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El viaje del Uthero

Bajo la sombra (Escena II)

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05/10/2016, 04:05
Katsumi Wôn "La Mantícora"

No había dicho nada en todo aquel rato. Y eso que había estado allí, con ellos, viendo y escuchando todo ésto. Ahora tenía claro como encajaba ella en el organigrama de las cosas. Ella sabía que quería ser parte de ese "algo" nuevo y cambiar éste apolillado mundo que olía a rancio. Estaba intrigada por lo del arma. Tendría que investigar, averiguar de qué se trataba, copiarla, compartirla o robarla. Lo que fuera necesario. Nunca más arrodillarse ante los señores del Mar de Jade. Sonaba muy bien, la verdad.

-Eso ha sido intenso, ¿Eh? Creí que no saldríamos de ahí con vida.

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06/10/2016, 01:10
Liv

Todo lo que había escuchado era importante en una u otra medida pero lo era más lo qur la reina había dicho exclusivamente para ella y es que antes ya teñida razones para aquel viaje, ahora tenía mas pero no era tonta pues sabía que lo que llevaban en el barco no era cualquier cosa y que la reina debía estar muy al tanto de ello: iba a quererlo pero ellos no tendrían que dárselo a nadie o eso pensaba.

-Su majestad.

Liv asintió y sonrió apenas como una Mona Lisa*, luego se giró a mirar a Valença, ¿qué pasaba con él? ¿Sería acaso que el corazón de Hyrkoon había obrado tal influencia en él? No lo sabía pero le hacía falta despabilarse un poco o a saber en qué terminaría enredado.

El resto fueron historias que de alguna manera ya conocía o por lo menos se imaginaba. Se apartó educadamente y espero hasta que pudieran volver, claro que aquellas puertas estaban abiertas para ella; segura estaba que eso no iba a ser gratis.

Notas de juego

*Ya sé que no existía, es para q se la imaginen. Total, tengo un corazón de Hyrkoon xD

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06/10/2016, 17:13
Valença

Valença se sintió aliviado por la respuesta de la Eterna... A pesar de sentir la mirada molesta de la sacerdotisa.

¿Qué le pasa a esa? Celos?

de todas maneras poco le duró la alegría. Liv pedía lo esperable. Una maestra. El joven pilluelo pidió la luna. La inmortalidad. Compartía las reservas de la sacerdotisa sobre las ventajas de ello. Connor y Dan fueron más discretos, manteniéndose en silencio... Pero salió el maestre y lo estropeó todo. Para variar.

El muy desgraciado quería llenar el mundo de muerte. Hablaba de progreso y cosas bonitas, pero lo que pedía era una mierda de arma que mata. Una especie de aliento de dragón portátil. Ese era su concepto de progreso.

Sólo se sintió interesado por aquel juguete cuando mató aquel hombre. Debería de haberle rebanado el cuello cuando me pidió aquel fuego de artificio. Entonces recordó que iba desarmado y que mal lo habría tenido de no ser que lo quisiera rebanar con el dedo, por lo que sonrió para sus adentros. Debería de no hacer caso a la mujer y matarlo. Hombres como el maestre son la peste del mundo. Gente lo bastante ladina para generar daño y dolor, pero sin los redaños para hacerlo ellos mismos. Si consigue eso de la serpiente de fuego, cualquier patán que sepa encender una mecha puede matar a un buen espadachín. Será el fin de los danzarines de agua. De las artes marciales.

Agradeció a la sacerdotisa su oferta de visitar el castillo siempre que lo deseara y se retiró con el resto.

La Mantícora habló y Valença le dedicó una sonrisa, como dándole la razón.

Aún no nos hemos ido de aquí.

Le recordó Valença. Visto lo visto no estaba tan seguro de que todos salieran de aquella isla con vida. Parecía el tipo de lugar que se cobraba los tributos en vidas.

Liv volvió a volverse hacia él.

¿Otra vez?

¿Queréis algo, mi señora?

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07/10/2016, 00:13
Ben Lucking

El ágil ladruenzuelo no estaba versado en historia ni en los acontecimientos que allí se hablaban, no había estudiado nada y la conversación era demasiado profunda. Sólo una idea revoloteó en el despierto intelecto del miembro más joven de la expedición. Esta mujer es El Muro del sur, tiene que vivir para siempre y además siendo neutral.

Ben tenía los ojos muy abiertos cuando el maestre se "enfrentó" a la reina. Por lo visto había pedido un arma que haría que el mundo entero cambiará, había pedido justo aquello que ella no quería, romper el equilibrio. Lo aterrador de todo ello es que esas nuevas armas estaban en la mente del maestre. Como serían considerados ellos. ¿saldría el nombre de Ben Lucking en los libros de historia?

Ahora tenían un par de días hasta que todo esuviera preparado. Pero esperar nunca ha sido la mayor virtud de Ben, quizás pudiera echar un vistazo antes que nadie a esas armas. Cuando miró furtivamente a sus compañeros le pareció haber visto un brillo parecido en los ojos de La Manticora, o puede que sólo fuera su imaginación.

Por el momento se queda por el barco zanganeando y haciéndo poca cosa...

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07/10/2016, 00:16
Ben Lucking

Notas de juego

Quiero colarme en el camarote del maestre, ese viejo cabrón seguro que tiene dibujos o esquemas de esas nuevas armas para saber que buscar, además ahora mismo lo considero demasiado listo para nuestro bien.

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08/10/2016, 06:55
Connor

Connor se sorprendió ante el ¿pedido? de Ben. Nunca se le hubiera ocurrido pedir algo así. ¿Hablaba de una mente limitada o de deseos diferentes? Prefería creer que era lo segundo.

El mercenario escuchaba las palabras de la Reina, pero no le prestaba realmente mucha atención. Había visto cosas increíbles en aquella ciudad, y antes también, pero lo que decía no eran más que palabras. Pero cuando su voz penetró en su mente con esa intensidad y claridad, lo primero que tuvo fue miedo. ¿Cómo podía entrar a su mente con esa facilidad? ¿Los demás no lo habían escuchado?

No pudo ocultar el gesto de sorpresa ante el accionar de la Reina. Le había hablado sólo a él, en su mente, y eso le había generado una sensación extraña, muy relacionada con la intimidad. Mucho más acentuada al darse cuenta de que realmente eso era algo que deseaba: redimirse. Su juramento le pesaba, sentía culpa y lo había ocultado todo ese tiempo. sentía culpa por haber dejado a sus compañeros en un momento así. Sentía culpa por haber roto un juramento sagrado hecho frente a los Antiguos Dioses. Pero la Reina le decía que podría honrarlo. Y eso le quitó un peso muy grande.

Cuando volvió a escuchar realmente lo que sucedía en la sala, el Maestre estaba contando lo que realmente deseaba, y una parte de él se estremeció. Serpiente de fuego... un arma que cambiaría todo. Las cosas cambiarían, eso era seguro... pero, ¿para bien o para mal?

Connor caminó en silencio todo el trayecto, pensativo. Podría parecer un buen soldado, al estar callado y sin intervenir, pero lo cierto era que su mente estaba trabajando tanto que poco más podía hacer.

El ruido del mar lo trajo de nuevo al presente. El espadachín parecía estar buscando conversación con la sacerdotisa.

-Capitán, ¿cuáles son nuestros próximos pasos?- le preguntó una vez se acercó a él.

Necesitaba algo firme para poder sentirse seguro. Ya nada de lo que conocía podía compararse a lo vivido ese último tiempo. Y las órdenes muchas veces oficiaban de tablón para el náufrago...

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10/10/2016, 03:37
Larazys Flaerin

Caminaba sumido en sus propios pensamientos, así que la voz de Connor le sacó de sus reflexiones. Mucho había visto y oído y ahora estaban metidos en algo peligroso. Se habían convertido en una suerte de "elegidos" que debían enfrentarse solos a los que parecía ser un tirano con poderes mágicos que controlaba un enorme ejército.

-Al parecer las armas nuevas son cortesía de la reina. Así que mientras las fabrican, comerciaremos con los productos que traemos en la bodega, y haremos oro para pagar sus sueldos, a los marineros y la gente de la Mantícora. Quizá ahora se animen a... aliarse con nosotros para atacar Jinqui.

Parpadeó, mesándose la barbilla.

-Si me pide mi opinión, espero que todo ésto no nos demore demasiado. Ya escuchó a la reina. No es muy sano permanecer en éste puerto durante muchas semanas. Entretanto, deberíamos averiguar lo que podamos. Aquí están a tiro de piedra de Ulthos. Quizá tengan mapas sobre esa tierra, o sabrán si merece la pena que la visitemos. Quizá, y solo quizá, atacar directamente Jinqui no nos convenga. He oído rumores... rumores sobre un río, o un canal, que conecta el mar oculto con el extremo de Essos. Y en ese mar está Carcosa... la joya de la corona de ese rey amarillo.

Sonrió. Era un plan arriesgado, pero a él le gustaban esa clase de planes.

-¿Me ayudaréis en esas pesquisas, señor Connor?

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10/10/2016, 03:51
Director

El maestre dormía en un pequeño despacho que estaba junto al camarote del capitán. De hecho, se accedía desde el castillo de popa por la misma puerta que la del camarote del capitán. En aquel lugar estaba la bitácora y el timón. Lo había frecuentado mucho, en su calidad de "ayudante del capitán", por lo que el contramaestre no dijo nada cuando accedió al camarote, dando por hecho el capitán le habría pedido que cogiera o buscara algo.

Una puerta cerrada con llave daba al cuartucho de Drox, que sabía que estaba lleno de pergaminos, papeles y objetos extraños que había ido coleccionando a lo largo del viaje. La había dejado cerrada, y la ventana que daba afuera tenía rejas, por lo que a diferencia de los ventanales de popa que daban luz al camarote del capitán, era impracticable para una entrada "dramática".

Tendría que usar ganzúas o algo improvisado. Probar suerte y hacerlo deprisa, por que el capitán volvería al buque y posiblemente su primera parada fuera, obviamente, su propio camarote. ¿Era prudente esperar una ocasión mejor, cuando ambos estuvieran en tierra para otro trámite, o arriesgarse a hacerlo todo corriendo? Quizá, en otra ocasión, estaría con el capitán y Drox se dejara la puerta abierta, saliendo para algo.

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10/10/2016, 03:56
Joren Nestos

Decidieron por él. La mole del contramaestre, un hombre ancho de espaldas y de brazos fuertes, se recortó en la penumbra del camarote. Su voz era áspera como la bofetada de un padre.

-Chico, hace falta que eches una mano. Hay que comenzar a descargar toda la maldita bodega. Así que todos los brazos son "bienvenidos".

Le dejó paso para que saliera del camarote.

-Ya le diré al capitán que te mandé a eso. No te preocupes.

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10/10/2016, 04:19
Connor

Esperar a que la presa aparezca era una cosa, pero esperar sin hacer nada en una ciudad extraña porque tenían que esperar a que se hicieran armas nuevas, eso no era para él. Por lo que la propuesta del Capitán le entusiasmó de la única forma que un alma curiosa y deseosa de aventuras y lugares nuevos podía hacerlo.

-Por supuesto, Capitán- respondió el ponienti -¿Tiene algo pensado?- preguntó antes de exponer sus ideas, ya que él continuaba siendo un superior.

¿Dónde podía conseguir información cuando ni siquiera conocía el idioma? Tal vez, llevando a la intérprete podría conseguir su objetivo. Ben también podría ser útil, habiendo escuchado de sus capacidades.

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10/10/2016, 10:19
Valença

Al ver que la sacerdotisa calla, entiende que o bien ha interpretado mal sus gestos, o bien está tan molesta que no quiere hablar de ello. Se encoje de hombros y sigue andando, con el resto. Escucha sin demasiado interés las palabras que intercambian el capitán y el ponienti. Cosas sobre negocio y comercio. Nada interesante.

Que le ayude en toda esa basura de mercaderes

Aunque luego cita algo sobre mapas y posibles ganancias... De alguien ha oído decir que en Ulthos se bañan en oro, y aunque cree que es una exageración, Valença es de la opinión que cuando el río suena, agua lleva.

De todas maneras, nada dice, y se concentra en lo que tiene por delante. Pasa mucho tiempo en tierra, consciente que ese es un lugar que no va a visitar nunca más. No es un sitio agradable, al contrario. Es extraño y hostil. Por ello propone a la tripulación bajar en grupo. Lo propone a a Helyx, Connor, Ben, la Mantícora y Dan. También a Liv, a pesar de su desprecio.

Por una parte desea conseguir una espada de la factura del lugar. Le ha impresionado mucho como se forjan las armas en ese lugar... Está dispuesto a negociar como sea para conseguir una de esas bellezas, así como observar la extraña forma de vivir de esas tierras... Y sobretodo, pasa mucho tiempo en el templo, intentando hablar con la Eterna.

¿qué viví? Qué vi? Qué me hizo el Corazón? Debe seguir vivo? En manos de alguien como el maestre es un peligro. ¿El corazón se ha quedado con algo de mí? Yo me he quedado con algo del corazón?

Tenía pocos días y muchas preguntas.

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11/10/2016, 01:24
Liv

Liv se había quedado algo trastocada con todo aquello pero se le ocurrió que podía hacer algo para pasar el tiempo po, luego, otro día iría a ver la reina. Así que habiendo escuchado a Connor y al capitán, se ofreció a echar una mano.

-Señor Connor, si lo desea puedo acompañaros a buscar información, siempre ayuda saber la lengua.

Se acercó a Valença mientras esperaba la respuesta de Connor.

-Las reinas no son como una mujer cualquiera y si esta tiene magia, menos aún... ¿Podríais tener cuidado? Me agradais y espero que no seáis un hombre muerto.

Miró al capitán, lo del corazón lo tendrían que hablar en otro momento.

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11/10/2016, 04:09
Connor

De pronto Connor se sintió requerido por varios.

-Estaremos aquí, Valença, aunque tengo órdenes del Capitán- respondió a la propuesta del braavosi de ir más bien en grupo.

Luego se encaró a la sacerdotisa.

-Por supuesto, señora, estaré agradecido con su ayuda- dijo con algo parecido a un gesto de respeto. La etiqueta nunca había sido su fuerte.

-De acuerdo, Capitán, con Liv podré desenvolverme mejor- ya tenía un par de ideas, aunque ninguna certeza al respecto -Tendrá un informe nuestro apenas hayamos conseguido algo- y saludó marcialmente.

Le hizo un gesto a la sacerdotisa para que lo siguiera.

-¿Conoce la ciudad? Deberíamos encontrar mapas, o gente que conozca los ríos y canales. Gente de la zona, que la conozca como su propia mano... ese tipo de personas son las que pueden ayudarnos-

Se daba cuenta además, que si el lugar tenía tanta fama con respecto al Dios del Fuego, tener una sacerdotisa con él facilitaría mucho las cosas.

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11/10/2016, 09:50
Valença

A Valença le sorprende el aviso de la sacerdotisa.

Intentaré mantener la polla dentro de los pantalones... Aunque tampoco lo puedo asegurar.

Ironiza el braavosi, con una sonrisa.

¿Esta mujer me ve como una especie de fauno?

Gracias por el aviso, mi señora.

Luego asiente a las palabras de Connor. En realidad pensaba más en la segurdiad de ellos que en la suya propia. No le teme a los encuentros con armas... La magia es otro tema... Y si todo va como parece tendrá que añadir esa mierda de serpientes de fuego a su lista.

Si sus mercedes van a ir juntos me quedo más tranquilo.

El duo de montante y sacerdotisa de fuego puede ser bueno para moverse por la ciudad, cuando uno no es Valença.

Por mi parte iré a ver si puedo conseguir una de esas espadas de tanta fama de esta isla. Se ve que hacen filos extraordinarios... Y por supuesto, espero poder acudir muy a menudo a los salones de la Eterna. tenemos pocos días y quiero aprovecharlos.

Si necesitáis la ayuda de Valença para cualquier asunto, dejad aviso en el barco... O en el palacio. Que los Siete os acompañen.

Acaba por decir, con cierto aire de suficiencia.

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11/10/2016, 15:26
Liv

Liv no hizo caso al ordinario comentario de Valença, le dejaba claro que los hombres a veces realmente no pensaban con la cabeza. Decidió dejar que se desahogara si esa era su necesidad y prestó atención a lo que Connor decía.

-Bueno, podemos ir al mercado a comprar algunas cosas y luego de ahí, apurar a alguno para que nos den datos y detalles. Supongo que no se lo negarán a una sacerdotisa.

Además, la reina le había dicho que podía hacer ciertas cosas y ella estaba más que convencida de que era así, no tenía miedo, ni reparo alguno en ir con Connor y averiguar lo que hiciera falta.

-Y ya que vamos solos, podemos ir a la taberna y beber algo. No me lo toméis a mal, los borrachos siempre sueltan mas la lengua.

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14/10/2016, 03:55
Director

Ben había sido ascendido a estibador de ocasión, así que no pudo acompañar a los demás en su excursión. Si que acompañó a Connor, o más bien, estuvo cerca de él cuando los marineros comenzaron a desembarcar las mercancías y el capitán se llevó a Maduvanti para que tradujera.

Atraídos por las mercancías, un puñado de ciudadanos "adinerados" se acercó con sus palanquines para ver el género que iban mostrando. Sus literas eran sostenidas por esclavos de rostro plomizo, algunos de ellos tan flacos que apenas podían tenerse en pie a si mismos. La comida era un bien escaso en Asshai, y no todos la compartían con sus esclavos del modo que cabría desear.

Ben terminó de hacer rodar un tonel de vino hasta el puesto que habían montado para comerciar, cuando una mano enguantada y una voz femenina tras la máscara de madera hablaron. La voz de una mujer joven.

-¿Cuanto queréis por ese muchacho? -preguntó al capitán.

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14/10/2016, 04:01
Larazys Flaerin

Se giró a mirar a la mujer y lo que Raina tradujo que había dicho. Ya habían sido varias las preguntas de los "lugareños" sobre la venta de algunos marineros como esclavos. Pero él no iba a permitir tal cosa.

-Mis marineros no son esclavos, señora. Son hombres y mujeres libres de Braavos, o que navegan bajo su pabellón. Habéis de saber que en Braavos los esclavos están prohibidos. Nuestro pueblo se fundó entre los refugiados de aquellos que habían sido esclavizados por Valyria. Así que rechazamos el mismo concepto de esclavitud.

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14/10/2016, 04:12
Talila Genvaris

La mujer se sintió intrigada por la contestación. Entonces hizo algo que un asshaita no suele hacer en público y era quitarse la máscara. Si uno no tiene rostro, la muerte no sabe bien donde encontrarte. Pero con aquel acto, ella desafiaba a la muerte y la mala fortuna. Era evidente, a pesar de sus inquietantes ojos rojos, parecidos a los de Liv, que era una joven de gran belleza.

-Espero que no estéis en contra del concepto trabajo, entonces. Decidle al joven que me interesa alquilar sus servicios, durante unos días. Le pagaré, y os lo devolveré sano y salvo. De cualquier modo, estáis bajo la protección de la eterna. No podría obrar de otro modo.

Sonrió brevemente, mirando al joven rubio, que era de raza ponenti como ella misma.

-¿Que me decís? Os recompensaré con un buen sueldo. Oro, de mis minas.

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14/10/2016, 04:16
Director

Ben había sido ascendido a estibador de ocasión, así que no pudo acompañar a los demás en su excursión. Si que acompañó a Connor, o más bien, estuvo cerca de él cuando los marineros comenzaron a desembarcar las mercancías y el capitán se llevó a Maduvanti para que tradujera.

Ellos, mientras tanto, merodearon por la zona en busca de información. Preguntaron sobre las armerías y las bibliotecas, y les dieron indicaciones sobre ello. Al parecer, la más grande biblioteca pertenecía (como no), a la reina. La segunda mayor era de un mago poderoso en la zona, Thoma "el criador". Su casa, o más bien palacio, estaba cerca de las acerías que buscaban.

Así que remontaron desde el puerto y a través de calles amplias, que eran las que más confianza les daban, colina arriba hacia una pequeña meseta donde estaba el barrio de los artesanos. Vieron que algunos de ellos estaban trabajando ya en moldes para los diseños de "serpiente de fuego". Uno de los espaderos les mostró su género, que no impresionó a Valença, pues buscaba "buen acero". Dan tuvo que mostrar su espada para que el hombre asintiera, señalando nuevamente los predios del tal Thoma. Allí, al parecer, trabajaban los mejores herreros, capaces de hacer el afamado "damasquino asshaita".

Llegaron a la oscura plaza y comenzaron a indagar. Estaba claro que los extranjeros eran poco frecuentes allí, pues atrajeron muchas miradas y no eran de las que se apartan por vergüenza. Algunos los miraban con un interés que iba más allá de la curiosidad. Como si, quizá, esperaran algún desliz por su parte que les permitiera echarles encima unas cadenas de esclavo.

Uno de los mejores herreros de la ciudad era Gotrek, un ghiscari de mediana edad al que sus discípulos, un joven yitiano y un esclavo del Ulthos, avisaron de su interés. El hombre salió a recibirles, colocándose su máscara de asshaita. Les miró de arriba a abajo, y tras las pertinentes traducciones, les indicó con un gesto que entraran y volvió a quitarse la máscara.

-Acero asshaita. El secreto está en la magia y la fabricación. Nada que envidiar a las hojas de la antigua Valyria, en realidad.

-Una buena arma así fabricada... necesita muchas semanas de trabajo y mucho orgón consumido en rituales. Pero la diferencia con una hoja normal es grande. Éste acero puede enfrentarse a los enemigos de la luz sin romperse en mil pedazos. Tal es su pureza.

La conversación se interrumpió. La gente en la plaza chilló, aterrada, y se atrincheró en sus casas.

-Parece que Thoma se digna a hacernos una visita...

Un rastro de humo desde el castillo, y el sonido de unas horrendas patas armadas de poderosas uñas que rasgaban el empedrado. Una bestia con aliento de fuego y decenas de ojos, incapaz de volar, montada por un asshaita de porte más majestuoso.

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14/10/2016, 04:39
Thoma

El hombre bajó de la criatura, que quedó en la calle, y picó a la puerta con sus largas manos huesudas. Uno de los aprendices le abrió, obediente, y él penetró en la estancia. Parecía que una sombra oscura se proyectaba tras él, pero quizá era solo un efecto de su capa mágica.

Se quitó la máscara, y debajo había un rostro parecido al de los magos de Quarth, igualmente mustio y deformado por el consumo de vino de raíz. Alargaba la vida y concedía poder. Pero... ¿A que precio? Sus labios y sus ojos eran azules, y azulado era el tono de su piel.

-Maestro Gotrek...
-Señor Thoma, es un honor tenerle aquí de nuevo.
-Os estáis retrasando en el encargo, amigo mío.
-Echad la culpa a éstos extranjeros. Ahora debo trabajar en su proyecto también.

El hombre les miró con curiosidad. Sin embargo, al ver a Liv se llevó una mano al pecho e inclinó un poco el torso. Su figura era longilinea e inquietante.

-No sabía que los extranjeros viajaban en compañía de una sacerdotisa de la auténtica y verdadera fe. Eso les honra. Soy Thoma, criador de los gusanos de fuego, patricio de ésta ciudad. Os doy la bienvenida...

Giró casi instintivamente el rostro, como si oliera algo. Un rastro mágico, que le llevaba hasta Valença, pero que también impregnaba a la sacerdotisa. Una magia muy antigua y poderosa. Mucho más que la suya. Aquello le fascinó.

-¿Que os trae por ésta nuestra ciudad? Comercio y armas, he oído. En ambas cosas podría resultaros de ayuda... si lo deseáis.