Una vez el cadáver volvió a reposar, libre de la magia nigromántica que lo había animado, Cesare se aapartó de allí hasta que la pestilencia era apenas perceptible. Apoyó las manos en las rodillas y escupió la bilis que había acumulado en la garganta y parte del desayuno de aquella mañana.
El forjado y la elfa volvían a estar en pie. Heridos todavía, pero lo bastante recuperados como para caminar y, quizás, luchar, gracias al aura sanadora del estudioso de los dragones. Cesare echó un vistazo a su alrededor, buscando a los fantasmas con la mirada.
—¿Habéis encontrado el cuerpo que faltaba? —les preguntó. Eran cuatro, y solo habían hallado tres cadáveres antes de ser atacados por los muertos andantes.
Pyos observó la pila de deshechos humanos que quedó cuando acabaron con aquel ser abismal. El chamán imitó a su compañero y escupió todo lo que pudo del amargor que la pestilencia le había dejado dentro.
-Yo no. Registrémoslo. Quizás encontremos alguna pista que nos guíe sobre su paradero.
Una vez mi aura los ha recuperado a la mitad de sus PG cambio a sentidos.
Karen miró a aquellos dos que estaban dejando parte de ellos en el suelo. Parte de sus tripas pugnaba por salir también y a duras penas conseguía aguantar las ganas de vomitar.
Ohh venga, supongo que eso me toca a mí.
Usó su espada para apartar las ropas del muerto andante. Trozos de carne podrida y aún sanguinolenta resbalaban por el filo. Eso y el repugnante olor hizo que una arcada le viniera de golpe.
Karen no sabía cuanto tiempo podría aguantar aquellos estertores estomacales, pero sospechaba que no mucho.
Un crujido señala el momento en que me levanto, los cristales de mi espalda están resquebrajados y el oxido que normalmente me cubre está adornando el suelo, cayendo de mi cuerpo como un fino polvo.
Mi compañeros tampoco ofrecen mucho mejor aspecto, todo ellos parecen estar a punto de sacar la entrañas por la boca.
Me acerco a Karen y le pongo un mano sobre el hombro, parece que a ella también le afecta el olor.
-Si lo prefieres ya me encargaré yo de eso, yo no puedo oler y vosotros parece que necesitais un poco de aire.
Karen miró por un momento a la cafetera con patas y asintió con la cabeza mientras salía de aquella zona. Sus manos agarraban con fuerza el estómago, como si así fuera a conseguir sujetar aquello que pugnaba por salir.
Sin poder aguantar más dobló el costillar y comenzó a soltar hasta la primera papilla
Los tres fantasmas aparecieron tras vosotros. Algo en la magia negra les había espantado, y Seahan, el único vivo entre ellos les había ido a buscar.
Los fantasmas volaron hasta sus cuerpos, y se quedaron mirando. Quizá estamos a tiempo dijo uno de ellos. Sus cadáveres parecían en perfecto estado.
Ayudadme dijo Seahan, si llevamos los cuerpos a la ciudad, podremos hacer que sus espíritus vuelvan
Había tres fantasmas y un prisionero. Ahora está en vuestra mano terminar de ayudarles o no
Cesare se acercó a los cadáveres. A nadie se le había ocurrido la maravillosa idea de traer un carro, o al menos unas carretillas. A nadie, incluido él mismo.
—Deberíamos armar unas esterillas con unas ramas firmes y mantas para llevarlos hasta la ciudad.
No se le ocurría un método mejor para hacer la caminata con los tres cadáveres a cuestas.
—Por cierto, no hemos encontrado ni rastro de Destridien, pero esos zombies podrían ser su obra, así que manteneos atentos.
Pyos asintió y colaboró en la construcción de la esterilla. Les esperaba una buena distancia hasta el pueblo.
-Dioses, que asco de olor! Cuando lleguemos y hayamos salvado a esta gente, me espera un buen baño!!
Interpreto que ni Karen ni Bzzak encuentran nada en el cuerpo del superzombi, no?
Pues sí, lo primero es ayudar a esta gente, después si queréis volvemos a por el desgraciado responsable de todo esto.
Karen se limpio la boca con el dorso de la mano y se incorporó para ir a echar una mano al pelado para improvisar un par de parihuelas .
Mientras buscábais algo para trasladar los cuerpos, unos ruidos os hizo volveros. Allí, de entre los árboles, aparecieron dos personas. Uno, sobre un caballo negro, el cual ya conocíais de un combate anterior. A su lado, otro hombre calvo, con una túnica negra, se presenta ante vosotros.
¿Alguien ha pronunciado mi nombre?
Interpretas bien, no tienen nada.
Después de rebuscar en los cadaveres y no encontrar nada me intento lavar las manos con lo primero que encuentro, concentrado en mi tarea me sobresalto al escuchar la voz que viene de los arboles.
Sobresaltado saco mi ballesta y me pongo detrás de los demás mientras la preparo.
Cesare soltó la rama que estaba cortando para mirar a la pareja que había salido de entre los árboles. Uno de ellos, sobre su caballo, el tipo que había huido de ellos en el teatro. El otro, vestido con una conspicua túnica negra, como salido de una advertencia paterna, que decía tratarse de Destridien.
Levantó la espada por encima de su cabeza, con el filo apuntando hcia abajo, y la lanzó con fuerza, clavándola en la tierra blanda. Aflojó el cordón que sostenía la cadena claveteada que colgaba de su cinturón.
—Destridien, entonces —dijo—. ¿Serás capaz de resistir la tentación de contarnos tus planes para que nos matemos de una vez, o tomo asiento? ¿O tienes una propuesta que hacernos?
Aunque contaban con la superioridad numérica, habían agotado sus conjuros. No sería una pelea fácil.
Pyos maldijo por lo bajo. Bryzz y Bzzak estaban malheridos y allí aparecía Destridien con refuerzos. El Guerrero del Dragón sacó escudo y estoque y se colocó entre sus compañeros heridos y la nueva amenaza. Interiormente, invovó la capacidad destructiva de las grandes sierpes para que le acompañaran.
-Escucha, amigo. Ya has visto lo que hemos hecho con tu teatrillo de lo macabro y con tus amiguetes de aquí. Se razonable y entrégate. Colabora con nosotros y todos saldremos ganando.
Activo aura de poder. Daño +1
Karen recuperó su otra espada. Se sintió completa de nuevo al tener las dos afiladas cuchillas por delante de ella. Comenzó a separarse de los demás dispuesta a salir corriendo contra aquel brujo antes de que pudiera realizar ningún conjuro.
Destridien se tomó una poción que llevaba colgando en su cinto y tiró el frasco al suelo.
Memeces las justas. Hagamos un trato. Abandonad la ciudad y no os mataré. Tengo poca paciencia. Venga, fuera.
Cesare escupió el cigarrillo e imitó al adorador de Orcus. Sacó de su bolsillo uno de las viales que había recuperado del sótano del teatro y se lo vació en la garganta. De inmediato, sintió cómo sus músculos crecían y se abultaban bajo su ropa, tirando de la tela.
Soltó la cadena y la sujetó entre sus manos, dejando que los extremos se deslizaran hasta chapotear en el barro húmedo de la orilla.
—Estamos fuera de la ciudad, genio.
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 2(+1)=3
Poción de fuerza de toro.
Tiro iniciativa.
Pyos se echó a reir al escuchar la réplica de Cesare.
-JAJAJAJA!!! Ay... Supono que eso concluye las negociaciones -dijo.
El guerrero realizó unos pases con su estoque mientras se preparaba para entrar en combate. Su vista, fija en el segundo individuo, el compañero de Destridien, que permanecía en silencio.
Motivo: iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 15(+2)=17
Ini 17
Miro a Destriden con mis ojos rotos y escucho sus palabras entre el sonido de mis engranajes chirriantes. Todo esto es por su culpa y encima nos dice que nos vayamos?
-Te tragaras esas palabras
Mi voz es un silbido de ira y al final de la frase un grumo de aceite sucio sale volando en dirección a Destriden.
Con la ballesta preparada miro el frasco con la esperanza de poder identificarlo.
Motivo: Iniciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 3(+2)=5
Motivo: Con conjuros
Tirada: 1d20
Resultado: 12(+5)=17
¡Nos iremos de la ciudad cuando tu ya no sigas vivo!
Motivo: INiciativa
Tirada: 1d20
Resultado: 12(+4)=16
PNJ
Tirada oculta
Motivo: Ini Destridien
Tirada: 1d20
Resultado: 8
Tirada oculta
Motivo: Ini Garothos
Tirada: 1d20
Resultado: 11(+1)=12
El combate comienza. Empezáis vosotros