Partida Rol por web

Karen perdió una de sus espadas, lo que hizo que soltara unas palabras por su boca algo impropias para una dama. Como un equipo que llevara años trabajando juntos, buscó la espalda del pelado en cuanto aquellas criaturas trataban de rodearles y la unió a la suya.

Aprovechó para soltar una estocada a uno de aquellos engendros.

Aquél parecía un baile de espadas. Los tres aventureros luchaban codo con codo contra los zombies. Por suerte para ellos, parecían ir cayendo ante sus movimientos.

Karen cortó de otro zombie, dejándo su cuerpo para los carroñeros. Cesare acabó con otro, no teniendo tanta suerte Pyos, ya que el olor le desconcentraba.

Bryzz empezó a cantar al tiempo que sacaba su estoque. El zombie se acercaba a ellos, y al menos la muchacha estaba preparada.

La mitad de los muertos andantes habían caído. En su ansia por terminar rápidamente la penosa matanza, Cesare tropezó con uno de los cuerpos y su siguiente espadazo quedó corto, levantando agua y lodo al golpear con la punta de la espada el suelo del pantano.

Por fin Pyos encontró un momento de claridad entre tanta nausea y consiguió asestar un golpe más potente contra su rival. El Chamán, aún así, estaba preocupado por aquella sensación. Esperaba que se le pasara rápido.

Karen volvió a usar su arma. Los enemigos iban poco a poco cayendo y eso inflamó sus ganas de combate. 

Donde Cesare erró en su golpe, Pyos y Karen triunfaron. La mujer, rápida como siempre, asestó un terrible golpe al zombie, destrozando sus piernas. El hombre, por su parte, consiguió partir por la mitad al no muerto, dejando que sus dos partes rodaran por el suelo. Ahora sólo quedaban dos zombies, nada con lo que no pudieran.

Pero los que podrían estar en un peligro mayor eran Bryzz y Bzzak. La joven elfa era la única preparada para el combate, pues Bzzak parecía estar sumergido en otro mundo. El zombie irradiaba maldad con su mirada. Lo que estaba claro es que no era tan estúpido como los otros.

El ser decidió atacar a Bzzak, que era el que no estaba preparado para el combate. Con sus dientes por delante, se lanzó a por el forjado, asestándole un terrible mordisco que destrozó su brazo. Bzzak cayó al suelo, incapaz de moverse.

Bryzz intentó defender a su compañero caído pero, a pesar de su energía, no hizo ni cosquillas al no muerto.

Pyos se lanzo sobre el atacante de los dos practicantes de la magia. Sabia que Bryzz no aguantaria mucho en combate contra el viendo lo que le habia hecho al mago forjado.

Afectado todavía por el hedor, Cesare apenas era capaz de aguantar las náuseas. Las arcadas le apresaron la garganta como lasgarras de un águila. Balanceó la espada a derecha e izquierda como si estuviera espantando moscas, confiando en que así al menos mantendría a raya a los zombis mientras recuperaba el control de su aparato digestivo.

Caigo  al suelo sujetandome  el brazo, el  liquido que me mantiene con vida sale de la herida y se mezcla con la tierra.

Atonito solo soy capaz de mirar mientras el zombie  se hacerca a mi.

Karen se movió hacia el zombi que quedaba y que no parecía el jefe. Si conseguía acabar con él podrían centrarse en el mayor peligro que allí había.

Lanzó una estocada baja, hacía tiempo que no combatía con una sola de sus armas pero se alegró al comprobar que no había perdido práctica.

Mientras Karen y Cesare se encargaban de los dos zombies que quedaban, sin conseguir que se derrumbaran, Pyos intentó cargar contra el otro zombie, pero sin ningún tipo de éxito. Sin embargo, su posición era ventajosa para ayudar en el combate, aunque Bryzz no pudo hacer uso de la misma.

Y el ser vio la oportunidad contra la joven, cogiéndola por el brazo que no le había podido dañar y arrancando un trozo de su piel. La muchacha no pudo con tanto, cayó inconsciente.

Pyos llegó tarde. Bryzz estaba en el suelo pero, al menos, su aura se encargaria de mantenerla con vida. El guerrero estaba más pendiente de su amiga que de su rival y, como resultado de ello, falló completamente en todos sus ataques.

Cesare escupió la bilis a los ojos del zombie que tenía frente a él. Inútil gesto de desafío como era, ante una criatura que carecía de la capacidad de ser cegada por medios tan burdos, o de reaccionar ante la provocación, le sirvió de acicate para golpear con más tino. Ajeno a lo que ocurría a su espalda, tajó el hombro del cadáver andante con su espada.

Karen se abalanzó sobre el muerto que tenía más cerca. Cruzó la espada en diagonal con la intención de cortar en dos a aquella inmunda criatura.

Con dos fulminantes golpe, Karen y Cesare consiguieron derrotar al ejército de zombies que les acosaba. Seguramente con la ayuda de Lis todo hubiese terminado mucho antes, pero aún así lo habían logrado.

Al girarse, vieron un espectáculo poco agradable. Bzzak y Bryzz estaban en el suelo, inconscientes, mientra Pyos intentaba enfrentarse al ser que aún quedaba en pie. Más rápido y astuto que los zombies, la criatura esquivó con soltura el ataque de Pyos, pero no consiguió herir al guerrero.

Consciente de que llegaban refuerzos, Pyos maniobró para empezar a flanquear al no muerto, de manera que Cesare y Karen pudieran atacarlo por la espalda. Mientras lo hacía, volvió a atacar con su espada sin demasiada fe.

-Lo tienes mal, amigo. Te quedas sin secuaces...

Combatir zombies era agotador. La carne muerta se endurecía hasta adquirir la consistencia del cuero hervido. Cada golpe amenazaba con entumecer el brazo y reverberaba en el esqueleto como si fuera un diapasón. Desafortunadamente, la pelea no había terminado aún. El cadáver apestoso seguía en pie, lanzando golpes contra el escudo de Pyos, que se mantenía firme entre los cuerpos exánimes de Bzzak y Bryzz.

Resollando por el cansancio, Cesare se lanzó contra la criatura, confiando en que entre los tres acabarían rápidamente con ella.

Por fin habían acabado con aquellas criaturas, sólo quedaba una, la más poderosa.

Entre todos acabarían con ella. Karen se movió para dejarla entre sus compañeros y ella para evitar que escapar y convertirse en algo parecido a un molinillo de triturar carne. 

Descargó su espada contra aquel engendro.

El combate había llegado a su fin. La criatura no podía con los tres, que la habíais bloqueado para que no pudiera escapar. Espadazo a espadazo, las partes del cuerpo de la criatura salieron volando, cayendo por todas partes.

Gracias al aura de Pyos, Bryzz y Bzzak recuperaron la conciencia, pero estaban bastante débiles.