Hago una inclinación, mostrando una gran sonrisa, complacida por su respuesta.
- Nos vemos luego pues...
Al menos tendré posibilidades de verle más tarde.
Me di la vuelta en dirección a Meñique aún sonriendo, y caminando con alegría, mientras me esforzaba para no girarme a ver si aquel dulce chico aún me estaba mirando... Es tan guapo...
Para mi desgracia, ver a Meñique no era una misión tan divertida... Pero mis deberes me llamaban.
Daphnia lanzó un afligido suspiro al aire, bien sonoro. Componiendo una sincera mueca de decepción, se miró las manos entrelazadas unos segundos.
- Y yo que venía en busca de alguien interesante con quien hablar, y compartir historias, y me encuentro con un Dothraki que teme haberse contagiado por una anguilita. Me temo que tendré que buscar en otra parte alguien que no sea tan miedoso.
Hizo una cortés reverencia como despedida, y se fue con un revuelo de faldas, y el mentón levemente alzado, indignada.
¿Y para eso he tenido que probar una anguila que sabía a agua salada? Puags, a la próxima, me niego a comerlo.
Rickard siguio con la mirada a Darlyn mientras se acercaba a meńique, luego se volvio hacia la mesa y se lleno la jarra de cerveza, se quedo un rato alli. A continuacio se acerco a su hermano que estaba con ser Walder y ser Dalmau.
-Buenas noches, como estan?
Disfrutando de la compañía. ¿Y vos sois? ¡Oh! -exclamó el caballero al ver al chico- El hermano. Sí que tienen un parecido físico. Encantado de compartir la mesa contigo muchacho. Estaba intentando sonsacarle a tu hermano algo de información. Me gustaría establecerme en el Norte y no quiero hacerlo sin estar al tanto de cómo es la vida allí.
-Pequeña pero jugosa.- Mencionó Lord Petyr cuando Darlyn se acercaba hacía él con una sonrisa en los labios, luego cogió otra uva y la sostuvo en los dedos frente a la boca. -¿Queréis probar una de estas magnificas uvas de Dorne?. - El enigmático Meñique no dejaba claro si con la primera frase se refería a la pequeña Lannister o a las uvas. Sonrió consciente de aquella ambigüedad.
-Mi hogar está en las marcas de Dorne, en las montañas que hacen de forntera con el Dominio, somos banderizos de la casa Dayne de Campoestrella.-
-Decidme ser, ¿No os gustaría ganar una buena suma gracias a vuestra participación en el torneo?-
Lord Edric dijo esto acompañado de una amplia sonrisa, y sin dejar de mirar de reojo al Dothraki, por el que meñique había apostado.
El señor nórdico no había levantado la mirada de su plato ni una sola vez. La comida le parecía extraña. La charla, insulsa. Los intentos de adulación, desesperados. Los coqueteos, irritantes. Por ello, se dedicó a la comida, dando pequeños bocados de los platos que le resultaban más familiares. No se atrevió a tocar los manjares más exóticos. Su viejo estómago no toleraba muy bien ese tipo de experimentos.
Así pasó un buen rato, mientras las conversaciones a su alrededor formaban un murmullo constante que se esforzó en ignorar.
Al menos hasta que una voz se distinguió entre el resto. No conocía a la hermosa joven, pero la recordó de la presentación del torneo. Se estaba quejando de su encuentro con el dothraki, asi que dijo: los dothrakis no son valientes. La gente confunde su salvajismo con valentía, pero siguen siendo solo salvajes asustadizos que apenas saben hablar. Si queréis buena conversación, y buenas historias buscad a un nórdico, joven señora. Es bien sabido que en el vasto norte abundan las historias de antiguos héroes.
Tras una pausa, añadió. Quizá queráis saber algo del Muro.
Erbin había estando charlando discreta y brevemente con Lord Ned Stark y volvía hacia su mesa cuando escuchó a un caballero dirigirse a una dama, no prestaba demasiada atención a tantas conversaciones en medio del barullo, pero oyó la palabra mágica...
"Quizá queráis saber algo del Muro."
el Muro... los pensamientos sobre su padre y su muerte cerca del muro se atropellaron rápidos en su mente y se paró en seco...
Miró hacia el caballero que observaba la joven y se situó discretamente tras él, si había alguna novedad quería oírla, quizás solo se tratase de llamar la atención de la joven y le contase una vieja historia... de todas manera ahora mismo la oiría, tenía ganas de sentirse cerca de casa.
Claro que le gustaría pillar un pellizquito, pero estaría difícil. Tendría que esforzarse para pasar de ronda.
No es lo más importante, como ya le dije señor, aquí uno viene a viajar, a conocer a gente y a pasarlo bien, el dinero siempre es secundario...
¿Secundario? Sin dinero no comería. Sin dinero no podría llevar estas armaduras, sin dinero no podría participar en el torneo, sin dinero no podría viajar, sin dinero...Para nada es secundario
Tengo ganas de comenzar ya, la verdad es que todo esto me aburre de manera sobrenatural. ¿A usted no?
Lord Edric cogió a Ser Peter por el brazo y le habló al oído, tratando de evitar que alguine más les oyera.
-¿Veis a ese Dothraki? Voy a apostar una buena cantidad de Dragones con Meñique a que no ganará el torneo.-
- Lo que necesito de vos, es que...., Bueno, digamos que necesito que evitéis que pase de ronda. Si me hicierais esta merced, podría agradeceroslo con 30 Dragones.-
¿30 dragones? Madre mía...En este tipo de situaciones se sentía como una prostituta, pero la verdad es que le agradaba esa sensación...
Y lo único que tengo que hacer en esta situación es descabalgarlo, ¿verdad?
Miró al dothraki con curiosidad.
¿Será complicado?, no parece muy dado a las artes de combate que tenemos en los SIete Reinos...
Por supuesto que acepto señor. Pondré todo mi coraje si llego a enfrentarme a él.
La idea le divertía.
Cobarde me llaman.-El dothraki había estado de un humor no tan malo como el habitual, pero aquellos ándalos ignorantes no lo habían sabido apreciar. Hay pocas cosas que hagan temblar a un dothraki, pero entre ellas no estaba el luchar a muerte en cualquier combate.
Kaleon sabía muy bien que los ándalos perdían la fuerza por la boca, eran todos unos bravucones pero en la batalla se cagaban encima al verle llegar. En cambio los dothraki hablaban en el combate, con el arakh en la mano. A pesar de lo que aquellos cortesanos pensaran, los dothrakis sabían esperar su momento.
Por todo el comedor se rumoreaba que un tal Meñique había apostado por Kaleon en el torneo-Chico listo.
-Exatco. Eso es lo que tenéis que hacer. O evitar que participe. Que tuviera un accidente en caso necesario. estoy seguro que sabréis que hacer.-
- Entonces ¿tenemos un acuerdo?-
Pues al contrario de lo que muchos piensan, el norte no es tan frio... siempre que tengas un buen fuego en la habitacion y una mujer en la cama.
Rickard rio sonoramente y bebio de su cerveza.
Ahora en serio, se vive bien, los castillos suelen ser mas auteros que aqui en el sur, seguro que encontrariais un sitio al que podriais llamar hogar.
Edric no eperó a que Ser Peter le respondiera. Se dió la vuelta y buscó a Meñique. Cuado lo encontró se puso frente a él y le dio.
-Lord Baelish acepto vuestra apuesta, 100 dragones a que vuestro Dothraki no ganará el torneo-
Lo tenemos
Sonrió ante la propuesta.
Así que Meñique apostaba por Kaleon... Eso preocupaba a Dalmau, el tesorero real era un hombre muy astuto y si había hecho una apuesta elevada era porque sabía algo que los demás no. O porque pensaba ganar algo más a cambio de perder la apuesta. Dalmau intentó despejar todas las sinuosas preguntas de su cabeza mientras agarraba otra jarra de vino y le daba un largo trago. Bueno, ya llegaría el torneo y se preocuparía por lo verdaderamente importante.
Sonrío ante el comentario de Meñique... Siempre tan vulgar...
- Vengo a hablar de negocios... Conozco tus habilidades y reputación, y creo que podríamos llegar a un trato. No sé cómo verás el torneo, pero tengo intención de inclinar un poco la balanza en una dirección... ¿Lo ves factible? Sé que tu te estás dedicando a las apuestas... y creo que quizá te interesaría formar una alianza.
Levanto las cejas, y le miro expectante...
No sé si aqui se haría una intriga o no, la idea es que me ayude...
-¿Y por qué iba a querer contar con tu ayuda? ¿qué podéis ofrecerme que no pueda conseguir yo por mi cuenta?- La estudió de arriba a abajo. -Tal vez podáis servirme en una de mis casas de dudosa reputación, pero parecéis demasiado verde todavía... O más bien, demasiado Escarlata...
Vas a tener que tirar para convencerle. :D
-Mmm... Creo que tengo ciertas capacidades, y se me da bien convencer a la gente. Sé jugar bien mis cartas. Si preferís ir por vuestra cuenta, que así sea... Pero creo que si unimos fuerzas, podríamos tener el torneo en nuestra mano, cosa que aunque sea por las apuestas podría interesarle.
¿Y que tiro?