Partida Rol por web

-En ocasiones...- Dije después de besarla con gran pasión y dejaba que mi chaqueta cayera al suelo-...el deseo nos torna irracionales- Terminé mientras mis manos subían su vestido y mis labios recorrían su cuello, besándolo lentamente.

Mis labios volvieron a subir a sus labios y mis manos subieron para desatar su vestido.

-Yo también espero que todo se solucione de forma pacífica mi amor, ya que no podría soportar la idea de que te pasara algo. -Mis ojos temerosos se quedaron clavados en aquel bello rostro, digno del más bello de los ángeles. -Pero si osan intentar dañarte, a ti o a nuestra familia -Sobre todo a ti. -verán lo que es la furia de William de Astor, el bastardo con la furia de un dragón. -Intenté sonreír para restarle algo de importancia, no quería que Dani se preocupase.

Acorté nuestra distancia y la besé con ternura, acariciando sus labios con los míos. -No te preocupes ¿vale? Nunca permitiré que te pase nada malo. Antes tendrán que pasar por encima de mi cadaver.

Victor se instalo en su habitacion y pronto se puso a redactar una carta que mandaria a los Astor para citarlos en la cena de la noche y empezar a tratar los delicados temas de la reunion, no dejo que nadie le molestara mientras escribia aquello, su equipaje seguia en el baul donde habia llegado y no se habia cambiado siquiera las ropas de montar.

Una vez termino la carta llamo a uno de los criados del castillo para que la llevara a los aposentos del otro Rey. Y por fin, pidio un baño de agua caliente para asearse y relajarse, no le habia gustado traer a su hermano alli, seguia molesto con el, y esperaba que no le volviera a dejar en evidencia.

En cierto sentido ya le privo de algo que jamas volverá a tener. Ni siquiera sabia si alguna vez habría pensado la muchacha que podían follársela por el ano como si fuera un sexo. Para mi muy placentero, pero para ella cruelmente doloroso.Para cuando esta noche me reuniera con los demás en la cena, en cuerpo y la vida de la pequeña abrían cambiado para siempre.

Mientras la penetro mas y mas, me voy acercando a su rostro y cuando estoy por completo en su interior elevo su cabeza para que se acerque a mi y pueda susurrarle. Cuando termine contigo, estarás tan mancillada que ningún hombre honesto querrá saber nada de ti.Tendrás que venir conmigo y ser mi mascota por siempre.

La joven muchacha no pudo evitar comenzar a llorar con tus palabras, pues tu no sabias que era peor para ella si que te la quisieras llevar o que jamas podria llegar a tener la vida que humildemente habia deseado, pues despues de eso ningun hombre honrado como habias dicho querria saber nada de ella que no fuera carnal.

Ooooh, que prieta eres pequeña. Has estado lenta. Por un cuerpo como el tuyo y un culo virgen como este te habrían pagado una buena cantidad. Ahora seras poco mas que una esclava. Me servirás mientras yo lo desee, de acuerdo?. Le atraigo aun mas hacia mi y me dejo caer sentado un una silla mientras ella se sienta sobre mi miembro .Tengo ganas de pellizcar sus rosados pezones a voluntad.

Muévete pequeña. No querras que haga yo todo el trabajo, no?.

Yo estoy al tanto de la partida, ya me leí lo poco que lleva ;-)

Postea la cena y ahí empezaré a jugar, te parece??, mientras, solo voy a una habitación a peinarm,e, bañarme y estar lista y muy arreglada para la cena.

Todos pasasteis la tarde de una manera u otra pero de forma mas que tranquila, con los sirvientes de Satine atendiendo vuestras necesidades.

Finalmente llego la hora de la cena en la que las dos familias os reuniríais por primera vez en mucho tiempo. Era una larga mesa llena de comida, cada rey presidía un lado de la mesa con su reina a un lado derecho. La mesa estaba llena de comida y vino, todo olía estupendamente y podíais comer cuanto gustaseis, carne, pescado, todo lo que os viniera en gana.

Y así fuisteis llegando a la mesa.

Llegué con tiempo de sobra al comedor, ya que todo indicaba que era el primero en llegar. Sonreí contento por eso y me dirigí sin dudarlo hacia la mesa, donde me serví una copa de vino para hacer tiempo a que llegaran mi familia y los Lenger. Me parecía descortés sentarme antes que mi padre por lo que permanecí en silencio mirando por la ventana saboreando el vino, perdido en mis pensamientos, que solo tenían una dirección.

Llegue al comedor y sonreí complacida al ver allí ya a William, me acerque haciendo una leve reverencia y salude al joven - Buenas noche William. - Me acerque a la mesa y me puse también un copa de vino mientras esperábamos al resto de los comensales.

- ¿Ha sido agradable tu tarde? - Le pregunte sin separar mis ojos de los suyos.

Me incliné en señal de respeto hacia Lady Satine que me había sacado de mi ensimismamiento. -Buenas noches Lady Satine, la verdad es que si, ha sido una tarde buena, me ha venido bien el descanso para quitarme la tensión del viaje. Una vez más debo agradecerle su hospitalidad, está claro que en hermosura y a ser anfitriona, es usted impresionante. -sonreí y alcé mi copa en dirección a Lady Satine antes de beber.

Bien preparado y con la ropa recién lavada me acerco al comedor, guiado por el sirviente que me han asignado. Le hago regresar a la habitación con ordenes de esperarme despierta para atenderme al llegar.

Cuando entro veo a mi hermanastro y a Lady Satine en la estancia, los primeros en llegar. Me acerco a ellos con una sonrisa en el rostro y les saludo.

Buenas Noches, Lady Satine...William. Me relajo un poco y sonrío lánguidamente. Permitame expresarle lo particularmente hermosa que se ve esta noche.

Daniella tardó un poco en presentarse en el comedor. Cuando lo hizo temía encontrarse que ya estaban todos esperándola. Sonrió aliviada al ver tan sólo a su anfitriona junto a los dos hijos de su marido. 

La joven reina llevaba un vestido azul noche que hacía resaltar el color de sus ojos. Su sirvienta la había peinado con suaves bucles, y una fina tiara adornaba su oscuro cabello. 

Entró y saludó con un leve gesto de cabeza. - Buenas noches... - Había podido descansar parte de la tarde, y su rostro mostraba un aspecto más saludable que cuando había llegado, cansada del largo viaje. Se acercó también a la mesa y a su vez cogió una de las copas de fino cristal, para servirse un poco de vino.

Las puertas se abrieron con un duro crujido y las pisadas resonaron en la sala, el paso firme y marcado de Victor las hacia sonar mas de lo normal, llevaba una camisa de lino blanco bajo una chaqueta abierta de color negro con bordados dorados, en su cara no se pudo ver un apice de algo que no fuera seriedad, miro la instancia y frunció levemente el ceño, era el primero de los Lenger, a exepcion de su anfitriona que ademas era su Reina.

- caballeros- dijo dedicando una mirada a los Astor e inclinandose levemente, despues se acerco a la joven reina Daniela- lady Daniella de Astor- y cogió una de las manos de ella y la beso- un placer veros- y por fin se acerco a la anfitriona y viuda de su padre, la reina Satine, realizando una reverencia tan protocolaria como elegante al tiempo que repetia la acción de besar la mano- mi reina...- pareció cortar el principio de una frase.

Justo detrás de su hermano, llegó la hermosisima Arya, iluminando la habitación con su blanca sonrisa y sus grandes ojos expresivos, cargados de la inocencia propia de una niña consentida y bondadosa.

Levaba un hermoso vestido rojo carmesí, de cuello bandeja con bordeados de seda de colores amarillos quemados y verde prado, la falda le tapaba los pies. Sus labios estaban pintados de rojo y su hermoso cabello caía finamente por sus hombros y cubría su pecho.

Miró a todos y cada uno de los presentes y por un instánte su cara expresó un ápice de decepción, pero rápidamente volvió a esbosar esa mágica sonrisa que hacía enamorar al pueblo.

-Caballeros... Dijo con un suave tono mientras se acercaba Connor y William, alzando su mano para que fuese besada.

-Mi rey.. -Dijo cuando pasó enfrente de su hermano mayor, y realizó una reverencia tan amplia que sus cabellos rozaron el suelo.

Finalmente su sonrisa se amplió cuando llegó en frente de Satine -Mi reina- posó su mejilla esperando que la de mayor jerarquía la besara, una señal de respeto por supuesto, y respondió con otro beso en la mejilla.

Tomó una manzana de la mesa y empezó a mordisquearla mientras se asomaba por la ventana, mirando hipnotizada el amplio cielo estrellado.

Llego al comedor y han llegado todos, beso la mano de la anfitriona. Lady Satine es un honor compartir vuestra mesa, lamento haceros esperar.Saludo al resto se la familia anfitriona con la etiqueta correspondiente.

La reunión prometía grandes sorpresas pero no pienso ser yo el que las de. Guardo en mi memoria este momento si salia bien podría ser la primera de muchas.