Partida Rol por web

La noche estaba a punto de caer, pero al final logran cruzar una gran cantidad de ciénagas desoladas sin tener que perder el tiempo en ningún otro desafortunado incidente. Finalmente y en pleno ocaso, los aventureros lograron alcanzar lo que parecía ser la Ciudadela Gris. Justo en ese momento, se puso a llover.

La lluvia cae, y un espeso manto de bruma baja cubre la tierra. Más allá del velo gris, una descolorida fortaleza se alza amenazadoramente sobre un gran montículo de roca negra. Ninguna luz surge del abandonado edificio. En algún lugar al norte y al este de la ciudadela, a varios cientos de metros de distancias, se escuchan orcos. Muchos orcos. Afortunadamente están suficientemente lejos como para que no supongan un problema. Al menos no de momento. 

Ahora el verdadero problema radicaba en cómo entrar en la fortaleza: 

• Habría que abrirse paso a través de la puerta principal, el modo más directo y sin lugar a dudas el más peligroso.
• Otra opción sería buscar una sección del muro más accesible por donde poder escalar, a pesar de que la lluvia hace que la muralla sea mucho más resbaladiza de lo normal. 
• Con algo de astucia, magia y picardía, podrían disfrazarse como orcos y engañar así a los guardias de la puerta.
• También podrían organizar una gran distracción, al menos una que sea lo suficientemente grande y duradera fuera de las murallas, provocando así que muchos de los orcos se alejen de la entrada y creando una situación de alerta en todo el recinto.
• Y por último recurrir a la magia y el sigilo, con discreción y los conjuros adecuados, podrían adentrarse hasta el interior de la ciudadela sin llamar la atención.

Con la heridas algo mejor pero en absoluto cerradas Xanaphia siguió al grupo, volvió a ocupar la última posición y se mantuvo alerta y taciturna todo el camino. La verdad es que su orgullo estaba herido, no sólo no se había percatado del ataque si no que le había costado demasiado ver qué los atacaba.

Al fin, cuando al día llegaba a su final, llegaron a su destino y pudieron ver la fortaleza gris entre la llovizna y los últimos rayos de sol. Todo estaba a oscuras, se suponía que los orcos despertaban entonces. Además ellos no necesitaban la luz para ver y eso iba a ser un problema una vez dentro, pues en el grupo sí necesitarían de luz. -Todo a su tiempo, los problemas de uno en uno-.

-Yo puedo escalar el muro sin problemas. -dijo la semielfa con seguridad.

Antes de aportar ideas tenían que saber qué podía hacer cada uno.

Si alguien necesita una mano curadora que avise.

No quería dañar el orgullo de nadie curando a alguien sin que lo necesitara, por lo que preguntó.

Mmm, estamos en desventaja. Dijo mirando a sus compañeros.

Entrar engañandoles no es una opción, si nos hacemos pasar por una patrulla nos enviarán a informar y ninguno de nosotros creo que pasara por orco. Puerta principal... nah, a saber cuantos hay allí. Creo que lo que nos queda es escalar y sigilo, tal vez combinarlo con una distracción, pero eso los pondría alerta...

No se decidía, así que fué diciendo todo lo que se le pasaba por la cabeza sin proponer nada concreto.

Jairee hizo una observación que, metafóricamente, golpeó a Xanaphia como una maza en su dura cabeza. Mientras el joven rubio iba comentando las opciones, la guerrera rumió para sus adentros sus propias opciones: de nada le valía ser cabezota en una situación como en la que estaban, una de las virtudes que debía aprender era a ser más "jugadora de equipo". Con un último vistazo a la claridad menguante murmuró de nuevo la palabra que activaba su cinturón, si iban a entrar necesitaba estar en plena forma. Esta vez sus heridas sanaron completamente dejando finas cicatrices donde había habido surcos rojizos, miró al chico y con una sonrisa se dirigió a él.

-La distracción la deberíamos usar como último recurso, -dijo apoyando sus palabras -seguro que una vez arriba encuentro algo con lo que ayudaros en la escalada. Y aceptaré esa mano frente al siguiente monstruo que quiera bailar conmigo al oirte tocar.

Su última frase llevaba un tono jocoso implícito. Su mirada se dirigió hacia los muros y buscó un buen lugar por donde entrar.

Khalam se situó segundo en la formación, por detras de Atara y su leal compañero. El camino por suerte estuvo tranquilo, hasta que llegaron a la fortaleza con el abrazo de la lluvia en el atardecer.
Era hora de ver cual sería la mejor manera de poder entrar, pues a lo lejos se escuchaban los gritos de los orcos y al parecer eran mas de los que ellos se podían imaginar.
Al igual que Xanaphia, no tengo problemas para escalar estos muros, lo que necesitamos es algo para subirlos. comento el joven chaman.
Como podemos hacer? se pregunta en voz baja.
 

Despuse de una tarde movidita y una larga caminata, ante ellos se erguía el "castillo" orco, levantando el brazo señaliza a la tropa que se agachen y empiezan a tantear un plan.

- Estoy de acuerdo, lo mejor es escalar el muro, podriamos usar mi cuerda... ah no, que ha alguien se le ocurrio la genial idea de invertirla en colgar a un enano muerto. -Dice mirando a Khalam a modo de regañina. -Pero bueno, creo que todos podremos escalar el muro.

-Tu quedate aqui cariño- alega acariciando a su fiel compañero -escondete hasta que vuelva, y si no es asi.... bueno... seras libre.

Atara se prepara para lo que les acontece, introducirse en una fortaleza llena de orcos para salvar a unos niñatos.... bueno, mayor sera la gloria y al menos me llevare a tantas alimañas como me sea posible.

-Bien camaradas, pongámonos en marcha, una vez subamos permaneceremos escondidos hasta hacernos una idea de como es el campamento por dentro, después buscaremos a nuestros objetivos y saldremos sin ser vistos. No ataqueis a ninguna bestia, si nos detectan son demasiados para entablar combate, corred como no habéis corrido en vuestras vidas- Acto seguido mira uno a uno a sus compañeros, intentando recordar sus rostros por si era la ultima vez que los veía. -Siempre trabajo sola, si algo sale mal quiero que sepáis que ha sido un honor haber luchado a vuestro lado. 

Y sin mas, la cazadora se toca el sombrero e inicia el camino hacia su posible muerte, -es de mal educados hacerla esperar...-  

Xanaphia localizó un punto por donde escalar sería más sencillo. Aquel lado de la ciudadela se estaba desmoronando y todo estaba lleno de escombros, lo cuál haría más sencilla la escalada, aunque la lluvia añadía algo más de dificultad a la prueba. Así que, si querían subir por allí, tendrían que poner algo de voluntad y empeño y sobre todo fuerza, para poder escalar.

Mmmm, mejor hacer una cuerda con nudos, no creo que pueda escalar esto un novato como yo.

Miró a Lezard y supuso que estaría en lo mismo, así que esperó a que los escaladores llegaran arriba para tirarle la cuerda y ayudarle a subir.
 

Jairee tenía razón, necesitaban una cuerda si querían llegar todos arriba sin ser descubiertos. Xanaphia enfundó la lanza a su espalda e hizo crujir los dedos con media sonrisa en su rostro.

-A ver si encuentro esa cuerda. Odincara rapert. -murmuró la semielfa.

Y sin más apoyó manos y pies en la superficie vertical y comenzó el ascenso. Conforme llegaba a la parte superior sus movimientos fueron más leves, intentando hacer el mínimo ruido posible y aguzando sus sentidos para asegurarse que no había nadie en las inmediaciones antes de asomar la cabeza.

Lezard asiente a las palabras de Jaire cuando este le mira, para mi tambien es complicado.

No se le daban bien las pruebas que implicarán el uso de la fuerza, inteligencia si! pero fuerza bueno apenas podía con su cuerpo, era mejor esperar una oportunidad por parte de Xanaphia.

Khalam esperó a que su compañera volviese con alguna cuerda o tendrían que ver como poder escalar ese muro.
Una posibilidad que se le ocurrió, es que ambos llevasen uno a la vez, mientras su compañero se sujeta fuertemente de los dos escaladores. Pero eso lo plantearía como última opción.

Lezard ve como su compañera empieza a escalar la pared y escucha a Khalam a lo que propone, sobre sus espaldas no se puede escalar o en una columna de tres donde uno sirva de base y el otro ale?

Había muchas opciones a la mano mediante las cuales podíamos ir subiendo al menos de uno en uno...!

Ser seguidores de los dragones hizo que Xanaphia y Khalam pudieran subir a sus compañeros sin problemas. Eran pesados, sí, pero al poder moverse sin problemas por las paredes facilitaba el ascenso sin problemas de sus compañeros.

Una vez todos estaban arriba, pudieron ver el patio de la ciudadela que había sido limpiado de escombros casi totalmente. En algunos lugares la lluvia ha dejado charcos poco profundos, y en la sección del muro occidental hay parte derrumbada, por ahí seguramente fuera más sencillo escalar. Además, la roca que hay por ahí caída puede servir como escondite perfecto para pasar desapercibidos.

También hay un pozo de piedra y una plataforma de carga de madera sostenida por sólidas cuerdas que cuelgan de una gran polea de madera colocada en la muralla exterior. 

Además hay gran parte de la zona que está llena de puertas que debe de llegar al interior de la fortaleza.

Pero lo más preocupante es la criatura reptiliana que duerme sobre un montículo cerca de los escombros por donde tienen que bajar. Tiene alas coriáceas similares a las de un murciélago plegadas junto a su brillante cuerpo y una larga cola que se curva en torno a la base de los escombros y terminan en un ominoso aguijón. Hay una silla sujeta al lomo del reptil, que de vez en cuando se crispa como si estuviese enfrentándose a alguna pesadilla más terrible que él mismo. 

Khalam y Xanaphia habían logrado ayudarnos a subir pero eso era la parte fácil, ahora tocaría comenzar la misión.

Una vez arriba, la cazadora agudizó la vista observando con detalle las posibles vías pero fue imposible no quedarse mirando el dragón que dormitaba en el centro de la estructura. 

-Pardiez, eso no me lo esperaba -alega sin dejar de observar a la bestia. -Bueno recordad el plan, no entablar combate, tenemos que ser como sombras. ¿Que os parece si entramos en las puerta derruidas de la derecha?. -Les dice señalando dichas puertas. -No sabemos que hay dentro pero mejor que lidiar que un dragón...

Una vez arriba, observa todo el panorama de la situación y se ve sorprendido por la criatura que hay en el medio del campo. Sin duda de la familia de los Dragones, pero no uno como al que Khalam adoraba.
Por donde tu digas Atara. El sigilo y la discreción no son mis fuertes.

Ciertamente un dragón no era algo con lo que esperaba toparme al estar en la parte superior, tras escuchar a Atara y Khalam digo.

Tampoco mi fuerte, te sigo Atara...

Ojala y este invento no nos lleve a nuestra muerte...

El primer vistazo por encima del muro fue toda una sorpresa para la guerrera, el ser reptiliano que dormitaba en el patio le hizo enarcar una ceja -Lástima que sea un pariente menor- pensó con altivez. Rápidamente sus ojos analizaron todo el espacio que se abría ante ellos, pasar cerca del animal quedaba totalmente descartado. Las palabras de Atara hicieron que la semielfa asintiera en silencio, aunque estuvo a punto de corregir su error, pero no era el momento adecuado para clases de anatomía, cuanto menos ruido mejor.

Procurando hacer el menos ruido posible y tratando de pasar inadvertidos gracias a la lluvia, el grupo de aventureros descendió por las paredes gracias a la habilidad de los chamanes del dragón. Descendieron y se introdujeron por la primera puerta que encontraron, con tan mala suerte que dieron a lo que parecía la zona de letrinas de los orcos, que a pesar de ser toscos no eran incivilizados. El olor era repugnante así que no tardaron en salir de allí y adentrarse en la siguiente puerta.

Una sala también pequeña pero que servía como almacén de barriles de cerveza.

El chaman espera a que su compañera exploradora les indique el camino, el sería totalmente inoperante para tal labor. Sin hacer ningún ruido, levanta un poco la mano y haciendo tocar la punta de todos los dedos de una mano, hace el gesto preguntando el camino.