, momento que aprobeché para lanzarle un rayo congelado al oponente. Si le impactaba, le dejaría a merced de Gael.

Lasar apunta con su dedo,  por detrás de Gael,  y aunque le cuesta,  el rayo de hielo impacta al hobgoblin,  haciéndolo temporalmente mas lento. 

Lo que aprovecha la Lobacea  para pasar entre medio del hobgoblin y la pared,  y llegar finalmente desde atrás del bicho y proporcionar una mordida feroz en su espada. 

El hobgoblin ahoga un gemido,  mientras su rostro se contrae de dolor. 

Gael intenta atacar,  pero el hobgoblin ya ha tenido suficiente,  y cae al piso,  muerto. 

Tras la pelea,  el silencio se la cámara se interrumpe sólo por la respiración entrecortada de  Gael y los rayos que iluminan la estancia desde el pozo en la parte superior de la cámara. 

Ahora que pueden ver con mas detenimiento,  pueden darse cuenta que al fondo del cuarto de app 60 pies de largo,  se ven siluetas de 2 entradas,  una había la derecha y otra hacia delante. 

Estas bestias aparecían por doquier y de improviso. debíamos andar con mucho cuidado.

-"¿Estáis todos bien? Avancemos hasta la sala para tener más espacio y ver el entorno.

Espero a que vayan avanzando para ir detrás de ellos y fijarme bien en todo lo que hay en esta sala. Me acerco a las dos salidas y observo hacia lo lejos, escuchando y oliendo por si notara alguna cosa.

Con sus sentidos lobunos aumentados, Panacea se fue con Lasar a escuchar y ver, y oler, cualquier peligro que hubiera haber por esas dos entradas. 

En cuanto el segundo hobgoblin besó el suelo el caballero hizo un gesto para parar al resto.

- No estoy bien, ese espadazo me ha herido bastante. Necesitaría magia curativa o que hiciéramos un pequeño descanso para tratar de reponerme.

No tardó en tantear su propia carne para evaluar el tamaño del corte. Había que cerrarla ya fuera mágicamente o por medios más mundanos. Gael envainó ahora la espada, esperando la respuesta del resto.

La lobacea regresó, levantó su patita y buscó canalizar sus poderes curativos hacia el herido guerrero.  Pero no pudo, su sabiduría de druida aún no era suficiente, aún no pasaba los ritos y ceremonias propias de una archidruida, así que se limitó a lamer un poco la herida del guerrero y dar paso al clérigo curador.   Se fué trotando de regreso con Lasar a escuchar, ver y olfatear los caminos nuevos que se abrían a su paso.

Corro en ayuda de Gael.

- Aguanta Gael. Voy en tu ayuda.

Reviso a Gael y como estan sus heridas. Las trato y vendo todas para parar el sangrado y estabilizarlas.

- Por favor sientate y apoyate en la pared para que descanses unos minutos. 

Diciendo esto comienzo a revisar y tratar las heridas mientras canto una cancion de arrullo que me cantaba mi madre.