Partida Rol por web

Quizás esperabas más de tu primer empleo, pero una consultoría financiera a primeras no te pareció un mal destino. Si bien la firma tenía los despachos de los ejecutivos 2 plantas por encima, tampoco la mesa que te habían asignado en el departamento era tan incómoda. En cuanto a los compañeros, cada cual miraba por y para su trabajo. No era el mejor clima para hacer amigos, sabías que tenías a tu alrededor padres de familia y gente sin ningún escrúpulo, algún que otro soltero cuya vida era más aburrida que el periódico que leía y hasta tenías a más de uno que dudabas realmente que supieran atarse los cordones de los zapatos por sí solos, pero en general era una empresa que pagaba bien y eficiente. No habías visto ni una sola queja de los empleados ni de los clientes, y aquello era realmente nuevo. 

Aún así, el ritmo de trabajo era agobiante y los horarios agotadores.

Estabas centrado en tu trabajo comprobando los valores de un cambio de acciones cuando suena tu teléfono, compruebas que no se trata de una llamada exterior sino de la propia compañía, por el código en la pantalla proviene de algún jefe de sección, vamos, alguien por encima de ti.

- ¿Javier Arias? Estoy revisando el trabajo que hiciste el pasado viernes con la venta de los activos de la empresa IT Richards, sinceramente estoy impresionada. Me gustaría conocerte, ¿dentro de 20 minutos en mi despacho? soy Julia Coster, la secretaria ya está avisada. 

Llevo unos meses en mi trabajo apenas he creado vínculos, con la mayoría de los compañeros las relaciones son correctas y formales, se limitan al trabajo. Con algunos se puede decir que ni si quiera son correctas. Con media docena he tomado una cerveza tras el trabajo, pero no ha pasado de eso. De todas formas, no he venido a hacer amigos, estoy aquí para ganar experiencia y poder desarrollar mi carrera profesional y para eso trabajo duro todos los días.

Mientras estoy imbuido en mis pensamientos analizando unos movimientos de valores y unas curvas de proyección, suena el teléfono y lo cojo inmediatamente cuando veo que viene de la planta magna. Es Julia Coster, hasta ese momento la había visto un par de veces, pero ni siquiera había cruzado una palabra con ella.

- De acuerdo señora, allí estaré.

A penas sin dejarme terminar la frase sentí como la comunicación telefónica se cortaba. La verdad es que la operación con IT Richards me había salida muy bien, llevaba semanas vigilando la evolución de esos activos, pero por supuesto no me esperaba esta llamada.

Por supuesto no me pude volver a concentrar en lo que estaba haciendo y tras cinco minutos dando vueltas en mi mesa, me levante para dirigirme a mi cita. Aunque fuera despacio para no llegar antes de tiempo no podía seguir allí sentado. Me coloco un poco la corbata mientras me dirigía al despacho de Julia. 

Te diriges a la cita, te encuentras con dos compañeros de tu propio departamento en el ascensor que pulsan el piso de la planta baja - Bajamos a tomar algo, ¿te apuntas? - te echan un ojo por si te apuntas, dudando de si los vas a acompañar o no.

El ascensor se detiene en una planta intermedia - ¿Sube o baja? Da igual - se sube un hombre de unos cincuenta años con su periódico doblado bajo el brazo, no va muy bien vestido y la camisa le sale por el pantalón de un lateral, aparte si decides mirar al suelo, ves que lleva los zapatos sucios.

Se vuelve a parar en una planta anterior al bajo, nuevamente entra gente, esta vez son cuatro personas, tres mujeres y otro hombre que lleva un maletín de trabajo y va hablando por el móvil. El espacio del ascensor se reduce con tanta gente, la conversación del hombre es con su mujer o eso parece - no me da tiempo de recoger a los niños, te lo avisé hace media hora, no no puedo... - Hay dos mujeres que hablan de una cafetería que acaban de abrir en la esquina. Por fin llega el ascensor a la planta baja y salen de él tus dos compañeros, las dos mujeres, el hombre de los zapatos sucios y el del teléfono móvil.

Estáis tú y una mujer joven de rasgos centroeuropeos, rondará los treinta años, quizás menos. Ves que marca el mismo piso al que tú te diriges. Casi en el último instante, aparece una mano que obliga a abrirse nuevamente las puertas del ascensor, entran una pareja (h/m) hablando sobre una fiesta que va a tener lugar la próxima semana y que si es la forma de ascender en la compañía, que te invitan para celebrar tu ascenso, la mujer lo corta y le rectifica aludiendo a que hay como una especie de prueba y entonces según como la resuelvas asciendes o no, pero que es complicado, aparte que quien decide probar no tiene más oportunidad que ascender o marcharse. 

La pareja que entró se baja un piso por debajo del que tú y la otra chica os dirigís, nadie entra. Llegas a la planta del consejo de la compañía y la joven abandona antes que tú el ascensor, perdiéndose en uno de los muchos pasillos que hay. Por el panel informativo, el despacho de la srta Custer está al fondo, en el extremo opuesto a este ascensor.

Durante todo el trayecto voy ensimismado en mis pensamientos. Apenas respondo con un suave no y un ligero gesto de cabeza a mis compañeros. Cuando llego a mi destino no recuerdo quien ha subido y bajado en el ascensor todo ha quedado en un rincón de mi cerebro como si fuera un sueño. Voy pensando en la llamada, todavía pienso porque me habrá llamado la señorita Coster.

Se abren las puertas del ascensor y me sorprende la chica que se baja junto a mi. Me llama la atención y veo como se pierde por el pasillo. Estoy apunto de seguirla y preguntarle algo para cruzar un par de palabras y miradas con ella. Pero en ese momento recuerdo mi cita, reprimo mi primer impulso y sigo por el otro pasillo hacia el fondo.

A penas he subido un par de veces a la planta magna, aunque sueñas con poder ocupar uno de estos despachos en algún instante de momento solo me conformo con tus pensamientos. Sabes que llegas casi diez minutos antes de la hora, pero llevas un rato dando vueltas y no puedes aguantar mas. Siempre puedo esperar con la secretaría hasta que me pueda atender.

El pasillo tiene moqueta granate oscuro, paredes claras y puertas marrón oscuro. La decoración es escasa, algunos cuadros de arte contemporáneo que no terminas de entender y símbolos corporativos aquí y allá en algunas puertas y letreros. Continuo caminando por el pasillo hasta llegar frente a la secretaria.

- Buenos días, soy Javier Arias tengo una reunión con la señorita Coster. Me esta esperando.

Mientras termino la frase mi mirada se cruza con la de la secretaria y espero su respuesta.  

La secretaria, una mujer de unos cuarenta y tantos años vestida de manera discreta con chaqueta gris y falda de traje azul, avisa teclea un código en la terminal telefónica y tras recibir la confirmación te deja pasar, antes te indica la puerta tras la que te está esperando la srta Coster. 

Pasas al interior, está ahora mismo hablando por el teléfono pero te hace señas para que te sientes, al cabo de unos instantes cuelga la llamada - ¿Javier Arias, verdad? He repasado los movimientos que has realizado y como te dije antes, me sorprendieron los resultados. He estado hablando con miembros de la compañía y hemos valorado concederte una gratificación. 

- No creas que es algo habitual, de hecho tras la puesta en común, unos socios quieren conocerte. ¿Tienes algo que hacer esta noche? 

Mientras espero a que cuelgue el teléfono me entretengo mirando a mi alrededor. Un despacho decorado con discreción. 

- Muchas gracias, me limite a hacer mi trabajo.

Quedo muy sorprendido por los halagos y me sorprende que sea tan directa. Sin lugar a dudas es una oportunidad que no voy a dejar escapar. Llevo luchando desde el primer día que entre en la empresa y no voy a dejar pasar este tren. Sin duda para conseguir mi sueño tengo que aprovechar todas las oportunidades por pequeñas que sean. Aunque al final no se traduzca en un ascenso, conversar y conocer personalmente a otros socios seguro que merece la pena.

- Nada importante, ¿cual es el plan?

Había quedado con un amigo y un par de chicas que conocimos hace unos días. Nada importante pero una de las amigas era  interesante, siempre sonriente y aunque bajita era bastante resultona. Le diré a mi amigo que tengo trabajo importante que acabar y que saldré tarde, en el fondo no es mentira del todo, supongo que siempre me podre incorporar mas tarde depende de como se de la noche.

- ¿El plan? - sonríe y emite una pequeña risa, audible por tu parte - A las 9 hay una cena en el hotel The Pierre, con varios de los miembros del consejo - por supuesto no te está incluyendo en esa cena, sino que te informa de ella - sería descortés que aparecieras allí sin más, así que, he previsto salvar ese obstáculo quedando con ellos a las 11 en un reservado que hay cerca del restaurante. 

Después te comenta que, dependiendo de cómo vaya la reunión puedes unirte o quedarte "al plan" - recalca mucho esas dos palabras, aprovechando que las habías usado tú con anterioridad - establecido - estoy segura de que no te gusta la incertidumbre de no conocerlo, pero también que te muerde su misterio.

- Bien, sr. Arias, no descuide su jornada laboral, ya puede retirarse. Un coche le irá a recoger a las 8 de la tarde - sí, ponte en la situación de que cenas con ella.

Ligeramente confuso por la conversación mantenida con Coster. Aunque es agradable su actitud es inflexible en su papel de jefa. A pesar de mi perplejidad interna no la evidencia exteriormente. Como en muchas ocasiones me muestro firme y seguro para no evidenciar ningún tipo de duda. Me juego mucho en esta conversación y esta noche, no voy a dejar pasar esta oportunidad. 

- De acuerdo estaré esperando ese coche a las 8.

En este momento me levanto inmediatamente. No quiero que se impaciente mas de la cuenta ya considera que he pasado demasiado tiempo en su despacho. Me retiro, pero antes de darle la espalda le comento.

- Voy a continuar con mis obligaciones.

Salgo del despacho y me dirijo de nuevo al ascensor camino de mi sitio, no sin antes despedirme de la secretaria con una amplia sonrisa. Siempre es bueno tener de mi parte a la secretaria por si necesito algo en el futuro.

Ya esperando el ascensor aprieto el botón para llamarlo, pero no dejo de pensar en lo que ha pasado en el despacho. Aunque ha sido un pequeño espacio de tiempo han sido muchas intrigas. Nunca pensaba una cena con la señorita Coster y menos conocer a otros socios a las 11 de la noche. A pesar de todo voy a poner toda la carne en el asador, desde el primer día que entre en el edificio he trabajado duro para tener esta oportunidad y ahora no voy a dejarla pasar. Volveré a mi sitio pero no se si podré trabajar mucho, muchos pensamientos dando vuelta por mi cabeza. 

A la hora convenida, una limousine pasa a recogerte. El conductor sale a saludarte y te abre la puerta para que accedas a su interior, dentro está Julia rodeada de varias mujeres - Chicas, os voy a presentar a Javier, se une a nuestra fiesta privada - te presenta a las chicas que hay en el vehículo: Cindy, Sheila, Rachel, Helen, Ross y Maggie, son 6 mujeres de muy variados rasgos, una es rubia, otra pelirroja, hay también una chica con rasgos latinos, otra asiática y una rusa, dirías que más de una te suena de haberla visto en alguna película o quizás sean doblajes, en todo caso el ánimo que hay dentro del vehículo es desenfadado y hasta libertino, Julia está al fondo (hacia el conductor, aunque éste está separado a través de una mampara que ahora mismo es opaca) junto a la chica de rasgos caucásicos - Adelante, Javier, no te cortes. He creído conveniente crear un marco de distensión y relax, ¿Sheila puedes servirle algo al caballero? - se levanta la chica rubia que tienes al lado, puedes ver como su vestido de noche es excesivamente corto y al doblarse en el minibar para sacar las bebidas has observado que no lleva ropa interior de ningún tipo.

La mujer asiática se acerca a ti, sin ningún disimulo y te empieza a acariciar el cuello con su boca, mientras Cindy (la morena) empieza a besarla con total descaro en uno de sus pechos, con sus manos le abre el vestido, separándolo y mostrando sus pezones, mientras que los acaricia también.

Entro al vehículo, me limito a saludar a todas las chicas y hacer un gesto con la cabeza a Julia. Me acomodo en el asiento y disfruto de la situación. Aunque sorprendido, porque no es exactamente la situación que esperaba, no dejo que se vea la perplejidad. Mirando a los ojos a la señorita Coster digo:

- Parece que habéis empezado ya la fiesta.

Aunque se me pasan muchas cosas por la cabeza no quiero dar un paso en falso. Hoy se puede presentar una gran oportunidad para mi carrera y no voy a dejarla escapar por unas pocas chicas guapas. A pesar de mis reticencias iniciales me dejo llevar y disfruto de la situación. Acepto la copa de champán que me ofrece Sheila y le doy un trago no sin antes hacer un gesto como si brindará hacia Julia.

Doy un vistazo a mi alrededor y esbozo una sonrisa para mis adentros. Hoy sin lugar a dudas sera una buena noche. Se puede presentar una interesante oportunidad para mi futuro, pero si no es el día no voy a desaprovechar la oportunidad de no pasar la noche solo. Miro a Julia a los ojos y sonriendo espero sus reacciones y aprobación para dar el siguiente paso, mientras le digo.

- Veo que has venido bien acompañada.

Doy otro pequeño sorbo a mi copa de champan y todavía sorprendido espero acontecimientos. 

Julia se sirve una copa al otro extremo del limousine mientras ves como la chica que está a su lado se pone de rodillas enfrente suya y empieza a acariciarle las piernas, no ves como Julia se sube el traje pero lo puedes adivinar ya que cuando se abre las piernas en ángulo, la chica que está a sus pies le empieza a hacer sexo oral. Julia te mira - ¿no te gusta la compañía, acaso no tienes apetito?

Las chicas que hay a tu lado, tras una seña de Julia se empiezan a desnudar mientras entre ellas se besan y acarician, una de ellas hace lo mismo que la otra que está en el extremo, se acuclilla delante de ti y te empieza a acariciar las piernas. Otra a tu lado también te acaricia más a la altura de tu miembro, mientras otras dos se están besando a tu lado.

Parece que la situación se pone interesante, le das otro sorbo a la copa de cava y dejándome hacer por las chicas que están a mi alrededor. Tomo la pregunta de Julia como una invitación inequívoca de que me una a la fiesta. La miro sin perder detalle de sus reacciones y le digo.

- Por supuesto tengo hambre. Un menú muy interesante.

En este momento me acerco a la chica que esta junto a mí y le comienzo a acariciar los pechos. Mientras me acomodo permitiendo que la chica que se ha arrodillado frente a mi tenga facilidad para operar. La situación ha ido aumentando mi excitación y mi bragueta apenas puede contener mi miembro.

Aunque mi atención esta principalmente centrada en los pechos que tengo junto a mí y me he acercado a besarla apasionadamente, no dejo de perder detalle del resto de chicas que hay a mi alrededor. Presto especial atención a Julia Coster y como disfruta del buen hacer de la chica que hay entre sus piernas.

Nunca se te hubiera ocurrido tener sexo con una de las personas del consejo de tu empresa y menos en grupo. Pero llegados a este punto ya has perdido todo control sobre la situación y te dejas llevar.

Julia en el otro extremo del coche cada vez que la ves está disfrutando de la chica que está a sus pies, como de otra que a su lado la besa con total libertad, mientras ella se deja hacer; de vez en cuando te echa una mirada para ver si tú también lo estás pasando bien.

Mientras eso ocurre, la chica que tienes a tu lado se ayuda en la que está sentada a un derecha para desnudarte y hacerte caricias por todo tu cuerpo mientras se deja desvestirte por ti. Cindy está a tus pies y ya ha conseguido liberar tu miembro del pantalón, y tras masajearlo con sus delicados dedos ha empezado a introducir tu miembro en su boca.

Dejo que las mujeres que estan a mi alrededor me desvistan y aprovecho para besarle los pechos alternativamente disfrutando de la situación. Cindy ha encontrado mi miembro después de maniobrar con ayuda de sus compañeras. Lo introduce en su boca y la ayudo a que lo lleve al fondo de su boca apoyando mis manos sobre su cabeza.

Cindy mantiene un ritmo armonioso que le he marcado con ayuda de mis manos. En ese instante dejo que continúe con su labor y mientras yo llevo mis manos a la entrepierna de mis compañeras. Noto como están excitadas y con mis manos recorro sus piernas sintiendo como se estremecen.

En ese momento miro a Julia y cuando nuestras miradas se cruzan esbozo una sonrisa y asiento ligeramente con la cabeza.  

Julia sigue disfrutando de la chica que tiene al lado, aunque realmente ella no hace, es su acompañante la que está trabajando en agasajarla. Julia cada poco te echa una mirada para comprobar que te lo estás pasando bien, así como las chicas están cumpliendo o no.

Tienes a dos chicas de rodillas a tus pies, turnándose para hacerte una felación. Por el momento es Cindy la que está maniobrando para que disfrutes de su boca, mientras Sheyla espera su turno. A tu lado otras dos chicas están jugando solas, una de ellas se coloca un strap on y empieza a penetrar a la otra entre jadeos de placer.

Javier sigue disfrutando y deja hacer a las señoritas que estan a sus pies. Mientras tanto no quita ojo de Julia Coster, disfrutando del espectáculo que observa.

— Veo que tus amigas saben divertirse.

Tras estas palabras disfruta de la felación que le estan practicando mientras mira como es penetrada la muchacha que hay frente a él.  

— ¿A dónde nos dirigimos?

- Tenemos una reunión a la que asistir ¿recuerdas? - te miró, dio una orden con un chasquido de dedos y las dos chicas que tenía jugando a su alrededor dejaron lo que estaban haciendo y se hicieron a un lado. - Ésto es sólo un aperitivo, Javier.

Se estiró la ropa y se volvió a ajustar el vestido que traía; acto seguido abrió un departamento del vehículo, viste como sacaba una copa y servía sobre ella el contenido de una pequeña botella de vidrio azul.

- Ésto lo he preparado para que te desestreses, sería malo que llegaras nervioso, ¿malo? no, contraproducente - mira el reloj de su muñeca, clikea un mecanismo que tiene en el posamanos y pregunta al chófer cuánto falta para llegar, éste le responde que menos de 3 minutos - estamos llegando, arréglate.

Estaba disfrutando de la situación, pero cuando el chófer dijo que sólo quedaban 3 minutos supo que era hora de prepararse. Dejo lo que estaba haciendo y se recompuso la camisa y los pantalones abrochándose los botones, mientras dejaba la cremallera para el final.

Cuando estuvo totalmente arreglado, alargó la mano para coger la copa que le ofrecía Julia y mirándola le dijo.

—Si esto solo es el aperitivo como será el resto.

Echando un vistazo a las chicas que estaban a su alrededor viendo cómo se colocaban y arreglaban los vestidos, dio un trago de la copa recostándose de nuevo en el asiento del vehículo.

El coche se detiene en la entrada de una especie de club, hay un portero que os abre la puerta y saluda a Julia de la que entra. Te sale al encuentro un largo pasillo con mesas y butacas, en algunas hay parejas hablando tranquilamente, en otras un hombre esperando a alguien, una mujer mirandoos.

El ambiente parece selecto.

Según vais caminando al fondo os llega más ruido ambiental, parece que hacia donde os dirigís hay más gente que la del pasillo, que resulta relativamente silencioso a pesar de las personas que hay en las mesas.

- Tranquilo, Javier... les vas a caer bien, acuérdate que son ellos los que quieren conocerte.

Avanzo por el pasillo junto a Julia y aunque estoy algo nervioso por la situación intento que no se me noten los nervios. Cuando nos encontramos en el pasillo antes de continuar me para un segundo y me vuelvo a ajustar el traje. La primera impresión es importante y hoy quiero que sea así. 

Reconozco que no me esperaba el recibimiento en la limusina y no tengo claro que me voy a encontrar. Pero ya he decidido que esta noche al menos voy a pasarlo bien. Si después viene algo más, no voy a perder la oportunidad. Me sitúo de nuevo a la altura de Julia y en ese momento me habla.

— No te preocupes Julia, no te voy a defraudar. Estoy a tu disposición para lo que necesites.