Partida Rol por web

Gabriel no pareció reaccionar a los torpes intentos de la semiorca en echar abajo la pared. No se le había pedido ayuda y, hasta cierto punto, era mejor así. No sabían exactamente lo que estaba pasando y ante esa falta de datos suficientes (aunque a decir verdad lamentaba haberse dejado convencer de entrar en la casa) era más óptimo esperar que su petición de ser llevado ante el señor de la casa diera un resultado, del tipo que fuera. 

Mientras hacia tiempo se decidió por tomar el "Libro de Salmos de Ezra" con la esperanza que, siendo el único libro religioso, le pudiera informar de la posible fe que profesaba el creador o dueño de tal lugar.

Heian seguía quietecito como era característico en él. Iba viendo como cada uno de sus compañeros se dedicaba a trastear con la casa y ya de paso a investigar qué era lo que sucedía. Le resultó como cada vez que algo sucedía aparecía un nuevo sirviente para solucionarlo y se vio tentado a hacer algo en contra de la casa a ver si era verdad. Pero como vio que eso ya lo estaban haciendo los demás, no era cuestión de seguir tentando con maldades a esa casa mágica que habían encontrado.

Alarico leyó:

"Ven, demos a beber vino a nuestro padre, y durmamos con él, y conservaremos de nuestro padre descendencia". Génesis 19:32.

Menon bebió de su copa. Notó los aromas en su paladar, notó el cosquilleo en su lengua. Era vino tan real como el que había en el plano material, pero no le embriagó.

Alarico leyó:

"Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor". Génesis 24:14.

Y cuando Genann limpió el sabor a vómito de su garganta, devolvió el vaso a la bandeja. Su sirviente se esfumó.

Alarico leyó:

"El me derribó en el lodo, Y soy semejante al polvo y a la ceniza". Job 30:19.

Y no, Quiora no logró derribar la estantería. En lugar de ello, apareció un montón de sirvientes invisibles que la auparon y acarrearon con ella hasta la puerta. Otro sirviente la abrió, y los demás arrojaron a Quiora sobre la ceniza. Cerraron la puerta. La hija de Corvino dió un pequeño gritito de susto, y se levantó de su silla para volver a abrirle a Quiora.

¿Estás bien?-le preguntó a la semiorca.

Alarico leyó:

"Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano". Apocalipsis 20:1

Sapo dió un saltito hasta la puerta abatible. El sirviente invisible le impedía el paso, pero su cachibache gnómico abrió la puerta permitiéndole ver a otro sirviente invisible lavar un vaso de babas druídicas. El cachibache gnómico llegó hasta el fondo de la cocina, agarró la llave y se la trajo. Los dos trozos de llave encajaban. Sapo volvió a la salita del té y usó el cachibache gnómico para encajar la llave en la cerradura tres pies por encima de su cabeza.

¡Click!

Rorrorrorrorro...

El ruido de maquinaria coincidió con el movimiento de la estantería. Se abrió a una sala oscura, con engranajes mecánicos, lo cual permitía su mantenimiento. Pero allí no había nadie llorando. La estantería desplazada también despejó el hueco que tapaba debajo suya, mostrando una trampilla con escalones de piedra.

Bajando al sótano de la mansión, encontraron una pequeña mazmorra con antorchas encendidas. Allí, sentada en un banco, había una mujer de tez agitanada. Tenía cierto grado de transparencia, como si no tuviese fuerzas para solidificarse plenamente. Allí también vieron aparecer al sirviente invisible con el que había hablado Alarico, entregando una nota en una bandeja.

La mujer abrió el papel doblado, mirando alternativamente a los que habían llegado hasta ella...

Aquí dice que unas visitas desean verme. Supongo que sois vosotros. Mi nombre es Leyla, ¿en qué puedo ayudaros?

-Eres la madre de Niko- exclamó un entusiasmado Gennan al ver que su intuición se cumplía. Realmente era ella, el espíritu que se les había aparecido que había reído feliz ante la visión de su hijo, creyendo poder cumplir su promesa de volver a verse. La cuestión era saber el porqué de su actual estado de reclusión y quién la había hecho prisionera -. ¿Por qué estás aquí encerrada y quién te encierra?

El vino era excelente, y no afectaba en nada su capacidad de raciocinio, un descubrimiento para profundizar en las complejidades de la mente fastasma, debería anotarlo, en algo sólido, por supuesto.

La situación se desatasco, metafóricamente y literalmente mientras Alarico leía, Quiora era expulsada y Sapo obtenía de los dioses sabe donde una llave...al menos tras el descenso a la extraña mazmorra aparece Layla, por lo que parece que Gennan, el druida odiado por los animales, tiene mejores dotes como investigador.

El druida ha echo las preguntas más pertinentes por lo que de momento no hay necesidad de más.

No había nadie como los gnomos para las cosas de mecanismos y las cerraduras no dejaban ser un tipo de mecanismo. Sapo fantaseaba con convertirse en uno de los mejores ladrones del mundo: silencioso, vestido de joyas y oro,  de manos hábiles de artesano, rodeado de mujeres de pechos grandes...

Sin embargo aquí no había un tesoro, sino que se metían en la boca del lobo en busca de un espíritu atormentado de una vistani.

- ¿Tienes que ver con lo que le ha pasado a Malochio Aderre?-Preguntó directamente tras Genan, demostrando que toda la educación de la que había hecho gala la perdía ahora.

-Milambak ro zut moter. Um jiak catcha lat jiak'll plas lat tek ij watermelon! 

Le dolía más el orgullo por haber sido expulsada de nuevo que el golpetazo que se había dado contra el muro de la biblioteca. Sacudiéndose el polvo y refunfuñando algo en orco, entró de nuevo a la mansión encantada. La pared había desaparecido y en su lugar se mostraba otro cuartucho; bueno, al menos parecía que había conseguido que se activara el mecanismo de apertura de la puerta secreta. Buen trabajo!

Sin dudarlo bajó al sótano siguiendo al resto y se quedó en segundo plano intentando no llamar más la atención por si esta vez la echaban para siempre.

Heian se dirigió hacia la sala que acababan de encontrara y cuando vio a la mujer se quedó quieto esperando que se tratase de un enemigo. El sombrerero pensaba que aquella casa mágica estaba ahí para contener a esa mujer, y más después de que estuviera encerrada en aquella sala escondida.

Estaba preparado para que cualquier cosa pudiera pasar, preparado para largarse de allí lo antes posible, pues sospechaba que si el enemigo había sido encerrado y no destruido es que sería muy difícil de abatir.

Siguió a los demás hasta la trampilla de entrada al sótano. Iba a empezar a bajar cuando vio que allí abajo estaba ya todo muy concurrido. Y por cierto que parecía mas aquello un calabozo que un sótano. Y Corvino ya había estado en un calabozo subterráneo al principio de todo esta historia, en el castillo de Loupet.

Hombre, en cierto modo aquella ocasión la pasó todo el rato inconsciente y por tanto no es que lo pasara muy mal  (e incluso el carcelero le liberó para auto-encerrarse a si mismo).

Aun así, prefirió mejor quedarse fuera, de momento, no fuese que la trampilla se cerrase de repente dejando a todo el mundo atrapado allí abajo. Además desde ahí arriba podía oir perfectamente la conversación que se producía abajo, sobre todo las inteligentes preguntas realizadas por el gnomo al femenino espectro.

Nunca vi en persona a Malocchio Aderre, ni sé qué ha sido de él, pero morí por sus leyes.

Leyla hizo una demostración y empezó a flotar. Se dirigió hasta el techo de la mazmorra y asomó la cabeza haciéndola emerger del suelo de la sala de maquinaria. Devolvió la mirada a Corvino y volvió a desdender junto a los demás.

Como veis, no estoy encerrada. Fui herida de gravedad por unos malnacidos de rostro borroso, y por eso me mantengo fantasmal hasta en esta isla de ceniza. Gracias a eso, pude meterme en el interior de la mansión, guareciéndome el tiempo que sea necesario hasta que esté recuperada por completo. Nadie me mantiene cautiva. El dueño de este lugar, sea quién sea, ni siquiera está aquí. Lo sé porque revisé la mansión de arriba a abajo.

Tras ver asomar la cabeza a la cabeza pensó que quizás había sido demasiado paranoico. Empezó a descender al sótano mientras decía: —Pues poco parece que podamos hacer por ti entonces. Tal como nos dijo tu marido, te mataron unos falkovnios cualquiera que ni siquiera tú nos puedes describir. A saber donde estarán ahora.—

—Hummmm. Lo único que tengo claro es que eran miembros de La Garra. Estas tropas extranjeras no paran de causar víctimas inocentes. — Miró al espectro de su hija, como intentando enfatizar el hecho. —Si conseguimos volver y cumplir la misión que se nos ha encomendado quizás lo mejor sería intentar convencer al Lord que expulse a estos extranjeros falkovnios de sus tierras.—

—Por mi parte, yo aún tengo una cuenta pendiente con ese Gramley la Garra. En teoría el comandante aceptó el reto "honorablemente". Aunque ya no se si fiarme del mandamás de esa panda de cabrones asesinos y viol ...— Se calló. No quiso terminar la otra palabra en la que estaba pensando. 

No veía mucha esperanza, pero aun así hizo una última pregunta a la mujer: —¿Crees que aun así hay algo que podamos hacer por ti para que descanses en paz?—

Si no era así, no había mucho mas que pudieran hacer allí y, tras el rapapolvo de su hija, volver al mundo de la vida terrenal parecía el siguiente paso a dar, a su pesar..

Los esfuerzos conjuntos de la mestiza y la norteña no habían sido suficientes para echar una pared/puerta abajo, lo cual no las había dejado en un buen lugar. Pero aún no se habían olvidado de aquello, cuando viendo que sus camaradas bajaban al sótano, decidieron seguirles.

- Esperrrrarrrr, nesesitarrrreis prrrrotecsión ahí abajo. - Dijo la guerrera de espadas bastardas.

Una vez abajo, entre pitos y flautas, comentarios fantasmales de niñas imaginarias e hijas sin descanso de padres viejos y barbudos, a Fedora le dió algo de yuyu cuando apareció aquella mujer o fantasma o lo que fuera. Pero como ya tenía la sangre helada, no se le pudo helar más y escuchó sus palabras pacientemente.

- Entonces... Si yo entenderrrr bien.... Tu estarrrr muerrrrta porrrrr culpa de las leyes de Malochio, ¿da? Y no saberrrr quién serrrr tuyos asesinos, ¿da? Nosotrrrros buscarrrr motivo porrrrqué Malochio estarrrr enferrrrmo. Tal ves así poderrrr ayudarrrr... - Dijo, pensando para variar.

Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por las palabras de Corvino, que se había ofrecido a ayudar a la fantasmagórica mujer, a lo que la mujer asintió con la cabeza.

- Da, ¿poderrrr haserrrr algo porrrr ti? - Añadió.

Las conexiones del caso se confirmaban con las palabras del fantasma, pero aún estaba lejos de cerrarse, pero puede que estamos más cerca de cerrarlo.

- Aderre y tu parece que estáis unidos de alguna manera, y como estar en esta mansión no te vale de nada, que necesitas para abandonar este mundo y dejar todo finiquitado?

Hay que recordar que estar en este plano no nos beneficia y tenemos que irnos rápido.

Heian alzó la ceja sorprendido porque no había acertado con sus temores. Por suerte no le había comunicado su preocupación a ninguno de los allí presentes así que simplemente se lamentó en silencio. Escuchó todas las palabras de aquel fantasma que habían encontrado y pasó de sospechar de ella a querer ayudarla.

Una vez más, el sombrerero continuó escuchando a sus compañeros cuya misión ahora parecía ser la de querer ayudarles. Aún se preguntaba cómo habían llegado hasta allí y cuál era la razón de aquel viaje extraplanario que habían hecho, y lo más probable es que se debiese al encuentro con Leyla. 

Suspiró hondo y esperó a escuchar la respuesta, estaba seguro que sus compañeros querrían ayudarla lo cuál implicaba una nueva misión a realizar.

Menudo chasco.  Sus pesquisas de nuevo les llevaban a un callejón sin salida. Sólo les quedaba saber quién era el dueño de la casa, aunque la fastasmagórica mujer no parecía saberlo.

- ¿Creéis que merece la pena esperar aquí al dueño de la mansión?- Sin duda alguien capaz de manipular la magia para construir algo así debía ser poderoso, ergo debía acumular un vasto conocimiento. Se quedó esperando las respuestas de la madre. Si de rebote podían conseguir que descansara en paz, no veía pegas para hacerlo.

Corvino notó un tirón en la manga. Era su hija, llamando su atención para que se agachara y así poder susurrarle algo.

Creo que los hombres de rostro borroso sois vosotros. Cuando yo estoy fuera de esta "isla" también me cuesta reconoceros.

Leyla hablaba de la pelea de anoche, la que tuvo contra Quiora y Fedora, y en menor medida también con los demás. Fueron ellos los que la "hirieron de gravedad". Lo que hicieron los falkovnianos semanas atrás fue algo más drástico y definitivo que herir.

Recuerdo los rostros de los soldados que me detuvieron, y el verdugo que ejecutó la sentencia tapaba su cara con una capucha. No son ellos los que han de sufrir mi venganza, ni Malocchio Aderre.

Me recuperaré en unas horas y volveré al campamento vistana. Agradezco el ofrecimiento y estoy segura de que con vuestra ayuda conseguiré hallar la paz. Veréis... mi ira no es contra las autoridades, sino contra el judas que me traicionó. Mi familia estaba a punto de abandonar Karina, pero Raúl, mi esposo, sobornó a los guardias para que me arrestasen. Se libró de mí... y ahora yo voy a librarme de él. Perdón, quería decir que NOSOTROS vamos a librarnos de él.

Había muchas formas de ayudar a Leyla. Una de ellas era rompiendo la barrera espiritual que protegía a los vistani. Sabían que el fuego a ras de suelo borraba las protecciones del círculo. También sabían que los cascabeles atados a los árboles que bordeaban el campamento formaban parte de la abjuración. Incluso podrían matar ellos, directamente, a Raúl. Por la mente de los viajeros también se pasó la idea de lavarse las manos en este asunto, pero no era algo que pudiesen expresar en voz alta delante de Leyla.

A Quiora no le estaba gustando el rumbo que tomaba la conversación. Por qué iban a querer ayudar a un fantasma? Un fantasma que la había atacado sin ningún sentido, cuando ella descansaba al resguardo de un carromato sin mover ni un músculo, y lo peor de todo; sin pedir nada a cambio por todo el esfuerzo.

- Conmigo no contéis, no me voy a enfrentar a una poderosa bruja sólo para que la loca esta se vengue de su maridito. Ya bastante hemos hecho salvando a su hijo después de que intentase robarnos las cosas.

Es más, la mestiza pensaba que lo mejor sería apalear a la mujer un poco más para que tardase en recuperarse y mientras ir a por sus cuerpos e informar a la anciana vistani.

Este era un giro inesperado, una venganza dentro del matrimonio, que asunto tan espinoso, pero antes de lanzarse a por ello era necesario saber más:

- Señora como sabéis que fue Raúl el culpable, tenía algún motivo para matar a su mujer? Si hay caso seguro que vuestro pueblo es muy... raudo en administrar justicia. Pero no podemos ir acusando a nadie sin motivo.