Partida Rol por web

Bién. Los zombies iban huyendo ante el poder de Hala, pero aún quedaban los suficientes para acabar con el resto del grupo. Prueba de ello fue cuando el soldado rubiales zozobró en el abismo abierto por uno de aquellos muertos vivientes.

El corazón de Leiath se encongió al ver lo cerca que estaba de caer y lo poco que podía hacer ella por ayudarle. Invocó de nuevo a Hala para que mandase al resto de monstruos lejos de ellos.

El perfumista había visto a Jadewo combatir contra las hormigas con gran habilidad y técnica y ahora caía enterrado en vida contra aquellos sepultureros. Después de ver caer a cuatro compañeros y un par de dobles ya estaba convencido de que la lucha cuerpo a cuerpo, por mucho puñal de plata que tuviera, no iba a ser una opción.

- ¡No os acerquéis!¡Freídlos desde lejos!- Gritó a las magas. Para algo eran un aquelarre, ahora más que nunca. El hizo lo propio y cuando pilló distancia se dio la vuelta y disparó el segundo de sus conjuros más dañino.

Se concentró en su nuevo hechizo, había una pequeña posibilidad de salvar a rubio buenazo. La maga no consideraba a Jadewo una parte fundamental del grupo, aun no había pasado demasiado tiempo con él y no lo conocía, pero la muerte de Flame había ablandado algo el frio corazón de Alice. No quiero que muera nadie más hoy, ya es suficientemente duro haber perdido a la lagartona. Saco una tira de cuero de su bolso de componentes y empezó a pronunciar las palabas mágicas mientras señalaba la cuerpo de Jadewo que se hundía poco a poco en el fango.

La falta de oxígeno empezaba a hacer mella en la muchacha. Sus movimientos cavando eran más lentos y adormilados, y el agua filtrada por las grietas empezaba a inundar su tumba...

Cuando todo parecía perdido para Jadewo, su cuerpo empieza a ascender. El agujero se cierra como unas fauces sin presa bajo el azul tibio del Estigia, y el muchacho queda levitando en el aire, a un par de pies del suelo. Maniobrar es complicado, ya no podrá escudar a Evea y llevarse el golpe por ella, pero en las alturas no podrá ser sepultado a pesar de que le hieran.

Después de que los proyectiles mágicos de Onfale hiriesen a uno, y la fé de Leiath hiciese retroceder a otro hasta el río, los dos no-muertos que quedaban se lanzaron sobre Tybalt. El tiflin esquivó una zarpa, pero quedó en mala posición para evitar el otro ataque. La nieve se abrió de nuevo, pero de un salto Tybalt logró ponerse a salvo, y con una precisa estocada rasgó el hombro del monstruo herido.

Flame sentía como la nieve se le introducía en la nariz y como poco a poco iba impidiéndole respirar. Se sentía incómoda, ahogada y sobre todo impotente. No sabía como saldría de allí con vida, y no sabía si sus compañeros la rescatarían a tiempo o si desgraciadamente ya la daban por muerta antes de tiempo...

Sólo quedaban dos pero casi se llevan a Tybalt. Onfale ya estaba seco de magia ofensiva así que trató de entorpecer a los no muertos con un señuelo.

- Ommmmm sahasrara piśāca.-Como siempre, había metido los dedos en el contenedor de aceites, los había frotado con esmero para que el aceite se volatilizara y penetrara en sus fosas nasales la esencia de la cera de vela. Como un acto reflejo adoptó con sus dedos el mudra suchi y recitó las palabras sánscritas. Una preciosa flor violeta se dibujó en el aire y en la coronilla del mago y, a través de la primera, llamado de otro plano material, apareció un pequeño escorpión que inmediatamente se puso a picotear y tratar de ensartar con su aguijón al no muerto. 

Uuuooo

La magia que afecta el cuerpo del guerrero le toma por sorpresa, liberándose de repente de la fuerza de la gravedad... Pero no es momento de dedicarse a estudiar el singular fenómeno arcano; Evea y Onfale estaban en peligro, ahora que él ya no bloqueaba a su enemigo... 

-¡Perdo Corporem!.- Dice dibujando un arco con su cimitarra de plata proyectando un rayo verdoso contra la criatura esperando debilitarla lo suficiente como para que la sirviente de Hala pueda dar cuenta de él antes de que pueda dañar a nadie más.

Pero el rayo, sin el apoyo firme de los pies en el suelo sale muy desviado, fallando el impacto contra su objetivo.

Una vez recatado al rubio de las garras de la muerte, Alice bajo el brazo haciendo que Jadewo bajara poco a poco. Aun había peligro, había que matar al resto de zombis y cruzar el rio. Aunque la mente de la maga no paraba de maquinar. ¿Habría alguna marera de recuperar el cuerpo de Flame para resucitarla?

Aire empezó a frotar las yemas de sus dedos, y las chispas nacieron de ellas. Unos pequeños rayos saltaban en su mano, decidiendo el momento perfecto para poder lanzarlo sin dañar a sus compañeros. Flame estaba enterrada y muerta. Los demás se debatían por sobrevivir, y poco tiempo les quedaría si ella no ayudaba en nada.

Casi lo tenían. Milagrosamente el novio de la barda se había salvado, pero por qué Alice no había hecho lo mismo con Flame y, lo más importante, con el pequeño caido? Se lo tendría que preguntar pero más tarde, aún quedaban dos poderosos enemigos.

¡Déjate de "pedos" corporem", Jad!-dijo, en un chiste más propio de Becky, mientras la Bruja de Hala hacía huír al penúltimo de los sepultureros-Si das el golpe de gracia al último zombi, quedarás como un héroe y nos ganaremos el respeto de esta gente.

Evea cogió a Jadewo del tobillo y lo empujó hacia el monstruo que estaba luchando con Tybalt. Ingrávido, su cuerpo giró sin control durante un par de caóticos segundos hasta que Jadewo recuperó la estabilidad.

En ese momento, un rayo eléctrico salió de los dedos de Aire hacia la marisma. No logró alcanzar al sepulturero, pero la electricidad se propagó por el agua como si se tratase de los pantanos de su Cárceri natal. Con la mitad de potencia con la que había sido lanzada, aquella electricidad sacudió al zombi, pero también a Evea, Tybalt y Onfale, en mayor o menor grado.

¡AAAAAAARGGH!

Cuando la corriente se diluyó, Onfale convocó a un "pequeño" escorpión del tamaño de un pollo. No tenía la altura suficiente para que sus órganos respiratorios captaran oxígeno por encima de la capa de agua de las marismas. El alacrán burbujeó, chapoteó y luchó, hasta que suavemente flotó girándose en el agua y llegando a la superficie espaldas abajo con las ocho patitas encogidas. Con lentitud, la corriente ligera de la marisma lo iba empujando hacia la corriente más fuerte del río Estigia.

Y en otro lugar de la marisma, el agua empezaba a formar ondas a medida que la nieve de debajo suya se revolvía...

 ¡AUF!-emergió, con la grandiosidad patética de un escorpión que se ahoga, mientras lanzaba sonoras y amplias bocanadas de aire tratando de recuperar el aliento.

Era como si la supuesta muerte de Flame hubiese sido una cruel inocentada prolongada durante demasiado tiempo ya. Por lo que parecía, los sepultureros no eran tan letales. Su toque no te mataba, solo te enterraba vivo. Y si mantenías la consciencia y tenías las suficientes fuerzas para vivir, podías abrirte paso hasta la superficie cavando agónicamente con tus uñas el techo de tu tumba.

¿Flame? ¡Entonces el niño puede que aún esté con vida!

Evea se colocó en el lugar aproximado en el que Loki fue tragado por el suelo, y empezó a usar sus manos desnudas para empujar la nieve hacia los lados, mientras agitaba el agua, frenética, a su alrededor.

Las descargas eléctricas provocaban tetanización, es decir, el agarrotamiento involuntario de los músculos del cuerpo. Eso es lo que hizo que Onfale agarrase con más fuerza el puñal de plata de Nikeras justo en el momento en el que atacaba al último de los supultureros.

- Aaaaaarg.- Si no tenía suficiente con la Maga Roja ahora su pupila parecía tener el mismo objetivo: matar al perfumista.- ¡Joder Aire, ten más cuidado!- Sacó el puñal de plata del putrefacto cuerpo y se retiró a un segundo plano.

En cuanto Evea destacó el hecho de que el pequeño Loki aún podía estar con vida y debatiendose con la muerte enterrado vivo, la bruja de Hala se puso a cavar con desesperación en el mismo punto en el que el niño había desaparecido.

-Por Hala! Ayudadme a sacarle!

Pero no tenía ni fuerzas y herramientas apropiadas asi que ni corta ni perezosa, al parecer sin darse cuenta de la propia lucha que se traia la guerrera para salir del agua, gritó:

- Flame, demonios, deja ya de darte un baño y ven con tu espadón a cavar aquí!

En realidad era la forma de darle la bienvenida a su compañera que casi había dado por perdida.

La maga empezó a cargar lentamente la fatídica ballesta, cuando se produjo un milagro. ¡Flame estaba viva! Las lágrimas le saltaron de los ojos, la lagartona seguía viva. ¿Podría ser que Hala fuera realmente la religión verdadera que había que seguir? ¿Qué un ente tan poderoso como un dios se preocupara de sus despreciables siervos? Los pensamientos de la maga eran confusos y contradictorios. 

Jadewo se sumó a Tybald y a Onfale para derrotar al útlimo de los seres que reprsentaba una amenaza antes de ayudar a buscar a Loki. Logrando alcanzar a la esquiva pesadilla con su filo de plata.

-Pronto tendrás el descanso eterno que mereces.

Leiath rodó a trompicones por la pendiente de nieve, hasta reunirse en un aparatoso aterrizaje con Evea, justo cuando la muchacha tiraba del brazo de Loki, extrayendo su cuerpo semi-enterrado de la nieve.

¡Yo me ocupo de Loki! ¡Salva a Becky!-exclamó, con Loki en el colo, señalando otro montículo bajo el nivel del agua.

Y no es para menos... Becky en sí puede que no sea muy importante para nadie, pero en su poder está el fetiche de plumas de cisne que pueden convertir en un barco y el bolsillo dimensional en el que se esconde el cuervo Hollín. Su dueña, su otra dueña, Alice, seguía en lo alto de la colina junto a Aire, que en esos momentos reñía a Aristóteles por haber lanzado un rayo eléctrico a una zona conductora de corriente.

Un poco más allá, Flame y Onfale retomaban la compostura, dudando si dejar el resto del combate a Tybalt y Jadewo o exponer sus vidas ante lo letal de un sepulturero con varios tajos, quemaduras eléctricas y marcas del impacto de proyectiles mágicos. El monstruo golpeó con fuerza en el pecho de Tybalt, que dió otro pequeño salto para no caer en el nuevo agujero que se formó bajo él.

¡Por Hala!- No sabía si frotarse los ojos pero delante suyo tenía a la rubia lagartona. ¿por fin la Fortuna les sonreía? Ahora los no-muertos eran ellos.  Inspirado por aquellas visiones que le mandaba la Buena Diosa, Onfale se lanzó en ayuda de Jadewo y Tybalt para acabar de una vez por todas con el único sepulturero que quedaba. Al llegar metió el puñal de Nikeras bien profundo en el cuerpo del maligno ser y le abrió las tripas.

Tras su discusión con Aristóteles, Aire volvió su mirada negra hacia el grupo de combate. ¿En serio Onfale la había dicho que tuviera cuidado? La culpa era suya por lanzarse de cabeza contra un sepulturero, ella sólo quería ayudar y, aunque quizá, y sólo quizá, se había equivocado de hechizo, no iba a pedir disculpas. Ella sabía de conductividad lo justo y necesario, aunque lo tendría presente para un futuro.

Su corazón infantil dio un salto de alegría al ver a Flame viva, pero su rostro frío no lo demostró. Lo único que hizo fue cruzarse de brazos. Un sepulturero y tres guerreros para dar guantazos. ¿Para qué iba a gastar sus conjuros?

La duda de Flame se disipó rapidamente. Aquellas criaturas no le daban ningún miedo a pesar de que la hubieran enterrado viva. Su gran constitución le permitía pasar el tiempo suficiente bajo la tierra sin sufrir daño alguno, pues las uñas de las chamanes del dragón eran suficientemente rígidas para liberarla. Así que, sin tener ni un ápice de dudas se lanzó lo más rápido que pudo junto a Ayash.