Partida Rol por web

“¿Es que me están intentando tomar por tonto? Primero Korbis dice que hay un explorador siguiéndonos, y al rato pasa a decir que el explorador es hipotético y que no existe, que es solo una suposición, personalmente pensaba que serian distintos, me decepcionan claramente...”

Eso sumado a la expresión del bardo y a la actitud constante de Cormac de llevarle la contraria, Stephon estaba a punto de explotar, canalizaría la ira contra los kobolds, debía completar la misión, lo único que importaba ahora eran las vidas de los arqueros.

Se preparo para el inminente combate, y cuando paso cerca de Cormac le dijo claramente. –Vos no sois nadie para ordenarme nada, recordadlo la próxima vez que tengáis un arranque de liderazgo. Y recordad también cual es vuestro sitio…-

Stephon se giro y se encaro a los Kobolds sacando la espada, en cuanto viera un virote volar saltaría a por ellos.

La flecha de Khatano roza el lomo del lobo, y notáis como los kobolds se ponen en pie y alerta, buscando la procedencia de la flecha.

Era el momento de actuar, instantes después el lobo comenzaría a aullar.

Antes de lanzar la flecha pudiste ver un par de hombres escondidos y observandoos detrás de unas piedras. Era posible que el explorador del que hablaba Korbis estuviera allí junto a uno de sus aliados.

En cuanto el virote silbó en el aire Cormac se abalanzó con seguridad sobre los enemigos y alzando su arma sobre el pecho cargó contra el lobo. Sin embargo su ataque fue en vano, siendo esquivado por el animal.

Viendo que el virote falla, Stephon carga contra el lobo...

Maldita sea! lo que acaba de ver me había costado acertarle al malidto lobo, mi rostro se ensombrece al descubrir la cruel verdad, pero no podía desconcentrar a mis camaradas tendré que desistir de la lira, pienso mientras recargo la ballesta y preparo mi voz aguarrentosa.

Es cielo es plomizo

Saquen sus espadas

La tormenta se acerca 

Saquen sus espadas!

Los enemigos están delante

Y la lluvia sera de sangre

Cuando termino de cantar siento que el brío recorre todo mi cuerpo ya esta hecho, solo espero no recibir un puñal por la espalda.

En verdad era orgulloso el paladín. Tanto que al parecer iba a ignorar las instrucciones del líder del grupo, un detalle más a tener en cuenta para cuando volviera a tratar a con él, porque de seguro que volvería a tener más encontronazos con alguien tan obtuso. Pero tampoco había mucho tiempo para más y debíamos enviar a los kobolds con Kurtulmak para que fueran castigados por dejarse derrotar por unos "simples humanos", simpre que aún quisieran salvar a los arqueros secuestrados.

Parece que al final ellos serán los únicos que consigan algo de ésto.

Pues desde cualquier otro punto de vista, moriremos nosotros o los kobolds, o puede que incluso todos si al final activan alguna trampa que derrumbe toda su madriguera una vez vencidos. Quién sabe. Por el momento, avancé veloz hasta que el lobo quedara a la distancia suficiente como para intentar ensartarlo, sólo para ser sobrepasados por Cornac y Stephon tras apenas culminar una lanzada que quizás no hubiera tenido éxito.

Tras la orden de Cormac apunto con mi ballesta y la disparo al lobo.

Nunca se me ha dado bien el uso de las armas pero no me podrán decir que no les ayudo.Mientras recargo la ballesta para poder disparar otro virote.

Tras el virote lanzado por Khatano, Korbis se lanza el primero contra el lobo pero espera a tenerlo rodeado por sus aliados con el fin de acabar con él con más facilidad, así que cuando está bastante cerca de él, el lobo comienza a aullar. El sonido hace de alarma tal y como todos suponíais y cuatro kóbolds salen inmediatamente de la cueva en la que se encontraban para enfrentarse a vosotros a plena luz del día. Todos ellos van armados con jabalinas y mientras el lobo os ataca abiertamente ellos se preparan para lanzaroslas. Stephon aprovecha la posición que ya había tomado Korbis y entre los dos logran ensartar al lobo y por poco acabar con su vida. 

Salazar por un momento duda en actuar* y se queda petrificado ante la presencia de los kobolds. 

Khatano desenfundó su lira y se colocó a unos cuantos metros de la cueva, allá donde todos pudieran escuchar su música y sentirse bajo sus efectos.

Finalmente Cormac se lanzó también para ayudar a sus compañeros aunque erró su golpe y no logró hacer nada de mucha ayuda.

Cormac no empezó el combate con un golpe afortunado, pero no era momento de ponerse a hacer cábalas sobre lo bien o no que iba, se acercó con decisión a uno de los kobolds y trató de ensartalo con la parte trasera de su arma, rápidamente se giró para dar un corte con la otra hoja a la criatura, pero no conseguía que sus golpes encajaran con la contundencia que debieran.

Las cosas se estaban poniendo realmente complicadas, estábamos en desventaja, y si no actuábamos rápido y certero, muy pronto nos tendrían contra la espada y la pared.

Las historias épicas siempre fueron las mas populares, y ahora podría decir que estaba empezando a escribir la mia, pero un pensamiento cruzo por mi mente  nos superan mas de 2 a 1 un escalofrío recorrió mi columna es mejor que emparejemos los números pensé al apretar el gatillo de la ballesta. 

Veo el virote volar, pero se que sera el mortal golpe que esperaba.

Y el aullido del lobo consigió reunir los apoyos que nos complicarían la existencia. Era por eso por lo que volví a intentar ensartarlo, algo mucho más complicado ahora que ya se encontraba alerta, pero el detalle de tener a Stephon y Cormac entre los recién llegados con sus jabalinas y mi persona me permite no empezar a alarmarme.

Viendo que el lobo había llamado a mas enemigos, y que estaba medio muerto. Stephon le dio el golpe de gracia.

Al ver como se lanzan contra el lobo y por miedo a impactar a un compañero cargo mi ballesta y disparo al primero que sale.

Gracias a la música de Khatano y a la posición de su aliado Stephon, Korbis logra ensartar al lobo y sesgar su vida evitando así que volviera a llamar más la atención. 

Instantes después una lluvia de jabalinas cayó sobre vuestras cabezas, dos de las cuatro jabalinas lanzas impactaron a Korbis y a Stephon que no fueron capaces de esquivarlas.

Después Stephon y Cormac se dirigieron contra los Kóbolds que habían salido de la cueva, y que habían herido a sus aliados pero las criaturas esquivaron sus golpes, a estos se unió Salazar con su ballesta pero también falló. Al menos Khatano tuvo más suerte y logró clavar uno de sus virotes a uno de ellos logrando acabar con su vida. Instantes después, cuatro kóbolds más llegaron tras oír los aullidos del difunto lobo y se quedaron en una línea más atras de la batalla para desenfundar de nuevo jabalinas.

¡Por el Gran Dragón!

Maldigo para mis adentros al notar la jabalina atravesar la fina armadura, porque era consciente que de poder llevar una grandiosa armadura completa ésta habría rebotado, pero afortunadamente la fuerza y puntería de los kobolds no era demasiada como para que no pudiera seguir combatiendo.

Y entonces avancé, midiendo cada paso en previsión de la nueva lluvia de jabalinas, hasta terminar por llegar al primer grupo y ensartar a uno de ellos con mi lanza.

Sin pensarlo dos veces recargo mi ballesta, levanto y apunto al blanco mas seguro, uno que no me de riesgos de dañar a alguno de mis compañeros ya tienen suficientes como para que les dispare por la espalda y acciono el gatillo pongamos las cosas a nuestro favor!

A Stephon no le dio tiempo a cubrirse con el escudo cuando lanzaron las jabalinas, apretó los dientes y soporto el dolor como mejor pudo.
Sus compañeros estaban empezando a disparar con ballestas a los más alejados, así que con el lobo muerto cambio de objetivo y cargo hacia uno de los goblins que tenia mas cerca.

Con el orgullo herido, pero aguantando el combate para el que había sido entrenado, Cormac avanzó hacia el kobold mas cercano propinandole una andanada de golpes descendentes con ambas hojas.

Korbis dio un par de pasos para alcanzar al primer grupo de kóbolds que les estaba atacando y gracias al alcance de su lanza logró ensartar a uno de ellos acabando rápidamente con su vida.

El primer grupo de kóbolds decidió atacar a Stephon y desenfundaron sus pequeñas lanzas clavándoselas en los costados.

Stephon fue a atacar a la pareja de kóbolds que le había dañado pero cuando fue a hacer el gesto de ataque el arma se le resbaló de las manos y se le cayó al suelo*.

El segundo grupo que había salido de la cueva decidió descargar una nueva lluvia de jabalinas sobre los enemigos que no estaban enfrentándose al primer grupo, todos lograron esquivarlas a excepción de Cormac que una de las ellas le rozó la yugular. 

Khatano descargó uno de sus virotes contra uno de los enemigos del segundo grupo clavándoselo entre ceja y ceja y acabando así con su vida. Cormac, por su parte, decidió ir a ayudar a Stephon pero su ataque falló estrepitosamente. 

Por suerte ya solo quedaban 5 enemigos en pie y ahora el combate estaba más igualado.